Foro: El Plaza Condesa

Allison celebrará sus 15 años en El Plaza Condesa

Por: Erick Chávez

Allison llega a El Plaza Condesa para revivir y celebrar sus quince años de carrera musical.

Memorama fue el álbum que marcó la carrera musical de la banda originaria de la Ciudad de México. Después de quince años de una dura y larga carrera, Allison llega para celebrar y prender con su música a todos sus seguidores.

El Plaza Condesa, será el lugar de presentación de la banda el próximo 29 de septiembre en punto de las 20:00 H, y contará con la presencia de invitados como Barney Gombo, Buen Viaje y Akasha. Los boletos ya están disponibles y puedes conseguirlos en la taquilla del recinto y en la plataforma de Ticketmaster o al 53 25 9000.

A continuación te dejamos las secciones y la lista de precios sin cargos:

Pista $434

Zona Fan $606

Balcón y Palcos $778

Con la gira que conmemora los 10 años de su material Memorama, con 42 fechas exitosas y tras haberse presentando en el Festival Vive Latino en la Carpa Doritos, Allison viene para revivir los éxitos que han marcado su exitosa carrera musical. Aquí te dejamos una de sus canciones que integraron el álbum Memorama.

Recuerda aquí el show de Allison en el Teatro Metropólitan

Starsailor en México

El cuarteto británico Starsailor se adentra una vez más en el corazón de México.

La Ciudad de México está lista para recibir –una vez más– a la banda británica Starsailor, que nos visitará como parte del All This Life Tour. La alineación de Chorley, Inglaterra, integrada por James Walsh (voz y guitarra), James Stelfox (bajo), Ben Byrne (batería), Barry Westhead (teclados), llenará de energía y euforia El Plaza Condesa el próximo 9 de octubre a las 21 H.

El cuarteto desea satisfacer el corazón de los mexicanos con su reciente álbum All This Life, publicado el 1 de septiembre de 2017 a través de Cooking Vinyl y del que se desprendieron los sencillos “Listen To Your Heart” y “All This Life”. 

La banda post britpop que dio sus primeros pasos en el 2000 con su disco Love Is Here y que siguió con Silence is Easy, continúa sorprendiendo con su música hasta el día de hoy con su reciente álbum All This Life.

El recinto elegido para este gran show será en El Plaza Condesa, y para vivir esta experiencia puedes adquirir los boletos en las taquillas del lugar y en la plataforma de Ticketmaster.

Pista: $580
Palco y Salas: $680
Balcón: $880

*Los precios aquí mostrados NO INCLUYEN los cargos por servicio de Ticketmaster*

Honne en El Plaza Condesa

Las ventajas de hacer caso a los algoritmos.

Conozco mucha música a través de YouTube. Creo que fue hace un año cuando tuve que renunciar a mi cuenta de Spotify y comencé a hacerle caso a los algoritmos. Contra todo pronóstico, la red social ha sido una de mis principales fuentes de hallazgos musicales. De vez en vez, entre el mar de oferta musical, algún sonido me haría voltear apresuradamente a la barra de información. Una vez pasó así con “Me & You” de un proyecto llamado Honne. Hace algunas semanas noté que la banda figuraba en la cartelera de El Plaza Condesa. Me di a la tarea de asegurar mi entrada y revisar a fondo el trabajo de estos dudes.

Llegué al venue mientras tocaba Tayrell, un dúo de DJs y productores capitalinos que llevan ya un rato abriendo eventos y dando el rol por festivales en el país. Un torrente de beats que sonaban a chill house con momentos disco tenía a un grupo de gente reunida en torno a ellos, con mirada de curiosidad, moviendo los pies y la cabeza de forma tímida. Miguel y Hugo daban muestra de su fina curaduría con seguridad en el rostro. No fue difícil para ellos gradualmente animar a los presentes, que cada vez eran más.

El proyecto de CDMX festejó el release del video de “Stop By” con un set chill que sentó el mood entre un crowd que constaba de fangirls, novios llevados a la fuerza y alguno que otro fisgón como yo. Andy Clutterbuck, James Hatcher salieron a hacer lo suyo, cual experimentado maestro de artes marciales. Desde los primeros instantes el cautivante poder de su live band me permitió envolverme en su show, ignorando los energizantes gritos del fiel fanbase que el proyecto, admirablemente ha conseguido en poco tiempo.

