Foro: Pepsi Center WTC

CANCELADO: Festival Aurora en el Pepsi Center WTC

El Pepsi Center será sede de la primera edición del Festival Aurora.

*** ACTUALIZACIÓN: El Festival Aurora ha sido cancelado.

Para seguir confirmando que octubre es el mes del rock en la CDMX, llega un nuevo festival con proyectos más que interesantes. El primer Festival Aurora se llevará a cabo el 11 de octubre en el Pepsi Center WTC y traerá para ti, entre otros, el space rock inglés de Spiritualized y al proyecto del guitarrista y fundador de Sonic Youth, Thurston Moore Group.

Los encargados de inaugurar el evento serán Has a Shadow, dueto mexicano de garage, psicodelia y darkgaze quienes en el mismo mes de su presentación en el Festival Aurora tendrán shows en Londres y Suiza.

Escucha su tema "Sorrow":

Acto seguido, se estarán presentado otros mexicanos (de Tijuana): Vaya Futuro y su pop psicodélico, quienes estarán tocando material que estará incluido en su próximo disco Perro Verde y Triste.

Escucha "Auralado", primer sencillo del álbum mencionado.

México deja aquí el escenario a una banda de Chicago de post, art y experimental rock: Tortoise, quienes debutaron en los noventa con un disco homónimo y que nos entregaron su reciente placa The Catastrophist, a principios del año pasado. El quinteto formó parte del cartel del pasado Festival Nrmal dejando a los presentes con un muy buen sabor de boca.

Escucha The Catastrophist:

El proyecto penúltimo del festival pertenece al fundador y guitarrista de una de las bandas más influyentes para el alternativo y un grupo consentido en nuestro país: Sonic Youth. Thurston Moore —considerado uno de los mejores guitarristas de la historia— traerá a su grupo para interpretar parte del repertorio de su exitosa trayectoria.

Escucha aquí el tema "Aphrodite":

Finalmente, Spiritualized y su space y art rock concluirán la primera edición de este festival. La banda inglesa regresa a México tras cinco años de ausencia y promete volver a dar un show digno del recuerdo.

Te dejamos los precios de los boletos que puedes adquirir en Ticketmaster:

DON RAMON VIP
$1,046.00

BOX SUPERIOR
$879.00

GENERAL
$699.00

SECCIÓN C
$517.00

OMD en el Pepsi Center WTC

Sintetizadores y saxofones (pero no estuvo nada mal).

Orchestral Manoeuvres in the Dark continuó su mini gira por México, después de pasar por Tijuana, y se presentó en el Pepsi Center WTC el miércoles 2 de agosto. Si bien había algunos miembros del público nerviosos de que esta iba a ser la oportunidad de no escuchar su hit preferido de la banda (de que Andy McCluskey la dejara fuera del setlist), yo estaba tranquilo tras consultar las canciones que presentaron en Tijuana (plagado de hits) y aquel que estaba pegado en la sala de prensa (el periodismo musical tiene sus lujos); más bien me preocupaba si McCluskey ya no era el mismo loco que bailaba como maniaco esquizofrénico de antaño, algo que realmente quería ver en persona.

El Pepsi Center WTC se llenó y caminaron por el escenario McCluskey, la otra mitad de OMDPaul Humphreys, y el acompañante de toda la vida, Martin Cooper en los teclados. En la batería se encuentra Stuart Kershaw, después de que el original Malcolm Holmes sufriera un paro cardiaco sobre el escenario en el 2013. Abrieron y cerraron con el álbum que lo empezó todo, el debut Orchestral Manoeuvres in the Dark (1980), y en el caso del número abridor, fue “Messages”, con su pegajoso sintetizador y un sonido que, en 1980, todavía estaba muy inspirado en Kraftwerk.

“Esta noche está llena de canciones rápidas...perdón”, dijo McCluskey a medio concierto.

Si hubo melodías recatadas, bueno, una exactamente, la muy celebrada “Souvenir” que todo el recinto la estaba coreando. Este “cuasi-hit” escrito por Humphreys dejaba ver la dedicación de los seguidores de OMD en México; no solo venían por los éxitos, cantaban y reconocían los primeros beats, riffs y efectos electrónicos de números más rebuscados como “Walking on the Milky Way” del olvidado Universal de 1996 y “Dreaming”, sencillo de su disco recopilatorio The Best of OMD (1988).

“Ustedes no se cansan porque aquí viven, están acostumbrados a la altura”, dijo McCluskey con la lengua de fuera, sudando y jadeando, porque sí, sí sigue bailando como maniático cuando no se cuelga el bajo.

