Foro: SALA

Los Espíritus en SALA

El ritual del baile a través del sonido espiritual porteño.

Los integrantes de Los Espíritus salen al escenario con sus guitarras y bajo en la mano, sacan estos instrumentos de los estuches, se conectan, afinan rápidamente, sueltan los dedos, la voz y  comienzan su música que enseguida pone a todos en vuelo. Media hora antes, Felipe el hombre se  presentó con un muestrario rapidísimo de su propuesta, que suena con mucha influencia del indie argentino y chileno. Su tema “Otro día” sorprendió a más de uno en el público, ahí donde varios tuvieron su primer encuentro con la banda hecha en el norte de México.

“La crecida” es el tema de apertura de Los Espíritus, Santi Moraes ya está arriba de energía, baila y busca llevar su voz bien lejos. Se mira con Maxi Prietto pero en verdad hablan con gestos y acordes. Buscan arrimarse al fogón que están creando, para que, desde ahí, sean los chamanes de esa noche. En el cuarto tema, ya bien logrado el calor y el comienzo del ritual, lanzan una canción nueva, como para tentar el recibimiento, que es mucho y es bueno. Una canción de nombre desconocido donde la voz de Moraes se luce junto a las guitarras de Maxi y Miguel Mactas.

Las luces que los acompañan en el escenario son principalmente rojas y anaranjadas, como para recordar la portada de su disco Agua Ardiente, dibujada con estos colores. El uso del hielo seco más de lo habitual, seguramente responde al contexto, pues parece que Los Espíritus vienen de un sueño o de la noche para conducir a su público (durante dos horas) a una atmósfera de paz y alegría. Logran ser chamanes en el escenario, la gente en la quinta canción ya está entregada, guiada por las percusiones, bajo y voces de la banda porteña. Si tomáramos a una persona del público: con sus bailes como en trance, los ojos cerrados, el pelo largo, un jorongo multicolor; y lo pusiéramos en Woodstock, pasaría desapercibido entre todos tus iguales.

Los Espiritus

Aquí las luces pasan al azul y blanco, pues anuncian otra etapa del trance. “El pibe mira al hombre y le aguanta la mirada” suena “La mirada” que une a todos en un canto que quita el estrés de los días. Aquí, el chamán es Maxi. La banda se luce con largos pasajes instrumentales, algunos de ellos quizá improvisados pero siempre logrados a la perfección. Las percusiones son clave, la unión del sonido del cuero y la madera con las texturas eléctricas de las guitarras se fusionan para abrir otro mundo desde el escenario, al que todos, sin excepción entran bailando.

Llega el turno de “Perdida en el fuego”, una canción con guitarras muy profundas, que despiertan animales, despiertan besos, bailes tranquilos y extiende el ritual. Las luces van al techo, buscan dejar escenario y público en total oscuridad, un dato no menor, una acción que responde a la búsqueda de ese ritual que se logra.

Hacia el último bloque una conjunción de temas viejos como “Negro chico”, de su disco Gratitud, levantan las energías de los seguidores hacia un final que llega muy arriba, como para que la noche se extienda, el trance no termine y la gente siga bailando

Alex Anwandter en SALA

Fotos Edwin Lopez

Una noche que, como las canciones de Alex Anwandter, va a ser difícil de olvidar.

Lo primero que uno nota al ver a Alex Anwandter salir al escenario es que es un artista comprometido con su obra. Su manera de acercarse al micrófono es distinta a la de muchos ahí afuera, menos mecánica y mucho más pasional que lo que se ve en cualquier otro concierto de música pop hoy en día. Y una vez que lo toma entre las manos, el espectáculo siguiente es todo menos artificial. Ahí no hay grandes juegos de luces, grupos de bailarines con rebuscadas coreografías o siquiera (porque aquella noche en SALA el audio tenía muchas fallas) un potentísimo equipo de sonido. Es un concierto que brilla por su autenticidad.