“Me & You” me hizo recordar que es bueno hacer caso a los algoritmos. Pocas veces la atención y vibra del público se enfoca de manera tan fuerte en la banda que está en el escenario. Tal fenómeno, que cuando sucede es exquisito presenciar, comenzó a crearse la noche de ayer, mientras el dúo británico presentaba las versiones live tanto de su reciente lanzamiento, Love Me / Love Me Not, como del primer LP, Warm on a Cold Night.

Todo era novedad. La mitad del set era coreado con especial emoción en canciones como “3AM” o “I Got You”, elevando el mood romántico a niveles desproporcionados como en el momento en que una chica le propuso matrimonio a su novio enfrente de un El Plaza Condesa lleno. El vato dijo que sí.

El dúo londinense, cuyo sonido podría fácilmente encajar en el OST de una versión millenial de Twilight, dejó satisfechos a todos en el lugar, triunfando sobradamente en apenas su  visita al país. Hay que mantener la mira en estos muchachos (guarden este post) y siempre tener los oídos abiertos a lo que recomiendan los algoritmos.

Mark Lanegan en El Plaza

Solo se vive dos veces: Mark Lanegan en México.

Como una aguja en un pajar, hay ocasiones en que la Ciudad de México alberga conciertos que jamás pensaste ver. Por desgracia, muchas veces dichos eventos fracasan en la venta de boletos y merman las posibilidades de que algún promotor aventurado decida traer a otra banda que no sea de trap, K-pop o de esas que no programan en la radio.

En abril del 2012, cuando aún no existía esta apabullante sobreoferta de entretenimiento y shows en vivo, El Plaza Condesa fue el perfecto anfitrión para la primera visita de Mark Lanegan a México, quien en ese entonces estaba de gira promocionando el álbum Blues Funeral.

Para tal ocasión, Mark estuvo acompañado por su banda completa, la cual se presentó ante una audiencia pequeña, pero atenta que entendió la importancia de tenerlo por primera vez en suelo mexicano. Aquella vez, 21 canciones fueron suficientes para satisfacer la necesidad de escuchar esa icónica voz que en los últimos 34 años nos ha dado más de 20 discos increíbles con proyectos diferentes.

Tras ese show éramos pocos los que guardamos la esperanza de volverlo a ver un día pronto; mismo que tardó seis años en llegar, pero por fin sucedió. Ahora, nuevamente en El Plaza Condesa, la asistencia fue mayor y se dio cita puntualmente cargando vinilos bajo el brazo con la esperanza de conocerlo y conseguir una firma, una foto o por lo menos un apretón de manos.

Si bien se esperaba verlo al lado de su banda, el formato de la presentación fue reducido únicamente a guitarra, voz y teclados. Después de la apertura a cargo de URSS Bajo el Árbol, teniendo como preludio un playlist con los éxitos del grunge noventero, Mark Lanegan, Shelley Brien y Jeff Fielder salieron al escenario para arrancar con “When Your Number Isn’t Up”.

Desde la primera canción, el setlist fue distinto al que había mantenido durante la actual gira. El segundo tema de la noche fue “Low”, del disco Field Songs; seguido de “Hit the City”, que conocimos originalmente con la voz de PJ Harvey.

Sin duda, este formato más íntimo nos permitió disfrutar mejor de canciones como “Come To Me”, una de las grandes sorpresas de la noche, y “You Only Live Twice”, cover a Nancy Sinatra incluido en el álbum Imitations; sin embargo, temas como “The Gravedigger’s Song” se escucharon bastante apagados y con ciertos detalles en la calidad del audio.

Después de “Nocturne”, probablemente una de las mejores canciones de Gargoyle, Mark nos regaló su versión en solitario de “Deepest Shade” de The Twilight Singers, proyecto en el que compartió créditos con Greg Dulli de The Afghan Whigs. “Sad Lovers” y “I am the Wolf” fueron otros cambios y sorpresas del concierto que se extendió hasta pasadas las 22:40 H.

Tras agradecer al público por haber formado parte de una noche mágica, Mark se despidió del escenario mientras Jeff regalaba el último solo de guitarra. Aún no se terminaban de encender las luces cuando la tienda de mercancía oficial se abarrotó de gente tratando de comprar algo para poder acceder a una firma de autógrafos, formando una fila que llegó hasta el fondo del recinto.