“Esta canción es nueva...y es pinche fantástica!”, continuó. Era “The Punishment of Luxury”, del álbum homónimo que ya casi sale en septiembre. No se colgaron con el material nuevo aunque también estuvo presente “Isotype”, y lo mejor es que se puede vislumbrar que OMD hoy en día, en su próxima producción, combina sus sensibilidades pop natas con el electrónico heterodoxo de principios de los 80. El hipnotizante pasaje instrumental de esta última melodía, mientras OMD se bañaba en luz verde, dejó a algunos asistentes contemplando con asombro la obra de arte holística, seguro para beneplácito de Andy y Paul, quienes siempre han considerado a OMD como un “proyecto de arte”, más que uno musical.

Lo que a mí me dejó más impresionado fue encontrarme con un ambiente de concierto que definitivamente no esperaba esta noche. Este show fue el pretexto perfecto para enseñarle a alguien las diferencias que hay al ver a un grupo como parte de la alineación de un festival, cuando la raza puede decir: “pues vamos a sentarnos en el pasto a ver a estos rucos en lo que sale Lana Del Rey”; a cuando es un concierto en solitario, repleto de fans nuevos y de antaño, de jóvenes y cincuentones en camisetas de la banda, y de una predisposición para bailar, saltar y cantar. Si estás leyendo esto, ojalá que hayas estado ahí. También estuvieron notablemente ausentes los “cheleros” o vende cervezas que normalmente pasan en jaurías de veinte a la vez, así que eso pudo haber sido el factor principal de mi disfrute personal.

“Esta es la canción de una película”, dijo McCluskey e interpretaron “If You Leave” de Pretty in Pink y el público casi se desmayó. Como una canción sobre Juana de Arco no es suficiente, esta noche hubo dos seguidas, “Joan of Arc” y “Maid of Orleans”, de uno de los álbumes que más celebra el gusto de OMD por el arte clásico... y como no, con un título como Architecture & Morality (1981), el disco se delata un poco. Algunos recordamos lo simplemente bellas que son algunas de sus canciones, como la medio caribeña “Forever Live & Die” de The Pacific Age (1986), o “So In Love” de Crush (1985). También hubo las simplemente chidas, como “Tesla Girls” de Junk Culture (1984).

OMD pegó el hit de “Enola Gay” y se fue a descansar unos minutos. Nadie en el venue se movió siquiera un milímetro y la banda regresó con las dos últimas rolas de la noche “Secret”, compuesta y cantada por Humphreys, y que fue un sencillo que tuvo su mayor éxito en México (según Andy). Finalmente cerraron con otra del álbum debut, como lo habíamos mencionado, la frenética y pegajosa “Electricity”.

“¡Volveremos, volveremos!”, repetía McCluskey al final, exhausto, pero impresionado con su público mexicano.

OMD en el Pepsi Center WTC

La banda de synth pop y new wave OMD regresa a la Ciudad de México promocionando su nuevo disco.

El proyecto liderado por Andy McCluskey, OMD se presentará en la capital mexicana en donde recorrerá sus casi 40 años de trayectoria musical. La fecha en que se llevará a cabo el show será el 2 de agosto en el Pepsi Center WTC.

El grupo originario de Reino Unido dará a conocer en septiembre su nuevo material discográfico The Punishment of Luxury bajo el sello White Noise. De este nuevo proyecto se han dado a conocer los sencillos "The Punishment of Luxury", "Isotype" y "La Mitraeilluse".

Con un espectáculo de luces y sus grandes éxitos, Andy McCluskey y su banda OMD volverán a México después de 4 años de su última presentación en el Teatro Metropólitan.

El grupo ha cosechado diversos éxitos a lo largo de los años en distintos países incluido México.

“Creo que en algunos lugares del mundo tuvimos hits al principio, como en Europa, y otros lugares como México se tardaron un poco más en aceptarnos, nosotros vemos las cosas que hicimos a mitad de los 80 con interés, o sea estamos orgullosos como artesanos musicales. Creo que algunas de esas canciones no fueron -para nuestros propios estándares-, tan radicales o interesantes. Estábamos tan ocupados que, sin quererlo, nos convertimos en un grupo pop dentro de la industria musical”comentó McCluskey. Checa la entrevista que le realizamos en Indie Rocks!

Disfruta de lo más reciente de la banda:

Los boletos están disponibles en taquilla o en el siguiente enlace.

Soda Eterno en el Pepsi Center WTC

La nostalgia se hace eterna.

Daniel Sais, tecladista de Soda Stereo (1987 y 1989) presentó, la noche de ayer en el Pepsi Center WTC, su show Soda Eterno, un nostálgico tributo a Soda Stereo.

