Foro: Palacio de los Deportes

Radiohead regresa a México este 2016

La banda originaria de Reino Unido anunció no una, sino dos fechas en México para el mes de octubre.

Las grandes noticias llegan inesperadas, y los grandes conciertos se han ido acomodando entre semana, algo extraño pero constante, como las presentaciones de Rolling Stones en lunes y jueves, la de Guns N' Roses en martes, y en el caso de Radiohead, los días serán el lunes 3 y martes 4 de octubre de este 2016, algo complicado para aquellos seguidores que se encuentran laborando, pero que de igual manera están dispuestos a asistir.

La sorpresa de esta noticia fue la solidaridad que los organizadores tuvieron con el público, pues en esta ocasión no habrá preventa de boleto  y todos saldrán a la venta de manera general el día 16 de marzo, para que la desigualdad sea algo inexistente y todos los fans de Radiohead tengan las mismas oportunidades de compra. Este hecho también pretende ser de mucha ayuda para minimizar las posibilidades de reventa, principalmente porque la adquisición de boletos se limitará a dos entradas por transacción.

Radiohead

Después de anunciar una serie de presentaciones en distintos festivales de renombre (entre ellos Lollapalooza), Radiohead compartió las demás fechas de un gira que los llevará al Roundhouse de Londres, al Heineken Music Hall de Amsterdam y al Madison Square Garden, entre muchos otros recintos de distintas ciudades del mundo.

Desde Oxford y formada por Thom YorkeJonny GreenwoodColin GreenwoodEd O'BrienPhilip Selway, la legendaria agrupación rompe con el descanso de conciertos en vivo que se había tomado desde 2012, y México tuvo la suerte de ser incluido en la lista.

Los precios para ambas fechas son de $550 en la sección E, $1,180 en la sección D, y $1,680 en la pista. La venta de boletos iniciará en punto de las 11:00 H del día miércoles 16 de este mes por medio del sistema Ticketmaster y en las taquillas del Palacio de los Deportes.

Escucha una de las emblemáticas canciones de la banda, para comenzar a emocionarte en lo que llega el gran día.

 

 

Mumford and Sons en El Palacio de los Deportes

Un encuentro con las dos caras de Mumford And Sons.

And I will wait, I will wait for you, and I will wait, I will wait for you”. Apenas corre la segunda canción de la primera visita a Latinoamérica de Mumford And Sons, y el Palacio de los Deportes retumba con el canto de las miles de personas que parecieran llevar años con un nudo en la garganta esperando cantar los temas que han posicionado al cuarteto londinense como la banda más importante de folk de la actualidad.

Todo comenzó cerca de las 20:30 horas; un viejo amigo de la banda fue el acto invitado para comenzar con la música. Acompañado de un baterista y un bajista dueño de la barba más larga del lugar, Willy Mason deleitó al poco público que ya hacía presencia en el domo. Con blues y country perfecto para un viaje en carretera, el cantautor de 31 años pasó a retirarse con una gran sonrisa causada por la gran ovación que el público le regaló.

Ya con un Palacio de los Deportes lleno (menos la sección E que no fue abierta), las luces se apagaron y el estruendo se hizo presente con “Snake Eyes”, corte que abrió el show y que pertenece a Wilder Mind, álbum que Mumford and Sons se encuentra promocionando actualmente. Así, se dio la pauta para lo que sería un concierto lleno de contrastes entre la era eléctrica de la banda y su faceta acústica, la favorita de los fans. 

El setlist tuvo una mezcla de canciones nuevas y canciones de sus dos anteriores discos, y a pesar de que la respuesta del público fue increíble al escuchar en vivo “Wilder Mind”, “Tompkins Square Park” o “Believe”, canciones que hicieron del recinto un espectacular mosaico lleno de luces de celular, los mejores momentos de la noche se dieron al revivir los recuerdos que yacen dentro de Sigh No More y Babel.

Esas mismas canciones que han hecho temblar los cimientos de lugares como Glastounbury, Reading Festival, la Arena 02 y que próximamente lo harán en el histórico concierto que dará la banda en Hyde Park en julio, hicieron que el Palacio de los Deportes se convirtiera en un corazón gigante que latía al unísono de la guitarra acústica y del bombo con el que Marcus Mumford lideraba lo que pareciera una enorme orquesta que tocaba como si fuera el concierto más importante de sus vidas.

