Foro: El Plaza Condesa

Pocos afortunados ante el talento de The Antlers

The Antlers parecerían a simple vista una banda una de las tantas bandas oriundas del municipio de Brooklyn que, al igual que Grizzly Bear, Real Estate o DIIV, más que propuesta o real talento, es más hype que cualquier otra cosa; con un sonido inmediatamente clasificable en el indie rock de manufactura en serie, el cuarteto que ofrecería anoche su primer show  como estelar en nuestra capital demostró que por cualquier otra cosa, es su abrasivo sonido la carta fuerte detrás.

Al llegar al recinto ubicado en la Colonia Condesa, era inevitable resaltar el extremadamente reducido quórum alrededor de las veinte horas, que fue cuando los locales Kill Aniston tomaron escena; había tan poca gente que se podía escuchar hasta cuando el público respiraba, pero tomando lo mejor de lo peor, el ambiente se volvió ‘entre amigos’ y claramente se escuchaban las porras a los teloneros.

Tras no más de media hora en que ejecutaron desde temas nuevos hasta clásicos dentro de su catalogo, los congéneres de Austin TV se despidieron y abrieron paso a los visitantes extranjeros que presentarían su quinto álbum Familiars,  lanzado al mercado hace apenas unos meses y del cual se desprendió gran parte de los temas interpretados.

El show dio inicio cercana las diez de la noche, con trompeta, teclado, guitarra y batería sonando imponentes pero delicados; tratándose del sonido de esta agrupación algo lento y de paisajes, la atención era de suma importancia pero no podía faltar el sector del quórum esmerado en platicar o hablar por encima de la agrupación; mientras sonaban “Doppelgänger” y “Hotel”, había que buscar refugio en las primeras filas para evitar el inclemente parloteo de aquellos cuya atención e interés era mínimo ¿qué hacían ahí?

Una vez cerca de la gente que no solo tenía ojos abiertos y boca cerrada, se podía sentir un ambiente en que la voz de Peter Silberman lideraba a los feligreses en campos de tragedia e introspección; para la mitad del set ya había mucha más gente que si bien se llegó a la conclusión que el show hubiera sido mejor en recinto más pequeño, lo que era un hecho es que la banda dio todo, en el sentido que dieron un show con canciones extra a las que llevan de gira.

Los momentos álgidos sin duda fueron los dos temas que se desprendieron de su trabajo Burst Apart, “I Don’t Want Love” y “Putting the Dog to Sleep”, cuyos aplausos y gritos oscilaban en la exageración.

Un show lento y de cerrar los ojos, que sí bien no se está en el humor o posición emocional correcta, puede tal vez ser pesado y fatuo, pero al final para el encore de “Epilogue” no cabía duda del talento y dedicación que The Antlers dan a su oferta como banda; agradecidos con el público y con la suerte de haber podido regresar a México en un show que aquellos pocos que pudieron presenciarlo, seguro salieron más que satisfechos.

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30 años de paz y baile: La Maldita Vecindad

¡Ehhh, familia!, ¡palabras dedicadas a todas las muchachas y chamacos que gusten de bailar ese alocado ritmo llamado ska! Y por supuesto a la banda mexicana más longeva de este sabroso ritmo.

¡Vaya!, ¿quién diría que La Maldita Vecindad lleva treinta años de trabajar de sol a sol en el escenario? pensar que cuando muchos de sus fanáticos nacieron, ‘La Maldita’ ya estaba más que consolidada en la escena latinoamericana. Pensar que ellos fueron la primeritita banda mexicana en tocar en Roskilde, Glastonbury y, de no ser por Rodrigo & Gabriela, la única en participar en el famoso show musical de la BBC, Later... With Jools Holland. Todo eso y mucho más nos han dado en ya tres décadas de música y baile.

