Los aplausos aumentan sin celulares entre las manos.
Placebo hizo un regreso triunfal a la Ciudad de México en el icónico Teatro Metropólitan y, pese a que nos visitó el año pasado, sus fans ansiaban experimentar su electrizante actuación una vez más, ahora en un espacio mucho más íntimo.
La noche comenzó con la banda telonera "Big Special", cuya energía era contagiosa. La presencia dinámica del baterista, moviéndose desde el escenario para interactuar con la multitud, añadió emoción a su actuación. Además, el uso del cable del micrófono por parte del vocalista como látigo creó un momento visualmente impactante y memorable.
Antes de que Placebo subiera al escenario, hicieron una petición al público: que se abstuvieran de grabar el concierto con sus celulares. Esta petición tenía como objetivo fomentar la interacción genuina y permitir la transmisión de las emociones crudas incrustadas en sus canciones. Tras unos momentos más Placebo se hacía presente abriendo el concierto con “Forever Chemicals”.
Un momento conmovedor durante el concierto fue cuando Placebo interpretó "Happy Birthday in the Sky", lo que llevó al público a encender velas LED en honor al hermano de Brian. Este gesto conmovedor creó un profundo sentido de unidad y emoción compartida entre los asistentes al concierto.
Sin embargo, el concierto dio un giro serio brevemente cuando Brian detuvo la actuación al notar que un fan grababa el concierto. Su petición de que el público estuviera presente en el momento y se abstuviera de filmar fue recibida con una mezcla de comprensión y decepción. Sin embargo, la postura firme de Brian sobre este tema subrayó el deseo de la banda de una experiencia de concierto auténtica e inmersiva.
El setlist incluía predominantemente temas de su último álbum Never Let Me Go, que muestra la evolución del sonido y la profundidad temática de la banda. Las canciones destacadas incluyeron "Slave to the Wage", "Song to Say Goodbye" y "The Bitter End", cada una de ellas entregada con pasión y precisión seguidas del ensordecedor cántico del público.
Después de una pausa, Placebo regresa al escenario deleitando a la audiencia con "Taste in Men", un favorito de los fanáticos que encendió a la multitud una vez más. Cerrando la noche con una fascinante versión de "Running Up That Hill (A Deal With God)" de Kate Bush, Placebo finalizó solemnemente su set, combinando su estilo característico con un clásico atemporal.
La conversación sobre el uso de teléfonos durante los conciertos está dividida, pues pese a que algunos fans reclaman su derecho de guardar un recuerdo digital en su teléfono tras haber pagado un boleto, otros fans prefieren la conexión directa con el artista y con los asistentes para involucrarse en la experiencia de la música en vivo. Personalmente prefiero la experiencia completa sin tantas pantallas frente a mí, pero el parar un concierto solo por que una persona rompió las reglas y exhibirlo públicamente me parece un acto extremo, que incluso puede llegar a tener desagradables consecuencias para aquél que se atreva a grabar su canción favorita.