Presentándose por primera vez en México, le regaló al público una noche llena de psicodelia, improvisación y comunidad.
Para los que nos quedamos en la CDMX, una ciudad casi vacía y la tranquilidad nos esperaba el pasado viernes 7 de abril. Sin embargo, interrumpiendo esta pasividad llegó la música de Drugdealer, el acompañante perfecto de una noche calurosa donde la psicodelia, melodías embriagantes y un público expectante, compusieron una presentación única que nos transportó a la década de los 70.
Drugdealer, el proyecto en solitario de Michael Collins, prometió llevarnos a otra dimensión y ningún asistente podría negarlo. Con su pop psicodélico y más de una canción de su tercer álbum de estudio, Hiding In Plain Sight, llenó el recinto de funk, soul y guiños al jazz. Siendo esta su primera vez presentándose para el público mexicano, podremos marcar su show como uno memorable.
Abriendo el concierto y sentando la atmósfera onírica que nos esperaba, estuvo Pehuenche, el proyecto del músico mexicano Rafael Mesa Zamudio, conocido por su experimentación musical que mezcla géneros tradicionales mexicanos, como el son jarocho, con folk, pop y jazz. Acompañado de Enrique Casanovas en el sax y después del aviso ‘perdí mi lista de canciones’, entabló una conversación con el público, que le gritaba a coro la siguiente canción que tendría que tocar. Así, la noche inició con un tono cómico donde la audiencia se comenzó a energizar para lo que venía. La voz de Pehuenche nos sorprendió con sus grandes rangos, acompañados de la melodía de su guitarra acústica y notas magistrales en el sax. Pudimos escuchar “Agua Bendita”, “Dos amantes” y “Por ella”, sencillos pertenecientes a su álbum debut Vida Ventura, llenando el venue de un aire melancólico pero vibrante.
Tras tocar cinco sencillos que llenaron de vida el foro, agradeció la oportunidad de presentarse en este escenario y como con redoble de tambores, anunció el siguiente acto con las palabras ‘gracias por dejarnos compartir esta noche con este artista tan precioso, Drugdealer’, despertando la emoción del público, que impaciente, pedía a gritos que saliera la agrupación.
Una misma exclamación hacía coro en el público, ‘venga Drugdealer’ retumbaba en las paredes y finalmente ocupó el escenario el sujeto de la petición. Sentándose para tocar el teclado, Michael se presentó en español: ‘Hola, me llamo Miguel Gómez’ y de inmediato se disculpó por no saber hablar español y le pidió a alguien en el público que por favor tradujera lo que iba a decir. De entre las personas de enfrente, un fan se alzó y llegó al escenario, donde Michael le susurró al oído lo que quería que dijera ‘gracias por traernos a México’. así comenzó su show, de manera energética y con una complicidad con el público que no muchos artistas logran entablar en su primera presentación.
La primera canción “The End of Comedy”, abrió la noche con mucho funk y gritos entre el público. Entre cada pausa, Michael nos recordaba lo mucho que le encanta visitar nuestro país, que la CDMX es su ciudad favorita, lo mucho que le gusta ir a bailar a Patrick Miller, su gusto por los tacos y las tlayudas y las anécdotas que le han inspirado a escribir canciones sobres sus noches en la CDMX.
El sonido que inundó el Foro Indie Rocks! fue mágico y reminiscente de los 70s, donde el baile y el goce fueron protagonistas. La atmósfera inmejorable fue procurada por sus colaboradores, a los que presentó con porras y ayuda del público que repetía sus nombres con melodías estimulantes. Así conocimos a Josh da Costa, el baterista del grupo, quien ponía el ritmo para introducir a los miembros, Jackson MacIntosh en el bajo, con quien michael suele colaborar para escribir sencillos, Sasha Desree como vocalista, acompañado de Sedona, quien aparece en su último álbum y finalmente Mikey Long con el sonido de San Diego en su guitarra.
El setlist no decepcionó, con una mezcla entre sus primeros sencillos y presentando casi la totalidad de su último álbum, Hiding in Plain Sight, con “Baby”, para la cual intercambiaron lugares, Jackson tomando el lugar del vocalista, Josh en el bajo y Sasha en el teclado, regalandole al público una versión única de la canción. Así nos presentaron en vivo siete de los nueve tracks que componen al disco, con “Valentine”, “Madison”, “Pictures of You”, “New Fascination”, “Hard Dreaming Man” y “Posse Cut” con la que Sedona, su invitada especial, se lució con su voz que pudimos disfrutar en vivo. Una experiencia inolvidable para cualquier fan de Drugdealer.
Todo lo bueno tiene que acabar y así Michael se retiró rápidamente del escenario, mientras que Sedona permaneció en el micrófono incitando al público a pedir otra canción, lo cual surtió efecto y Drugdealer, regresó para regalarnos dos últimas canciones “Suddenly”, su hit entre hits que fue cantado por todos los asistentes y “Posse Cut”, canción donde Michael invitó a Enrique a subir al escenario con su sax que le hizo coro a la voz de Sasha y Sedona, en una improvisación irrepetible que llenó de sonrisas y exclamaciones al recinto. El cierre perfecto de una noche que seguramente estará marcada en la memoria de todos los asistentes y en la de Drugdealer, quien agradeció la oportunidad de tocar por primera vez en México y le confirmó al público, que su música es el complemento perfecto para una noche inolvidable.