Ciudad: CDMX

In Robert Alfons We TR/ST

Locura, sudor, mucho sudor, euforia, baile, casa llena. Eso fue un poco de lo que se vivió la noche de ayer en el Pasagüero, que recibió el proyecto electrónico de synthpop y darkwave TR/ST del canadiense Robert Alfons, quien por primera vez trajo su acto en vivo a nuestro país.

La llegada de TR/ST a tierra azteca era un momento esperado por muchos, y se notó cuando para antes de las nueve de la noche, una larga fila de gente esperaba por ingresar al recinto elegido para darle la bienvenida. Si fue la mejor opción de lugar o no, quedó en opinión del público quien, por lo que pude averiguar preguntándole a unos cuantos si se sentían contentos con esta selección, respondió negativamente, pues la cantidad de personas que había, provocaba cierta incomodidad, e incluso algunos se quedaron en el área del comedor o en la entrada. Así como el audio, que también dejo mucho que desear.

Lo cierto es que este aspecto no nubló en absoluto la entrega del canadiense y su crew, armado por una tecladista rubia y un joven baterista, quienes para las diez y media de la noche, cuando los ansiosos asistentes comenzaron a chiflar pues no podían esperar más por ver el espectáculo, inauguraron la noche con algo tranquilo como “Slightly Floating”, para después desatar la locura con “Sulk”.

A partir de ese momento, la música fue in crescendo, sonaron temas del primer disco homónimo, que grabó junto a Maya Postepski de Austra, cuando ambos eran TR/ST. Por ejemplo “Heaven” y “F.T.F.”, que hicieron explotar la pista de baile, también podía verse un bonche de celulares en lo alto intentando capturar una imagen de Alfons, que salió al escenario con un tipo blusón largo, negro y sin mangas, muy sencillo, pero también con mucha garra.

El show siguió e hicieron aparición canciones de Joyland, segunda placa de Robert, ya en solitario, y así fue que “Rescue, Mister” y “Capitol” se convirtieron en clave de la noche. Se estaba cuerpo contra cuerpo, de que casi cachete con cachete; el calor humano hervía en todo el lugar. Hay gente a la que le molesta el contacto físico con un desconocido, pero aquí simplemente era inevitable, para donde te movieras, tenías que rozar a alguien y podía ser no muy placentero. Aunque por otra parte, para los que son más desinhibidos, era un verdadero gozo, pues la fiesta estaba al tope: sin pudor y sí con mucho sudor.

El setlist estuvo lleno de temas muy esperados y que el respetable coreó sin chistar una sola frase, los más sonados: “Chrissy E”, “Dressed For”, “Candy Walls” y “Bulbform”. La entrega tanto de Alfons como del público es de destacar, simplemente hubo una conexión cósmica que hizo que el show corriera a la velocidad de la luz. Para cuando vi la hora, ya era casi medianoche, estábamos recibiendo Halloween mientras “Are We Arc?” arrancaba gritos del público.

Finalmente y después de tanto gozo, “Peer Pressure”, “Gloryhole” y “Icabod” despidieron no sólo un concierto, sino un verdadero espectáculo; uno de los mejores del año. El primero en nuestro país, y esperamos que no el último.

The Pains of Being Pure at Heart: Cuando el dolor se vuelve fuerza

El olor a dulces, flores, pan, y demás alimentos preparados especialmente para los muertos comenzaba a apoderarse de la ciudad y con ellos se asentaba la melancolía por el pasado y lo efímero de la vida. Como si fuera coincidencia, el Foro Indie Rocks! albergó la presentación estelar de una banda neoyorkina famosa por convertir la desolación en una energía revitalizadora: The Pains of Being Pure at Heart, que reunió a varios seguidores de sus nostálgicas melodías y a otros más que los escucharon por primera vez.

El frío no fue impedimento para conglomerar a varios melómanos en busca de pasar un buen jueves de guitarras. Eran las 23:00 horas y el público se encontraba ansioso por recibir a esta singular banda liderada por el carismático Kip Berman, que justo regresaba de una extensa gira por Europa. En medio de un tour por todo Estados Unidos promocionando su más reciente álbum, Days of Abandon, el quinteto ofreció un concierto incomparable que volvió locos a los presentes.