En un recinto solo a un cuarto de capacidad, a las 20:50 H se apagaron las luces para dar la bienvenida a la banda ecuatoriana Mary Jane, que salió sigilosamente al escenario y al ensordecedor grito de "Viva México Cabrones", rompió el silencio para comenzar con "One Way or Another" de Blondie. Mary Jane se presentó como una banda de "rock ejecutivo" y sí, literalmente son una banda "Godín", que puedes encontrar en cualquier bar. Interpretaron éxitos como "Old Time Rock and Roll" de Bob Seger, "Hace calor" de Los Rodríguez y hasta sus propias canciones “Panza cervecera”“Comerse el pastel antes del recreo”. El publico respondió con actitud de fiesta.

En punto de las 21:30 H, y con un Pepsi Center WTC más lleno, el foro se obscureció hasta que comenzó un video que mostró a Daniel Sais tocando con Soda Stereo. El recinto se llenó de emoción cuando en el video, Gustavo Cerati presentó a Sais, en ese momento aparecieron en el escenario Caio Arancio, Juan Carlos Macio, Pablo EstrellaGabriel Moreano  y por supuesto Daniel Sais. Así fue como los primeros acordes de "En el séptimo día" comenzaron a sonar, el  publico estalló en gritos y Soda Eterno se mostró feliz por volver a tocar en México: "¡Esto es increíble! Vamos a recorrer mucho de la carrera del maestro, un aplauso para Gustavo por favor", expresó Caio.

La mayoría de la gente estaba sorprendida con el parecido físico y vocal de Caio Arancio con Gustavo Cerati, por lo que en seguida entraron en el mood y recibieron con ansias "Danza Rota", incluida en el segundo álbum de Soda Stereo, Nada Personal (1985). Al finalizar la canción, Caio Arancio comentó: "Estamos aquí por una razón especial. Estamos celebrando los 30 años del paso de Daniel Sais por Soda Stereo". De inmediato, la gente comenzó a gritar: "Ole ole ole Soda, Soda".

El bloque de Cerati como solita comenzó con una sorpresa, Soda Eterno invitó a Gus Lozada, tecladista de La Ley, para interpretar "Crimen". Además, también pudimos escuchar canciones como "Puente", del álbum Bocanada (1999) y "Deja vu" de Fuerza Natural (2009).

Para continuar el recorrido por la historia de Soda Stereo, la banda invitó a Jorge "Chicken" Ortiz, quien los acompañó en la primera gira de Soda Eterno por México en octubre del año pasado, Daniel Sais tomó el micrófono y comentó: "Gustavo siempre dijo que la Ciudad de México era la segunda ciudad de la furia" y así comenzó "En la Ciudad de la furia", canción de 1988 en la que Daniel participó en algunos arreglos. Durante la canción, el cantante Caio Arancio tuvo el detalle de cambiar la frase "Un hombre alado prefiere la noche" por "Nuestro hombre alado prefiere esta noche", los fans entendieron rápidamente la referencia y estallaron en gritos.

El show continuó con "Los languis", canción que compuso Sais junto con Gustavo Cerati. La noche se encendió poco a poco hasta que apareció un invitado más, el saxofonista Salvador Patiño, que acompañó a la banda para interpretar "La cúpula". La emoción estaba al tope cuando comenzaron a sonar los más grandes éxitos de Soda como: "Cuando pase el temblor""Juegos de seducción", "Te Hacen falta vitaminas" pegada con "¿Por qué no puedo ser del Jet Set?" "Nada personal" y "Prófugos", canción que nos llevó a un encore de 5 minutos.

Caio Arancio regresó pidiendo aplausos para Gustavo: "Qué linda fiesta hicimos hoy. Gustavo está presente" y Soda Eterno cerró con la clásica "Persiana americana" y "De música ligera". A pesar de que todos esperaban el famoso "Gracias totales", se mostraron satisfechos por el show y la excelente interpretación de Soda Eterno.

Setlist:

"En el séptimo día"
"Imágenes retro"
"Hombre al agua"
"Danza rota"
"Zoom"
"Ella usó mi cabeza como un revolver"
"Trátame suavemente"
"Crimen"
"Puente"
"Deja vu"
"Signos"
"En la ciudad de la furia"
"Los languis"
"La cúpula"
"Cuando pase el temblor"
"Juegos de seducción"
"Sobredosis de tv"
"Te Hacen falta vitaminas" / "¿Por qué no puedo ser del Jet Set?"
"Nada personal"
"Prófugos"

Encore

"Persiana americana"
"De música ligera"

 

Soda Eterno se presentará en el Pepsi Center WTC

Soda Eterno, el show homenaje a Soda Stereo llega a México.