Después de seis años de haber visitado la Ciudad de México por última vez, Alex Anwandter regresó a presentar Latinoamericana, su reciente disco que vio la luz hace apenas unos meses. Si en él Alex se escucha como nunca antes, el espectáculo que lo acompaña es similar. Su concierto en SALA no fue solamente una firme exhibición del poder de las nuevas canciones sobre el escenario, sino un recordatorio de por qué su autor es una de las personalidades más valiosas que hay en la música latina actual.

Hace falta recordar algunas cosas para reafirmarlo. Sobre el escenario Alex no es solamente un talentoso músico, sino también un delicado comediante y un performancer disciplinado. Verlo reinterpretar a Christina Rosenvinge con nada más que una guitarra o utilizar el mismo instrumento para deconstruir su clásico “Shanana” y convertirlo en una oda a la desnudez no es poca cosa. Mirarlo reencontrarse con el piano para recordar su “Manifiesto” o bailar como si el mundo se fuera a acabar con “Casa Latina” no es parte de un show. Es la demostración de una pasión.

Alex Anwandter quiere a cada una de sus canciones y aprecia cada uno de sus discos tanto como lo hacen todas las personas que se reunieron a ver su presentación. De clásicos infalibles de Teleradio Donoso como “Bailar y llorar” o la espectacular “Amar en el campo” (con la que cerró el concierto) a vestigios de Odisea y un completo repaso por su carrera en solista, el setlist de la noche no dejó nada fuera y brindó un fiel vistazo a toda una vida dedicada a la música.

Según el reloj, una hora y media bastó para que todo lo anterior se llevara a cabo. Aquella noche en SALA fue la presentación oficial de Latinoamericana sobre los escenarios. “Algo nuevo para ustedes y para nosotros”, como él mismo lo dijo. Pocas veces uno tiene la oportunidad de ver algo por primera vez en estos tiempos. Después de todo lo que pasó, que el audio no haya sido el adecuado es un necio reproche para una noche que, como las canciones de Alex Anwandter, va a ser difícil de olvidar.

Earthless + Mars Red Sky en SALA

Fotos Jaime Fernandez

Un cósmico ritual para celebrar a los muertos.

En ocasiones cuando eres una pequeña productora, que apuesta todo lo que tienes por amor a la música, ciertas complicaciones suelen aparecer: retraso en horarios, logística en general, fallas en el audio y mínimos detalles, casi siempre con solución casi inmediata, que con experiencia van mejorando y previniéndose en cada ocasión. Es aquí donde KILL PILL KLVB entra, un equipo de trabajo que se ha encargado por dos años de ofrecernos shows con música potente. Que no le importa arriesgarse en traer bandas como 1000mods o James Leg. Que le gusta el ruido y quiere traer proyectos que en ocasiones era casi impensable creer que vendrían a México. Uno de esos contados grupos de trabajo que lo da todo para presentarnos una experiencia completa en cada espectáculo. De aplaudir que dejen el corazón en su trabajo.

Y como hay que reconocer y ovacionar su ímpetu, también hay que recalcar algunas mejoras que podrían tomar en cuenta. La primera fueron los 40 minutos de espera para abrir puertas, donde gran parte del público se estaba desesperando y congelando por la fría ráfaga de viento que inundó la ciudad el pasado sábado. La segunda que no entiendo muy bien cómo o por qué pasó, fue la integración de una banda argentina que tocó por 10 minutos y terminó en un parpadeo su presentación. Tal vez otra de sus apuestas, pero el poco público que pudo ver su show nunca conectó con el proyecto, y hasta en algunas pláticas se llegó a escuchar la supuesta cancelación de The Cavernarios para cubrirlos. Aún así, todo seguía su curso y la noche prometía bastante buena música. Y no, por fortuna nadie canceló y todos se presentaron de acuerdo al itinerario.

