Party like tomorrow night.
Las inmediaciones de El Plaza Condesa funcionaron como el escenario perfecto para que la pasarela de personajes sacados de una película ochentera fuera posible. Rock of Ages o la escena de la fiesta en Nice Guys, película interpretada por Ryan Gosling y Russel Crowe se representaron a la perfección.
Cabelleras con “crepe”, chalecos de piel o mezclilla, tenis blancos, delineador en los ojos, pañoletas, escotes prominentes y labiales vibrantes, estaban aglutinados a las afueras del reciento en espera del comienzo del show.
Steel Panther, banda de glam metal de Los Angeles, California, se presentó por primera vez en México en una noche llena de glitter y rock, para promocionar su próximo disco Lower the Bar y deleitar a todos sus fans con un show lleno de movimientos sugerentes, lip gloss, risas y palabras vulgares. Creo que nunca había escuchado tantas veces pussy, dick, cock, tetas y más en una sola noche.
La encargada de abrir el escenario fue Cerberus, banda mexicana de heavy metal, que con riffs y solos de guitarra bien ejecutados, una voz privilegiada, un bajeo penetrante, un doble pedal característico y potente, y una presencia imponente, aunque con poco de “pose ruda” innecesaria, hizo una gran presentación.
Las luces del escenario se apagaron y una luz rosa iluminó la manta que había al fondo. El nombre de Steel Panther brilló y salieron al escenario cuatro personajes enfundados en leggings de animal print, playeras justas, delineador y una cabellera llena de hair spray. El rugido de una pantera retumbó en los oídos y el riff de “Eyes of a Panther” llenó todo el lugar. El público respondió inmediatamente y empezó a brincar, gritar y cantar al unísono, todos se sabían la letra. La fiesta comenzó.
“Tomorrow Night” y su riff impetuoso continuaron con la celebración, “Party Like Tomorrow Is The End Of The World” llegó mientras que una chica frente a mi abrió su chaleco y dejó ver su torso desnudo y “Fat Girl” logró juntar las voces de todos para corear: “Woah, woah, Thar she blows. Fat girl, she's everything I wanted and more”.
Las chicas “glameras” eran cargadas por sus novios para bailar y ser vistas por la banda, el headbanging reinaba, el humo del cigarro flotaba sobre las cabezas, Lexxi Foxx, bajista de la banda, no dejaba de arreglarse el cabello, pintarse los labios y hacer duck face frente a un espejo mientras cargaba un hermoso bajo de animal print rosa. Todos bailaban al ritmo de “Poontang Boomerang”, canción de su nueva producción Lower In the Bar.
María, la mexican hooker de la noche, subió al escenario con una manta que declaraba su amor por Michael Starr, vocalista de la banda. Tímida y emocionada, presenció “Asian Hooker” desde el escenario, formando parte del performance. “Just Like Tiger Woods” porque es importante saber cómo tener sex appel, “Ten Strikes You’re Out” con sus acordes de guitarra y ritmo que me recuerdan al rock de los años 60, “Girl From Oklahoma”, una guitarra acústica y Michael abrazado de los nervios de una chica que no supo qué responderle cuando le preguntó que cuál sería su nombre si fuera de L.A. Los nervios, supongo.
Satchel, guitarrista de Steel Panther, dio catedra y ejecutó con virtuosismo los acordes de varias canciones icónicas del heavy en un solo magnífico. “Gloryhole” otorgó la conjunción de una guitarra, bajo y la batería de Stix Zadinia, para hacer un tributo a las bandas de glam de los 80, mientras que “Community Property”, con su estilo romántico-pervertido y guitarra acústica, hicieron subir al escenario a un grupo de chicas a cumplir su sueño groupie.
La noche, saturada de sexo, histrionismo y excesos, estaba llegando a su fin. “Death To All But Metal” surgió con un coro y doble pedal imponente, “Anything Goes” y el headbanging fueron uno solo, y “Party All Day” para cerrar la primera noche de muchas.
La gente explotó frente a una banda extasiada.