Desde que se anunció la visita de Rhye a México la venta de boletos fue incrementando poco a poco, por lo que para el día del concierto estuvieron completamente agotados. Desde temprano, los asistentes fueron llegando al recinto. Mientas comentaban sobre cómo había estado su día, salían a fumar o compraban bebidas en el bar, lentamente comenzaron a ocupar posiciones desde la zona general.
Pasadas las 9 comenzó la presentación de Lo-Fang, artista dotado de habilidades que conquistó a la multitud con un set de media hora compuesto canciones de su álbum debut Blue Film. Matthew logró dar inicio a un ambiente tranquilo y etéreo, lleno de contemplación, atmósfera perfecta para albergar el tan esperado momento .
La espera fue corta; el recinto se tornó a media luz y comenzaron a salir los 5 músicos que acompañan en todas las giras a Milosh. Algunos no podían contener su emoción, pero otros, como nunca puede faltar, fueron para tener una noche de plática y alcohol, lo cual para ciertas personas se tornó desagradable e incluso provocó reclamos.
Todo mejoró a partir de “Woman”, pues lo que Mike buscaba era conectar con el público. Luego de interpretar “3 Days” y “The Fall”, el músico advirtió que se trataría de una noche tranquila, a media luz, y sobre todo, agradeció a quienes que se encontraban ahí.
Es sabido que Milosh se mantiene en un constante movimiento creativo, por lo que crear e improvisar música no es ningún problema. De esta manera, creó dos temas exclusivos para esa noche. El violonchelo, violín, trombón, bajo, guitarra, batería y teclados jugaron un papel importante en cada pieza del rompecabezas, que desde un inicio se fue colocando elegante y delicadamente.
Un requisito de la velada: el silencio. Era lo único que pedía Rhye y lo único que no le otorgaron, pues constantemente se escuchaba “shhh” y no paraban de burlarse discretamente por la petición del canadiense.
El primer punto alto de la noche fue con “Last Dance”, que desde el inicio coreó el público. Mike no podía ocultar su felicidad y prolongó el tema a tal grado que se convirtió en una fiesta llena de bailes cadenciosos bajo el impresionante solo del trombón.
Posteriormente continuó con “Shed Some Blood”, “Verse” y “Major Minor Love”, cuyos acordes e interpretaciones pulcras y precisas evocaron al éxtasis y admiración; incluso el violinista invitó al público a que se les uniera con aplausos para amenizar aún más la noche.
Asimismo, Milosh tuvo la oportunidad de tocar algo de su más reciente producción, Jet Lag, de la cual preguntó si alguien conocía su existencia. “Bueno, esta canción es para esos 25 que sí conocen mi álbum”, comentó y dio paso a “Hear In You”.
La noche estaba casi por concluir. Mike advirtió que para los últimos temas llevaría de la cúspide al momento más bajo, pero de una buena forma, así dio inicio “Hunger” y tras bailes sensuales, la tranquilidad retornó al Lunario para que sonase “Open”, que al terminar se escuchó una voz de fondo que rompió el silencio con “Estoy tan jodidamente feliz de estar aquí”.
Finalmente, Milosh y sus músicos reverenciaron a la asistencia como forma de agradecimiento y salieron del escenario.