Daniel Sais, tecladista de Soda Stereo entre 1987 y 1989 regresa a México acompañado de Juan Carlos Macio (batería), Gabriel Moreano (bajo), Pablo Estrella (guitarra) y Caio Arancio (voz) para presentar su show Soda Eterno, un recorrido de las canciones más emblemáticas y exitosas de Soda Stereo, una de las bandas más icónicas de Sudamérica.

Soda Stereo fue una de las bandas de rock en español más destacadas a nivel global. Desde su formación en 1982 hasta su separación en 1997 –por "diferencias creativas"–, la agrupación encabezada por Gustavo Cerati (vocalista y guitarrista) logró apuntalarse como leyenda de la lírica iberoamericana del rock.

Aunque fugaz en la larga trayectoria de la banda argentina, Daniel Sais tiene la autoridad suficiente para interpretar los temas que forjaron la leyenda llamada, Soda Stereo.

El show se llevará a cabo el próximo jueves 22 de junio a las 21:00 H en el Pepsi Center WTC de la CDMX, los boletos ya están a la venta a través del sistema Ticketmaster.

Precios sin cargos:

Don Ramón VIP - $1,000.00 MXN
Platino - $700.00 MXN
Sección A - $550.00 MXN
Box Inferior - $500.00 MXN
Sección B - $400.00 MXN
Sección BB - $300.00 MXN
Box Superior $600.00 MXN
Sección C - $400.00 MXN
Discap - $400.00 MXN

Festival Anónimo 2017

Así vivimos la primera edición del Festival Anónimo en Pepsi Center WTC.

Dentro del saturado mercado de festivales en nuestro país, es difícil encontrar una propuesta que realmente rompa las pautas de lo que conocemos y nos ofrezca una experiencia totalmente nueva. Más allá del lugar, las actividades o las bandas que puedan presentarse, la experiencia que pueda tener el público muy probablemente siempre sea la misma. A menos que lo que cambie sea lo que está pasando arriba del escenario y el festival esté planeado para que ellos, los organizadores y artistas, sean los que demuestren que mejor se lo están pasando. Y eso fue lo que terminó haciendo del Festival Anónimo un evento bastante digno de recordar.

Celebrado en el Pepsi Center, de entrada la idea de un festival bajo techo no llamaba mucho la atención, pese a que su cartel no le pedía nada a cualquier otro que reuniera los mejores talentos de la música latinoamericana en los últimos años. Sin embargo, la diferencia se podía comenzar a ver en la interacción que se veía en las redes de los artistas que se presentarían unos días antes; una emoción real por tocar con sus viejos amigos, invitaciones a músicos que no estaban contemplados para participar en alguna canción, diálogos con sus fans juntando peticiones. El preámbulo de algo que se veía venir como una tarde entre camaradas.

Y nada quedó a deber cuando llegó el momento. Desde el ecléctico proyecto audiovisual de XATO pudimos percatarnos que la propuesta del Festival Anónimo también iba hacia las nuevas experiencias sonoras más allá de los artistas ya conocidos. El día y el horario no ayudaron a que la gente llegara precisamente temprano, una lástima ya que el segundo acto corrió a cargo de Baltazar, uno de los proyectos que más nos emocionaban del cartel, y en donde se comenzaba a ver el hilo que unía a prácticamente todas las bandas presentes, ya que sería la primera vez que veríamos a Juan Pablo Corcuera, "JP" para los cuates, en el escenario. El proyecto alterno del también vocalista de Technicolor Fabrics sumió al Pepsi Center en un aura mística que pintaba el ambiente de la energía necesaria para comenzar a dejarse llevar por la música.

La red de amigos continuaría con Yogui, proyecto solista del guitarrista de los Technicolor (vayan acostumbrándose, porque todas las bandas tienen que ver entre sí), que llegó a refrescar la tarde con sus sonidos más cercanos al pop que hizo que los presentes empezaran a aflojar los pies. El terreno quedó más que listo para recibir a Daniela Spalla y Juan Pablo Vega, al tiempo que el recinto podía verse cada vez un poco más poblado. Para mi sorpresa, la sólida base de fans del colombiano lo recibió con una energía impresionante. Para el tiempo que el cantautor invitó al escenario a Sabino para aderezar con su freestyle su éxito “Vicio”, todo ya parecía una verdadera fiesta.