Decenas de personas esperaron para saludarlo y conseguir que les autografiara un disco o una postal. Mark, sonriente y acompañado de Shelley, firmaba todo lo que le ponían enfrente sin ninguna dedicatoria especial. Si preguntabas algo, él respondía, ¿pero qué le puedes decir a alguien tan imponente? No mucho, solo darle las gracias por haber transformado tu vida a través de su música. Porque tal vez no haya hecho de ti una mejor persona, pero sí una persona mejor consigo misma.

Jimmy Eat World en El Plaza Condesa

Es mejor disculparse que dar excusas.

Domingo de resurrección para algunos, de redención para otros, la lluvia que nos ha acosado las últimas semanas y que por lo menos ha sido compasiva esta tarde de camino a El Plaza Condesa a comparación de otros días. Kill Aniston y sus esbozos del pasado cuando los veíamos tocar casi al ras del suelo, un gran escenario no les pesa, el tiempo no los debilita, la emoción permanece, y la gran ejecución persiste. Say Ocean y su alegría que no termina de cuajar, discretas emociones, tal vez el ánimo festivo no contagia tanto como en otras ocasiones, tal vez estamos demasiado cansados, pero los primeros acordes de Jimmy Eat World nos recuerdan por qué acudimos ansiosos: por verlos por primera vez de forma estelar, por disfrutar su set completo más allá de un festival, por descubrir antes que esperar.

“Sure and Certain”, el momento y el lugar correctos, “I Will Steal You Back”, los primeros coros al unísono, el gran recibimiento para una banda que hemos esperado demasiado, “Big Casino” para perseguir la luz que en tiempos remotos nos hacía ansiar un concierto como este, tanto tiempo que tuvimos que aguantar, tantas cosas que tuvimos que pasar. “For Me This Is Heaven”, la conjunción melódica, el perfecto delirar sonoro, las primeras palabras de Jim Adkins: “es mejor disculparse que dar excusas, así es que perdón por tardarnos tanto en venir”, y la ausencia se recompensa al compás de “Futures”, y así el recorrido por su obra discográfica.

“Polaris” como todo lo que realmente necesitamos: música confortable, acordes para que cerremos los ojos, devaneos instrumentales para que nuestro cuerpo pierda el control. “Pain” como remedio perfecto para todo aquello que nos aqueja, tendremos que volver a la rutina después de apreciar en directo la música que tanto nos alivia, disfrutamos el momento entre los amigos entrañables que entre desvelos repetían las mismas playlists, cantar hasta ahogarnos, movernos por inercia, emular los solos de guitarra y los redobles de la batería. “Pass The Baby” para dejar en claro que Integrity Blues es una evolución más que un forzoso afán de persistencia, que los géneros musicales mutan de formas tan diversas, que al final la creatividad gana ante el estancamiento o el aferrarse al pasado, a lo comercial, a lo que tiene que trascender casi a la fuerza.

“Just Tonight”, momentos que debemos de aprovechar sin miedo, instantes que no debemos dejar ir como las personas que un día deciden desaparecer, sentimientos que se esfumaron cual trago de cerveza, personas a las cuales ya no les queremos hablar, pero la música que persiste nos hace ser mejores. “Get it Faster”, el regreso de golpe a los primeros días, al descubrimiento de la banda que sobrevivió de cierta forma a una camada de agrupaciones que se fueron perdiendo entre la obligación de hacer hits o la pérdida absoluta de inspiración. Los coros curiosos que nos siguen alimentando el alma y moviendo nuestras entrañas. “Get Right” porque tal vez ya no somos los mismos pero seguimos sintiendo de la forma correcta. "If You Don't, Don't", porque muchas cosas que salen mal dependen de nosotros, por todas esas cosas que debimos decir, por todos los sentimientos que no pudimos expresar de la manera correcta, porque hay cosas que simplemente no se dan a la fuerza: “If you don't, well honey, then you don't”, a fuerza ni los zapatos entran.

“It Matters”, la calma obligada, “Lucky Denver Mint” y lo mejor que está por llegar, “Always Be”, rompe el silencio, todo se pondrá cada vez más difícil pero tendrás que superarlo, “Hear You Me”, canta conmigo, estaremos bien siempre y cuando haya música para salvarnos. “Love Never” para aclarar el camino creativo de Jimmy Eat World: siempre abogando por la inventiva antes que la forzosa ansia de crear hits, la armonía perfecta, la apreciación ideal en directo, la demostración de que las grandes bandas también se glorifican en pequeños escenarios y con producciones discretas.