Tras un breve intro, los meros meros pachucos hicieron su entrada triunfal al escenario de El Plaza dándonos la bienvenida a su cumpleaños y así como en la época prehispánica el lenguaje, las palabras, eran consideradas un preciado tesoro adornadas con la flor y el canto, Roco Pachukote nos comparte palabras de tranquilidad, de respeto al uno al otro, porque así como lo ven con la carne y la piel pegadas a los huesos tiene un montón de buena vibra y baile que dar.

La salsa es un ritmo sabrosón, pero dentro de ella se encuentran letras de tristeza, de mal de amores y terribles cosas de la vida ordinaria y aun así nos mantiene bailando y gozando su cadencia, esa es la manera de sopesar o de liberarnos de la mala vibra, el baile, sobre ese tenor están las canciones de La Maldita cuando dejan caer al escenario “Mojado”, aunque quizá resulta más liberador con el ska ya que en el slam uno recibe y devuelve empujones a diestra y siniestra, ese es el caso de “Solin”, “Un Gran Circo”, “Un Poco de Sangre” y “Pachuco”, esta última fue la segunda rola que nos remonta a la época de oro del cine mexicano.

Para esta celebración se escogió un setlist muy rico y de todo un poco, dándole variedad escuchamos, “Rafael”, “Mujer”, “Lamento” y la más pedida en las redes sociales “Tatuaje”, muy buena elección por cierto, para esta ocasión sonó “El Cocodrilo” llevándonos de nuevo al pasado, mencionando nombres como Juan Orol, Tongolele y Pérez Prado, dándonos una vuelta por las calles del D.F. de hace ya varias décadas.

Después de disfrutar un set de veintitantas 'rolotas' y divisar en las pantallas grandes momentos de La Maldita, fotos, volantes y conciertos, con el ambiente ya muy húmedo y candente de tanto baile, el show parece terminar, cerrando con la última rola de la trilogía que nos lleva a un México cincuentero, “Kumbala” un romance de danzón.

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Comisario Pantera y Club Rodante en El Plaza

Tras haber conquistado el Teatro de la Ciudad, el Lunario del Auditorio Nacional, el Vive Latino y el Teatro MetropólitanComisario Pantera llegará a El Plaza Condesa para continuar con la promoción de su más reciente álbum, Club Rodante, y complacer con lo mejor de su discografía.

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Los boletos ya están disponibles en las taquillas del lugar y a través del sistema Ticketmaster y los podemos encontrar con un precio que va de $350.00 hasta $550.00.

No te quedes sin asistir a este intimo evento, donde los chicos de Comisario Pantera tienen preparadas grandes sorpresas para ti.

Aquí te dejamos una buena canción, que seguro te gusta mucho.

Quiero Club: 10 años de júbilo

Dos lustros sobre el escenario; una década de electro-pop más empalagoso que gomitas en almíbar. Quiero Club se celebró a sí mismo el pasado sábado en el Plaza Condesa, acompañado de queridos amigos y compañeros de batallas, así como su público tan característicamente apasionado.

Tras el reciente éxito de su cuarto álbum El Techo Es El Suelo y la salida de su fundador y el gran ausente de la noche Gustavo Hernández “Catsup”, parece que la fecha importante inspiró en el colectivo regiomontano una noche de reflexión sobre su trabajo acumulado, traducido en un setlist curado específicamente para esta noche.

Liderados por la carismática Marcela Viejo y la diminuta pero energética Pris González, el grupo empezó con “No Hay Nadie”, canción que también abre su último álbum. Desde el principio hubo una conexión con el público, que cantaba con todas sus fuerzas y hasta celebraba con gritos y aplausos las palabras de las chicas entre canciones a pesar de que poco se les podía entender gracias a la pobre acústica del lugar.

Para el segundo número, “Las Propiedades Del Cobre” del EP Días Perfectos (2011), empezaron a desfilar los invitados de honor, empezando por Ray Jair en dicha canción, Julián Plascencia en “Qué Hacer En Caso De Oír Voces” y los hermanos Blake de División Minúscula en “Minutos Al Aire”; mientras que las notas del bajo en “Días Perfectos” estuvieron bien curadas gracias a Quique Rangel de Café Tacuba.

