Una noche en la que el baile, el post punk y el acordeón se volvieron un abrazo al corazón.
La noche del 21 de julio apuntaba para ser una fría y cubierta por lluvia, esto debido a que todo el día se había visto una ciudad que no recibía tregua por las condiciones climáticas, pero al salir de metro Mixcoac, y casi como si el universo diera un augurio de que la noche iba a mejorar, la lluvia se detuvo. La Texana se presentaría en el escenario de House of Vans y esto fue motivo suficiente para que el cielo dejara de llorar.
La noche dentro del recinto de revolución fue muy movida, y como nos gusta esto, ya que pudimos observar una comunidad muy unida e interesada en los distintos talleres culturales y de desarrollo musical que ofreció la organización. Después de pasar por un taller para hacer nuestro propio mini sintetizador y una rápida parada en la barra para reunir energía, tomamos nuestro lugar en el escenario del segundo piso. De a poco, la gente comenzaba a llegar para tomar hasta el espacio más pequeño que quedaba en la sala, nadie quería perderse a La Texana.
En punto de las 22:00 H, Josué y sus músicos, atravesaron al mar de gente para tomar su lugar sobre el escenario y dar inicio a una noche en la que el baile, el sonido del acordeón y un público totalmente entregado al proyecto de Baja California, serían los protagonistas. La noche comenzó en una nota alta con la interpretación de “Un día como hoy”, tema en el que la guitarra de Josué y la de Alexis Ramos (Te vi en un planetario) marcaron la pauta para que la gente se soltara y comenzara a bailar sin control.
La primera parte del concierto se caracterizó por ser un espacio en el que pudimos disfrutar de los temas del más reciente EP de La Texana, Morro. De esta manera pudimos bailar canciones como “No se que me pasó”, “Atrapado” y “Trataré”, y lo de bailar no lo decimos de gratis, ya que con la interpretación de cada uno de estos temas se generaban olas por los empujones de emoción que hacían difícil mantener el balance, pero cada vez que parecía que tendríamos una corta visita al piso, te caía otro empujón que regresaba el equilibrio al cuerpo. El público se unió en un solo ente que se movía con cada acorde y estrofa interpretada por Josué, parecía que éramos un mar inquieto por el viento que comenzaba a soplar con más y más fuerza.
Entre gritos de “La texana, la texana”, el buen Josué se tomaba un momento para presentar a Alexis de Te vi en un planetario y agradecerle por su apoyo para este concierto, además de que también nos presentó a Andrea, artista encargada de tocar el bajo y que solo tres días antes había aprendido a tocar todas las canciones del set, el cual, sin lugar a dudas, dominó como toda una profesional.
Así fue como llegamos a la interpretación de “Estrés”, tema con el que cerró el recorrido por el EP Morro, y dió paso a una travesía por las primeras entregas del proyecto, las cuales llenarían el espacio con un aura ensoñadora, nostálgica y divertida. Pasamos por los temas “Bésame” y “¿Quién?” antes de llegar a la interpretación de una de las joyitas ocultas del proyecto, “Edgar is the only one of my foos that doesn't drink indio cervezza” tema que Josué escribió para uno de sus mejores amigos y que deja ver un alto amor por el equipo de futbol Cruz Azul. Este fue un momento que recargó la energía de todos los asistentes y volvió a detonar un baile desenfrenado que hizo volver al caos al centro de la pista.
El setlist continuó dejando joya tras joya y disfrutamos de los temas “Más daño me harás”, “Nunca he sabido amar”, “Lejos de tu corazón” y “El ciego”, elevando la energía del público que ya no solo se limitaba a corear las letras de las canciones, sino que ya comenzaba a corear a cada uno de los instrumentos, demostrando su alta emoción por ser parte de esta presentación íntima, pero poderosa. Justo para aprovechar el ambiente más íntimo, Josué se tomó un momento para presentar de manera especial la canción “Resiste”.
Esta me la dedico a mi, a ustedes… a nosotros”.
De esta manera llegamos a la recta final del concierto y tocaba cerrar con broche de oro, para esto, La Texana tenía lista una selección de tres canciones que lograrían llevar al público al punto máximo de disfrute. Comenzamos el final de la presentación con la interpretación de “No me quites tu calor”, tema que nos llevó al norte del país por el icónico sonido del acordeón y que hizo recordar a muchos de los presentes el porqué nos habíamos enamorado del proyecto. Al finalizar, disfrutamos de “Siempre me cuesta regresar”, mientras Josué especificaba que esta sería la última canción del set, solo si no le pedíamos otra.
Como era de esperarse, el público pidió otra canción y Josué complació a los asistentes cerrando con “Voy a darte todo”, canción que logró consagrar al concierto como uno muy bueno y que hizo temblar el segundo piso del House of Vans por la energía de un Morro que viene pisando muy fuerte y que cada día crece más dentro de la industria nacional. Con la frase de “los aplausos son para ustedes, se lo merecen”, cerramos un concierto que le entregó la calidez del norte del país a una ciudad congelada por la lluvia.