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Mucho hemos hablado de Ceremonia 2017 (fechado para el 1 de abril). De cómo su cancelación y la posterior cancelación de la cancelación se convirtió en un verdadero infierno para la gente detrás del festival. Ese sábado yo cubría Pa’l Norte en Monterrey y me había hecho a la idea de de perderme a Kali Mutsa, a What So Not, a la misma Björk...; sin embargo, cuando llegado el día me enteré de lo ocurrido en el Centro Dinámico Pegaso, mi corazón se rompió.
Debo mencionar que descontando la primera edición, he ido a todas y cada una de las Ceremonia(s), y más allá de la fiesta, el esceneo y la peda que uno va a ponerse, el festival me ha brindado la oportunidad de ver a muchos exponentes que ni de coña podríamos disfrutar en solitario en la CDMX. Llámese Tyler the Creator, A$AP Ferg, Pusha T, Theophilus London, o Snoop Dogg. Seamos sinceros, Ceremonia es la única vía por la cual tenemos estos nombres de hip hop en México. No pasará en el Corona Capital ni en el Vive Latino, si acaso en el Nrmal –menor escala de fama pero con enorme propuesta: Tasha the Amazon es buen ejemplo–. Por eso, Ceremonia es referente para aquellos que buscamos algo más que Foster the People o Capital Cities en el lineup.
1 de abril de 2017, 17 H, comunicado oficial: cancelación. “Te odio Ceremonia, devuélveme mi dinero”, “no tienen madre, cabrones”, “¡Fraude!”. Los fans del festival se volcaron en contra e hicieron uso de su mejor amigo internet para expresar su furia. ¿La causa? El escenario principal (Vans Off The Wall) del festival colapsó y no era seguro llevarlo a cabo. ¿La culpa? Inútil señalar a alguien, la cancelación lucía inminente.
1 de abril 2017, 23 H: #CeremoniaEnDomingo. El festival reanudaría actividades al día siguiente con una considerable pérdida de talento (M.I.A., Vince Staples, Beach House). Sí, qué putada para los que viajaron del interior de la República y perdieron su dinero. Sí, el público tenía todo el derecho de quejarse. Sí, Björk y Underworld confirmaron para sorpresa de muchos. Sí, Ceremonia dio la cara y a fin de cuentas, se agarró los tanates, alzó la frente y siguió adelante.
El domingo llegué de MTY a las 9 H, tomé mi bus a Toluca y a las 15 H ya estaba en Ceremonia. Bailé como siempre, bebí como siempre, disfruté como siempre. Mi corazón roto recuperó vida y sonrío con todo lo que ocurrió el fin de semana, desde el mame en redes, el enojo y el gozo. Bien dicen que no somos perfectos y de los errores se aprende. Lo siento por quienes no lo lograron y comparto su dolor, pero creo que –a pesar de todo– el festival se repondrá y el próximo año nos traerá una compensación enorme. ¿Le pueden dar otra oportunidad?
Fotografía: Bruno Muñoz Tittel