La vida la es registrada como una película y para ello necesita una gran orquesta de fondo. ¿Qué mejor que Cultura Profética en vivo como selección?
Sin importar lo helado que era el clima, la cantidad de gente que se dio cita en el Pepsi Center WTC el pasado domingo 8 logró que el ambiente se volviera cálido gracias a que esa noche hubo reggae en casa.
En punto de las 21:15 horas, Cultura Profética abarcó el escenario. Uno, dos, tres baquetazos sonaron para dar la señal que el espectáculo estaba por arranar. Este ritmo que pesa fue el tema para dar inicio. En posiciones exactas Cultura Profética abrazan el escenario, colocados como es costumbre, con Willy (voz, bajo) al frente de ellos portando un bajo color verde agua.
Continuaron con La complicidad, Sube el humo y Para estar, selectos éxitos para poner el calor en el auditorio. Los aromas entre la multitud se consumían deliciosamente: fragancias de amor, paz, libertad y un poco de cannabis eran la mezcla perfecta mientras de fondo Boris Bilbraut (batería y voz) interpretaba Amante de luz.
Los coros se zarandearon con las excites al escuchar a Rodríguez corear “hay tanto pop que vomitar…” de la canción Nadie se atreve. Y así, continuamos deleitándonos de las fantasías que transmiten sus percusiones, de la energía que explotaba en sus dos hermosas coristas y de los solos, pero bien acompañados, ritmos que soltaba aquella guitarra verde. Hasta el momento en que llegamos al popurrí que palomearon en dedicación a la madre de Willy así como en honor a su disco “La Dulzura” con temas memorables como Donde no alcanza mi verso, Un deseo y De antes.
Los cuerpos se sentían derretir cuando las pasiones de los espectadores detectaron el inicio de Ilegal tema de mejor pretexto para que las parejas se dejaran llevar por el desliz y el placer que provocaba esta poesía.
La fiesta se calentaba cada vez más y principalmente al escuchar Saca, prende y sorprende, tema en el que se unieron voces con la finalidad de unificar la aceptación de la marihuana: “la medicina le tiene miedo a la marihuana” decía el vocalista mientras en el escenario se sumaba Portavoz así como Banda Bastón, y juntos con el coro del público, evocaban la esencia de hierba.
La clásica despedida de ir y regresar fue aplicada por los puertorriqueños, en donde al regresar, alteraban a su público interpretando “Baja la tensión”.
En solidaridad con los normalistas de Ayotzinapa, Willy, sujetando fuerte su bajo, tiró unas pegarías por los desaparecidos y sin esperarlo, todos y cada uno de los presentes, corearon juntos, con euforia, rabia y fortaleza de 1 al 43.
Con esta unión de vibra, energía, libertad y entrega, Cultura Profética da cierre a este glorifico espectáculo concluyendo con un tributo a Bob Marley con el tema “Bufalo Soldier” en voz de Boris.