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¿Qué hubiera sucedido si Joe Strummer no hubiera abandonado a The 101'ers su primera banda para formar The Clash?
Como diría el buen Joe “el futuro no está escrito”, esta frase cobra sentido ya que una personalidad con el talento como el de Strummer estaba destinado a convertirse en una leyenda, sin embargo el resultado no hubiera sido el mismo ya que las aportaciones musicales del guitarrista Mick Jones, las líneas de bajo punzantes de Paul Simonon y la batería sofisticada y versátil de Topper Headon redondearon el sonido de una de las bandas más representativas de la historia del rock, The Clash.
Pero The Clash fue también política, fue denuncia contra las injusticias raciales y la desigualdad social, así mismo The Clash fue integración entre un sector migrante (recordemos la gran población jamaicana migrante en Londres) y muchos jóvenes de la llamada “clase obrera” que encontraron en el reggae y el punk puntos de coincidencia para desahogar su frustración por no tener un futuro claro en sus vidas.
Influenciados por la música jamaicana compusieron grandes temas que se convirtieron en himnos para una generación de jóvenes devastados por una recesión económica en la Inglaterra de mediados de los años 70; “Bankrobber”, “Police and Thieves” y la enorme “Guns of Brixton”.
Pero la banda también fue excesos, soberbia y arrogancia misma que ayudaría en su desintegración; mientras que creían que habían derrotado al sistema, nunca imaginaron que el sistema ya los había asimilado como un producto más de aparador.
Sin embargo el legado sigue presente y es un referente obligado para todo melómano entusiasta de la historia de la música.
En lo personal siempre me sentiré agradecido con The Clash y con la filosofía punk del “hazlo tu mismo”, por que me enseñaron la música no solo puede ser hedonista y trivial, también puede ser combativa y contestaría, nunca condicionada a una moda y si a los ideales del músico, siempre es y será el mejor vehículo para expresar ideas y romper paradigmas.