La energía de los integrantes de la banda no decayó durante cerca de hora y media de música frenética, tiempo en el que no hubo una balada para descansar unos minutos. Luis “Fara” Domínguez se desquitaba en el bajo y vocales, mientras que Rodrigo Martínez, mejor conocido como Boscop Benavente, hacía lo propio en batería (aunque de pie para poder saltar). Pris deleitó al público con su talento para hacer mover un hula hula fosforescente, contorneándose en su entallado traje negro de piel; parecía que no se podía prender más el ambiente para cuando cayeron los globos del techo en “No Coke”, el tema clásico que colocó al grupo en el mapa musical desde un principio.

Entre tanto invitado esperaba que en cualquier minuto subiera “Catsup” a celebrar con su antigua agrupación, sin embargo recordé que Zurdok tocaba en Zacatecas al siguiente día; "rayos”, solo pensé. Para “Let Da Music” (con María Daniela) y “Backstage Drama” el público sabía que el final de la celebración se acercaba, así que bailaba y coreaba con más fuerza. “Dance, you can dance”, cantaban las chicas, como si el respetable del Plaza necesitara permiso.

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The Drums en El Plaza

Tras una larga ausencia, The Drums volvió a colocarse bajo el ojo público con el anuncio del lanzamiento de un nuevo disco titulado Encyclopedia, el cual presentarán en directo el próximo 29 de octubre ante sus fans mexicanos

Los boletos estarán disponibles en taquillas del inmueble y a través del sistema Ticketmaster a partir del 27 de agosto con los siguientes precios:

  • General $400
  • Palco $550
  • Balcón $680

Enjambre y Proaño en El Plaza

Tras una exitosa gira por gran parte de la República y algunas ciudades de Estados Unidos, La bada mexicana favorita de mucha gente, Enjambre volverá al Distrito Federal para presentar oficialmente su nuevo álbum, que tomo el nombre de Proaño, con una gran celebración que se llevará a cabo en  El Plaza Condesa.

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Los boletos ya están disponibles en las taquillas del lugar y el sistema Ticketmaster, no te quedes si asistir a esta celebración y a disfrutar cada canción que conforma Proaño. 

Los boletos tienen un costo  que va desde $400.00 hasta  $650.00.

Recuerda la cita es el próximo 28 de noviembre del 2014, en El Plaza Condesa.

Converse Rubber Tracks Live: Noche de tenis y chicas con Dum Dum Girls

Con siete años de trayectoria impulsando el talento emergente en el mundo, Converse Rubber Tracks regresó al D.F. para regalarnos un par de noches de música con dos headliners muy atractivos: Dum Dum Girls y Washed Out.

La primera de esta serie inició con la participación de Candy Colors, agrupación originaria de León, Guanajuato. A pesar de que para ese punto del evento el Plaza Condesa lucía lleno, gran parte de los asistentes estaban más preocupados por fumar, beber o platicar que por poner atención a la banda. Si bien fue como un precopeo, la actuación de la agrupación fue buena, lo mismo la recepción de quienes sí se prestaron a escucharlos.

Una vez que Candy Colors desapareció del escenario, la pantalla principal se cubrió con el nombre de la siguiente banda: Ruido Rosa. Y así, el cuarteto de chicas apareció para calentar el ambiente con canciones como “Miedo a Caer”, durante la cual lograron que gran parte del público aplaudiera en el aire. Otro momento a destacar fue cuando Javier Blake de División Minúscula se les unió en el escenario.

Durante su presentación, el cuarteto también tocó “Volverte a Ver”, tema que se hizo famoso en voz de Rocío Durcal. Sin embargo ese no fue el único cover de la noche; además, hicieron una aburrida versión de “Cold Hard Bitch” de los australianos Jet, en la que, lamentablemente, la interpretación de Alejandra Moreno estuvo lejos de tener la potencia de Nic Cester.

