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El pasado 24 de noviembre se cumplió un aniversario más de la muerte de uno de los artistas más emblemáticos en la historia del rock: Freddie Mercury. Por ello, a modo de homenaje al cantante y compositor británico, la plataforma Star+ decidió lanzar el documental Freddie Mercury: The Final Act, transmitido por la BBC en 2021, justo cuando se cumplieron 30 años de su partida.
Dirigido por James Rogan (realizador con una amplia trayectoria en la pantalla chica), el largometraje se centra en los últimos días en la vida del artista, y narra también cómo los miembros restantes del grupo Queen decidieron orquestar un concierto tributo en su memoria en el estadio de Wembley, reuniendo a grandes artistas de rock y pop quienes ejecutaron en vivo diversos hits del grupo, y las ganancias del evento fueron donadas a organizaciones dedicadas a la lucha en contra de la terrible enfermedad que les arrebató a su compañero y amigo: el VIH/SIDA.
Dicho padecimiento se vuelve uno de los temas centrales del relato. Según datos de la ONU, actualmente hay 76 millones de infectados por VIH y 35 millones de personas han muerto de SIDA. Y tristemente, Mercury formó parte de esas estadísticas. Pero como el filme atestigua, el suyo fue un caso que se volvió mediático, generando algunas consecuencias funestas pero también significaría un cambio importante respecto a la percepción pública que se tenía sobre esta enfermedad.
La historia de los últimos días de Freddie es relatada por sus compañeros, familiares, y personas cercanas, y contada a modo de varios actos. De forma intercalada, se incluyen los testimonios de especialistas y de personas diagnosticadas con el virus o que perdieron a alguien cercano por dicha causa, con los cuales se va conformando un panorama preciso (e indignante) de las condiciones médicas y sociales imperantes en esos años; del pésimo manejo sobre la información y los alcances de la enfermedad; y de la estigmatización sufrida por muchos enfermos de este mal que en ese entonces, muchos consideraban exclusivo de la comunidad homosexual, e incluso algunos ignorantes lo veían como una especie de castigo divino en contra de ellos.
El primer acto narra la forma en la cual Mercury lidió con la opinión pública en lo tocante a su preferencia sexual, Y cuando fue diagnosticado con la enfermedad, prefirió mantenerlo en secreto hasta su último día de vida, con el fin de (en sus propias palabras) “evitar que la privacía de la gente en torno mío se viera afectada”. Los únicos con conocimiento de su estado de salud eran los otros músicos de Queen (a quien les pidió no lo revelasen a nadie), y un puñado de personas de confianza cercanas a él. De modo dramático, se describe cómo a consecuencia del progresivo avance de la enfermedad, en cierto punto decide no hacer más conciertos y comienza a retirarse de la vida pública gradualmente, aunque siguió trabajando con el grupo hasta meses antes de su muerte en 1991, produciendo dos discos más: Innuendo y Made in Heaven (este último lanzado póstumamente en 1995).
Posteriormente, la película se centra en lo ocurrido tras la muerte de Freddie, y las repercusiones desprendidas de la revelación de su enfermedad un día antes de su deceso. La más deleznable de ellas vino de diversos tabloides y medios de comunicación quienes -obrando con poca sensibilidad y mucho prejuicio-, de forma despiadada comenzaron a atacar la vida personal del cantante, manejando su padecimiento como consecuencia lógica de una vida promiscua y llena de excesos. Un prejuicio que pesaba también sobre la comunidad gay de esos años, y el cual alcanzó al cantante, de forma magnificada por su estatus de rockstar.
Indignados por esas notas y artículos tendenciosos, amarillistas y llenos de prejuicio, Brian May y Roger Taylor deciden hacer algo al respecto, y además de presentarse en diversos programas televisivos para responder a esos ataques y pedir respeto para su amigo (y para todos los aquejados por la enfermedad) toman la decisión de fundar The Mercury Phoenix Trust, una organización caritativa destinada a combatir el SIDA alrededor del mundo y apoyar así a toda la gente aquejada por esa enfermedad. Y al mismo tiempo, organizan el Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS Awareness, con el cual buscan celebrar la vida y el legado del artista, y deciden (a través de su recién creada organización) donar las ganancias a diversas asociaciones enfocadas en el combate a dicha pandemia.
Elton John; Roger Daltrey; Tony Iommi; Robert Plant; David Bowie; George Michael; Liza Minnelli; Metallica; Def Leppard; Bob Geldof; Spinal Tap; U2; Guns N' Roses; Paul Young; Seal; Lisa Stansfield y Annie Lennox serían algunas de las estrellas del rock y pop que formaron parte de ese legendario concierto, algunos de ellos interpretando versiones especiales de canciones de Queen.
Y es en ese último acto donde el documental toma mayor impulso, al mostrarnos tanto el compromiso de la banda y los involucrados en levantar este titánico evento, como la experiencia y opiniones (sobre el evento y sobre Mercury) de algunos de los artistas que se dieron cita en ese emotivo último adiós, en un show digno de figurar en los anales de la música; repleto de anécdotas (por ejemplo, la de la incertidumbre de si Axl Rose aparecería para cantar a dúo con Elton John, tras haberse rehusado a presentarse a los ensayos previos); pero sobre todo -como la obra subraya-, significó (al igual que el deceso de Freddie) todo un parteaguas a partir del cual, al interior de nuestra sociedad, se fomentó una mayor visibilización, sensibilización y concientización no solo sobre de los alcances de esa pandemia mundial, sino también de la discriminación y marginación de las que eran víctimas las personas con este padecimiento. Un sensible adiós y a la vez un prometedor comienzo.