La noche podría decirse que empezó pasadas las 21 H., momento en la que “El Patas” y “El Warpig” se subieron al escenario para poner música con sus ya clásicos DJ sets. Los afamados locutores de radio son muy conocidos desde hace años por su incursión en Reactor, además de pertenecer a Black Overdrive y Lost Acapulco respectivamente. En las bocinas del lugar sonaron desde “Lay Down” de Priestess hasta clásicos de Deep Purple, mucha música que en ocasiones te transportan a una época de tu vida. Que son un flashback de la música con la cual creciste y forjaste tu gusto musical. Muy buen setlist, aunque faltó un poco más de audio para empezar a calentar al público.

Cuando la música grabada y mezclada dio fin, The Cavernarios tomó por asalto el escenario y los cuatro integrantes comenzaron con una fugaz afinación. Aquí hay que aplaudir otro acierto de los organizadores: cómo decoraron el escenario. Es cierto, así como llaman a su evento “Las noches de Halloween”, no se desapegan de la celebración de Día de Muertos y podías ver en algunos sectores de las tarimas una linda decoración de nuestras tradiciones. Muy ad hoc para proyectar lo que es México y su cultura.

The Cavernarios Kill Pill KLVB Jaime Fernandez

Regresando a la agrupación mexicana, los cuatro neandertales ya son un referente en la escena mexicana. Con su fusión de garage, fuzz y surf el público coreaba sus clásicos que datan desde principios del milenio. “El mono”, “No quiero cambiar” y “Motorama” hacían a todos los asistentes mover el pie, la cabeza o el esqueleto. Ya quedó atrás esa injusta reclusión de Danny Lobo, todo como una mala experiencia y una muestra de nuestro carente sistema judicial. Ahora The Cavernarios demuestra que siguen vivos, que tienen un excelente sonido en directo y que su esencia primitiva tiene muchas ganas de seguir pudriendo cerebros. El bajista, sobrenatural.

Con 40 minutos de música cavernícola que sacaba nuestra alma aborigen a flote, llegaba el turno de uno de los proyectos que más me ha sorprendido en el último año: Mars Red Sky. Aquí hay que recalcar otro punto, en Europa están naciendo bandas de stoner y desert rock que tienen muchísimo potencial. No necesitaron el árido desierto californiano para surgir, alaban esos riffs ralentizados, fuertes y crudos que caracterizan el género. Lo adecuaron y se adueñaron de uno de los sonidos más underground y de culto que han existido.

El trío de Bordeaux lleva 11 años en activo, y ya son conocedores de cómo manejar al público, pero se notaban bastante sorprendidos por el recibimiento de los mexicanos, ya que era su primera visita a nuestro país. Todos son unas bestias, Julien Pras podría parecer todo excepto un brutal guitarrista de stoner, que tiene una melodiosa e hipnótica voz. Mientras que Jimmy Kinast y Mathieu Gazeau sí podrían ubicarse entre el clásico estereotipo. Pero la música no es para etiquetar, ni para saber si tu estilo como persona engancha en un género. Se trata de saber qué puedes hacer con un instrumento en las manos y en el cómo puedes proyectar sentimientos y emociones por medio de música.

Mars Red Sky es intratable. Una colosal y violenta saga de riffs que te volaban el cráneo y te destruían tus oídos. Pero además también son un viaje espacial y psicodélico que te expulsaban de la órbita. Una de las mejores bandas que he podido ver este año. Con un set que recorrió “The Light Beyond”, “Apex III”, “Marble Sky” y “Strong Reflection”, el trío de igual forma presentó una canción inédita. Nada que reclamar, un set perfecto que culminó en una tremenda ovación. Los integrantes celebraban con ademanes de sorpresa, ahora saben que pueden regresar a México en cualquier ocasión. Nos gusta la música distorsionada y entre más alto suene, mejor.

