Fotos Alan Espinosa
El rock es la Madre de todos.
Este sábado, el Parque Fundidora de la ciudad de Monterrey se llenó de rock y toda la actitud necesaria para hacer vibrar el recinto al son de poderosos riffs de guitarra y paliacates, en el Tecate Mother of All 2018, ya que la gran mayoría de las 67,500 almas que se dieron cita al lugar –incluidos integrantes de las demás bandas del line up– tenían una única cosa en mente: fundirse a coro con los grandes y legendarios Guns N’ Roses.
Comienza la templada y agradable tarde con Railrod, banda nacional cuya carrera musical despunta en el año 2014, con una propuesta que nos invita a mantener vivo el espíritu del rock clásico, siendo notables sus influencias, tanto en la parte musical como en la lírica. Unos declarados fieles admiradores de la banda liderada por Axl Rose, que despliegan pasión, energía y entrega total como sus principales componentes escénicos. Una vez terminada su presentación, Oscar "The Os" Estrada agradece al público la energía y desde luego al festival, por haberles dado la oportunidad de abrir el escenario, donde más adelante se presentarían los ídolos que ayudaron a moldear el estilo de su música.
Con el transcurrir de la tarde, más personas van arribando las diferentes zonas, con lo cual se hace más evidente y palpable el sentir único que tiene un festival de rock. Familias, amigos, y personas que se conocen para formar lazos de hermandad y unión por la música. Pequeños y grandes, nuevas generaciones siguiendo el ejemplo de sus padres. Todos en armonía, juntos para convertir el sábado 3 de noviembre en uno de los días más memorables del 2018 y quizás para muchos, uno de los días más inolvidables de toda una vida. Una vida que sin música no podría vivirse igual.
Es turno de Zoviet, banda originaria de Los Ángeles, California, que tuvo una entrada enérgica y poderosa. Alexander Rudametkin, tiene el carisma y energía que se necesita para hacer del escenario su patio de juegos, especialmente porque además de manejar la guitarra a su antojo y sacar de sí sonidos prodigiosos, el público enloquece. Es precisamente ese uno de los factores que les ha dado el lugar que tienen hoy en día: el poder y la nata habilidad de hacerse querer por el público. No importa si eres fan de Zoviet desde sus comienzos en 2012 o si los conociste en el Mother of All 2018; simplemente los recordarás por su propuesta musical y por la forma en que se adueñan de un auditorio.
El encanto que tiene el Parque Fundidora es cautivador. Elementalmente es el lugar donde los regiomontanos se reúnen a disfrutar desde un durito, un elote, la tranquilidad, paseos en bicicleta hasta el cine, las artes y desde luego, la música. Es por la música que nos reunimos en esta ocasión y el disfrute de todos los presentes es notable. Se vive la alegría, la espera de los grandes ídolos que llegaron a nuestras vidas en los años donde nadie más podía decir nada más tranquilizador e inspirador que ellos. Esas influencias permanecen por siempre y la esperanza de verlos en vivo, compartir un mismo espacio y cantar al unísono, con el paso de las horas y minutos, poco a poco deja de ser simplemente una esperanza para ser una realidad.
Es turno de pasarle la batuta escénica a Eruca Sativa, power trio made in Córdoba, que desde Argentina, llegó a tierras regiomontanas para finalizar su GIRA MX 2018, participando en el Mother of All como solo ellos saben. Pocas cosas son tan contagiosas y remarcables como el poder femenino en el rock, especialmente cuando es una propuesta con una estructura musical increíble y una energía como la de Lula Bertoldi al entonar cada una de las canciones del repertorio para este día. Por su parte, Brenda Martin, el bajo de la banda, además de ejecutar su instrumento hábil y talentosamente, nos regala siempre una fresca sonrisa, entonando también los coros de las canciones que nos dieron la oportunidad de poder escuchar en esta versión del festival. Por su parte, Gabriel Pedernera, le imprime a la batería el feeling que cohesiona a la banda. Esperamos pronto tenerles de vuelta para sentir y vivir las notas y letras que tienen para ofrecer.
Es turno de Steel Panther y su contagioso glam metal. Es básicamente imposible no volverse loco con toda la vitalidad que proyectan en el escenario y se multiplica en los asistentes. La cómica complicidad entre Michael Starr y Satchel, le da el toque distintivo entre las diferentes bandas, porque no solamente hacen bromas entre ellos, sino que también el público es partícipe de las mismas. Las chicas y el glam rock no pueden ir una sin la otra, por lo que invitaron a un grupo de admiradoras subir con ellos al escenario mientras interpretaban “Gloryhole”. El momento de gloria durante el cual las selfies, los besos y el rock and roll se desbordaron para posteriormente continuar con “Community property” y finalizar su presentación con “Death to all but Metal”. Asistentes, pero especialmente chicas, satisfechos al ser objeto de preferencia de un grupo tan peculiar y divertido como lo es Steel Panther.
16:35 H., el sol empieza a caer cuando Wolfmother se levanta en el escenario. Andrew Stockdale pisa fuerte y comienza una experiencia musical con “Dimension”, extracto de su álbum homónimo para dar rienda suelta al embrujo de su guitarra. El hard rock de esta banda enciende todavía más los ya enardecidos ánimos de rockear del público y con “New Moon Rising” lo constatamos. No hay lugar para descanso, el cuerpo es ahora objeto del estridente sonido que Wolfmother tiene esta tarde para los asistentes. Los sonidos emitidos por Andrew, Ian, Dave, Hamish y Jake dejan de ser aislados para dar pie a una fusión magistral de virtuosismo en cada una de las canciones entonadas en esta entrega, como fueron “Woman”, “White Unicorn”, “Victorious” y “Colossal”. Una presentación exquisita que solo podía finalizar mejorando y desde luego, para culminar, “Joker and the Thief” puso al público palmas arriba, en total y completo éxtasis musical y sensorial. En definitiva, estos excelentes músicos australianos nos han deleitado con lo mejor que saben hacer.