Lamentablemente el estar en un lugar cerrado sí terminaba de bajar un poco la emoción festivalera. Esto le pegaba un poco a los actos del escenario Bros, ya que al terminar el escenario principal la gente se abarrotaba en los baños en vez de ir a ver al resto de las propuestas, pero aún así Zoviet hizo lo propio y sacudió de las cabezas de aquellos que se animaron a escuchar sus guitarras. Sin embargo, la mayoría de la gente estaba comenzando a apartar el lugar para recibir a Technicolor Fabrics, uno de los actos más queridos del cartel.

Los consentidos de Guadalajara hicieron un emotivo recorrido por su discografía, con clásicos como “Frequency” u “Otoño”, pero las más coreadas fueron los temas de Bahía Santiago. Con “Fuma” una vez más se llenó el escenario de invitados pero fue Siddhartha quien se llevó la ovación de la gente, poniendo una vez más en evidencia que esto era una reunión de amigos y que la verdadera fiesta estaba arriba del escenario. Lo que no quiere decir que el público la estuviera pasando mal, pero era justo la energía de los músicos y el sentido de camaradería que se sentía lo que terminaba de contagiar a quienes cantábamos con ellos.

Jósean Log fue una grata sorpresa que no tenía el gusto de conocer, y a quienes definitivamente les seguiré la pista. Sin embargo, pudo más mi nostalgia y emoción por ver a Porter y tuve que escucharlos desde lejos para tener un buen lugar en el escenario principal. Y es que volver a ver a Porter era algo que no había podido hacer desde su reencuentro, por lo que para mí era el momento más esperado de la noche. Espera que terminó por superar mis expectativas, pues lo de Porter en el Festival Anónimo fue una locura. Guiados por sus texturas y la penetrante voz de David Velasco, los tapatíos hicieron que la noche cobrara una emoción particular. Algo que llamó bastante la atención es que el público presente parecía que era en su gran mayoría de reciente afición por la banda, ya que los temas mejor recibidos fueron los incluidos en Moctezuma, y no sus grandes clásicos. Sin embargo, el encore con “Espiral” pasará a mi memoria como una de sus mejores interpretaciones. Aunque todas las palmas se las llevó “Huitzil”, que cerró una presentación perfecta y el Pepsi Center explotó tanto arriba como abajo del escenario.

La noche siguió con Sabino, a quien ya habíamos visto varias veces en la tarde como invitado en otros actos, pero que dio una muy buena dosis de hip hop para despertarnos un poco después del viaje tremendo en el que nos había dejado Porter. Para la llegada de Siddhartha, todo era emoción, sudor y un ambiente de fiesta inmejorable. Recibido entre gritos ensordecedores, el cantautor centró su presentación en los temas de Únicos, su más reciente producción, aunque nos consintió con algunos clásicos de su repertorio, como “Control” o “Náufrago”, que sacaron llantos de sus fans más clavados. Una de las grandes sorpresas de la noche, y que se venía cocinando desde antes en las redes del festival, llegó con “Loco” y la presencia de Caloncho en el escenario para consentir a todos los que pedían su participación. Fue justo tras este tema que las palabras de Siddhartha hicieron eco de lo que estaba siendo la noche: “Este festival es para todos los que queremos dejar de ser anónimos. Para todos los que están aquí apoyando a las propuestas que a base de trabajo hemos logrado salir adelante. Pero sobre todo para todos los que creyeron en estas propuestas y nos tienen aquí”.

Y es que es cierto. A pesar de que no necesariamente fue un festival de música independiente, prácticamente todos los actos presentes empezaron de cero y solo apoyándose entre ellos fue que llegaron a ser lo que son. Produciéndose unos a los otros, siendo músicos invitados en sus discos, llevando el booking y management de varios de los proyectos por su cuenta y organizando festivales de cero fue que pudieron llegar a tener un público que los soportara. No es sorpresa que todos los músicos fueran amigos entre sí ni de la misma ciudad. Más allá de una situación de palancas o compadrazgos, la historia de las bandas que hicieron vibrar el Pepsi Center es una de trabajo duro y colaboración; algo que debería de ser ejemplo para muchas escenas crecientes que muy pronto podrían estar encabezando su propio festival.

El ambiente festivo terminó con los chicos de Mylko, a quienes hemos podido ver un par de veces y nunca nos han decepcionado, que con sus beats prepararon el terreno para recibir a Los Amigos Invisibles. La noche se llenó de ritmo y sabor con los venezolanos que cada vez se sienten más en casa. Pese a que mucha gente dejó el recinto tras la presentación de Siddhartha, el ánimo se sentía más emotivo que nunca. Con su fusión de ritmos y siendo unos de los grandes consentidos por el público mexicano en los últimos años, “Chulius” y compañía no tuvieron piedad con aquellos que ya estaban cansados tras un día lleno de música y nos exigieron el último aliento. Dejando todo en el escenario, fueron el cierre perfecto para una jornada que fuera de darnos la típica experiencia festivalera, nos hizo darnos cuenta que el talento latinoamericano tendría que ser todo menos anónimo.