“23”, un número, una edad, los años que pasan, los instantes que recordamos, las cifras que nos aterran, los balances que nos estresan, pero por un momento al escuchar y cerrar los ojos y cantar, la normalidad y la calma nos reconfortan. “Bleed American” pare recordar el instante en el que Jimmy entró a nuestras vidas como un amigo imaginario que tal vez olvidaríamos, pero que nunca dejaríamos atrás. Involuciones frenéticas, puños al aire, mañana volveremos a la normalidad pero esta noche debemos agrietarnos la garganta con los coros de “Sweetness”, "sing it back", el momento cumbre para avivar la nostalgia y regresarnos el ansiado deseo complacido por escuchar esas canciones en directo que tanto nos encantaron: “The Middle”, la fiesta en la que siempre quisimos estar, la situación en la que tal vez nunca supimos como reaccionar, pero finalmente, intentamos lo mejor que podemos, todo estará bien, que nada nos preocupe aunque sea por un instante, no importa si no somos lo suficiente perfectos para alguien más, todo estará bien.

Y todo terminó maravillosamente ante la despedida de Jimmy emocionado después de comerse a El Plaza Condesa, sin importar qué pensarán de nosotros aquellos corazones amargados que se quedaron fuera de un gran concierto que tanto tuvimos que esperar.

Kali Uchis en El Plaza Condesa

De historias de amor y movimientos sensuales que hicieron vibrar al Plaza Condesa.

El sold out anunciado días previos al show debía de servirnos como aviso de lo que íbamos a vivir ayer por la noche. Al llegar a El Plaza Condesa todo era caos y júbilo: gente, en su mayoría jóvenes de menos de 30 años, hacía fila para entrar, esquivaban a los vendedores o se detenía para comprarles algún souvenir barato que seguramente terminaría arrumbado en alguna vitrina de mi abuela. Eran las 20:30 H.

Me acerco a la entrada, pregunto por la persona que me permitirá el acceso al lugar, me colocan una pulsera de papel con una impresión verde chillante y paso al lobby. Pido una cerveza y camino hasta hallar un lugar agradable para pasar lo que se convertiría en la mejor hora que he tenido en los últimos meses. Termino encontrándome con quienes había quedado para el show y después de cruzar unas palabras, abrazos y risas las luces bajan, el playlist se detiene y suben tres músicos a la tarima para que una Karly Loaiza enfundada en un vestido negro y un corset traslúcido abriera su show con "Dead To Me". La gente no se contuvo y estalló en un grito cuando los primeros compases sonaron a través de los altavoces. Desde ese momento lo que pasaba dentro de El Plaza era nada menos que una fiesta enorme.

Lo de Kali fue más que un concierto: fue un acercamiento directo con el público asistente y una muestra de cariño y agradecimiento para todos quienes hemos escuchado sus temas cuando menos una vez en la vida. Temas como "Rush" y "Nuestro Planeta" solo provocaron que las paredes temblaran y la temperatura subiera, de uno y otro lado podíamos ver cómo parejas consumaban miradas con un beso, amigos cantaban al unísono y el resto de nosotros bailábamos a ritmo sintiendo nuestro cuerpo ser poseído por un movimiento incontrolable. Pero nadie bailaba como ella, contoneos y el bamboleo de su cadera provocaban suspiros y admiración cuando su tersa voz no nos acariciaba plena y profundamente.

Siguieron algunas canciones más de su disco Isolation, el cual era el pretexto para que se consumara una cita que veníamos añorando desde su presentación en el Vive Latino 2018, las letras de "Tyrant" y "After the Storm" se cantaban o gritaban en cada una de las gargantas de las casi 2,000 personas que presenciábamos la imponente actuación de Kali Uchis.

Lo de sus músicos también era un espectáculo aparte: tres hombres a cargo de la música en vivo con una batería, sintetizadores y controladores hicieron que la presentación de la cantante de Virginia fuese 100 veces mejor. Nos regaló “Loner”, seguida de una interpretación magistral de su cover a “Sabor a mí”, algo que sin duda no podía faltar en la noche.

Después de eso, los ánimos habían entrado en un trance de melancolía y Karly aprovechó el momento para contarnos la historia de cómo conoció al hombre con el que comparte su vida y el cómo esto sirvió de inspiración para escribir una de las canciones más dulces y apasionadas de su álbum: “Flight 22”. Repetir que la gente enloqueció y cantó a todo pulmón es innecesario; la euforia en el recinto había alcanzado un punto del cual era muy difícil regresar y los que estábamos ahí solo pedíamos más.