Mars Red Sky Kill Pill KLVB Jaime Fernandez

Y es cierto, las fallas ya habían sido olvidadas y la música de nueva cuenta había curado todo, como debe de hacerlo, ahora solo faltaba el plato fuerte: Earthless. ¿Hubo setlist? Claro, se tocaron seis canciones y se cerró con un cover, pero el ruido nunca terminaba, nunca. Isaiah Mitchell, Mike Eginton y Mario Rubalcaba son algo en verdad muy especial, llevan al público a no dejar de moverse por hora y media sin descanso. Solos de guitarra de 10 minutos, una conexión tremenda como banda e improvisaciones prodigiosas. Ver a Earthless en directo es como estar frente a una banda de jazz. Todos en su propio Universo, tocando como unos locos desenfrenados.

Primero apareció From The Ages con “Uluru Rock”, pero el proyecto californiano se enfocó en su Black Heaven lanzado este año, interpretando el tema que le da título al material, “Volt Rush” y “Electric Flame”, todas extendidas y con más arreglos de los que se pudo escuchar en grabación. Es un poco de la magia que hace a Earthless único, que los integrantes destrozan sus canciones en vivo y las llevan muy lejos. Explotan un minuto para convertirlo en cinco, no les interesa si existe un tiempo límite, les importa crear y crear más. Para cerrar la épica noche, el alma de Jimi Hendrix fue sustraída de entre los muertos y sonó el clásico “Purple Haze”. No puedo imaginar mejor encore ni nadie que podría interpretar el tema con tal maestría como Earthless.

Es bueno asistir a esta clase de eventos y que existan productoras que se interesen por su público. Sabemos que la lucha monopólica es gigantesca, pero siempre que surgen estos grupos de trabajo y amigos que hacen las cosas con amor, se agradece de corazón. Esperemos muchísimo más de KILL PILL KLVB, lo tienen todo para convertirse en un referente de la escena nacional. El sábado celebramos a los muertos prematuramente, pero volvimos a recordar que el rock nunca muere.

Él Mató a un Policía Motorizado en SALA

Fotos Paola Baltazar

Bajo luces palpitantes y emotivas: Él mató a un Policía Motorizado.

En el escenario la banda argentina comenzó el recital con su honestidad musical por delante. Santiago Motorizado (voz y bajo) con su particular mueca para alcanzar las notas más altas, como si estuviera a punto de llorar, con los pliegues de los labios hacia abajo y la boca abierta, arrancó bien en su sitio, liderando al resto del equipo: Doctora Muerte (batería), Pantro Puto (guitarra), Niño Elefante (guitarra), Chatrán Chatrán (teclados) y el no tan nuevo integrante: Lalito (percusiones).

Las primeras tres canciones: “El magnetismo”, “La síntesis O'Konor” y “La noche eterna” (estás dos últimas de su más reciente disco) salieron tibias y fueron minutos lentos, como si la bestia sonora tardara en despertar. Y es que lo sabemos, un concierto se compone de la banda, el público y el lugar donde estas dos partes se encuentran. Por un lado, fueron necesarios varios minutos para que la banda entrara en calor; el público, se confirmó, en su mayoría está compuesto por nuevos seguidores que conocen bien el más reciente LP La síntesis O’Konor, pero que en canciones como “Terrorismo en la copa del mundo” se apagan, no solo porque son temas desconocidos, sino porque es un sonido distinto al Él Mató que están acostumbrados. Y SALA, que uno no termina por entender si es un acierto que la pista tenga escalones largos, porque sí, permite que todos vean bien, pero resulta difícil bailar –uno de los objetivos que el público tiene al ver en vivo un grupo de rock–.

En el cuarto tema, “El baile de la colina”, ya público y banda entraban en sintonía. Las guitarras distorsionadas, sello de la casa, lograron tejer un puente con las ganas más profundas de bailar (como se pudo) y la voz de Santiago, que mejoró. El juego de luces, sencillo pero bien armado, fue clave para complementar las emociones nacidas en la música y en las letras. Luces que acompañaban ciertos ritmos precisos, como se mostraron en “Día de los muertos”, pero también en “Amigo piedra” y “Chica de oro”.