Die Antwoord en el Pepsi Center WTC

Energía por doquier con Die Antwoord.

La locura azotaba las inmediaciones del Pepsi Center WTC desde muy temprano. Era la emoción por tener nuevamente una presentación de Die Antwoord en nuestra ciudad; también influía la súbita tormenta y granizada que caía estrepitosamente. Y, aunque la gente buscaba rápidamente refugio para evitar mojarse, no tenía ni idea de que saldría empapada en sudor al terminar este concierto.

BrunOG enciende los ánimos con sus beats urbanos. Inunda con trap, hip hop y rap cada centímetro del Pepsi Center. A pesar del retraso al iniciar su presentación, se gana a un público que parecía no conocerle.

“PLAY”, una palabra con diferentes significados según el contexto en el que sea usada, se proyecta a lo largo de un conjunto de pantallas montadas de manera escalonada; mientras, acordes oscuros y luces de colores fríos cubren el escenario. De pronto, el cántico de los monjes se hace audible; rostros deformes se muestran y causan escalofrío entre los espectadores.

Dj Hi-Tek, en una faceta diferente en la que se autonombra GOD aparece desde abajo de su consola. Suelta la pista telonera “We Have Candy” para que Ninja y Yo-Landi hagan su aclamada entrada y comienzan a escupirle rimas al micrófono.

Las pantallas se transforman en una pirámide, en la base se lee “ZEF”. A través de ellas aparecen visuales hipnóticos.

El descontrol inicia, “Fatty Boom Boom” rompe la primera capa de nuestro cráneo con el fin de enloquecernos. Bailamos sin pudor, nos arrojamos hacia adelante para mantenernos lo más cerca a los sudafricanos. La temperatura sube. El espacio entre los cuerpos es mínimo; pero, ¿qué importa? “Girl I Want 2 Eat U” transforma la pista en un perreo gigante.

Un intermedio de beats dan oportunidad de que Yo-Landi y Ninja cambien de vestuario. Aparecen, ahora, con trajes encapuchados de color amarillo, con una cápsula bordada en la espalda; tocan “Love Drug” por primera vez en la CDMX. Mientras, un par de bailarinas contonean sus cuerpos con mucha energía y sensualidad.

La gente está enloquecida. No hay un alma que no esté gritando, se ven, incluso, niños pequeños emocionados (asustados) por lo que sus sentidos están presenciando. “Banana Brain”, “Ugly Boy”, una versión corta de “Dazed and Confused” y “Cookie Thumper!” continúan con el concierto. Tras varios cambios en el vestuario entre canción y canción, vemos volar sobre nosotros a Ninja en varias ocasiones, sumen la sensualidad que derrocha Yo-Landi con sus diminutos atuendos.

Lo mejor esta por venir. Luego de acortar “Fat Faded Fuck Face”, GOD tumba el recinto con “Baby’s On Fire”. El público reacciona sin mesura, intenta rapear cual sudafricano, lleva la garganta a tope cuando intenta cantar el coro.

Sin un momento de pausa, “I Fink U Freeky” hace temblar la pista, seguida de “Happy Go Sucky Fucky”, momento ideal para soltar todo el estrés y gritarle al mundo: FUCK YOUR RULES.

Finalmente, el último tema previo al encore suena, “Never Le Nkemise” termina por llenar nuestras playeras de sudor y cada miembro de Die Antwoord, incluso las bailarinas, se toman un minuto para escuchar a su público que ovaciona esta gran presentación.

Aprovechando el receso para recuperar un poco de oxígeno, la gente pide otra canción más. Die Antwoord cierra su presentación de manera bastante emotiva. Yo-Landi y Ninja, tomados de la mano y abrazándose cantan “I Don’t Care”. Finalizan el concierto con “Enter The Ninja”, a la par, coloridos papeles caen sobre nosotros, por lo que una amplia sonrisa se dibuja en nuestro rostro. En pantalla aparece “GAME OVER”, palabra antagonista de esta noche. Esperábamos un show más duradero.

Tuvimos lo que tanto demandábamos: un show en solitario de Die Antwoord. Personalmente, me atrevo a asegurar que éste ha sido el mejor acto que han dado en la CDMX, pues, con poco más de cinco años encima desde la primera vez que los vimos en el Corona Capital 2012, la energía y explosividad no ha decaído ni un poco. El material visual ha aumentado notablemente en calidad y cantidad y, el hecho de sumar a miles de fanáticos cantando a una sola voz crea una experiencia de euforia colectiva.