El regreso de esta agrupación a nuestra ciudad fue muy especial ya que no solo traían un nuevo material, sino que su arribo incluyó una alineación totalmente nueva que inclusive traía a la prima de Kip en los coros. Sonaron temas ya queridos por el público nacional, como “Young Adult Friction”, “Heart in your Heartbreak” y “Come Saturday”, además de no uno sino dos encores que dejaron escuchar una versión de pura guitarra “Ramona” y “This Love is Fucking Right!”.

Una hora exacta fue el tiempo en el que estos músicos se entregaron e hicieron vibrar el recinto, sin embargo, lo que más impactó fue que al finalizar la presentación, como cualquier mortal, Berman bajó a conocer a sus fans, se tomó fotografías con ellos y firmó uno que otro vinil, demostrando la nobleza de su corazón y el agradecimiento a quien les permiten seguir sonando.

La maestría de Bajofondo de vuelta en la ciudad

Sería redundante condecorar como triunfal el regreso de Bajo Fondo Tango Club a la Ciudad de México, puesto que cada una de sus presentaciones, desde aquella vez en el antes llamado Salón 21 hace exactamente ocho años, han sido memorables.

Cada que se avisaba el arribo del llamado Maestro Gustavo Santaolalla, no solo los ávidos consumidores del tango electrónico, sino los deseosos de un show de categoría que mucho tiene que ver con la nueva frescura que invade a Latinoamérica, hacen siempre lo posible para abarrotar las salas donde se presente y esta no fue la excepción.

Después de pasar por festivales, no solo el Cervantino o la Cumbre Tajín en nuestra nación, sino el prestigioso Festspillene en Noruega y el por demás laureado Glastonbury Festival en Inglaterra, la plancha del Plaza Condesa, en esta ocasión sin sillas para que se pudiera armar el baile, recibió con una ola de aplausos al colectivo rioplatense que, aunque con la notoria ausencia de único integrante mujer, Verónica Loza, ofreció una memorable velada en la que se demostró que sin importar edad, credo, atuendo o sector social, la música es música, y es de todos para bailarla.

La batería de Adrián Sosa, al lado de las programaciones de Juan Campodónico, retumbaron desde el primer tema, “Código de Barras”, a un nivel que el mediastino de los presentes vibraba con la música. Siguieron “Sabelo”, “Segundos Afuera”, “Pena en mi Corazón” y muchos otros que comprenden su más reciente y exitosa producción, Presente, hasta que el bandoneón de Martín Ferres y el violín de Javier Casalla azotaron con “Duro y Parejo” para enardecer la locura que era ya la pista.

El momento que el mismo Santaolalla condecorara como de reflexión llegó con un tema desprendido de la banda sonora de Diarios de Motocicleta que, antecedido con un solo de bandoneón, fue acompañado de un mensaje de solidaridad ante la actual situación de estudiantes y civiles desaparecidos en México. “Que se solucione pronto, nosotros entendemos lo que se siente”, dijo el ganador dos veces del premio Óscar.

El set parecía terminado, pero el obligado encore se presentó con tres temas más, entre ellos “Leonel el Feo”, “Perfume” y “Los Tangueros”. Baile sobre el escenario, "Las Mañanitas" para Campodonico y un dedo al cielo en agradecimiento cerraron una velada grandiosa, en la que el romance entre México y Bajofondo se reafirmó y se enalteció.

Fiesta entre semana al estilo The Drums

Miércoles, mitad de semana; día en el que todos están preocupados porque a la mañana siguiente hay que levantarse temprano para ir a la escuela o trabajar y también el día elegido por The Drums para visitar México por tercera ocasión.

Las puertas se abrieron a las 7:00 p.m. con una larga fila de personas que esperaban a la entrada del Plaza para poder llegar hasta la parte de adelante. Una hora después, con el lugar casi lleno, la impaciencia de los presentes provocó los primeros gritos y chiflidos, además de la compra de cerveza.

Luces amarillas y azules a medio tono, con un fondo alusivo al nombre de los neoyorkinos, dejaban claro que todo estaba listo, sólo hacía falta que Johnny Pierce y Jacob Graham salieran para iniciar lo que parecía ser una noche prometedora.

Por fin se escucharon las primeras distorsiones y Jacob, acompañado de un guitarrista, baterista y bajista, inició con “Bell Laboratories”, que desató los primeros empujones que prácticamente no pararon durante toda la noche. Posteriormente apareció Pierce con su típica chamarra roja metálica y ahí sí que empezó la fiesta. Sus sinuosos e incontrolables movimientos enamoraron inmediatamente a todos los presentes, en su mayoría eran hombres, mientras que la representación pantomima de Jacob inevitablemente llamaba la atención.