La canción más coreada fue “El tesoro”, tema en el que la banda no aflojó. Él Mató ya estaba bien metido en su mundo, siempre con la intención de dejar entrar a todo aquel que asistió a verlos. Aquí ya sonaban a un conjunto experimentado pero siempre en constante búsqueda. Pasadas 15 canciones, la bestia musical, el espíritu punk y el talento de cada integrante, llevaban rato palpitando bajo esas luces. En “Mujeres bellas y fuertes” incluso hubo una sorpresa para sus más expertos seguidores, pues Santiago, que a veces cargaba su bajo como a un peluche y otras como a un rifle, hizo sutiles cambios al fraseo para entregar uno de los temas más redondos.

Se fueron a un descanso con sonido de sirenas, ahí, manteniendo la tensión que habían logrado no de manera fácil. Volvieron al escenario en la línea de seguir entregando todo, y en “Fuego” fueron brutales las percusiones de Lalito, bien colocadas, necesarias para seguir con aire puro el recital. Él Mató erizaba la piel de los asistentes.

23 canciones en total, que incluyeron un tema nuevo y un final bien emotivo desde “Más o menos bien”, que dice: “desconocido, espero tus problemas se acaben, y así volver a la senda del bien. Desconocido, dobla tu energía en partes iguales  y todo va a estar más o menos bien”. Fueron el resultado de otro concierto de una de las bandas más importantes del rock en español de los últimos años. En su recital le costó pero palpitó llena de vida, bajo esas luces blancas, rojas y azules que no se apagaron.

Against Me! en SALA

Fotos Edwin Lopez

No se trata de Laura Jane Grace: Against Me!.

No esperarías algo así de una banda de punk rock. Para quienes nunca habíamos visto a Against Me! en vivo, el misterio de Laura Jane Grace era grande, era místico adivinar cómo sería estar en su presencia. Pues estar ahí te hace sonreír, no hay más. Su sonrisa contagia la tuya, es algo que no esperarías de alguien que aparece sobre un escenario envuelta en negro y delineador; y sin embargo ahí está, porque a Laura le importa un carajo qué esperes de ella.

Aparecieron los cuatro sin decir más; sin hablar tomaron sus instrumentos y comenzaron a tocar “New Wave”. Habían pasado 30 segundos y ya todos habíamos entendido de qué se iba a tratar esto. No iba a ser sobre Laura, ni sobre política, ni sobre transexualidad. Iba a ser sobre Against Me!, sobre la música y sobre esa noche, sobre los coros que íbamos a hacer entre todos y las sonrisas que nos íbamos a regalar.

El público era una selección particular. Ir a un concierto de punk rock suele conllevar empujones de un amplio grupo de adolescentes furiosos. Aquí no. El público rondaba los 30, la mayoría seguramente envueltos en una vida de responsabilidades adultas, pero con algún distintivo de lo que reclamaba su corazón. Algún mechón de color en el cabello, una perforación discreta, una playera negra, un puño en alto. Y así como sin nada, la tercera canción fue “I Was A Teenage Anarchist”. No había un público más adecuado. SALA ardió.

Andrew Seward es una gran compañía para Laura sobre el escenario. El bajista acaba de regresar a la banda después de cinco años fuera y se nota. Se nota cómo hace suya cada una de las canciones viejas y nuevas, cómo alienta al público, cómo agita la cabeza, el cuerpo y los ánimos. Y todo cae en equilibrio. La banda no es Andrew ni Laura, la banda no es la furia de Atom Willard en la batería o la pasión de James Bowman en la guitarra. La banda es el momento, la banda es lo que están tocando.