At the Drive−In en el Pepsi Center WTC

La explosión de una bomba de tiempo llamada At the Drive−In.

At the Drive−In es aquella máquina experimental que fue creada para subsistir de 1994 a 2001. Detuvo su funcionamiento (aunque sus piezas no estuvieran averiadas) para accionar sus signos vitales casi 17 largos años después con la creación de in*ter a*li*a.

Este nuevo álbum editado este presente año, los trajo por primera vez a un país llamado México: 17/05/2017 en Pepsi Center WTC (nótese la carga de numeralia). Se dice que el 17 representa el principio de la inmortalidad, el progreso de las ideas y, la iluminación.

Allí estuve. Puntual, en el recinto ya mencionado, para no perderme el acto inaugural a cargo de Le Butcherettes. Prendieron el ambiente con una selección musical que tuvo interpretaciones oldies como “I’m Getting Sick of You” y, nuevas como “Shave the Pride”, sólo por mencionar algunas.

Su presentación se centra en el performance de Teri Gender Bender. Al principio apareció con un overol y, conforme avanzaba el show, recita, se sacude, bailotea, se desprende del atuendo y queda luciendo un vestido rojo, color que da personalidad a su reciente álbum A Raw Youth (2015). Fue un show total, la transmutación de Teri es el catalizador de la energía en el escenario.

Por fin, la mancuerna y leyenda de Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala pisaba el escenario del Pepsi Center. Estuvieron acompañados por Paul Hinojos en el bajo; Tony Hajjar en batería; y, Keeley Davis (quien suple al gran Jim Ward). Grandes músicos con más de siete vidas que han creado no sólo a The Mars Volta, sino proyectos alternos en conjunto y de manera individual. Por fin estaban por estas tierras.

Sonaron las maracas en manos de Cedric, señal de que se aproximaba “Arcarsenal”. Se hizo un oleaje entre la gente y, todos (me incluyo), fuimos empujados hacia adelante del escenario. Se dio rienda a la locura y al desenfreno.

El nivel de concentración en Omar Rodríguez en su papel de guitarrista y guía de la banda es admirable. En conjunto con la peligrosa habilidad de Cedric para adueñarse del escenario y propiciar el crowdsurfing (poniendo él mismo el ejemplo), les permitió demostrar todo con hechos: son destrucción pura.

“Cómo están, chamacos y chamacas...”, saludaba Bixler-Zabala empleando un ademán vulcaniano (original de Spock).

Cedric es un indómito personaje que hace malabares ingeniosos con el micrófono, gracias a su perfecta condición física. Su fuerza arrolladora no conoce límites, desafortunadamente quita todo a su paso para lograr su explosión incluso agredió a fotógrafos profesionales como Toni François.

La ultraviolencia se arraiga en pleno siglo XXI. Está presente en todos los ámbitos, desde lo sociopolítico hasta lo artístico. Para ATDI es parte fundamental de sus presentaciones.

La detonación de (la bomba de tiempo) At the Drive−In en México resultó todo un éxito. La entrega de la agrupación fue brutal. La selección de temas merodeó por toda su discografía. “Napoleon Solo” fue la más coreada, justo antes de despedirse con la inconfundible, “One Armed Scissor”.

Al final, volaron en el aire algunos obsequios. Lupe, quien se encontraba a un costado, fue afortunada al cachar una baqueta, no sin antes enfrentarse a un grupo de seis personas que la agredieron para poder obtenerla; pero no. Lupe se aferró con todas sus fuerzas y obtuvo la victoria.

Epica en el Pepsi Center WTC

La marcha de los Titanes en el Olimpo, Epica.

Aún recuerdo la primera vez que escuché a Epica. Yo era una joven e ingenua metalera de 20 años que, en una noche de desamor, buscaba en YouTube canciones para complementar su bagaje musical, ya que para un metalero nunca es suficiente en cuanto a música se refiere. Encontré la canción con el título que describía perfectamente lo que yo estaba pasando en ese momento –si me has leído con anterioridad, sabes que yo soy una persona enamorada del amor y de la música, así que, sí, siempre estoy en líos amorosos… ¡ja!–.

“Cry for the Moon” empezó lentamente. El sonido de un violín agonizante, unas percusiones fúnebres; de pronto, el lamento profundo de una mujer que, sin decir nada, expresó el dolor lacerante que yo sentía. Y, lloré por la luna inevitablemente.