Las personas pueden quedar vulnerables al sonar el primer acorde de una canción que les haga revivir un momento bueno o malo de su vida: sólo las canciones pueden lograrlo. Justo eso fue lo que pasó cuando “I Will Wait”, “Awake My Soul”,  “Roll Away Your Stone”, “The Cave” o “Little Lion Man” sonaron sin tregua alguna y crearon un ambiente lleno de festividad, alegría, euforia, suspiros, cervezas volando, chicas en hombros, gente bailando, abrazos y gestos entre el público que hacía notar que revivían en cada frase recuerdos atorados en el tiempo.

Dos de los momentos que más se recodarán de la primera visita de Mumford And Sons a México serán cuando Marcus, justo cuando interpretaba la canción “Ditmas”, bajó con el público pero no sólo a saludar, también a cantar con ellos dentro, muy adentro de la pista, lo cual provocó que ante la euforia de la gente, tardaran varios minutos en sacarlo de la multitud. El otro momento se dio después del encore en donde, para sorpresa de todos, Marcus, Ted, Winston y Ben –quien salió envuelto en una bandera mexicana– aparecieron justo a lado de la consola para interpretar casi a capela “Cool Arms”.

En una entrevista que la banda dio a una radiodifusora de nuestro país, uno de sus integrantes decía en tono de broma que su concierto en el Palacio de los Deportes sería mejor que el que recientemente dio Madonna en el mismo recinto. Y después de escuchar un épico cierre con “The Wolf”,  Mumford and Sons nos hizo entender en carne propia el por qué de su posición.

Iron Maiden en El Palacio de los Deportes

La emblemática banda británica, Iron Maiden, regresó a México con su “The Book of Souls World Tour 2016” para complacer a sus fans con una buena dosis de poderoso metal.

Con un lleno absoluto en la primera de sus dos fechas programadas en la CDMX, Iron Maiden se apoderó del Palacio de los Deportes el jueves 3 de marzo para convertirlo en la sede perfecta de una fiesta demencial que inició con las intervenciones de The Raven Age, joven agrupación del hijo de Steve Harris (bajista y fundador de Iron Maiden) y de Anthrax, uno de los máximos exponentes del thrash.

Mientras la gente seguía llegando luego de una buena presentación de The Raven Age, el escenario fue para Anthrax y para su brutal setlist que funcionó como el pretexto perfecto para armar un enorme slam de principio a fin, al ritmo de los riffs de "Caught in a Mosh", "Madhouse" y "Antisocial""México, hicimos un nuevo álbum que se llama For All Kings y es tan heavy que se van a cagar", advirtió el guitarrista Scott Ian antes de ejecutar "Evil Twin". Joey Belladonna y compañía se despidieron de los asistentes con “Indians”, dejando todo listo para lo que estaba a punto de suceder.

Con “Doctor Doctor” de UFO como introducción, las luces del Domo de Cobre se apagaron mientras en las pantallas gigantes se proyectaba un video en el que el Ed Force One (el avión de Iron Maiden) era impulsado desde las profundidades de un misterioso bosque por una mano gigantesca que emergía desde el suelo. Bruce Dickinson apareció en medio de una escenografía que recreaba un templo antiguo y el ritual del “Libro de las Almas” comenzó con una primera página que fue escrita con "If Eternity Should Fail", "Speed of Light" y "Children of the Damned"  entre llamaradas de fuego, impresionantes juegos de luces y un fondo que cambiaba con cada tema, ofreciendo una diversidad de imágenes con el mítico Eddie (personaje representativo del grupo) como protagonista.

El líder de Iron Maiden y el resto de sus compañeros aprovecharon cada oportunidad que se les presentó para lucirse con sus respectivos instrumentos y hacer toda clase de malabares con ellos al tiempo que recorrían todo el escenario mostrando lo cómodos que se sentían estando en ese lugar y haciendo lo que mejor saben. Mientras los fans se mostraban eufóricos con cada canción que sonaba, Dickinson aprovechaba algunas pausas para dirigirse a ellos pidiéndoles más emoción al llamado de "griten para mí, México" y mostrándoles gratitud con un "es grandioso estar aquí, bienvenidos a The Book of Souls".