Es ahora el turno de Shirley Manson para mostrar que Garbage tiene la potencia y la maestría de años de experiencia dominando escenarios y volviendo loco al público alrededor del mundo, porque además, este año celebran 20 años del lanzamiento de su emblemático “Version 2.0”. Esta noche, da comienzo con “No Horses”, seguida de “I Think I’m Paranoid”. La roja vestimenta que enfunda a la frontwoman en esta ocasión, nos impide dejar de verla y seguir cada uno de sus movimientos en el escenario. Conquista y cautiva con su voz y su persona. Ahí, mientras se adueña del escenario, comienza el cover de “Personal Jesus”, uno de los más grande éxitos de Depeche Mode, seguida de “Empty” y “Dumb”. Continuamos cantando al unísono “Stupid Girl” y así dar paso a “Why Do You Love Me”, “#1 Crush”, “Lick the Pavement” y “Vow”. Shirley aprovecha un break para mandarle un afectuoso "Fuck You Butch Vig!" al estar ausente en esta noche, la cual cierran con “Push it”. Con una presentación como esta, no cabe duda que Garbage, después de más de 20 años de carrera, se han colocado como una de las bandas preferidas de finales de los 90.
Sammy Hagar & The Circle reúne lo mejor de las míticas bandas de los años 80, arrancando con una poderosa presentación con la que los asistentes no pueden sino corear y moverse al ritmo de cada nota, haciéndose evidente que el hard rock vive y despierta en cada uno de los presentes. Canciones tanto de Sammy Hagar, Van Halen y Led Zeppelin, fueron seleccionadas para interpretarse en esta noche, donde los fuegos iluminaron el rostro de miles de fans, que cantando “There’s Only One Way to Rock” le dan la bienvenida a una alineación legendaria. Así mismo, “Good Times, Bad Times”, “Right Now”, “Best of Both Worlds” y “Heavy Metal” convirtieron una noche ya de por sí buena, en una experiencia excepcional. Para culminar una presentación tan extraordinaria, entonaron “When It’s Love” y se despidieron de una concurrencia extasiada por el sonido de los clásicos del rock del siglo XX.
El hard rock y las melenas largas continúan en una noche que no ha hecho más que subir de nivel con cada una de las diferentes bandas que han pisado el escenario del Tecate Mother of All 2018. Es ahora el turno de Whitesnake hacer que las cabezas con paliacates y pelucas de Slash, se muevan con “Bad Boys”, canción con la que decidieron arrancar. A continuación “Give Me All Your Love” y “Love Ain’t No Stranger” ponen el corazón en las manos del público para ser coreadas con sentimiento y euforia. “Crying In The Rain” procede a escucharse para dar pie al solo de batería de Tommy Aldridge, dándonos una lección de cómo debe ser tocada una batería y sobre todo, como debe ser disfrutado el rock de verdad. Y para cerrar una presentación remarcable, escuchamos “Burn”, cover de Deep Purple, con la cual se despiden y nos dan paso a las estrellas más esperadas de la noche: Guns N’ Roses.
Apenas proyectarse los gráficos de Guns N’ Roses, la gente enloqueció. Muy pronto estarían frente a frente con Axl, Slash, Duff y Dizzy, así como los integrantes más recientes. El momento de ver finalmente a la banda con la cual soñó la mayoría de los asistentes, por fin llegó. Al sonar “It’s So Easy” todos sabíamos que todo ya era un hecho y todo el día de pie, había valido la pena. A esta le siguieron “Mr. Brownstone” y “Chinese Democracy”. “Welcome to the Jungle”, uno de los clásicos temas de la banda puso a tope al público, que gritando con toda la fuerza reservada para ese momento expresó su emoción por la ocasión. Slash, es en definitiva un ícono del rock, una leyenda viviente, con cuyo virtuosismo nos complace en cada una de las interpretaciones de la banda y covers de diferente tipo. Lo que toca lo vuelve oro y lo sabe. Todos lo sabemos. Agradables sorpresas nos llevamos al escuchar “Slither” de Velvet Revolver y “Black Hole Sun” de Soundgarden, tributo a los grandes caídos del grunge. Con el tema de The Godfather dieron paso a la famosa “Sweet Child o' Mine”, uno de los puntos más esperados y altos de la noche. Pese a ser inesperada, “November Rain” puso al piano a Axl Rose y la velada no pudo ser mejor. La gente coreaba llevada por el sentimiento de la interpretación, los recuerdos y la suave caricia del noviembre regiomontano. “Knocking on Heaven’s Door”, “Patience”, “Don't Cry” y el cover de The Who, “The Seeker” daban pie a un cierre que solo podía tener el sabor único y característico de Guns N’ Roses con “Paradise City”, que más bien parecía una dedicatoria al Parque Fundidora en la madrugada más rocker del año, "where the Grass is green and the girls are pretty". Finalizando la presentación, la banda se reúne al frente para dar las gracias por una noche como esta a un público extraordinario como solo puede ser el público mexicano.
La versión 2018 del Mother of All culmina con fuegos pirotécnicos que iluminan el rostro de los extasiados y felices asistentes, quienes ahora tendrán que asimilar la vida después del rock, las leyendas y la oportunidad de vivir sin edad, sin prejuicios, todos al son de un género y una ocasión que solamente puede unir tanto a propios como extraños, en la espera del line up de lo que nos depara la Madre de todos, en su versión 2019.
Hay un nivel muy alto que superar.