Parece que fue ayer cuando Dylan Baldi se encerraba en el sótano de sus padres para grabar las primeras canciones de lo que sería Cloud Nothings. La banda de Ohio pisó por primera vez suelo mexicano ante un público que los recibió como en casa. Por una noche, el Pasagüero se convirtió en el hogar de Baldi y compañía.
Sobrios, sin decir una palabra, subieron al escenario a comenzar uno de los mejores shows que ha visto el venue en lo que va del año. “Stay Useless” encendió el ánimo de los presentes que tímidos en un inicio, fueron convirtiendo el centro del lugar en un área de combate. El cambio en el sonido que presentó la banda en Here and Nowhere Else fue palpable al momento que “Psychic Trauma” sonó, el público perdió el control y el slam fue desatado.
Ni los que estaban arriba del escenario ni los de abajo, esperaban lo que se estaba viviendo. El noise-punk de la banda tan consentido en tierras yanqui era bien acogido aquí. El set continuó con un Jason Gerycz reventando el sudor que caía en su batería, un TJ Duke que daba breves vistazos a la audiencia con una sorpresa que no podía ocultar y un Dylan Baldi que continuó con lo suyo, colocando su mirada en el vacío, como acostumbra.
De pronto el bar ubicado en Motolinía 33 parecía convertirse en un tugurio underground norteamericano. Unos cuantos se animaron a hacer crowdsurfing mientras los fuertes acordes de “Now Hear In”, “Quieter Today”, “Giving Into Seeing” y “Pattern Walks” recordaron el por qué la banda recibió el reconocimiento a “Mejor Música Nueva” en Pitchfork. Los temas melódicos de la anterior producción Attack on Memory tampoco fueron olvidados, como “Fall In” o “Cut You”.
Aunque el recinto no llegó a su máxima capacidad, quizá por la lluvia perenne o por la reciente aparición del grupo en el gusto mexicano, los espectadores extasiados cantaron al unísono “I’m Not Part Of Me”, primer sencillo de la cuarta placa de estudio.
Breve pero férreo. El concierto de una hora culminó con la caótica “Wasted Days”. “¿Otra?”, preguntó Baldi para dar paso al encore con “No Future, No Past”.
Cloud Nothings es una banda que ha sabido pulir su sonido, dejando de lado lo melódico para pasar a lo estruendoso. Atrás quedó el sótano, las canciones con sabor emo, los días en que Dylan sostenía el proyecto por su cuenta. Los de Ohio cerraron su gira norteamericana en México y ahora se enfilan a Europa. Sin pensar en futuro o pasado, el momento que se vivió en Pasagüero se quedará en la mente de todos por un largo rato.