Con “The Trooper” llegó uno de los mejores momentos de la noche: todos cantaban y el buen Bruce estaba en lo más alto del escenario ondeando orgullosamente la bandera de Gran Bretaña. Posteriormente, en “Powerslave”, el vocalista decidió usar una máscara de Blue Demon a manera de tributo a la lucha de libre. "Hallowed Be Thy Name", "Fear of the Dark" y "Iron Maiden" marcaron el supuesto final de la noche con todo y la amenazante presencia de un Eddie enorme que se movía a lo largo del escenario, como si estuviera buscando alguna víctima.

Tan sólo pasó un minuto y Iron Maiden regresó con su clásico “The Number of the Beast”, teniendo las mismísimas llamas del infierno de fondo y con la compañía de la infame bestia en forma de una enorme figura inflable. "Ok, bueno, ¿qué vamos a hacer ahora? Mis amigos, nosotros amamos México y ustedes son parte de la familia Maiden", fueron las palabras de un emocionado Bruce Dickinson al presentar “Blood Brothers”. El cierre del concierto llegó con “Wasted Years” y todos los asistentes se fueron complacidos tras ser testigos de una gran presentación en vivo, a pesar de que faltaron temas indispensables como “Run to the Hills”.

Caifanes en El Palacio de los Deportes

Del fervor guadalupano al ritual caifán.

Las calles de la Ciudad de México estaban adornadas con motivo del festejo del día de la Virgen de Guadalupe. En las avenidas cercanas al Palacio de los Deportes podían verse a miles de peregrinos caminar para llegar a la Basílica. Al mismo tiempo, otro peregrinar poco a poco se iba dando cita para ser testigo de uno de los conciertos más potentes y concisos que ha dado Caifanes desde su regreso en 2011.

La raza, como suele llamarle Saúl Hernández a los seguidores de Caifanes, se fue acomodando en sus lugares. Algunos reflejaban el paso de los años con sus barrigas cheleras, y una que otra calva predominaba en el público, el cual —como si fuera el uniforme de la selección nacional— portaba con orgullo alguna playera con motivo de Caifanes. Ahí estaban presentes, con la misma ilusión y éxtasis de ver a sus ídolos de finales de los ochenta y principios de los noventa, como si fuera la primera vez, sumados a una nueva generación de niños y adolescentes que también han tomado a Caifanes como parte importante de sus vidas.

“Este no es un concierto, es un sueño”, así lo dijo Saúl después de un inicio sin tregua con “Debajo de tu piel”, “Para que no digas que no pienso en ti” y “Miedo”. Y tal y como sonaran en 1988, un set dedicado a su disco debut erizó la piel y detuvo el corazón de todos los asistentes con “Te estoy mirando”, “Cuéntame tu vida” y “Viento”. En las pantallas se proyectaban imágenes de recuerdos del cuarteto, tanto boletos y flyers de conciertos antiguos como fotografías de aquellos jóvenes Caifanes dark, mientras las lágrimas de uno que otro fan corrían al compás de cada acorde.

El ritual caifán esta vez fue diferente, ya que canciones que hacía mucho no sonaban en vivo volvieron a hacer retumbar el Domo de Cobre. “Metamorféame”, “Hasta que dejes de respirar”, “Amárrate a una escoba y vuela lejos” y hasta el folclor de las jaranas de “Mariquita” se hicieron presentes, y clásicos como “Ayer me dijo un ave” y “Afuera” sonaron en versiones diferentes a la original, siendo un regalo de oro para los fans de corazón.

Con ejecución perfecta y alabados a la menor provocación, Alfonso André cada vez hace sonar mejor su batería, mientras que Diego Herrera —siempre animado y bailarín— pone el alma en cada nota de los teclados y el saxofón. Sabo Romo lleva siempre el ritmo con la perfección de un reloj suizo y Saúl Hernández, que cada vez tiene menos voz, canta más con el corazón; los 18 000 fans que abarrotaron el recinto, lo acompañaron en una sola voz en cada canción. Mención de honor al guitarrista Rodrigo Baills, quien acompaña al grupo desde la salida de Alejandro Marcovich, y vaya que lo hace como todo un dios de la guitarra.