Minutos después llegó el momento más esperado de la velada, y mientras la pantalla proyectaba imágenes de suelas de tenis, Dum Dum Girls hizo su aparición para tocar “Cult of Love”, misma que el público recibió con efusividad. El principal problema del concierto fue que desde el inicio falló el audio, por lo que Dee Dee Penny pidió perdón: “Los quiero mucho, una disculpa por los problemas que estamos teniendo”.

Luego de solucionar los imperfectos, la banda californiana tocó “Bedroom Eyes” y “In The Wake of You”. El amor de sus fans se hacía evidente cada vez que Penny movía un pandero, lo que activaba los gritos del público.

Otras canciones que sonaron fueron “Lord Knows”, “There is a Light That Never Goes Out” de The Smiths, “I Got Nothing” y “Only In Dreams”, con las que Dum Dum Girls dejó claro por qué las amamos. Su presentación se caracterizó por que su talento se hizo visible, lo mismo que su humildad; la vocalista procuró interactuar en español y las fallas de audio no fueron suficientes para empañar su actuación.

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Deerhoof & Xiu Xiu: de lo inquietante a lo perturbador

Con motivo del quinto aniversario de Errr Magazine, el Plaza Condesa ofreció una noche de esas que conforme pase el tiempo, irá retomando relevancia en la sensatez y nebulosa memoria de los asistentes. ¿Concierto de culto?, es muy temprano para entrar en conclusiones nubladas por la inmediatez del tiempo, pero sin duda una gran y extraña noche.

Después de las proyecciones de Light & Noise y Happy Nation, así como una breve lectura breve de los dos primeros libros editados bajo el sello Errr Books, llegó el momento para que Deerhoof, banda californiana de noise rock, o más bien, de género indescifrable, desatara el caos sonoro en el recinto. Con más de 20 años de carrera, una vasta discografía y encabezados por su tremendo baterista, Greg Saunier, esta agrupación es digna de que juntemos las palmas al unísono.

Si sus discos de estudio ya ofrecen un parámetro del sonido trastornado e incoherente que los caracteriza, en vivo esto se convierte en una verdadera demencia sonora. ¿A qué suena Deerhoof en un escenario? Pon a uno de los mejores bateristas que existen en California destruyendo una taróla al más puro estilo de Dave Grohl y mézclalo con una exótica vocalista/bajista japonesa que suena a Naoko Yamano de Shonen Knife, pero aún más desafinada. Encima de eso, embárrale dos guitarras disonantes que te harán pensar en Sonic Youth, NirvanaSpacemen 3The Melvins o hasta el punk meloso de Los Ramones; una combinación discrepante, pero letal. De esas bandas de las que Kurt Cobain hubiera sido fan.

Desde las coreografías infantiles de su extraña vocalista, Satomi Matsuzaki, con un estilo vocal que deja la extraña apariencia de tener únicamente una estructura monosilábica; un brillante cover a los Ramones en “Pinhead” y temas de demencia instrumental como “Let' Dance The Jet”, que fácilmente podría ser una canción de Frank Zappa; hasta momentos más convencionales y digeribles como en "I Did Crimes For You" e intentos lastimosos de la banda por comunicarse en español con el complaciente público mexicano.

Me quedó con la cátedra insensata de su baterista, la brutal apertura del cuarteto en “Fresh Born”, “Twin Killers”, que podría ser una versión desquiciada de “All Apologies” de Nirvana, “Bad Kids To The Front”, otro momento de disonancia pura en “Dummy Discards A Heat” y los ritmos cacofónicos y dispares en “Come See The Duck.”

