Oh Sees y su triunfal regreso a México. La destrucción tiene nombre: Mr. John Dwyer.
HIPNOSIS nace el año pasado no solo como un simple festival, sino como una iniciativa de conjuntar todo el estruendoso ruido del garage y el viaje de la psicodelia en una atmósfera de unión, donde ahora en presentaciones en solitario, se recalca que dichos géneros no están extintos, y sobretodo, no se piensan ir de aquí muy pronto.
Antes de la revelación de parte del cartel de este año, donde destaca la primer visita de King Gizzard & The Lizard Wizard a nuestro país, HIPNOSIS presentó una triada de espectáculos para ir calentando motores. La primera fue liderada por el grupo de culto de post punk The Make-Up, posteriormente Tres Warren y Elizabeth Hart trajeron su proyecto Psychic Ills a llenar de un introspectivo y elegante sonido el Foro Indie Rocks!, y ahora, para culminar con broche de oro y dejarnos a todos impacientes para que llegue el 6 de octubre, Oh Sees llegó a derrumbar el recinto.
Asistir a uno de los eventos organizados por HIPNOSIS es toda una experiencia. Un patio donde puedes beber una fría cerveza, platicar con viejos amigos o conocer algunos nuevos, escuchar buena música en vinilo y fumarte un cigarrillo. Todos disfrutando de un previo muy distinto al que te oferta cualquier recinto en la ciudad, donde estar parado mirando al escenario durante cuarenta minutos sin moverte para no perder tu lugar es lo usual.
Con una lluvia que no paraba, Psiónicos fue la banda encargada de abrir el escenario. En pleno 2018 muy pocas agrupaciones suelen impresionarte, las cuentas con los dedos de la mano y las atesoras como un objeto de colección. Este trío sin duda pertenece a ese selecto grupo, oleadas de sonido en el teclado que te recuerdan a The Mummies, un imparable bajo que cuando se distorsionaba hacia retumbar el lugar y una batería que destacaba por su limpieza en la ejecución. Se les veía nerviosos al empezar su set, pero con la aceptación y aplausos del público desde el primer tema todo esto se llegó a disolver.
Lo más inusual es que no llevaban una guitarra para acompañamiento o liderando las canciones, lo que para muchas bandas sería impensable no hacer, Psiónicos lo soluciona ofreciendo un divertido show. Las influencias están implícitas: la leyenda 13th Floor Elevators, Fuzztones y The Electric Prunes. Más bandas así por favor, un acto en vivo que debes escuchar en la primer oportunidad que se presente.
Los minutos transcurrían y otro proyecto igual de impresionante subió al escenario: Sgt. Papers. El dúo de Hermosillo oscila su sonido entre el psych y el punk. Algunos tracks de su repertorio eran cortos y contundentes. El público que iba en gradual crecimiento disfrutaba de crear slam entre cada riff de la guitarra acompañado por los golpes en la batería. Otros temas eran de duración mediana, cada uno mejor que el anterior. Se agradece a los organizadores por rastrear bandas de este calibre y demostrar que el ruido sigue vigente en cada parte de México, un futuro muy prometedor le espera a la banda de Sonora. Y aunque pocos lo notaron, John Dwyer apreció un par de canciones desde un balcón.
Con dos increíbles bandas que lo dieron todo arriba de las tarimas, llegó el turno de Nelson y Los Filisteos. El cuarteto nacido en Guadalajara era el de mayor experiencia entre los nacionales y aunque no decepcionó en la ejecución, no fue la mejor noche de los tapatíos. Bromeaban con el público, y sin duda ya saben pararse en un escenario sin titubear, armas que usaron para exponer la mejor parte de su producción de estudio. La evolución en su sonido sigue constante y es de aplaudirse. Esperemos pronto más sorpresas sobre el explosivo cuarteto.
Culminó el show de Nelson y Los Filisteos y muy poco público volvió a salir del venue. Algunos para ir de forma express al sanitario y otros para conseguir más cerveza, aunque fueron contados los que decidieron perder su preciado sitio. Y es que no pasaron ni cinco minutos cuando John Dwyer, Tim Hellman, Dan Rincon y Paul Quattrone ya se encontraban bajo los reflectores. 15 minutos de afinar instrumentos, tiempo que escuchamos las exigencias en el micrófono para la cabina que Dwyer emitía con su particular voz.
Había tenido la oportunidad de asistir a varios shows en el Foro Indie Rocks!, pero nunca había visto un público que emanará tanta energía en dicho recinto como lo sucedido ayer por la noche. Cinco segundos, solo eso le tomó a Oh Sees apoderarse de toda la gente que presenció su impecable y explosiva presentación.
Dwyer lo controla todo, es un comandante en jefe del proyecto que ha mantenido a flote desde 1997, el cual ha ido mutando de nombres y de integrantes. El frontman daba la espalda a los asistentes para ejecutar el sintetizador, hasta una máscara de luchador se puso proveniente de algún fan. Bebía de su taza mientras tocaba la guitarra. Experimentaba con improvisaciones a la mitad de sus temas. El escenario era suyo. Un verdadero showman.
Sonaron clásicos como “The Dream”, “Tidal Wave”, “Web” y “Toe Cutter - Thumb Buster”. Un característico grito era el cue perfecto para que diera inicio el mosh pit, se sacudían las paredes y el piso de la colonia Roma: '¡Wooooh!'. Y todos lo pensamos, ¿para qué dos baterías?, aunque la respuesta se da de manera casi inmediata. Son un espejo, un elemento necesario para seguir el ritmo del líder y aunque pareciera ilógico, para igualar el ruido que emana de su guitarra.
En esta ocasión no solo clásicos formaron parte del setlist, los de California hicieron gala de su nueva producción, Orc. "Animated Violence", "The Static God" y "Nite Expo" formulaban un huracán, no existió la calma, no había momento para descansar. La tormenta afuera cubría la capital, pero Oh Sees fulminaba de manera más poderosa a sus fans mexicanos.
De los de San Francisco se destaca todo, las dos baterías y el bajo son impresionantes. Pero John Dwyer está en un peldaño más arriba. Un músico en todo el sentido de la palabra. Pertenece a la camada de genios de nuestra era. Si no escuchas a Oh Sees en vivo por lo menos en una ocasión a lo largo de tu vida, no sabrás de lo que te hablo. Una locura total. HIPNOSIS viene de forma gigante, esto apenas empieza.