Años después, tuve la oportunidad de ver a la banda por primera vez en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México y, fue un gran show. Recuerdo a una Simone Simons con voz célica que controlaba completamente el escenario y el latido del corazón colectivo. Fue una ejecución impecable a cargo de Mark Jansen (guitarra), Coen Janssen (teclado y sintetizador), Isaac Delahaye (guitarra), Ariën van Weesenbeek (batería) y Rob van der Loo (bajo). El ambiente fue mágico en tan majestuoso recinto; transformó a todos y, conquistó el corazón de los metalheads mexicanos. Sin duda alguna, Epica es una banda mexicana honoris causa.

Los alrededores del Pepsi Center estaban repletos de sombras que esperaban impacientemente el tour The Mexican Principle; la emoción se inhalaba. Para muchos era su primer concierto y se notaba, me dio ternura; para otros, los veteranos, era el gusto de estar. Para los más, desconozco las razones; pero, el destino y el metal no se equivocan.

A las 21:00 H todo se volvió oscuridad. Unos rayos azules iluminaron el escenario por donde cada uno de los músicos salió, hasta que, al final, la reina del juego de ajedrez hizo acto de presencia; los gritos ahogados retumbaron. “Edge of the Blade” y “A Phantasmic Parade” iniciaron con el show. Dobles pedal, solos de guitarra, guturales y, headbanging.

“Muchas gracias Mexico City. Are you ready for Epica? ”, fueron las palabras que profirieron los labios de Simone. “Sensorium”, canción de su álbum The Phantom Agony, estalló en nuestros oídos para regresar al pasado, y al disco que a mí más me gusta de la banda holandesa.

“The Essence of Silence”, “Unleashed”, “Fools of Damnation”, “The Obsessive Devotion”, transcurrieron en medio de una batería potente y violenta, un bajo preciso y, unas guitarras bélicas acompañadas de los guturales de Jansen. Mientras, la batalla era librada en medio de muerte y desolación.  

“Ascension”, “Dancing in Hurricane”, “Once Upon a Nightmare” y “Unchain Utopia” sonaron a la par de la marcha de los Titanes del Olimpo. Las guitarras cruzaban el espacio como trueno; la luz del alma de cada uno iluminó la noche.  

Llegó el momento del reencuentro, los violines y las percusiones sonaron, los presentes cantamos ese eco profundo de dolor y Simone nos hizo coro. La gente entonaba “Cry for the Moon” como himno nacional. Siempre igual, siempre bella, siempre emotiva.

Para terminar, “Sancta Terra”, “Beyond the Matrix” y “Consign to Oblivion” dieron la estocada final a un público eufórico, embelesado y feliz.

El show fue todo un éxito. Las sonrisas en los rostros hablaban por sí solas; pero, hice una reflexión acerca de esta agrupación que me hizo enchinar la piel desde la primera vez que la vi.

La vida me ha dado la oportunidad de ver a Epica en varias ocasiones, y eso me brinda la perspectiva para decir que su show se ha convertido en algo repetitivo, gastado y cero emocionante. Creo que tienen todos los elementos para reinventarse, crear expectativa, producir algo nuevo y diferente; pero, están estancados en lo que ya les dio resultado. Eso mata el corazón de las personas que tenemos años siguiéndolos.

Los cambios siempre son buenos, la vida nunca se queda estática, nunca es igual. La música y las bandas tienen que evolucionar y lograr que el público sienta eso que experimentó la primera vez que los vio en vivo. Digo, si es que quieren seguir viviendo para contar su propia historia.

Die Antwoord regresa a la CDMX

El proyecto sudafricano Die Antwoord vuelve a México con música nueva.

El próximo 22 de mayo, la agrupación sudafricana integrada por Yolandi Visser, Ninja y God, regresará a la Ciudad de México para promocionar su más reciente álbum de estudio: Mount Ninji and da Nice Time Kid.

La cita para ver a Die Antwoord será en el Pepsi Center WTC ubicado en la calle Dakota en la colonia Nápoles. Los boletos están a la venta a través del sistema Ticketmaster así como en las taquillas del venue.

Aquí te dejamos los precios (que no incluyen cargos por servicio).

General – $660
VIP – $950
Upper Deck – $550
Lounge – $1,250

Die Antwoord siempre se ha caracterizado por sus enérgicos y controvertidos shows y, ahora que traen nuevo material discográfico, no hay excusa para que te pierdas de esta presentación. Escucha el nuevo material completito aquí  y prepárate para el baile.

ACTUALIZACIÓN: Se ha confirmado que los boletos para este evento ya están agotados. ¿Alcanzaste el tuyo?