… y el Foro Sol tembló. Y no por los miles de enfermos que esperaban la cura de la mano del doctor Robert Smith, sino por un sismo que sacudió las gradas rebosantes de expectación. Tal es la épica oscura de The Cure que incluso la tierra aplaudió, sabedora que se acercaba una noche antológica: 4 horas con 16 minutos en la escala de Richter.
Antecedido por dos actos, los locales Andrea Balency y Lorelle Meets The Obsolete, otra figura digna de la etiqueta de leyenda y mito apareció en el escenario como primer advenimiento de emociones: Johnny Indovina.
Nativo de Nueva Orleans e ícono de la cultura gótica subterránea de Norteamérica, ofreció, acompañado únicamente del sol y de su guitarra acústica, lo más representativo del catálogo de su extinta y extrañada agrupación Human Drama, con elocuentes versiones de "I Bleed For You", "Death of an Angel", "This Tangled Web" y hasta un encore con un inédito corte que formará parte de su primer álbum solista.
Finalmente llegó el momento esperado, con una monumental primera parte que ascendió a 25 temas, la banda de Sussex optó por complacer a la audiencia, (una audiencia de 57.000 personas, según la promotora) y por disparar a bocajarro algunos de sus temas más conocidos.
Así, tras una apertura de manual con "Open" y "High", no hubo que esperar mucho para entonar el nostálgico “I will always love you” que corona el estribillo de "Lovesong"; sin respiro y en formato de letal combo, míster Smith percutió "In Between Days" y "Just Like Heaven": primer regalo de la noche para los asistentes.
La intensidad dramática subió con las melodías de guitarra de "From The Edge Of The Deep Green Sea", a cargo de un Reeves Gabrels curtido con artistas de la talla de David Bowie. Las proyecciones como dragones, en rojo y verde, respondían a un low tempo que tomó ecos de dream pop con "Pictures Of You": besos entre el público, noche de verano sublimada en acordes. Y del amor, al temor: el que infundió la tenebrosa araña de "Lullaby", que tejió sus redes en un Foro Sol rendido a la oscura magia de la banda.
Pero si twitter puede considerarse pulso de la sociedad, un test sencillo mostraba cuál era una de las rolas más esperadas: teclear “Sunday I’m in love”, y ver la cantidad de trinos en la red social que adaptaron ese título. Efectivamente, a sus primeros e icónicos acordes,el estadio se vino abajo: un clásico instantáneo que lleva 21 años pintando sonrisas en nuestras caras.
Para contentar también a los conocedores, Robert Smith y los suyos regalaron dos temas poco prodigados en directo como lo son "Trust" y "Want", para cerrar ese primer bloque con una acertada "End". A partir de ahí, hasta tres veces volverían a escena: el segundo set lo dedicaron íntegramente a lo mejor de Disintegration, disco favorito del líder de la banda, pasando de "Plainsong" al tema homónimo.
Como era de esperar, la última salida al escenario se dedicó a lo más bailable de La Cura con la siempre bienvenida "The Lovecats" y "Hot Hot Hot!!!". Sorpresivamente, Smith decidió cortar el ambiente festivo abordando en solitario "Three Imaginary Boys" y "Fire In Cairo", única noche en esta gira donde hicieron acto de aparición, para volver a enardecer los ánimos con su hit más incontestable: y es que quizá "Boys Don’t Cry", “but they do dance”.
Se cerraban 256 minutos de concierto con "10:15 Saturday Night" y "Killing An Arab", magnitud de récord que demuestra que los años no pasan ni por la banda, ni por el amor que se le prodiga, ni por su líder. Aunque justo en el día del concierto cumpliera 54.
Tímidamente, el propietario de los ojos más oscuros de la música agradeció las pancartas de felicitación presentes en primera fila, y aunque al final el Foro no le cantara Las Mañanitas, definitivamente nunca asistimos a mejor fiesta de cumpleaños.