Mexifornication: Red Hot, hermano, ya eres mexicano.
El rugido de los vendedores ambulantes en los alrededores del Palacio de los Deportes abarcaba todo el espacio en un intento de vender el tan preciado recuerdo del evento. La euforia de la gente era palpable, y es que cómo no sentirse emocionado si la banda de rock estadounidense Red Hot Chili Pepppers presentaba su nuevo material The Getaway en nuestro país.
Nunca me había tocado estar en la parte de arriba en el Palacio, y desde las alturas la vista es muy diferente a lo que se vive abajo, así que tuve la oportunidad de ver a 21 mil personas moverse, contonearse y acomodarse para ver a sus ídolos. El lugar estaba lleno, la gente estaba preparada y la noche nos dio la bienvenida.
Después de un jam idílico y bien ejecutado, los golpes en la batería de Chad Smith, el bajeo de Michael “Flea” Balzary y la guitarra de Josh Klinghoffer hicieron estallar al público en lo que Anthony Kiedis coronó con su voz como “Around The World”.
“Hola México” salió de la garganta del vocal y la gente vitoreó con aplausos y gritos al vocalista de la banda californiana para darle paso a los acordes casi bíblicos de la guitarra de “Snow”. La magia comenzó a través de nuestros ojos, unas luces colgadas del techo empezaron a bajar, moverse y hacer formas curvilíneas. Destellos amarillos y morados caían como aguacero sobre las cabezas de los asistentes y todos quedamos boquiabiertos.
“Scar Tissue” siguió para hacer cantar a todos y la guitarra de Josh Klinghoffer se convirtió en la protagonista del momento. “Dark Necessities”, canción de su último álbum, sonó y los celulares iluminaron, mientras que el bajo y la batería le daban el toque final.
Nada se respeta más que el amor de las bandas por su público, y los Red Hot se han ganado el amor del público mexicano con su música, actitud y cariño. “Gracias México. Tienen mucho amor y un gran corazón, estamos con ustedes siempre. Gracias por todo lo que nos han dado estos años. We love your fucking country!”, dijo Anthony.
“The Adventures of Rain Dance Maggie” y el bajeo sublime de Flea hicieron su trabajo y todos bailaron. "Encore”, “Blood Sugar” y “Go Robot” continuaron con el espectáculo audiovisual en el que los bajos resaltaban la dualidad entre los sonidos agudos y graves, entre el cielo y el infierno.
Llegó “Californication” y los acordes de la guitarra y la batería comenzaron a trazar el camino. Anthony cantó y todos corearon: “First born unicorn, Hard core soft porn. Dream of Californication”.
Un poco de jazz y progresivo en una interpretación sin límites, ni latitud, con “What is soul”. En el escenario Flea saltaba, Josh headbangeaba, Kiedis, sin playera, corría de un extremo al otro y Chad golpeaba la batería con una fuerza bestial. Es impresionante cómo los años no han pasado por sus almas y me siento afortunada de haber tenido la oportunidad de verlos en vivo así, tan eternos.
El bajo implotó nuestros cerebros y el cover de Stevie Wonder, “Higher Ground”, prendió todo a nuestro alrededor. Pocos pueden hacer buenos covers y ellos lo lograron con este clásico de los 70. “Under The Bridge” comenzó y unió a todos frente a una banda que hizo latir nuestros corazones y corear como hermanos.
“By The Way” y sus movimientos sonoros nos atraparon y todos saltamos; en alma, en cuerpo, todos hicimos slam, y vivimos el momento.
El momento emotivo de la noche llegó y la banda nos regaló imágenes de los rescatistas, de la hermandad y solidaridad de los mexicanos, de Frida, la perrita rescatista; y para culminar, nuestra bandera brilló y muchos soltamos lágrimas porque duele, aún duele. “México, México” nuevamente fue el grito más fuerte, más orgulloso.
La noche se despedía de nosotros con “Goodbye Angels” y “Give it away”, un cierre perfecto.
Todos fuimos parte de la historia una vez más, y yo solo recordé a la niña de 8 años que conoció a los Red Hot por la playera de su primo y ahora los vio en vivo.