Continuaron con “Let Me”, “Me And The Moon”, “Days” y “I Can’t Pretend”, canciones en las que Johnny nunca dejó de agradecer el amor de los mexicanos y lo su entusiasmo. “Te amo, México; somos The Drums!”.

De entre los puntos álgidos del show cabe destacar “Best Friend” y “Money”, durante las que Johnny incluso dejó de cantar para que se pudieran escuchar las voces al unísono de todos. La dupla neoyorkina no podía estar más feliz de estar allí.

El mes pasado, la banda dio a luz su tercer álbum, Encyclopedia, que interpretaron en su mayoría, lo cual, como toda banda que promociona disco, es bueno, pero no tanto. Por más que sus fans se supieran las canciones, éstos esperaban escuchar algo más viejito, una muestra de aquello que los colocó el ojo de la popularidad.

Momentos después retomaron un poco de Portamento con “I Need a Doctor” y “How It Ended”, cuya emotividad sacó las letras de los asistentes al tope de su voz.

La velada estaba por terminar y el escenario se tornó a media luz en un silencio impregnado de sudor y cigarrillo. Jacob tocó los sintetizadores y Johnny, pegado al micrófono, cantó “Wild Geese”. Aunado a ellos, se escucharon la guitarra y bajo con un poco de batería, para luego dar gracias y salir de escena.

Aplausos por doquier, más y más gritos que pedían otra canción, y aunque todos sabían que así iba a ser, que iban a tener más dosis de The Drums, la espera era insoportable, pues el éxtasis seguía allí.

Nuevamente, Pierce y Graham aparecieron para tocar, por vez primera en todo su tour, “Forever and Ever”, superando las expectativas de todos a través de un embelesamiento incontrolable. Las parejas se besaban y otros solo miraban a la banda mientras cantaban con ellos; cada quien disfrutaba a su manera.

“Let’s Go Surfing” y “Saddest Summer” prolongaron aquel instante. Si hay algo característico de The Drums, es que pueden llevar del punto más eufórico al punto más melancólico en un santiamén, y así fue como pasaron de los saltos y empujones a la levantada de manos con “Down By The Water”, tema que cerró con broche de oro una fiesta entre semana.

Noche Contrapedal 2014

Nacida en Uruguay en 2005, Contrapedal es una plataforma enfocada al arte, música y entretenimiento, con la mirada siempre atenta a las manifestaciones artísticas más arriesgadas.
Sus fiestas montevideanas comenzaron a reunir lo más interesante de la nueva escena musical de la región, que posteriormente crecieron hasta convertirse en el Fest Contrapedal; un festival internacional de tendencia, con un fuerte foco en Latinoamérica que integra música, diseño, arte y tecnología, lo que le ha valido importantes reconocimientos de ADIMI, Ibermúsicas y UNESCO.
Las Fiestas de Contrapedal llegan a México para llenar de efervescencia la musical en una noche aquí en el D.F. Shows, visuales, muestras, instalaciones, performances y ¡mucha fiesta! En esta ocasión, la primera Noche Contrapedal tendrá lugar este 14 de noviembre en el Foro Indie Rocks! (Zacatecas 39, Colonia Roma). La alineación con la que contará:

*Más por confirmar

¡VIVE LA FIESTA!

 

Boletos a la venta ya en Fernando Montes de Oca #14 Colonia Condesa.

Sharon Van Etten en El Plaza

La gira promocional del disco Are We There traerá por primera vez a México a la cantautora Sharon Van Etten.

Los boletos estarán disponibles a partir de mañana, miércoles 29 de octubre, a la 1:00 p.m. a través del sistema Ticketmaster y taquillas del inmueble.

Celebración negra: 20 años de Hocico

Hace 13 años aproximadamente escuché por primera vez el término rivet. Desconocido para mi hasta ese momento, lo ligué a la música industrial, un poco al post punk y a algo que no sabía definir (con el tiempo descubrí que, tal vez bajo las influencias de Throbbing Gristle, y desde D.A.F. hasta Neon Judgment, era algo más que cyberpunk).

