Sábado de gran actividad en la capital, calles cerradas por la logística del Maratón de la Ciudad de México, fuertes lluvias, miles de personas en las calles por la quincena, encuentros deportivos y más cosas que se pueden hacer durante un fin de semana, cómo diría Chava Flores:
“Sábado Distrito Federal,
Desde las diez ya no hay donde parar el coche
ni un ruletero que lo quiera a uno llevar
llegar al centro atravesarlo es un desmoche
un hormiguero no tiene tanto animal”.
Pero este día también tenía su encanto y es que el José Cuervo recibiría a Los Cafres para continuar con el paso de su gira por sus primeros 25 años de carrera. Si bien, hace apenas unos meses los argentinos nos visitaron durante el Vive Latino, esto no fue sufciciente para disfrutar como se debe de esta banda considerada como una de las más importantes exponentes del reggae a nivel mundial.
Después de una torrencial lluvia que provocó que las calles aledañas al recinto se inundaran y uno tuviera que cuidarse de los automóviles o caer en un gran charco, el público se fue apoderando del lugar y mientras unos se uniformaban con las playeras de los puestos de afuera, otros ya entraban para poder tener mejor lugar.
El contador del personal de seguridad avanzaba conforme pasaban los minutos y antes de que dieran las 20:00 horas el Tepexicuapan Sound System acompañado por el Real Stylo fueron los primeros en poner el ambiente de fiesta a esta noche, con temas que abogaban por la libertad personal, gozo y apoyo a la marihuana, acompañados por puños y palmas al aire de los ahí presentes.
Luego de ir preparando el terreno y fungir también como un buen anfitrión y maestro de ceremonias, el Real Stylo abandono el escenario para darle paso a una de las agrupaciones nacionales que poco a poco se ha ido ganando el cariño del público: Golden Ganga.
En el audio local se podían escuchar canciones de Bob Marley, que calmaban la ansiedad de las ya miles de almas que se encontraban en el lugar, fue hasta las 20:30 que los tapatíos fueron subiendo uno a uno.
“Estamos muy contentos de estar aquí en la gran Tenochtitlan con nuestros hermanos mexicas, nuestra raza”, comentó su vocalista Adán para dar paso a lo mejor de su repertorio.
Temas como “Nada es casualidad”, “Hablar Cantando”, “Amanecer”, fueron haciendo que el vapor de los cuerpos y otros humos fueran subiendo, para crear una atmosfera de armonía que nunca decayó y menos cuando se escuchó “Aire”, “Algo” y “Tú”, temas que fueron agradecidos por besos entre las parejas y uno que otro Don Juan que trataba de impresionar a la chica de junto.
Con la emotiva “Gracias”, Golden Ganga se despidió de sus seguidores para prometer regresar muy pronto y continuar con la promoción de su más reciente producción Energía Libre.
En ese momento las luces se volvieron a apagar, la sala para fumadores y los sanitarios se volvieron a llenar, las cervezas volvieron a recorrer la plancha, mientras el staff de los argentinos comenzaba a hacer el cambio de instrumentos.
Todo iba bien, hasta que el equipo tardó más de media hora en dejar todo listo y poder das luz verde a Los Cafres, los gritos y chiflidos no se hicieron esperar, fue también que en este momento a unos seguidores de la parte de arriba (ya en estado de ebriedad) les salió lo mexicano y comenzaron a gritar como si estuvieran en un estadio de fútbol y le reclamaran al portero contrario.
Por fin luego de ir y venir sobre el escenario, uno a uno fueron subiendo Los Cafres, ya estaba escrito, la fiesta había llegado a su máximo esplendor, sin mediar palabra y luego de un intro que dejó escuchar su gran capacidad musical Guillermo Boneto subió frente al respetable, vestido de una forma muy elegante y sin mediar palabra se escuchó “Suena la Alarma”.
Siempre con una sonrisa en el rostro y agradeciendo el cariño de sus seguidores mexicanos, que abarrotaron el José Cuervo, Boneto comentó: “Gracias por tanto afecto, siempre nos ha ido muy bien desde la primera vez que venimos a México”.
“Kaos”, “El Ángel”, “El Romano”, “La Foto de Zapata”, se escucharon y desataron aún más la euforia, en ese momento no había nada más que una gran comunión y conexión entre el público y la banda, el momento se había hecho más grande y el recorrido por lo mejor de su gran repertorio musical de estos 25 años no defraudo a nadie.
Luego de un encore, “El Paso Gigantge”, “Barrilete”, “Una Perla en mi Vida” y “Dale!”, volvieron a arrancar los gritos y fue en ese instante en que Guillermo tomó una bandera mexicana y desatara aún más esa locura, Los Cafres son de esas bandas de las que no puedes dar por hecho lo que harán sobre el entarimado, siempre llevan el momento más allá de lo imaginado
Tras una segunda pausa y de nueva cuenta los asistentes de la parte de arriba comenzaran con los gritos, los cuales fueron desaprobados por la mayoría de los ahí presentes, interpretaron “Secreto mío”, “Casi que me pierdo” y cerrar con “Si el Amor se Cae”.
Entre gritos, canto, baile, palmas, playeras mojadas, celulares en alto y demás muestras de cariño, Los Cafres se despidieron para prometer regresar muy pronto.