No hay otra manera. El feudo se defiende sobre el escenario. Las batallas se libran en directo. Sólo aquel que logre sonar mejor sobre una tarima que a través de unas bocinas, podrá llevar consigo el título de lord. Como The Lords of Portland: Portugal. The Man.
Cae una lluvia de plata antes de la primera avanzada, mientras el vasallaje se introduce ante sus guerreros con “Purple Yellow Red and Blue”. Entonces comienza la acción, sin rodeos. La agitación toma por completo El Plaza Condesa, desde la pista hasta el escenario con tres niveles de pantallas gigantes que dispuso Harley Davidson para su evento patrocinado. Así pasan “All Your Light (Times Like These)” y “Hip Hop Kids”.
En la antigüedad, el rey dividía su territorio en feudos a los que asignaba hombres de confianza para su administración y defensa. Estos vasallos, de acuerdo con el poder que se les otorgaba, conseguían títulos como duque, conde, marqués, barón o lord. Así es como existe el feudo de Portland. Y así es como Portugal. The Man son sus lores.
Ve la entrevista que tuvimos en Bckstg con Portugal. The Man.
El setlist no ha llegado ni a la mitad cuando Zach, en el bajo, ya luce extasiado. La música persiste pero el ritmo no es constante. No hay descanso entre una canción y otra; todos son puentes musicales, llenos de psicodelia, para no dejar de bailar. De “Evil Friends” pasamos a un cover de “Dayman” y luego a “So American” y luego a “People Say” y después a “Everything You See”… todo encaminado a un saqueo de sonrisas, porque el cierre del bloque fue con “Don’t Look Back in Anger” de Oasis.
En la campiña de la Condesa se pelea con gallardía. Kyle es tan melódico que parece tener entre sus manos un piano y no unos teclados con sintetizadores. Jason no esconde que es una bestia en la batería. Zachary rasguea el bajo según sus vibraciones. Y John se tambalea entre el viaje sonoro de su guitarra y las líricas que, a miles de kilómetros de casa, la audiencia le está coreando.
¿Cómo termina la historia? Con otra sonrisa. Si ya había sonreído el público, al final sonrieron los músicos, que no esperaban una recepción como la de anoche. Los asistentes no se cansaron de cantar temas como “Atomic Man”, “Modern Jesus” y “Someday Believers”.
Además, la banda incluyó versiones de “Another Brick in the Wall” y “Hey Jude”, combinadas con sus últimos temas: “Purple Yellow Red and Blue” y “Plastic Soldiers”.
¿Quién ganó la batalla? Los buenos, como siempre (se supone). Portugal. The Man ganó la batalla dejando que su música hablara. No hicieron falta fotos con la bandera de México o la playera de la selección, ni frases hechas con un mal español. Para cosechar aplausos, en el feudo de Portland, se siembra música bien hecha.