El tiempo seguía y Kali se despedía, pero tenía una sorpresa más: sobre una silla que había sido colocada frente al micrófono y nos regaló un a capela de “Tomorrow”. Ese era el final.

Disfrutar de la voz de esta artista colombiana es simplemente magnífico, pero quizá lo que más aprecio del show de ayer fue la conexión que logró con sus fans ya fuera con un simple guiño de ojo, aventando pañuelos impregnados de sudor o haciéndolos partícipes del espectáculos y preguntándoles qué tema querían escuchar, lo que Kali Uchis logró en esta presentación suya en El Plaza Condesa va a quedar en la memoria de quienes lo vivimos por mucho tiempo.

Father John Misty en El Plaza

Experiencia religiosa con Father John Misty.

Si había caído un inclemente aguacero a meros minutos antes de empezar el recital de Father John Misty, uno de los cantautores más inquisitivos y sardónicos en años recientes, seguramente era el catalista perfecto para entrar en ánimos torrenciales y solemnes. Después de todo, su música puede encontrarse cómodamente sonorizando un bar solitario y mugriento inundado de neón; un paseo romántico en carretera o una tarde justamente como la de ayer, visto tras una ventana desde la comodidad del hogar… o presenciado en un recinto del nivel de El Plaza Condesa.

Sí, hubo dolencias y tarareos con sentimiento, tal como uno podría esperar de un concierto de J. Tillman (el alter ego para el mundo real de Misty). Sin embargo, los que ya lo habían presenciado en vivo y los neófitos que venían a su iniciación quedaron pasmados con la energía, flexibilidad y porte que exhibió Misty canción tras canción, sin importar que fuera un lamento cínico ("Please Don’t Die") o un número rockero (“Date Night”).

Pero me estoy adelantando. Como aperitivo de la celebración, subieron Carla Sariñana y el resto de sus cómplices musicales bajo el nombre de Silver Rose. Saliendo un poco de la línea de su otro proyecto, Ruido Rosa, Sariñana le da infusiones con sabor intenso de shoegaze y dream pop a las canciones de Silver Rose, provocando una capa llena de energía y sombras que intrigaron a los que llegaron la tarde/noche de ayer con puntualidad inglesa. Temas como “Crimen”, “Sueños de Amor” y “Take Me Home” fueron bien recibidos por el presente que ya llegaba con la noción de recibir madrazos de romance, y sin duda será un acto que veremos destacando más seguido.

Poco después de las 21:00 H. Misty subió, con traje blanco clásico, camisa con patrones abstractos y su emblemática melena larga con barba, a ofrecer misa a todos aquellos con un corazón en busca de cura. Junto a otros nueve músicos que incluían secciones de viento y sintetizadores, Misty inició esa memorable noche con “Nancy From Now On”.

Era sorprendente el ver entre la multitud como una figura como Misty ha rebasado el culto para volverse ya un nombre habitual entre los fanáticos del rock alternativo, o hasta el pop más clásico. Aunque elocuentes y laberínticas, sus letras fueron coreadas verso por verso por los asistentes, incluyendo “Only Son of the Ladiesman”, “Disappointing Diamonds Are the Rarest of Them All”, “I’m Writing a Novel” y “Total Entertainment Forever”, esperada entre todos solo para escuchar la parte en donde presume acostarse con Taylor Swift todas las noches en un visor virtual.

Aunque de pocas palabras, Misty se expresa más por su gracia, elegancia y dominio del escenario, al mismo tiempo que su tenue voz no pierde nunca el hilo ni el sentimiento. Esto se evidenció en la austera y teatral “Bored in the USA”, con la que confesó: “se siente muy raro cantar esta canción en este país. Pero el personaje del que hablo solo se ha vuelto más repulsivo a través de los años. Ustedes lo saben muy bien”. Mismo caso con “Hangout at the Gallows”, en donde mostró un lenguaje corporal libre y fluido junto a las letras fuertemente políticas y acusadoras. Me recordó un poco a Stop Making Sense, el icónico documental de Talking Heads, excepto que aquí sí le queda el saco, tanto en sentido literal como figurado.