Un grupo pequeño en comparación con los movimientos que en ese entonces existían (aún no se le llamaban tribus urbanas) deambulaba entre la Unidad de Trabajo Autogestivo y el Dada X, el cual se caracterizaba por no parecerse a nadie más y moverse en un submundo obscuro, nocturno y poco civilizado en ese entonces: El Centro Histórico. Hocico ya figuraba en ese mundo y saber que iba a tocar e ir a verlo era casi tan emocionante como si viniera Feindflug.

Desde esos viejos toquines en el Dada hasta la celebración de ayer han pasado muchos años ya, nos hemos hecho viejos y hemos perdido nuestras esperanzas; ya no brincamos, ya no bailamos y los jóvenes no existen porque están poco interesados en ver a una banda vieja que nunca tuvo el reconocimiento merecido en su propio país aún así tuviera la capacidad de tener como teloneros o ‘actos invitados’ a otros grandes del género directamente desde Alemania.

La celebración de ayer por la noche fue como la fiesta en la que invitas a todos tus amigos y únicamente llegan los íntimos, aquellos con los que siempre puedes confiar, curiosos por ver bandas que nunca habían podido ver como Hardwire y Xotox, y presenciar actos contundentes ya referencia como Miss Construction y Agonoize; Pero así como esos amigos han crecido contigo así se han convertido en personas cansadas que consideran que el show es el mismo desde hace 20 años aunque el sonido sea más pulcro, más limpio, más intenso y, en definitiva, más contundente.

Desde la salida del mariachi, algunos gritaron el clásico: “¡Cámara, Hocico!” mientras otros cantaban con aplomo las clásicas melodías mariachi para después entonar, como un buen José Alfredo Jiménez, “Odio en el Alma“.

Hocico triunfa más en el M’era Luna que en el viejo José Cuervo Salón de su propia casa para no romper con la tradición. A pesar de una anunciada y ejecutada producción de primer nivel, el lugar ayer estuvo más bien vacío aunque juegue en cancha local el campeón del mundo del aggrotech. Acompañaron en la celebración unos esperadísimos Agonoize y unos cómicos y fascinados Miss Construction.

Le deseamos a Hocico muchos triunfos más y muchos años más. Le deseamos al público mexicano más apertura (porque difusión la hubo). Hocico no tiene nada que demostrar, son grandes entre los grandes. Gracias por venir a celebrar con nosotros, su gente, no todos lo demuestran pero seguimos muchos que aún los seguimos valorando y disfrutando.

Los Románticos de Zacatecas en Sala

Luego de dos años sin presentar material nuevo, Los Románticos de Zacatecas tienen todo preparado para un fiestón loco el fin de año con motivo de la presentación oficial de su nueva producción Corazonada, sucesor de Ya lo Dijo Rufis Taylor disco con el que recorrieron gran parte de la república y además los llevo a algunos de los mejores festivales musicales de México.

El show es para todas las edades y será presentado por Sicario Music en SALA, un nuevo espacio dedicado a la música.

Los boletos ya están disponibles a través de Ticketmaster y en taquillas del Auditorio Blackberry.

Noche Electrónica Alemana-Mexicana

Una edición más de esta fiesta de música electrónica que organiza el Goethe Institut Mexiko desde el año 2010; y en esta ocasión, el cartel estuvo compuesto por dos actos mexicanos: Blakks y Zombies In Miami; mientras que por la parte alemana estuvieron la banda The Notwist, el dúo Sportbrigade-Sparwasser, y como acto final, la DJ Ada.

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A diferencia del año pasado, que el encuentro musical tuvo lugar en el Pasagüero, en esta ocasión la sede se mudó al nuevo Foro Indie Rocks!; lo cual fue un acierto, ya que el espacio es más ad hoc para disfrutar de la música y ver un poco de los actos sin sentir que te asfixias.

Eran las nueve de la noche y la fiesta apenas comenzaba con el acto encargado de inaugurar el evento: el dúo mexicano Blakks, que ofrecieron un set al estilo techno con tintes de minimal wave y que después de casi una hora, cedieron el escenario a Zombies In Miami, quienes siguieron la línea del techno nacional, aunque con un estilo que mezcla un poco los sintetizadores.

Casi a las once de la noche, el Foro Indie Rocks! comenzó a llenarse, tanto de público mexicano como alemán, que coincidían en las ganas de ver a uno de los principales atractivos de la noche y que regresaban tras una larga ausencia de nuestro país: The Notwist.