Sin tanto discurso como en otras ocasiones, Saúl Hernández solo invitó a la raza a cuidar de nuestros niños, porque en ellos está el futuro del país. La lluvia de clásicos no paró y pudimos escuchar “La célula que explota”, “Detrás de ti”, “Nubes”, “Antes de que nos olviden”, “Los dioses ocultos”, “Aviéntame”, “De noche todos los gatos son pardos”, “Quisiera ser alcohol”, “Amanece”, “Perdí mi ojo de venado”, “No dejes que”, y para cerrar la noche con toques más épicos, “La negra Tomasa” llegó para poner a bailar a todos.

Casi dos horas y media de concierto, una vida llena de canciones y canciones llenas de vida. Y mientas “Imagine” de John Lennon sonaba en el sonido ambiente, Caifanes se despedía de su raza, aquella que no dejaba de darle las gracias y que esta vez llevó el ritual a otra dimensión.

 

Mumford and Sons viene a México

La banda londinense Mumford and Sons vendrá por primera vez a México.

Creada en 2007 e integrada por Marcus Mumford (líder vocal, guitarra eléctrica, batería), Ben Lovett (voces, teclado, piano, sintetizadores), Winston Marshall (voces, guirra eléctrica, banjo) y Ted Dwane (voces, bajo y contrabajo), cuenta con una discografía integrada por tan solo tres discos de larga duración: Sigh No More (2009), Babel (2012) y Wilder Mind (2015).

Su fama y éxito en los charts mundiales despuntó de manera sorprendente en tan poco tiempo de existir. Ellos han estado en casi todos los festivales internacionales, presentándose con una gran aceptación por parte del público.

Los integrantes de Mumford and Sons están emocionados por anunciar que, por primera vez en su historia, estarán haciendo una parada para tocar en el Palacio de los Deportes de la CDMX el 8 de marzo de 2016.

La venta de boletos se realizará a través de Ticketmaster en www.ticketmaster.com.mx. Asimismo, estarán disponibles en preventa Banamex los días 9 y 10 de diciembre, y la venta general comenzará el día viernes 11 de diciembre a las 11:00 horas.

Precios (sin cargos): 

$1280 general (parados)
$750 Sección D
$350 Sección E

Mumford and Sons

Muse en El Palacio de los Deportes

El Drones World Tour de Muse inicia con un concierto espectacular en la CDMX.

La banda conformada por Matt Bellamy (vocales y guitarra), Chris Wolstenholme (bajo) y Dominic Howard (batería) regresó a México para presentarse en el Palacio de los Deportes durante tres noches; la primera dejó maravillados a todos los que tuvieron la oportunidad de estar ahí, mientras eran parte de una experiencia audiovisual de 360 grados que tenía como punto central un nuevo escenario colocado justo en medio del lugar.

El escenario está compuesto por una parte central que se ilumina y gira en algunas ocasiones, así como por dos largos brazos que se extienden a lo largo y en los que hay varios micrófonos, lo cual permite que el líder del grupo y el bajista vayan de un lado a otro para estar más cerca de sus fans desde todos los ángulos posibles. Además, en la parte superior se encuentra una pantalla esférica que hace posible que todos vean lo que se proyecta en ella y también hay unas cortinas que funcionan como pantallas mientras rodean el escenario.

Después de la sobresaliente intervención de The New Regime como acto abridor, y de que probara que vale la pena ponerle atención a lo que haga, muchos fans emocionados seguían llegando y poco a poco quedaban menos espacios vacíos. Las luces se apagaron, algunos drones bajaron desde lo alto y comenzaron a volar sobre el público. Posteriormente, aparecieron los integrantes del trío británico en plataformas que subían desde la parte de abajo del escenario y en medio de la euforia colectiva se escucharon los primeros riffs de “Reapers”.

Aunque el sonido tuvo fallas en un principio, esto se corrigió en poco tiempo para que los asistentes pudieran disfrutar cada canción como se debe. Matt Bellamy y sus compañeros se entregaron por completo desde el primer minuto de su increíble presentación, la cual fue una verdadera fiesta sonora que fue aprovechada para interpretar en vivo el disco Drones en su mayoría. "Psycho", "Dead Inside", "Supermassive Black Hole", "Starlight", "Madness", "Undisclosed Desires" y "Time Is Running Out" pusieron a cantar a los afortunados que estaban en ese gran momento.

