Rock & Cinema: [Capítulo 24] Patti Smith: Electric Poet

Perfiles de una artista total.

“El punk rock no significa no ser popular, significa ser libre. Y voy a hacer lo que quiera”, Patti Smith.

Si existe una artista que sea la encarnación misma del eclecticismo, esa es sin duda Patti Smith. Cantante, compositora, actriz, poeta, fotógrafa y activista, la cual el próximo 30 de diciembre cumplirá 76 años, es sin duda una artista total, que rompió muchos esquemas, es libre de toda atadura y etiquetas, y sin duda sigue esgrimiendo una actitud completamente radical hacia el medio musical y artístico, y hacia la vida misma.

Esto y otras cosas se dejan entrever a través del documental Patti Smith: Electric Poet, realizado por el dueto de directoras francesas Anne Cutaia y Sophie Peyrard con base en un guion escrito por esta última, en donde en menos de 60 minutos y valiéndose de una rica compilación de videos con entrevistas, apariciones en programas televisivos y grabaciones de algunos de sus shows, se aborda a fondo la vida artística y personal de la actriz, a partir de diversos momentos importantes y abarcando sus variadas facetas.

El filme arranca con los inicios en la carrera de Patti, cuando llegó a Manhattan en 1967 buscando forjarse una vida artística, armada con tan solo un puñado de dólares, unos lápices, un cuaderno de notas, y la que era su posesión más valiosa: un ejemplar de Iluminaciones de Arthur Rimbaud, autor francés quien influiría grandemente en ella, principalmente en sus composiciones y en su obra poética.

Smith aparece en el panorama en el momento justo en que estallan diversos e importantes cambios y movimientos sociopolíticos en su nación. Asimismo, lo hace en medio de una escena musical encabezada por The Rolling Stones y Bob Dylan, a quienes adora y son sus influencias musicales primarias. E incluso se muda (con su entonces pareja, el fotógrafo Robert Mapplethorpe) a vivir al Chelsea Hotel, donde también se hospedaban -o andaban por allí- personalidades como William Burroughs, Janis Joplin, Allen Ginsberg y Jimi Hendrix, entre otros.

Patti se integra a ese universo, y comienza a asistir a lugares que eran puntos neurálgicos de la música, la contracultura y la vanguardia de esos años, como la Factory de Andy Warhol y posteriormente al club CBGB, emblemático templo neoyorquino del punk rock y el new wave, por el cual desfilaron las agrupaciones Television, Blondie, Talking Heads y Ramones, por mencionar solo algunos. Fue en este último donde comenzaría a hacer sus primeras apariciones ejecutando temas de su autoría, al tiempo que creaba una personalidad visual y artística andrógina, muy alejada de los estereotipos femeninos predominantes en la escena musical de entonces. Y así comenzó a llamar la atención de los asistentes y a generar un creciente culto en torno suyo… y su carrera comenzaría a despegar, impulsada por el apoyo de Clive Davis, manager de otra gran artista femenina: Janis Joplin.

El documental va y viene con aspectos de la vida personal de la actriz y su vinculación con momentos importantes de su carrera, ya que después de Mapplethorpe (con el cual mantendría una sólida amistad hasta la muerte de este último, acaecida en 1989), se relacionaría con el dramaturgo Sam Shepard (quien la introdujo en el mundo del teatro) y luego con Fred ‘Sonic’ Smith, guitarrista de la banda de rock MC5 con quien se casaría en 1980 y formaría una familia retirándose un tiempo de los escenarios, y el cual también fallecería prematuramente.

La película también toca de forma fugaz, pero precisa, otros muchos aspectos importantes en la carrera de la artista: la aparición de sus primeros discos (y su respectivo impacto en el universo musical), el momento cuando prueba las mieles de la fama gracias a la canción "Because the night" contenida en su disco Easter de 1978, y cómo pronto se hartaría de ellas por la presión y el desgaste que implicaban los conciertos en vivo (cuya intensidad menguó grandemente su salud); por las críticas (muchas de ellas banales y superficiales) sobre su música, su apariencia, e incluso reprobando su éxito comercial.

Pero sobre todo, porque ella no estaba decidida a seguirle el juego al mainstream y, en una actitud muy punk, decidió hacer con su carrera (y con su vida) lo que mejor le pareciese, poniendo en pausa indefinida su presencia en el mundo de la música y alejándose de los escenarios; enfocándose en su lugar tanto en su faceta de escritora (la cual ha fructificado en un par de libros en prosa y varios poemarios), como en el cuidado de su vida personal y familiar.

Así, Patti Smith: Electric Poet logra en poco más de 50 minutos un retrato vasto, profundo y de mucha sensibilidad acerca de una de las figuras femeninas clave en la escena musical y artística de los setenta, y cuyos ecos siguen resonando hasta nuestros días. Y es que, como ella misma afirma,

Los artistas no se retiran, solo cambian de situación”.

Patti continúa componiendo música, editando discos, montando exposiciones con su obra fotográfica, editando libros y presentándose esporádicamente aquí y allá. Fiel a sus preceptos, sus sueños, y a sí misma, la denominada "madrina del punk" se ha forjado una importante y multifacética carrera, pero sobre todo, una sobre la cual ella posee completa y total libertad creativa. Y quien sabe, en cualquier momento, puede sorprendernos con un nuevo (y efímero) regreso a los escenarios.