Un cielo despejado, en el que la luna miraba apaciblemente, fue el que recibió de nueva cuenta a la cantautora española Lourdes Hernández en la Ciudad de México, quien en tan sólo unos años logró construir una sólida base de entregados seguidores en nuestro país.
El Lunario estaba a reventar y, antecedida por el exótico proyecto en solitario de su guitarrista, Lourdes salió al escenario en punto de las 9 p.m. enfundada en un vestido de lentejuelas entre ensordecedores gritos y aplausos para dar inicio con "Neruda", tema de su más reciente álbum, Agent Cooper.
Le siguieron "Steve J" y "Michael P", canciones también nuevas pero no por ello desconocidas, aunque fue hasta que sonó "Walls Are Tired" que los coros se escucharon más que la voz de la propia Lourdes, cuyo rostro denotaba felicidad y sorpresa.
Entre comentarios referentes al calor que inundaba el recinto y bromas con sus músicos llegó el turno de un cover: "Bitch", tema que hiciera famoso Meredith Brooks en 1997 y que a pesar de no ser conocido por la joven audiencia, fue igual de aplaudido y ovacionado. Inmediatamente después fue interpretado "Fuerteventura", en el que de nuevo el acompañamiento del público fue más fuerte y penetrante que la dulce voz de la española.
Para "Casper" una plaga de celulares se plantó frente a las caras de todos intentando grabar el momento y con "Xabier", a pesar de que el concierto aún no había llegado a su fin, más de uno esperaba volver a tener oportunidad de ver en vivo a Russian Red; su aterciopelada voz, su carisma y entrañables canciones se habían robado ya el corazón de todos los ahí presentes.
Lourdes se despidió del publicó y del escenario entre exigencias de más canciones y amargos gritos que se negaban a dejarla ir. Un par de minutos después volvió aparecer en escena sólo con su guitarra y tras cantar un extracto de "Cielito Lindo" soltó sin preámbulos "Cigarettes" mientras una lluvia de cigarrillos que rezaban mensajes de amor caía sobre ella.
La cantante aprovechó la magia que se respiraba en el ambiente para regalar "I Hate You But I Love You" y "Anthony" antes de despedirse nuevamente de su enamorado público. Minutos o tal vez segundos después, de nuevo acompañada sólo de su guitarra, Lourdes volvió a iluminar el escenario con "Loving Strangers", uno de los temas encargados anclar en la memoria de todos ese concierto.
Con agradecimientos y palabras de amor que no alcanzaban a expresar lo que sentía, Russian Red dedicó la última canción a sus tíos y primos presentes en la audiencia. "Todas Mis Palabras", versión en español de "All My Little Words", original de The Magnetic Fields, fue coreada de manera ensordecedora, tanto que erizaba la piel.
A pesar de que la presentación duró hora y media, tiempo promedio para los conciertos, se sintió corta; faltaron canciones pero a pesar de ello absolutamente nadie se quejó o se expresó mal. A la salida la mesa de mercancía estaba a reventar, el show sirvió para reafirmar el fervor de sus antiguos seguidores y tatuar en la piel de los nuevos escuchas el nombre de Lourdes Hernández.
Tal vez en estudio las canciones de Agent Cooper se escuchen bien a secas, pero en vivo te calan hasta lo más profundo del alma. ¿Volvería a ver en vivo Russian Red? Sí, todas las veces que sea posible.