Con una interpretación precisa de principio a fin, la maravillosa “The Globalist” marcó una pausa, luego de la cual Muse regresó para tocar un par de canciones más, siendo “Knights of Cydonia” la que le puso fin a uno de los mejores conciertos de lo que va del 2015 en la CDMX.

Blur en El Palacio de los Deportes

Blur dio uno de los mejores conciertos del año.

“Hace 18 años que no tocamos esta canción. La estuvimos ensayando en el soundcheck”, dijo Damon Albarn a mitad del concierto, antes de que apuntara sus ojos hacia el suelo para seguir en una hoja la letra de “Country Sad Ballad Man”, un rebuscado número del álbum Blur de 1997, el esfuerzo lo-fi que buscaba distanciarlos del sonido britpop que habían ayudado a forjar. En efecto esta canción no se había escuchado en vivo en lo que va del nuevo milenio, y aunque no sea la joya de su colección musical, si fue del amplio agrado de sus fans de hueso colorado, que se encontraron este jueves en el Palacio de los Deportes, y vaya que había bastantes.

Hello Seahorse! hizo los honores de iniciar la noche antes de que el grupo londinense subiera al escenario con puntualidad inglesa, a las 9:30 de la noche, para empezar de la manera que una banda que no necesita el hype lo sabe hacer. Los integrantes salieron caminando con las luces plenamente encendidas. Alex James iba con cigarro en la boca, por supuesto. Todos tomaron sus puestos y Damon preguntó a todo el recinto: “¿Listos?”, para luego arrancar con una versión bien encendida de “Go Out”. Siguieron a lo más reciente con lo más añejo y se vino el segundo sencillo de su carrera “There’s No Other Way” del debut Leisure. Parecía que el público de 20 000 personas —un Palacio de los Deportes lleno— llegaba a su punto máximo de euforia… pero ni de chiste, faltaba mucho por venir.

De The Magic Whip aparecieron otros números como “Lonesome Street”, “Ghost Ship” y “Thought I Was a Spaceman”, donde aparecieron tres bolas disco masivas para ambientar todo el recinto como si fuera un lounge gigante. “Badhead” fue el primer número que llegó desde la era representativa de la banda, desprendido del álbum Parklife (1994), disco que los convirtió en los reyes del britpop a mitad de los 90 (junto con Oasis), y que fue importante en revitalizar la escena musical inglesa hacia los auges de la Cool Britannia de aquella época.

Damon se colgó su guitarra acústica e interpretaron “Coffee & TV” ante el rugido del público, esta vez dejando que Graham Coxon, el compositor de la canción, se llevara la atención en el micrófono. Siguieron con “Out Of Time”, uno de los números más calmaditos de la noche, y el único de Think Tank (2003) —y único disco de Blur sin Coxon—. La interpretación de “Beetlebum” empezaba a ser de consideración para el punto alto de la noche, con el público entero anticipando ruidosamente el inicio de la rola al escuchar los primeros rasgueos en la guitarra de Coxon. Sorpresivamente, otra candidata al punto más alto tendría que ser la comunión que se sintió entre el público y la banda durante “Tender”, una canción que en lo personal siempre he detestado, aparte de que dura como 20 minutos, pero para la ocasión su presencia fue perfecta y el público coreó como hasta ese entonces no había coreado; los miles de celulares prendidos —el encendedor del nuevo milenio— le daban un toque mágico a este pedacito de góspel en plena CDMX.

Damon llamó a varios fans al escenario, algunos disfrazados, ya que no podía faltar “Milky”. Todos bailaron con la banda al ritmo de “Parklife”, lo cual ahora sí llevó a todo el público a su mayor éxtasis hasta ese momento. Cuando el venue se convirtió en un verdadero manicomio, fue cuando tocaron “Song 2”: dos cortos minutos de puro poder y energía que hicieron literalmente temblar al Palacio de los Deportes… es lo que pasa cuando 20 000 personas saltan al mismo tiempo. Terminaron con “To The End” y “This Is a Low” de Parklife para abandonar el escenario por primera vez.

Para el encore empezaron con “Stereotypes” de The Great Escape (1995), pero el público se sentía un poco sacado de onda, así que cerraron con tres grandes madrazos: “Girls & Boys”, “For Tomorrow” —única rola del que algunos dicen es su mejor álbum, Modern Life Is Rubbish—, para acabar con una gloriosa interpretación de “The Universal”. Así acabó uno de los mejores conciertos del año.