Cantaron “Dead Friends”, “Stop!” y “White People For Peace” sin detenerse, sin hablar, sin quitarle peso a lo importante. Solo cuando Laura apareció en el encore con una guitarra acústica, acompañada de la marcha de la batería, para tocar la desgarradora “Joy”, se tomó un minuto para explicar que se trataba de no rendirse; más allá de las naciones, de las fronteras… nunca rendirse. El verdadero punk se trata solo de ser tú mismo.

Hacia el final aventaron “Transgender Dysphoria Blues”, “Thrash Unreal” y “Black Me Out” seguidas, sin decir nada más. Laura Jane, la banda y el público crecieron con las canciones o las canciones crecieron en ellos. Hacia el final ya todo era una fiesta de crowdsurfing, gritos y sonrisas en un concierto de punk que no decía “estamos furiosos”; decía “ya ganamos”. Crecimos, somos nosotros mismos, estamos aquí esta noche cantando con una cerveza en la mano, el punk ganó, nosotros ganamos.

The Marías en SALA

Fotos Cortesía Cero6 Agencia / Zeus López

La sensualidad pop de The Marías en SALA.

El regreso de The Marías a nuestra ciudad estuvo cargado de elegancia, seducción y calor pop. Con Superclean, Vol. Il estrenado hace apenas un par de semanas nos regaló una noche de ensueño, donde el afecto y las emociones se desbordaron.

Para calentar la pista, Andrea Franz subió al escenario y lo cubrió de su natural dulzura, dejando en claro que la noche se teñiría de girl power. Se apagaron las luces y los gritos de euforia no se hicieron esperar, The Marías subió al escenario de una forma casi angelical, sus integrantes se colocaron detrás de sus instrumentos, sonrieron al público y después de un guiño por parte de María, los acordes de “Cariño” atraparon al oído.

La conexión estaba hecha, todo el público –que en su mayoría era muy joven– había decidido entregarse a las melodías pop soul de esta agrupación. “Estábamos muy nerviosos de que no viniera nadie, gracias por estar aquí” fueron las primeras palabras que María dirigió a su público después de que su voz, fuera coreada por completo en su primer tema.

“I Don’t Know You” y “Only In My Dreams” nos transportaron a un mundo de ensueño donde no había que correr ni preocuparse por cosas banales, sino simplemente llenarse de la placentera satisfacción que la música ofrece. Las letras de este quinteto están cargadas de pasión, por lo que los besos, y las continuas muestras de afecto no dejaron de mostrarse entre el público y hacia María, quien respondía al micrófono con un “yo también te amo” o uniendo sus manos en forma de corazón.

La mezcla de elegancia y sobriedad que el sonido de The Marías proyecta sobre el escenario es pocas veces apreciable, antes de llegar a SALA temí que su presentación se volviera monótona, pero fue por completo lo contrario. Sus líneas de bajo resuenan con una gran fuerza, al mismo tiempo que los golpes de la batería seducen los sentidos por sus tintes de jazz y por si fuera poco, para aderezar y dar brillo a algunos tema, el soul llega al introducir en momentos una trompeta, logrando sin mayor esfuerzo que el cuerpo se vuelva un péndulo.

Con la pícara inocencia de una front woman que se hidrata con jugo de manzana, para “Basta Ya”, María pidió el apoyo del público y no necesito más, las voces comulgan juntas en pro del amor, haciendo resonaron en el recinto como un rayo ensordecedor.

“Déjate llevar” fue su último tema y en el que mayor conexión con el público se tuvo, María tomó diferentes celulares de sus fans y tomó algunas fotos, abrazó a su público, dejando por momentos el micrófono para entregarse por completo a ellos. La felicidad y emoción se reflejaba en su enorme sonrisa, que prometía volver en poco tiempo.