Ya desorientados por el caos desatado, aún nos esperaba un ejercicio aún más inquietante y perturbador; una prueba para nuestra salud mental: Xiu Xiu, grupo californiano de post punk, o mejor dicho, un embalaje de perversión y oscuridad industrial y electrónica personificado por instrumentación de percusión electrónica como base, efectos, sintetizadores y una voz que compila lo más turbio de Nick Cave, Robert Smith, Trent Reznor, Morrissey, Nico y Alan Vega.

Escuchar a estos tipos es como entrar a los rincones más perversos en la cabeza de otro lunático como David Lynch. La mente trastornada de su vocalista, Jamie Stewart, junto a Shayna Dunkelman, eleva entre percusiones minimalistas y texturas oscuras un discurso desgarrador sobre perdida, desilusión y frustración como mensaje principal.

Podemos pensar en Nitzer Ebb, Sisters Of Mercy, Peter Murphy, The Smiths, Suicide, Silver Apples, Joy Division o la época más oscura de Bowie, pero Xiu Xiu es una bestia de una especie aún más turbia y angustiante; desde los pasajes industriales y desesperanzadores de “Archie Fades” hasta la perversión fetichista en “Black Dick.” Desde homenajes escalofriantes como en “Ian Curtis Wishlist”, a piezas terroríficas marcadas por la multiculturalidad californiana como en “Naco”, “New Life Immigration” y “Botanica de Los Angeles.” Y para el cierre, “I Luv The Valley Oh!”, una de sus canciones más escalofriantes y representativas.

Una noche no apta para todo público y un quinto aniversario que transitó entre lo inquietante y lo perturbador. 

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Little Boots: Día de Muertos, noche de taconazo

Frente a un publico mayormente disfrazado con la excusa del Día de Muertos, Little Boots ofreció sin cabida para la duda, uno de los mejores y más enérgicos sets de electrónica en la va y quedará del año laboral del Plaza Condesa. Presentando su show Discoteque, la originaria de Blackpool durante una hora tuvo a sus pies a un público bailarín, sonriente y sobre todo entregado.

Fue cuando llegaron las 21 hrs que la música en vivo dio inicio, en este caso con el dúo Yip Deceiver compuesto por Davey y Nick de Of Montreal. Con un set de synthpop que pasó sin pena ni gloria, los originarios de Athenas, Georgia no lograron realmente atrapar la atención del publico que estaba más concentrado en comparar disfraces o tomarse fotos entre ellos, pero bueno, sí ya han visto a Chromeo, M83 o Youth Lagoon, no se perdieron de mucho, sino es que de nada.

Por fin, tras rato de expectativa y especulación, Victoria Christina Hesketh regresó a nuestro país con un concepto que mezcla su voz y actuación en vivo más sus famosas presentaciones como DJ; acompañada por otros dos personajes en las consolas, Victoria fue recibida con una ovación y griterío que, entre que salió con una sudadera y máscara de esqueleto, y abrió su presentación con “Stuck on Repeat” un memorable panorama de brazos al aire y luces intermitentes se postró frente a la cantante.

El show Discoteque de Little Boots prescinde de instrumentos “reales” como batería o guitarra, pero hace perfecta mezcla de las maquinaria sobre el escenario ya que verdaderamente se mezcla y programa en vivo, contando con la delicada e hipnotizante voz de Victoria. Arreglos más orillados al disco que al techno le dieron energía y continuidad a los temas de las únicas dos producciones del proyecto, sumadas a sencillos y hasta un tributo a Donna Summer con todo e imágenes de Giorgio Moroder a quien en este país ya alucinamos gracias al Corona Capital.

“Supersitious Heart”, “Shake” y el cierre “Headphones” fueron en definitiva los mejores segmentos de la presentación, aunque es de resaltar el continuo contoneo de un Plaza Condesa casi en lleno total. Con las manos formando un corazón y una sonrisa de oreja a oreja, la diminuta productora británica se despidió de nuestro país al ritmo de “¡Botitas! ¡Botitas! ¡Botitas!” 

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