De la nostalgia al futuro: Café Tacvba festeja 35 años de música.
La música está basada en compases y relaciones numéricas, bien, ahora un poco de matemáticas. Piensa en las historias que caben en 35 años, es decir 365.25 días por año, un total de 12,783.75 días. Esta es la cantidad de tiempo que Café Tacvba lleva en la escena musical, consolidándose así como una de las agrupaciones más influyentes, históricas y representativas de la música mexicana y del rock en español.
Los “Cafeta” están de manteles largos por su cumpleaños 35 y, claramente, su festejo tenía que ser a lo grande, por eso tuvo lugar en el Estadio GNP Seguros de la Ciudad de México. Frente a más de 50,000 personas, la velada se convirtió en una fiesta llena de sorpresas, música y, por supuesto, historia.
El festejo comenzó a las 21:20 H, cuando el antiguo Foro Sol se sumió en una luz azul que preparó el terreno para la magia sonora que estaba por venir. Entre sonidos de percusión y un performance de bailarines vestidos en alusión al del Día de Muertos, Rubén Albarrán apareció en el escenario con un sombrero de paja y un atuendo blanco y, como si fuera un chamán moderno, el líder de la banda dio arranque a la celebración. La primera sacudida llegó con “María”, donde fue imposible no dejarse llevar por la melódica de Meme del Real, que se escuchó como un grito de bienvenida a un show que ya prometía mucho.
La noche avanzó con temas como "Las Batallas" y "Rarotonga", que pusieron a todos a cantar y moverse sin parar. Rubén, con su estilo tan característico, aprovechó el momento para dar las gracias: “Muchachas, muchachos, nunca pensamos que íbamos a estar aquí, frente a tantas personas, durante tanto tiempo, un millón de gracias”, dijo con emoción.
A partir de ahí, los camaleónicos cambios de vestuario de Rubén fueron motivo de asombro colectivo y, como si se tratara de una película de época, ahora el frontman de la banda apareció vestido de catrín para interpretar “El metro” y “El ciclón”.
Luego, con un toque cómico al estilo Charlie Chaplin, llegó el turno de “53100” y “Aprovéchate de mí”, dejando claro que los originarios de Satélite, Estado de México, no solo saben hacer música, sino también crear atmósferas que juegan con el humor y la nostalgia.
El ‘bailongo’ y éxtasis sonoro se vivió con los Café Tacvba
El concierto alcanzó su pico con la aparición de la banda Los Inútiles, que se unió a la fiesta para cantar “La muerte chiquita”. El segundo invitado de la noche fue el ganador del Oscar, Gustavo Santaolalla, quien protagonizó junto a la banda una versión única de “Olita del alta mar”. Así, la noche estuvo llena de magia y música que recorría desde lo más tradicional hasta lo más experimental, pasando por el rocanrol puro de la banda y evidenciando su dominio de raíces blueseras e influencias de géneros como punk, ska, hip hop, además de sones muy mexicanos: veracruzanos, norteños y hasta tonos boleros.
La parte más emotiva de la noche llegó con “Volver a comenzar”, cuando las miles de almas presentes encendieron sus teléfonos, creando un mar de luces que iluminaba el estadio. La banda continuó con “Las flores” y, para subir nuevamente la temperatura llegó la “La chica banda”, misma que apareció con Rubén vistiendo su mejor look de pachuco.
Ahí no frenó el furor, para la siguiente rolita, el vocalista apareció con un gabán colorido de listones y un sombrero grupero, para interpretar “El fin de la infancia”, una pieza que dejó claro que Café Tacvba sigue en constante evolución desde el día 1 hasta el año 35 de su creación como grupo.
Ya rumbo al cierre, no podía faltar el tema más polémico, “Ingratx”, antes conocido como “Ingrata”. Aquí, Rubén se detuvo para hacer una importante aclaración: “Es una canción lúdica, es para pasarla bien, no para perpetuar agresiones”.
Con esta actualizada y puntual reflexión, la banda considerada una de las más trascendentes en la historia del rock en español por la revista Billboard, cerró su show con “Eres”, “Quiero ver” y “El baile y el salón”, tres canciones que no solo son parte de su legado, sino que también son himnos de varias generaciones que hemos crecido con la música de esta “chilanga banda”.