Escuchar a The Marías en vivo es detener el tiempo y viajar a un lugar donde el amor y el placer son lo más importante. Con elegancia y sutileza, este grupo demostró que no necesita de una gran producción para conmover a su público, simplemente dejan que la fuerza de los instrumentos y la tersa voz de María brillen a su tiempo.

Parquet Courts en SALA

Fotos Bere Rivera

Buenos tiempos para los aficionados del garage en la ciudad: Parquet Courts en SALA.

Son buenos tiempos para los aficionados del género garage y sus derivados en la Ciudad de México. Si promotoras independientes como Violencia River o Beyond Psicodelia no se encuentran promoviendo la escena local (que realmente tiene potencial para alcanzar estándares internacionales), entre HIPNOSIS y Sicario compiten para traer a los actos más representativos en el mundo. Sea como sea, la escena se siente más vibrante que nunca y ayer fue un esclarecido ejemplo de esto con la esperada visita de la agrupación neoyorkina que se hace llamar Parquet Courts.

Afortunadamente la banda comenzó a tiempo y rápidamente sumergió al público en brincos y gritos desenfrenados generados por esa primera secuencia de guitarra en el tema “Total Football”, que también es uno de los muchos otros que poseen coros que inspiran a un emocionante canto colectivo ("Freebird II", "Light Up Gold II" serían otros ejemplos). Está es una cualidad de la cual disfruto mucho sobre varias canciones de este grupo. Sus coros son extremadamente contagiosos, y en conjunto con la poderosa voz de Andrew Savage, se crea una energía palpitante que solo puedes apreciar realmente en vivo.

Al hablar de Parquet Courts, siempre he apreciado de manera harta a sus letras y líricas, pues me parecen brillantes de una forma sutil y encantadora. Pero al momento de presenciar las ejecuciones en vivo, es cuando te das cuenta de lo fascinante que es su instrumentación. En efecto, la voz penetrante de Andrew y la dinámica entre ambas guitarras (esta segunda al mando de Austin Brown) se llevan el show, pero de todos modos las percusiones a cargo de Max Savage y el bajo por Sean Yanton también caben dentro de lo innovador. Al menos al discutir sobre el género y su estado en tiempos modernos.

Respecto al setlist, la agrupación se encargó de brindarnos una apropiada armonía entre temas sosegados y explosivos. En un momento podrías estar disfrutando del slam en toda su expresión con piezas como “Almost Had to Start a Fight/In and Out of Patience” o “Borrowed Time” y al siguiente te encontrabas en un estado de calma para canciones como “Before The Water Gets Too High” o “Back To Earth”. En otros casos como en “Wide Awake!” u “One Man, No City” te generaban una especie de energía que se podría definir como un híbrido entre ambos polos anteriormente señalados. Una mezcla entre emoción y contemplación causada por las joviales percusiones y coros en la primera, además de una versión extendida de la interacción entre dos magníficas líneas de guitarra en la segunda.

Otro momento destacable sería durante el homenaje a The Ramones con la interpretación de "Today Your Love, Tomorrow The World", en donde se sustituye una guitarra por el instrumento electrónico Omnichord y así dándole un giro un tanto refrescante.

Al final sí se puede decir que fue una presentación memorable y digna para los entusiastas del género. Parquet Courts significó una excelente visita para este año lleno de garage y psicodelia. Esperemos siga creciendo esta afición.

Clubz se presentará en SALA

La banda regiomontana Clubz, llegará el próximo mes de diciembre a la CDMX con el Destellos tour. 

ACTUALIZACIÓN: Previo al show de Clubz se presentarán Wet Baes y Shiro Shwarz como actos abridores.

Como parte de su gira por México y Estados Unidos, Clubz ofrecerá un show en SALA el próximo 14 de diciembre para presentar su primer disco Destellos, del que hasta ahora conocemos temas como “El Rollo”, “Popscuro”, “Afrika”, “Templos”, y “Palmeras”.