El virtuosismo de su extensa sección de acompañantes dio también gala de sus talentos con los temas que conllevarían al cierre, como “Pure Comedy”, “God’s Favorite Customer” y el himno “I Love You, Honeybear”Misty se veía más efusivo, menos serio (quizás por la temática de las canciones) y dispuesto a hacer que el respetable se rindiera a sus pies como tributo, cosa que estuvo a nada de suceder.

Posterior al tradicional descanso y las peticiones del público para escuchar más temas, Misty y sus acólitos regresaron recargados para ofrecer un combo poderoso de humor negro, cursilería, cacofonía sensual y rock sucio con “The Palace”, “Real Love Baby”, “Holy Shit” y “The Ideal Husband”. Fue como un pequeño paso de cuatro temas por todo lo que representa su discografía, cosa que deberían hacer todas las bandas en vez de reservarse solo “las más famosas”.

Aunque esa noche El Plaza no tenía la calibración tan adecuada para el audio, característica por la cual es conocido y recomendado por los melómanos citadinos, la vibra general entre todos los barbones formales, las chicas elegantes, los nerds musicales, las parejas y los amigos de tragos fue de euforia, redención y bienestar. Justo como debe terminar cualquier ritual. Sumado a una cuidadosa selección de repertorio, un juego de luces dinámico y experimental y músicos excepcionales, todo embonó para convertirse en una auténtica experiencia religiosa, como de la que cantaba Enrique Iglesias. Amén, Father John Misty. Que siga predicando para todos aquellos con el alma perdida.

Cut Copy en El Plaza Condesa

Invasión australiana multicolor de Cut Copy.

Una vez más, fuimos testigos de un espectáculo electrizante dentro de mi recinto preferido, El Plaza Condesa. Ahora, de la mano de Cut Copy, agrupación que se ha ganado el corazón de los mexicanos a través de sus distintos shows, tanto en festivales como en participaciones en solitario.

Mylko comenzó a ambientar la velada, con una pista semi abarrotada desde temprano. Este dúo nos puso a bailar a lo largo de un set agradable y sin altibajos, siendo un buen calentamiento para el acto principal de esta noche.

La espera por ver al conjunto australiano finalizó, y cada miembro de la banda desfiló sobre el escenario frente a sus fans que emocionados los saludaban y aclamaban. Cuando todo estuvo listo, “Need You Now” se hizo sonar, mientras que luces blancas y estroboscópicas hacían contraste con la oscuridad que nos envolvía.

La promoción de su más reciente álbum Haiku From Zero, era inminente en este concierto, por lo que una tercera parte del set se compuso por canciones de este disco, cosa que dividía en momentos al público, pues mientras los ardeos fanáticos se emocionaban por escuchar en vivo por primera ocasión estos nuevos temas, había otros que al desconocerlos redujeron la intensidad de sus pasos de baile.

Eso sí, el público se desvivió a gritos en cada oportunidad que tenía, cosa que Dan Whitford, líder de la banda, agradeció en todo momento, incluso en español. Él se mostraba muy contento de tocar nuevamente en nuestra ciudad, pues nos platicó que cada concierto que había hecho en México era muy especial para ellos. Luego, para dar gusto a los seguidores de antaño, decidieron tocar “Future”, extracto del Bright Like Neon Love de hace 14 años (Feel old yet?).

La producción en escena se formó a partir de siete pequeños paneles LED con ciertas separaciones entre ellos, dispuestos por detrás de la banda a lo largo del escenario, mismos que proyectaron visuales atrapantes en todo momento. Aunque no son totalmente de mi agrado estos montajes, en combinación con las múltiples luces multicolor que se movían constantemente al ritmo de las canciones se lograba un espectáculo visual bastante agradable, siendo mis preferidos los dispuestos en “Free Your Mind” y en “Hearts on Fire”.

El cierre de este concierto nos dejó agotados, pues “Take Me Over” en dupla con “Out There On The Ice” unió las gargantas del público y generó vibras bajo nuestros pies, pues los brincos y el baile fueron las constantes. Era momento de que los integrantes de Cut Copy tomaran un breve descanso, para que al pasar unos minutos, regresaran a escena con una bandera de México en sus manos, para finalizar el recital con “Meet Me In A House Of Love” y la siempre requerida “Lights and Music”. Cut Copy, gracias por darnos un gran show una vez más.

Satori and the Band From Space en CDMX

Satori y su banda del espacio llegará a nuestra ciudad el próximo 31 de octubre.

