Vive Latino Día 1: de regreso a lo básico.
¡Oh Dios! Aquí vamos de nuevo. Un año más del festival que lo inició todo. Así es Vive Latino cumple un año más y esto es lo que pasó, al menos en el primer día.
Incluso antes de que el tema del Coronavirus, se rumoraba que la venta de boletos no iba muy bien para el festival y pues hay que empezar por decir que desde el principio había una sensación de poca gente. Sin embargo esto no impidió que el festival se disfrutara desde el primer minuto en un ambiente que recordó mucho a sus primeras ediciones, quizás por el line up que en sus escenarios principales se llenó de actos que evocaban nostalgia.
Pero ya, dejemos la paja y vayamos a lo importante: la música.
La actividad inició en la Carpa Doritos con dos bandas que en los últimos años la están rompiendo: Say Ocean y Rubytates, ambos, en especial los segundos que aunque la asistencia aún era escasa lograron juntar bastante gente en su presentación. También cabe mencionar que en el escenario vecino tocó El Poder del Barrio, haciendo una de las pocas menciones (si no es que la única) al rebelde del acordeón, recién Celso Piña fallecido el año pasado.
Mientras el escenario principal bailaba cumbia villera con Damas Gratis, en el Telcel, Charles Ans ponía el nombre del hip hop mexicano en alto y demostraba que no existen divisiones ni rivalidades en el género al invitar a Sabino al escenario, dejando atrás esa idea de que existe un “verdadero rap”.
Reyno tocó en el escenario Escena Indio, que a partir de ahorita llamaremos Palillo, para no confundirnos. Su presentación fue muy similar a la que tuvieron en el mismo escenario tres años antes, solo que esta vez con menos gente y al parecer menos ganas.
Por otro lado Bersuit se dedicó a repasar sus canciones más exitosas, en lo que fue un buen show pero que careció de la energía que tenía la banda en sus mejores años, lo que es normal por la edad, tanto de sus integrantes como de sus fanáticos, sin embargo hay que decir que eso no le quitó la calidad y el hecho de que fue uno de los mejores actos del día.
En este momento, ya sin sol y con cerveza en mano, el festival fue que empezó a agarrar forma.
Cuarteto de Nos presentó su nuevo disco en el Palillo, Francisca Valenzuela daba cátedra de talento en el Vero y Vicentico atascó el Telcel, todo esto en un lapso de una hora en tres lugares distintos en un mismo evento. Justo lo que la tarde necesitaba y la preparación perfecta para recibir la noche.
Una de las sorpresas de la noche fue el recibimiento que tuvo Little Jesus en el escenario principal. ¿En qué momento crecieron tanto? Sinceramente es algo que da gusto, es una banda auténtica, joven, que tiene todo para convertirse en el próximo Zoé (en cuestión de relevancia, porque musicalmente tenemos mil Zoes en México y no necesitamos más) y servir como futuro headliner nacional.
Mientras The Cardigans, nos llenaban de nostalgia con “Love Fool” y “Erase/Rewind”, el escenario principal se preparaba para recibir un acto muy especial: El Príncipe, un tributo a José José comandado por Meme de Café Tacvba y que contó algunos de los artistas más relevantes del rock en español. Aquí vamos a destacar dos participaciones sin hacer de menos a las demás pero para no hacer esto tan largo. La primera es la de Andrés Calamaro que aunque no tiene la mejor voz, su interpretación de “Gavilán o Paloma”, fue simplemente espectacular. Por otro lado, hubo un combo que la rompió fue el de Ximena Sariñana, Pato Machete y Alemán, que se rifó con una peculiar versión de “Amnesia”, muy similar a ala que hiciera Control Machete hace más de 20 años.
Para este momento el escenario principal comenzaba a llenarse por primera vez en el día, y el público se alistaba para recibir el acto más esperado del día: Guns N’ Roses, la leyenda del hard rock.
Definitivamente Guns N’ Roses sigue teniendo mucho que dar en el escenario, es verdad que Axel Rose está gordo y perdió esa belleza física que lo adornaba en sus años mozos, sin embargo y para beneficio de todos, lo que el tiempo y los excesos no se llevaron fue su voz y su talento. De la misma manera el talento de Slash sigue intacto, solo que él sí mantiene el porte de su juventud así que ambos son el combo perfecto de un buen rock and roll.
Guns N’ Roses tocó dos horas y media y recorrió toda su discografía, hasta el infame Chinese Democracy, en lo que fue el show más largo en la historia del festival y quizás uno de los mejor ejecutados. “Welcome To The Jungle”, “Live And Let Die”, “Sweet Child O Mine”, fueron coreadas a más no poder, aunque las ganadoras indiscutidas de la noche fueron obviamente “November Rain” y “Knockin’ on Heaven Door”, canciones en las que pudimos ver al máximo las habilidades de Axel, Slash y hasta Richard Fortus que pasó de guitarra rítmica a principal haciendo un solo espectacular.