System Of A Down en El Palacio de los Deportes

Espectacular retorno de  System Of A Down al Palacio.

En la actualidad, no cualquier banda llena el recinto en el que se presenta; no cualquiera se coloca en la cima de venta de discos. Vaya, no cualquier banda regresa a tocar al mismo país después de 4 años, menos aún después de haber tenido una pausa de casi 5 años en su carrera musical.

Por estas y más razones, sabíamos que el concierto que daría System of a Down en México no sería un evento cualquiera. Muchos fans tendrían la oportunidad de verlos por segunda vez en el Palacio de los Deportes (o quizá por primera vez), y poder desgarrar la garganta (y posiblemente las playeras en un intenso mosh pit) al cantar sus canciones.

Apolo fue la banda encargada de abrir el telón, intentando calentar aún más el ánimo en el público, tocando parte de su repertorio por aproximadamente 40 minutos. Pasadas las 9 de la noche, se apagaron las luces del recinto, encendiendo la emoción y los gritos del público, mientras que Serj, Daron, Shavo y John subían al escenario.

John comienza a tocar su batería, Daron corea "I-E-A-I-A-I-O" acompañado del público, y los brincos y el mosh pit no se hicieron esperar a que Serj comenzara a cantar. Sin pausa alguna, "Suite-Pee" y "Attack" fueron los temas que la banda californiana soltó hacia su público, mismo que tampoco se dio descanso.

Shavo, luciendo un jersey azul número 22, mostraba un poderoso semblante pues es uno de los mejores bajistas de la escena, mientras interpretaban "Prison Song" y "Know". Los primeros temas que más retumbaron en las voces de los asistentes llegaron: "Aerials", "Soldier Side - Intro" y "B.Y.O.B.", haciendo vibrar el recinto, incluso en las gradas, donde pese a no poder liberar energía al golpear cuerpo a cuerpo al vecino, el headbanging y los brazos agitándose al ritmo de cada tema se veían en cada resquicio del lugar.

System of a Down demostró sobre el escenario la gran categoría de banda que son, estando siempre en contacto con su público al tocar cada uno de los 31 temas que conformaron su setlist. Momentos épicos se vivieron en canciones como "Darts", "Radio/Video", "Hypnotize", "Deer Dance", "Bounce" y "Psycho".

"Chop Suey!", canción que fue la reina de la noche al unir a más gargantas a la vez, además de ser la antesala a "Lonely Day", donde Dart pidió guardar silencio en memoria del padre de Shavo, mismo que falleció antier; Odadjian mostró muchísimo profesionalismo al interpretar con gran sentimiento el tema, al momento que el llanto lo invadía.

El show debe continuar, así que Serj hizo gala de su gran control vocal y gutural en temas como "Vicinity of Obscenity", "Spiders" y "Cigaro". Como siempre, el público mexicano pedía más y más temas, por lo que el cierre de la noche nos robó el resto de nuestra energía, haciendo sonar en todo lo alto "Toxicity" y "Sugar".

Un concierto que definitivamente es de lo mejor que se ha visto en este año, tanto por la gran convocatoria –incluso sin haber generado nuevo material musical– espectacular producción y gran repertorio y ejecución de la banda, que nos dejó a todos los asistentes más que satisfechos y con una amplia sonrisa.

 

Iron Maiden en México

La banda británica de heavy metal, Iron Maiden, llega a tierras aztecas el próximo 1 y 3 de marzo como parte de su gira "Book of Souls World Tour".

La leyenda del rock, Iron Maiden, regresa a territorio mexicano el próximo año para presentar su más reciente disco Book of Souls, el cual debutó en el número uno de las listas de popularidad en nuestro país. Los integrantes de la banda han decido llegar a bordo de su enorme Boeing 747-400 jumbo jet llamado Ed Force One, que será piloteado por el mismísimo vocalista Bruce Dickinson.

La banda británica de heavy metal llegará a nuestro país el próximo 1 de marzo de 2016 para hacer una escala primero en el Auditorio Banamex en Monterrey, y posteriormente el 3 de marzo se presentarán en el Palacio de los Deportes de la CDMX. Los boletos para ambas presentaciones estarán disponibles en preventa Banamex el próximo 12 y 13 de octubre, mientras que la venta general comenzará el 14 del mismo mes.