Justo después de las once de la noche el Foro Indie Rocks! estaba lleno; así que cuando la banda salió al escenario como parte del talento estelar de la cuarta NEAM, su recibimiento fue más que efusivo. Por más de una hora ofrecieron un show donde incluyeron algunos éxitos de sus primeros discos pero, sobre todo, presentaron canciones de su más reciente material Close to the Glass.

Entre temas de sus producciones anteriores, uno de los mejores momentos fue cuando tocaron el sencillo de su nuevo disco “Run Run Run”, pero lo que es cierto es que durante todo su acto demostraron que tienen fans en México, ya que una gran mayoría coreaba sus canciones; el público estaba realmente emocionado por ver y presenciar la versatilidad de The Notwist, pero el show debía continuar y la banda tuvo que salir del escenario para que saliera el siguiente acto: Sportbrigade-Sparwasser.

Sin duda, este dúo de alemanes le dio un giro distinto a la fiesta. En sus beats se podían sentir las raíces del techno, los bajos eran profundos y hacían que realmente te dejaras llevar por su música.
Sportbrigade Sparwasser supo manejar al público, así que el último acto de la noche tenía todo listo para cerrar la fiesta con broche de oro.

Cerca de las tres de la mañana, el dúo se retiró del escenario para que se hiciera cargo de éste su compatriota Michaela Dippe, apodada simplemente Ada. El estilo del ambiente cambió ligeramente, pero los ánimos de la gente seguían en alto. Los beats y los bajos profundos lograron que los asistentes se quedaran hasta que la fiesta diera todo de sí misma, lo mismo que sus energías entradas las altas horas de la madrugada.

Sin futuro ni pasado: Cloud Nothings

Parece que fue ayer cuando Dylan Baldi se encerraba en el sótano de sus padres para grabar las primeras canciones de lo que sería Cloud Nothings. La banda de Ohio pisó por primera vez suelo mexicano ante un público que los recibió como en casa. Por una noche, el Pasagüero se convirtió en el hogar de Baldi y compañía.

Sobrios, sin decir una palabra, subieron al escenario a comenzar uno de los mejores shows que ha visto el venue en lo que va del año. “Stay Useless” encendió el ánimo de los presentes que tímidos en un inicio, fueron convirtiendo el centro del lugar en un área de combate. El cambio en el sonido que presentó la banda en Here and Nowhere Else fue palpable al momento que “Psychic Trauma” sonó, el público perdió el control y el slam fue desatado.

Ni los que estaban arriba del escenario ni los de abajo, esperaban lo que se estaba viviendo. El noise-punk de la banda tan consentido en tierras yanqui era bien acogido aquí. El set continuó con un Jason Gerycz reventando el sudor que caía en su batería, un TJ Duke que daba breves vistazos a la audiencia con una sorpresa que no podía ocultar y un Dylan Baldi que continuó con lo suyo, colocando su mirada en el vacío, como acostumbra.

De pronto el bar ubicado en Motolinía 33 parecía convertirse en un tugurio underground norteamericano. Unos cuantos se animaron a hacer crowdsurfing mientras los fuertes acordes de “Now Hear In”, “Quieter Today”, “Giving Into Seeing” y “Pattern Walks” recordaron el por qué la banda recibió el reconocimiento a “Mejor Música Nueva” en Pitchfork. Los temas melódicos de la anterior producción Attack on Memory tampoco fueron olvidados, como “Fall In” o “Cut You”.

Aunque el recinto no llegó a su máxima capacidad, quizá por la lluvia perenne o por la reciente aparición del grupo en el gusto mexicano, los espectadores extasiados cantaron al unísono “I’m Not Part Of Me”, primer sencillo de la cuarta placa de estudio.
Breve pero férreo. El concierto de una hora culminó con la caótica “Wasted Days”. “¿Otra?”, preguntó Baldi para dar paso al encore con “No Future, No Past”.

Cloud Nothings es una banda que ha sabido pulir su sonido, dejando de lado lo melódico para pasar a lo estruendoso. Atrás quedó el sótano, las canciones con sabor emo, los días en que Dylan sostenía el proyecto por su cuenta. Los de Ohio cerraron su gira norteamericana en México y ahora se enfilan a Europa. Sin pensar en futuro o pasado, el momento que se vivió en Pasagüero se quedará en la mente de todos por un largo rato.