Así concluyó la primera jornada con rock and roll puro y en su mejor forma, sin duda una de las mejores presentaciones y un final digno para una fecha que tuvo problemas para realizarse pero que al final, aunque no tuvo la misma cantidad de gente que otros años, al final se logró de la mejor manera.
Día 2: El baile venció al miedo.
La segunda jornada del Vive, se vivió con mucho baile y buena vibra a pesar de la situación global y los comentarios negativos que surgieron en redes hacia los asistentes.
La tarde empezó con mucha presencia femenina. De nuevo la Carpa Doritos se encargó de inaugurar las actividades y lo hizo con Girl Ultra, una de las voces más importantes del R&B nacional, quien a pesar de la hora, logró juntar bastante gente.
En el escenario principal las actividades también empezaron temprano y lo hicieron con un par de bandas clásicas del ska latino: primero fue Salón Victoria (o lo que queda de Salón Victoria) y después Desorden Público, ambas bandas recordaron a las primeras ediciones cuando el ska era el género predominante en el Vive.
Mientras, en el escenario Telcel, Madame Récamier daba una muy buena presentación aunque ante poco público, es una pena que esta chica tan talentosa aún no haya podido explotar en la escena mexicana. Sin embargo, los asistentes pudieron presenciar un gran set que contó con Marcela Viejo como invitada especial.
Si existe una banda que ha logrado mantenerse en el gusto mexicano es Porter y lo demostraron pisando el escenario principal por primera vez desde la salida de Juan Son, dando una cátedra musical con un set muy sólido que puso a más de uno a corear hasta quedar afónicos.
Como dato curioso, Babasónicos es la banda extranjera que más veces se ha presentado en el Vive y en su show demostró porqué, simplemente el cariño de la gente es impresionante. Su presentación incluyó canciones de los últimos 20 años desde su disco Miami del 1999 a su más reciente disco.
Aquí tenemos que mencionar que un acierto del festival fueron las bandas que eligieron para sustituir a los ausentes Rodrigo y Gabriela y Mogwai, pues aunque los reemplazos no tenían mucho que ver si ayudaron a levantar ese horario.
La primera fue Inspector que entró en lugar de los españoles y que demostró ser una excelente elección al llenar el escenario Palillo y poner a corear a cada uno de los asistentes a pesar de la lluvia que bien pudo desalentar a más de uno.
La otra banda sustituta fue Moderatto que regresaba a un Vive Latino tras 15 años de ausencia en el festival y pues se nota que el público los extrañó porque pasar a su escenario resultaba imposible y eso que en el escenario principal estaba tocando uno de los estelares.
Antes de hablar de lo ocurrido en horario estelar en el escenario principal, hablemos del show de Andrés Calamaro, el cual fue uno de los más emotivos de la noche gracias a su tributo final a cuanto músico fallecido se les pueda pasar por la mente, desde Cerati a Gardel. "El salmón" prometió regresar a México una vez pasado el tema del Coronavirus, esperemos que sí, porque tanto al público como a él se le notaron las ganas de seguir con el show.
El escenario principal pudo revivir uno de los discos más importantes del rock nacional: el Unplugged de Zoé. Y lo hizo con un Foro Sol lleno y cantando a todo pulmón lo que probablemente sea uno de los acústicos mejor logrados de los últimos 20 años.
Para cerrar había dos opciones, bailar o bailar. En el escenario principal se presentó Nortec con un show especial conmemorando sus 20 años de carrera, mientras que en el Telcel los mismísimos Tucanes de Tijuana despojaron de cualquier división y prejuicio a los asistentes y lo reemplazaron con puritito baile, justo lo que necesitaba la gente para terminar una edición más del festival más importante de México.
Lo que nos dejó
Al final los asistentes se divirtieron y gozaron y aunque es verdad que la situación global no favorecía para nada al festival y no hubo la cantidad de gente que en otros años, se puede decir que fue un verdadero éxito.
De todas maneras sí hay que mencionar un problema con el Vive Latino: depende demasiado de la nostalgia.
Explico: si uno se pone a analizar la media de edad entre los integrantes de las bandas que se presentan a partir de las 18:00 H, empieza a promediar los 50 años, mientras que el público pasa de los 30 y cada vez es más común ver menos pelo largo y más pelo cano. Al Vive le urge una renovación y dejar de esperar a la próxima gran banda que será el headliner del rock latino, ese headliner no va a llegar pronto y necesita voltear hacia otros géneros porque en 10 años se va a quedar sin bandas ni público y hay que recordar que hay más de un contendiente al trono de festival más importante de México y si se descuida en una de esas pierde el puesto.