En un comunicado de prensa, Bruce confesó que cada vez que visitan nuestro país realmente lo disfrutan, ya que los seguidores mexicanos son fantásticos. "No podemos esperar para regresar a la gira. Maiden se nutre de las giras, de salir y estar frente a los fans, es lo que más disfrutamos. Cuando comencemos a finales de febrero en Estados Unidos, habrán pasado 19 meses desde nuestra última presentación en Sonisphere de Reino Unido, así que estamos ansiosos de regresar. Será un sentimiento grandioso abordar nuestro nuevo jumbo jet con nuestro staff y nuestro equipo y dirigirnos a todo el mundo para estar sobre el escenario para ustedes".

Con respecto al seltlist que tocarán, Bruce Dickinson ha dicho que aún no lo tienen preparado y no lo tendrán hasta que comiencen con los ensayos, pero expresan estar muy emocionados por tocar en vivo algunas de sus canciones nuevas. Debido a que ha pasado mucho tiempo desde que Iron Maiden ha organizado una gira, seguramente tocarán muchas canciones favoritas de los fans. En cuanto a los invitados especiales, en la gira por México serán las agrupaciones Anthrax y The Raven Age.

Book of Souls es el decimosexto álbum de estudio de la agrupación inglesa, sucesor a The Final Frontier lanzado en 2010. El nuevo disco fue grabado el año pasado en la ciudad de París y contó con la producción de Kevin Shirley. Además, fue lanzado en versión doble. Lo más reciente que hemos podido escuchar de Book of Souls es el tema "Speed of Light", una melodía que se dio a conocer junto a su clip al estilo videojuego.

ACTUALIZACIÓN:

La segunda fecha será el 4 de marzo y la preventa Banamex será el 3 de noviembre. Los boletos salen a venta general el 4 de noviembre a las 11:00 horas.

Ticketmaster

Caifanes en el Palacio de los Deportes

Caifanes regresa a la Ciudad de México para ofrecer un emotivo y poderoso concierto en el Palacio de los Deportes.

Sin duda, su legado musical se ha esparcido por todos los rincones del país. Hoy en día no hay grupo, solista o proyecto nuevo, que no haya sido influenciado por la música de Caifanes, banda de rock mexicana que estuvo activa de 1987 a 1995 y que volvió a escena a partir de 2011, logrando convocar a más de dos millones de seguidores.

Su primer concierto fue el 11 de abril de 1987, Caifanes lo relata así:

"Recordamos el ambiente que nos rodeaba, un ambiente nuevo en sensaciones y espacios. Aunque todos ya habíamos participado en "tocadas" (no precisamente conciertos) esa tocada sería diferente. Había cierto misterio y asombro, algo muy poderoso.

"Sabo llegó un día a mi casa, relata Saúl, a decirme que ya teníamos una tocada. Nuestra primera tocada sería en Rockotitlán. De ahí mismo, le marcamos a Diego. Nuestras eternas compañeras de lucha ya estaban listas “Mátenme porque me muero”, “Será por eso”, “Amanece”, “Cuéntame tu vida”, prácticamente todo el primer disco ya estaba vivo, aunque no estaba grabado todavía. Con canciones dirigidas y hechas nuestras, nos subimos por primera vez ese 11 de abril de 1987 al pequeñito pero inmaculado escenario de Rockotitlán".

Así, en ese escenario, el rock mexicano dio luz a una banda llamada Caifanes. Una banda que va más allá de los lugares comunes o los estereotipos. Una banda que se aleja del protagonismo y busca simplemente su identidad; su propio espacio en el tiempo. Aunque la evolución y los cambios siempre han sido parte de su historia, las constantes nunca han cambiado: la música y la entrañable magia que varias generaciones comparten.

La venta de boletos ya está disponible a través del sistema Ticketmaster y en las ventanillas del inmueble. Por lo pronto te dejamos con su sencillo “Los Dioses Ocultos” para que vayas calentando motores y te prepares a cantar temas como: "Mátenme porque me muero", "Viento", "La célula que explota", "Detrás de ti", "Nubes", "No dejes que" y mucho más.