Devendra Banhart: Entre el ruido y la apreciación.
Existe un peligro inminente cuando tenemos expectativas: la decepción. Nos llenamos de ideales y caminamos al ritmo de aquellos supuestos. Y a partir de ese momento, cualquier posibilidad que no marche al compás, causa ruido, o en los peores casos, decepción.
Hace solo unos meses, Devendra Banhart lanzó su décimo álbum de estudio, Ma (2019). Este material discográfico funciona como el equilibro perfecto entre la nostalgia y la alegría alrededor de un tema íntimo y a la vez tan común en lo seres humanos: la maternidad. Las 13 piezas que conforman esta producción nos muestran un gran trabajo en cuanto a la composición y al manejo de múltiples instrumentos para sumergirnos en distintos ambientes que nos exigen la escucha detenida para una mejor apreciación.
El pasado 25 de noviembre, el artista venezolano-estadounidense se presentó en El Plaza Condesa como parte de la gira promocional de Ma. Y en efecto, personalmente había ciertas expectativas por cumplir.
Luces rojas y música onírica nos daban la bienvenida. Pese a que estábamos a unos minutos de iniciar con el acto abridor, había muy poca gente en el recinto. Lo que permitía apreciar mejor las ilustraciones que adornaban el escenario, aquellos dibujos que acompañan el material de Banhart.
Eran las ocho en punto cuando Salvador y El Unicornio salió a escena para interpretar “Amada”. A lo largo de su set, la agrupación liderada por Salvador Sahagún nos presentó temas como “Mexicana”, “Zé”, “Carolina” e inclusive, “Calma”, canción donde tuvo de invitada a Silver Rose. Poco a poco la energía comenzó a fluir a la par que más gente llegaba. Y para “Agua de Coco”, los tintes de psicodelia brasileña de los años 60 nos habían dejado preparados emocionalmente para más. Sin embargo, “Caminando” fue la pieza con la que la banda se despidió y le dio pie al acto estelar de la noche.
Minutos antes de las 21:00 H, la expectativa se podía sentir entre el murmullo del público. El cual, cada vez se hacía más fuerte. Había mucha energía transitando aquel espacio, situación incoherente frente a la templanza que emana de Ma.
La luz del recinto se apagó y algunos sonidos orientales fungieron como la apertura del telón. De traje, Devendra Banhart salió al escenario y la euforia del público no se hizo esperar. “Is This Nice?” fue la encargada de inaugurar el show y los bajos, de capturar mi atención. Tras los primero segundos, poco a poco busqué en escena la variedad instrumental que tanto había esperado por escuchar; sin embargo, solo encontré los elementos clave de una agrupación.
El ánimo no decayó, al contrario, “Theme for a Taiwanese Woman in Lime Green”, “Kantori Ongaku” y “Mi Negrita” mantuvieron latente la emoción. La cual, se vio reflejada cuando Banhart se tomó unos minutos para preguntarnos cómo estábamos. Respuesta que más allá de dejarlo satisfecho, abrumó por unos segundos al artista.
Siguiendo con la presentación, Devendra nos regaló unos segundos de “Young, Latin and Proud”, canción del músico estadounidense, Helado Negro. Para después darle paso a “Taking a Page”. La energía del artista en el escenario, así como la intensidad en guitarras y bajos por parte de los músicos, nos intentaban envolver pese a los pequeños fallos técnicos que se percibían. Y fueron estos elementos los que hicieron de “Fancy Man” una de las mejores piezas del show.
La noche siguió con temas como “Love Song” y algunas complacencias como “Brindo”. Para de ahí subir a ritmos más animados como “My Boyfriend’s in the Band”, donde las luces jugaron en conjunto con el sonido para hacer uno a todos dentro del recinto. “Golden Girls” y “Quédate Luna” sonaron mientras que el público pedía por “Carmensita”. Sin embargo, el artista nos dejó con un espectáculo sonoro fantástico que combinó las distintas tonalidades de las percusiones y los diversos sonidos provenientes de los sintetizadores. Pieza que al igual que Ma, nos pedía cierta atención para poderse apreciar. La cual, por desgracia, era constantemente interrumpida por el murmullos del público.
“Fig in Leather”, “Für Hildegard von Bingen” y “Never Seen Such Good Things” le dieron un interesante giro a todo aquel ruido. Entre ritmos funk, la gente a mi alrededor movía sus pies y cabeza. A la par que Banhart nos contagiaba toda su buena energía que emanaba.
El show siguió y entre los temas siguientes, “Baby” fue la más coreada. De ahí, dimos un salto hacia lo que nadie quería pero ya todos sabíamos que vendría, el final de la presentación. Devendra Banhart se despidió con la canción más esperada, “Carmensita”, y claro, con unas bellas palabras.
Toda la energía se fue de aquel espacio en el momento en que el artista salió de escena. En los alrededores del recinto, la emoción de aquel show poco se percibía.
Existe un peligro inminente cuando tenemos expectativas; sin embargo, el show de Devendra Banhart no fue ninguna decepción. Al contrario, fue una lucha entre ruidos y apreciación, donde la actitud y el trabajo del artista y de los músicos se llevaron por completo la pelea.