El público se rindió ante Radiohead.
Uno de los días más esperados desde 2012 había por fin llegado: Radiohead regresaría a México para presentar su más reciente material, A Moon Shaped Pool a su fiel público mexicano, esta vez con dos fechas en el Palacio de los Deportes. Shabazz Palaces, la agrupación de hip hop experimental de Seattle, se encargó de encender los ánimos. Sus profundos beats y las percusiones emitidas por unas congas lograron su cometido.
Al culminar su presentación, los ánimos y la desesperación de muchos se hacía notar, pero Radiohead no hizo esperar mucho a sus seguidores, pues a las 9:10 las luces se apagaron y se empezaron a escuchar los primeros acordes de “Burn The witch”. Ninguno pudo contener los gritos y los aplausos al finalizar esta canción pero la calma se exigió por sí sola al escucharse el emotivo piano de “Daydreaming”. Al igual que el orden del disco, siguieron “Desert Island Disk” y “Ful Stop” y a pesar de que no son sencillos, fueron bien recibidos por los fans.
Sin embargo, los gritos no se compararon con los que la gente soltó al sonar la memorable guitarra de “My Iron Lung”, uno de los clásicos del grupo. La ejecución fue maravillosa: el “scratch” de la guitarra de Thom Yorke, los cambios de velocidad, el público se rindió y dejó que sus cuerpos se movieran solos. La emoción continuó al comenzar “The National Anthem”, tema incluido en su álbum Kid A.
Un momento de paz llegó cuando un piano fue llevado al centro del escenario y tocaron “All I Need”. La melancólica melodía fue coreada por todos los presentes. La siguiente fue "Pyramid Song", con su peculiar métrica y singular batería.
Para continuar, la banda interpretó “Bloom” y “Separator”, piezas provenientes del experimental The King of Limbs y después “Identikit” y “The Numbers”, temas de su nuevo disco. Con “Bodysnatchers” y “Feral” la gente enloqueció, vasos de cerveza volaban pero todo parecía que a nadie le importaba.
La tranquilidad regresó con “Nude”, una balada que sin ningún esfuerzo conquistó los corazones de los asistentes, quienes al unísono cantaron “You’ll go to hell for what your dirty mind is thinking”. No obstante la paz que trajo esta canción fue interrumpida por dos clásicos, “Everything In Its Right Place”, que fue unida con “Idioteque”. Los fans enloquecieron ante este momento bailable de la noche. Al terminar, la alineación se despidió y se fueron.
La gente no dejó de gritar para que regresaran, hasta que los integrantes subieron y tocaron la joya de OK Computer, “Let Down”. Continuaron con “Present Tense”, incluido en su última placa discográfica y luego le siguió “Reckoner” de In Rainbows. Después llegó, “Planet Telex” de su álbum de 1995, The Bends, y con “Weird Fishes/Arpeggi” dijeron adiós nuevamente.
Tras unos minutos, la agrupación regresó por segunda vez al escenario para deleitar al público con “Fake Plastic Trees”, que no figuraba desde hace bastante tiempo en sus shows. La melodía fue cantada por todos quienes no dudaron en encender las linternas de sus celulares para hacer de este el highlight de la noche, sin duda, a más de uno se les enchino la piel mientras sollozaban “If I could be who you wanted”.
A sabiendas de que los setlist de Radiohead son muy random y que su repertorio es bastante amplio, siempre es posible encontrarse con alguna sorpresa en sus conciertos, y para fortuna de muchos, comenzó a sonar “Creep”. El tema que todos conocen, pero que la banda seguramente odia fue lo que cada uno de los miles de asistentes estaban esperando.
Así fue como concluyó la primera fecha de Radiohead, que a pesar de no caracterizarse por interactuar de manera directa con su audiencia, expresó sus agradecimientos en diversas ocasiones entre canciones.
Aunque es una agrupación que ya lleva varias décadas, su legado ha logrado tocar a las nuevas generaciones, lo que es la prueba más clara de que ante las adversidades, la música nos acompañará en los mejores y en los más tristes momentos.