"CDMX! Nos vemos el próximo viernes 14 de Diciembre en el SALA Puebla 🔥🔥🔥
Va a ser el show más grande y emocionante que hemos dado en la vida  Esperen muchas sorpresas, no se lo pueden perder.
Boletos a la venta pronto! Lo anunciamos estos días 💙💙💙 Ahí nos vemos", escribió la banda en sus redes sociales. 

Aún hay boletos a la venta en el sistema Ticketmaster a los siguientes precios:
General: $547 MXN
VIP: $778 MXN

Una de las características principales de Clubz es su sonido a pop electrónico y el proceso creativo que requiere concebir cada una de sus canciones. “Una de las razones por las que podemos hacer música es porque somos de mente abierta y tenemos en la cabeza una cantidad de influencias musicales muy amplia. Por este tipo de cosas es que tenemos la oportunidad de colaborar con artistas de distintos géneros y eso también se ve reflejado en las canciones que hacemos”, compartieron ambos integrantes en entrevista con Indie Rocks!. 

Si quieres leer la entrevista completa da clic aquí. 

Los Espíritus se presentará en SALA

Por: Erick Chávez

La banda de rock argentina Los Espíritus regresa a México como parte de su gira por el país.

Los Espíritus, banda proveniente de Buenos Aires, Argentina y conformada por Maxi Prietto (voz), Santiago Moraes (guitarra acústica y voz), Martín Fernández (bajo), Pipe Correa (batería), Miguel Mactas (guitarra eléctrica) y Fer Barrey (percusión), regresa para deleitar a sus fans el próximo 10 de noviembre en SALA.

Los boletos ya los puedes encontrar en el sistema Ticketmaster con un precio de:

Sección Pista: $377

Su reciente disco Agua Ardiente celebra desinteresadamente la libertad del cuerpo y la mente que transmite el calor de su música. “Me parece que nuestra música es más sonora que otra cosa. Las canciones fueron saliendo de cada uno de nosotros, lo que decidimos en conjunto fue trabajar bien en el sonido e ir a retratarlo en un estudio. Los discos anteriores los grabamos por nosotros mismos en nuestra sala de ensayo. Tratamos de retratar el sonido en grupo y lo fuimos puliendo, digamos tanto con los discos anteriores como en las giras y los recitales se armó un sonido de grupo dentro del cada cual tenía un rol y decidimos que eso retrataba el sonido de Los Espíritus”, mencionó Maxi Prietto en entrevista para Indie Rocks!, da clic aquí para leerla completa.

 

 

Alex Anwandter se presenta en SALA

Por: Erick Chávez

El cantautor chileno Alex Anwandter llega para deleitar el corazón de la CDMX con su nuevo proyecto musical Latinoamericana.

Después de su reciente aparición por México en los festivales NRMAL 2012 en la ciudad de Monterrey, y Vive Latino 2013, Alex Anwandter regresa al corazón capitalino para darnos una probadita de su excéntrico electropop, el próximo 1 de noviembre en SALA.

Los boletos ya están a la venta en el sistema Ticketmaster y los precios son los siguientes:

Sección General: $547

Sección VIP: $665

Recientemente el chileno lanzó su primer sencillo “Locura”, con un lyric video que ya puedes encontrar en YouTube y que forma parte del álbum Latinoamericana, el cual tiene como fecha de lanzamiento el próximo 12 de octubre y está bajo el sello discográfico Nacional Records.

A continuación te dejamos el nuevo sencillo de Alex Anwandter.

 

Iniciando su trayectoria musical con la banda Teleradio Donoso hasta el 2010, para que posteriormente comenzara su carrera como solista. Alex Anwandter destacó por sus dos discos Odisea (2010) y Rebeldes (2011), teniendo una aceptación positiva por parte del público, e incursionando en el arte cinematográfico, con su largometraje Nunca vas a estar solo (2016), el cual se presentó en el Festival de Cine de Guadalajara.