Djordje Petrovic, mejor conocido en la escena musical como Satori, llegará a la capital mexicana para ofrecer una dosis de baile a través de una presentación en El Plaza Condesa.

La relación del músico electrónico con nuestro país no es para nada nueva, pues fue a principios de este mismo año que pudimos disfrutar de su presentación en el festival Bahidorá, celebrado en las estacas. En esta ocasión, el DJ y productor llegará a la Ciudad de México para ofrecer un live act con el apoyo de su banda del espacio, conformada por integrantes de distintas regiones del mundo.

Con ritmos africanos como principal influencia y sonidos de la naturaleza, este promete ser un show lleno de baile y energía para quienes buscan pasar la noche bajo el sinónimo de fiesta.

Los boletos ya se encuentran disponibles a través de Ticketmaster y también puedes obtenerlos sin cargos, directamente en la taquilla del inmueble. Las entradas podrán ser adquiridos en tres distintas fases, aquí te compartimos los precios de cada una:

Fase 1: $500 (adquiriéndolos antes del 15 de septiembre)
Fase 2: $750 (adquiriéndolos antes del 15 de octubre)
Fase 3: $1,000

Te dejamos con uno de sus sets en la ciudad de Oaxaca.

Tokyo Ska Paradise Orchestra en El Plaza

Bienvenidos al paraíso.

Es bien sabido en todo el mundo que el público mexicano es uno de los más fieles, por eso no es de extrañarse que algunos músicos vengan cada año e incluso parezca que ya tienen departamento en la Condesa. Tokyo Ska Paradise Orchestra es una de esas bandas que visita México cada que tiene oportunidad y que, sin importar el tamaño del recinto, siempre consigue agotar las entradas.

Habían pasado apenas tres meses desde su participación en el festival Non Stop Ska! cuando se anunció una nueva fecha en El Plaza Condesa. Como era de esperarse, para el día del show no había ni un solo boleto disponible, por lo que desde muy temprano el lugar se comenzó a llenar de revendedores en busca de hacer negocio.

Tras 10 minutos de retraso, que fueron aprovechados para beber la mayor cantidad de cerveza posible, la banda por fin salió al escenario y arrancó con “Skull Collector”. Los cientos de personas, y hasta niños, que se habían dado cita se convirtieron inmediatamente en una enorme masa de cabezas saltando y manos al aire que no se detenía ni para tomar aire.

A diferencia de ese público cada vez más común que va a platicar y a tomarse fotos a los conciertos, los fans del ska llevan la música en la sangre. Su energía y pasión son tan contagiosas que siempre logran cimbrar el sitio donde están parados. Saben bien que se trata de un momento de comunión entre ellos y la banda, y que es el espacio perfecto para bailar, disfrutar y olvidarse de todo aquello que aguarda afuera.

“Battle of Tokyo”, “Natty Parade” y “Storm Rider” sonaron impecables y funcionaron como el perfecto preludio para la primera invitada de la noche: Kavka Shishido. Tras mostrarnos un poco de su talento en la batería, la cantante japonesa tomó el micrófono para saludar en un casi perfecto español y luego entonar su versión de “Recuérdame”, tema principal de la película Coco.

A pesar del cansancio y el sudor, la gente nunca paró de bailar; menos cuando el clásico de Madness, “One Step Beyond”, comenzó a sonar. Sin darnos cuenta había pasado ya más de una hora de show, aunque todavía era temprano, cuando llegó la segunda sorpresa: la cantante puertorriqueña ILE, quien subió al escenario para “Te quiero con bugalú” y “Tategaki no ame”, canción originalmente interpretada por Yoshie Nakano.

Cuando tienes al frente a una banda de ese calibre es difícil elegir un momento como el más especial de la noche, pues ni un solo minuto tiene desperdicio. Tras “Pride of Lions” y “Down Beat Stomp”, con la energía a tope, la banda salió del escenario un par de minutos para después volver con un pequeño encore que incluyó una emotiva versión de “Cielito lindo” y despedirse finalmente de su amado público mexicano.

Las luces se encendieron y la gente comenzó a salir con la convicción de que con la Tokyo Ska Paradise Orchestra no hay falla, no importa si se trata de la primera, tercera o sexta vez que tienes la oportunidad de verlos en vivo. Son la viva prueba de que el ska no tiene fronteras. El ska es amor. El ska es vida.