Nada dura para siempre, incluso la lluvia de abril.
La segunda noche de Guns N' Roses en el Foro Sol fue para acelerar el paso: el granizo retrasó la llegada de una gran mayoría, irónica lluvia en abril, de cualquier forma había que llegar a la tierra prometida. “It’s So Easy” y el trono del rock n’ roll en el escenario, Axl Rose sentado arriesga su lesión moviéndose como si estuviera en el escenario del Troubadour, nada le impide que por la emoción por volver a enfrentar al público use su pie sano para dar una ligera pero eufórica patada. Han quedado atrás los años de bailar con “Mr Brownstone” y ese more and more de heroína ahora es música en su estado más puro. Slash, libre de sustancias, toma su Gibson Les Paul con más respeto que nunca.
“Chinese Democracy” para el escepticismo, y luego somos bienvenidos a la jungla donde la guitarra se enrosca como serpiente en nuestras piernas. “Double Talkin’ Jive” para que un círculo de amigos siga bailando en su propio eje, “Estranged” como algo inesperado desde aquella primera noche en Las Vegas, y aquella generación que conoció a Guns en su ocaso, solo soñando con escuchar alguno de sus épicos himnos, tuvo que limpiar sus ojos y saber que no era una ilusión.
“Live And Let Die”, “Rocket Queen”, “You Could Be Mine” -“¡es la de Terminator!”, dice un fan denotando sus años de vida y su cultura pop-, Slash rindiendo honores a The Godfather con ese solo que algunos tratan emular y que solo habían visto en Youtube, o mejor aún, en un VHS. “Sweet Child O’ Mine" emulando los pasos trémulos de Axl, la dulce rudeza, el cursi salvajismo, el canto al compás del trago de cerveza. Los golpes a las teclas del piano y el inicio de “November Rain” cuando curiosamente ha pasado lo peor de la tormenta que no pudo detenernos, las luces de los teléfonos sustituyeron a los encendedores, la canción en honor a un rompimiento une a las parejas, un beso en la mejilla, brindar por el momento con el vaso conmemorativo.
Un silbato anunciando la llegada del “Nightrain”, y luego “Don’t Cry”, la gran ausente de la primera noche para coronar la segunda, la voz de Axl parece no ceder al paso del tiempo, “Yesterdays” como sorpresa y manifiesto de este regreso triunfal: el pasado no importa cuando tienes 60 mil personas frente a ti que esperaron que el rencor se disipara y la música persistiera. “Paradise City” y su explosivo final para decir adiós, y aunque no sabemos si saliendo del escenario cada integrante toma su propio camino, tocando nos hicieron volver en el tiempo, resistir la lluvia, olvidar lo que nos aqueja y regresar a casa escuchándolos de nuevo, de regreso a la jungla de asfalto, añorando otro paraíso momentáneo.
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Seguidores de la banda se encontraban en camino al concierto, cuando el camión en el que iban se estrelló. Guns N' Roses emitió el siguiente comunicado en su cuenta oficial de Facebook: