Gracias por no olvidarnos.
En medio del concierto, después de los últimos acordes de “Rucci” (o “Voces iluminadas…”, no me acuerdo), Chiosan (tecladista) se alzó ante el micrófono y pidió que levantáramos la mano aquellos quienes estábamos viendo a Austin TV por primera vez. Sorprendentemente, junto a la mía, se levantaron varias decenas de manos. Preguntó quiénes íbamos en la primaria o secundaria cuando la banda se despidió, qué hicimos en estos “diez o nueve” años de ausencia, a quién conocimos, si tuvimos hijos —”yo sí tuve uno”, celebra— y a qué grupos nos unimos. Nos invitó a no dejar de lado las comunidades que hemos construido.
Dimos vueltas a la nostalgia y a los nudos en la garganta en medio de los acordes ruidosos y disonantes del acto inicial a cargo de la chelista Mabe Fratti y su guitarrista —una gran elección de acompañante para Austin TV, pues mientras el grupo capitalino se forjó en el Multiforo Alicia, la guatemalteca ha tomado el relevo como artista de casa de este foro; hasta parece que se la vive ahí cada semana junto a Diles Que No Me Maten o Torso Corso—.
Entre el muro de sonido, nos dimos cuenta de que, efectivamente, pasó casi una década, y ya no somos los mismos que despidieron a Austin TV en 2013. En el día a día, entre todas las “cosas culeras que han pasado” acusadas por Rata en su turno de tomar el micrófono, crecimos para ser otras personas: se terminó el sueño emo, la energía punk fue captada por el sistema, y dejamos de ser los jóvenes que, pasada una noche de borrachera, podíamos formarnos a las afueras del Alicia una madrugada con el deseo de alcanzar un boleto para el concierto de nuestra banda favorita.
Por ello, desde el momento en que bajó la cortina con el logo de la banda, cientos de recuerdos se expresaron en gritos de alegría a lo largo de un Foro Indie Rocks! casi a reventar. Cuando menos nos dimos cuenta, nos entregamos a la nostalgia con “El secreto (de las luciérnagas)”, “Nadie está aquí, no hay nadie aquí, nada hay aquí”, “Marduk”, y un centenar de lágrimas contenidas en medio de un slam que casi abarcó toda la pista del escenario exterior del Foro, seguido de coros unidos con las melodías interpretadas por Chiosan o Totore (guitarra) y el cántico de “Olé, olé, olé, olé, Óstiiin, Óstiiin”. “Nos sentimos rebasados, no nos esperábamos esto”, expresó Xnayer (batería), casi con la voz cortada.
Después del “¡uno, dos, tres, cuatro, cinco!” de “Hombre pánico” (ahora convertido en, vaya, un “nuevo clásico”), y antes del recibimiento de “Hazme sentir” y “Satélite” —junto al snippet de un cover a “Exit Music (for a Film)” de Radiohead—, Rata coronó el show con la declaración de que éste era una oportunidad para abrir nuevos ciclos y evitar el estancamiento como músicos y como humanos —no faltó quien lamentara la ausencia del ex guitarrista Chavo, ahora reemplazado por Héctor Fermatt, como si Austin TV no fuera un grupo de constantes metamorfosis—.
Recordó, también, la encrucijada que representaba para el grupo evadir el tema de su regreso a los escenarios, motivada por el temor de no estar listos. “Pero ahora lo estamos, y hay Austin TV para un buen rato”, concluyó. “Y nos vemos en el Vive Latino 2023”, remató Xnayer, sin aguantarse las ganas de revelar aquel secreto por todos ya sabido.
“Ella no me conoce” fue la despedida del concierto, pero también la despedida a los “diez o nueve años” que transcurrieron desde la separación de Austin TV hasta su regreso. “Cisne de pan”, pieza del Caballeros del albedrío (2011) fue la encargada de cerrar la velada, como una declaración de continuidad y apertura de nuevos caminos desde donde se quedó el trabajo de la banda —su graduación como músicos, como alguna vez describió Chavo a aquel álbum—.
Ya sea por el vacío cultural o la sensación perenne de repetición a la cual nos ha acostumbrado el mundo contemporáneo, los últimos 18 meses han sido un vaivén de nostalgia y reciclaje del pasado. Volvió Tobey Maguire como Spiderman, volvió Soy tu fan y volvió Jeff Goldblum a Jurassic Park. También, volvieron grupos que no pisaban un escenario en casi una década, como The Mars Volta, The Smashing Pumpkins, Porcupine Tree, el no menos importante Hulespuma… y, por supuesto, Austin TV, a quien menos esperábamos, pero quien más falta nos hacía para dar cuenta del “nuevo México” que se formó desde su partida.
Nadie imaginó que Austin TV volvería en este momento. Un día, simplemente despertamos con la noticia de un nuevo sencillo y al día siguiente tuvimos al grupo de vuelta en un escenario —casi en el que lo vio nacer; lástima por la cancelación del Alicia—. Pasaron diez años para que personas como yo cumpliéramos la promesa de verlo al menos una vez en la vida y, quienes encontraron en ella una banda de adolescencia, revivieran la nostalgia de la juventud extinta. “Gracias por no olvidarnos”, concluyó Chiosan, entre un centenar de aplausos.