Ciudad: CDMX

Exposición: 50 años de cultura pop

La icónica revista Rolling Stone celebra medio siglo de vida con una mega exposición fotográfica y audiovisual en la CDMX.

A finales de la década de los años sesenta, nació en California un proyecto que se convertiría en la referencia total del periodismo musical. Aunque la raíz de Rolling Stone ha sido desde sus inicios el mundo del rock & roll, poco ha poco se fue adentrado en otros temas que hoy abarcan temáticas —además de la música— como el cine, el espectáculo, o la política.

Así, los elementos de lo que hoy conocemos como cultura pop que la legendaria publicación impresa ha conjuntado a través de sus 5 décadas de existencia serán puestos en una gran exposición cuya sede será el Foto Museo Cuatro Caminos de la CDMX.

En la muestra podremos ver —entre otras– cosas como videos, playlist por década o colaboraciones de diseños de artistas emblemáticos como Andy Warhol— un aproximado de 80 fotografías del archivo de la revista. Lo que la hace aún más interesante es que varias de ellas no han sido publicadas. Además, serán presentadas las portadas de Rolling Stone más importantes en un megaformato de 2 metros de altura.

Esta imperdible exhibición que llevará por nombre 50 Años de Cultura Pop: un recorrido por lasfiguras y sucesos más importantes del último medio siglo —y cuya celebración incluye también los primeros 15 años de Rolling Stone en su edición mexicana— será inaugurada este próximo jueves 7 de diciembre y estará abierta hasta el 7 de febrero.

 

The Neighbourhood en El Plaza Condesa

The Neighbourhood: el desborde de lo mítico y salvaje.

La tardé cayó y con ella explotó la euforia de la gente que había esperado afuera de El Plaza Condesa por más de 7 horas con tal ser los primeros en entrar. El mítico venue, abrió sus puertas una vez más para ser el sitio que alimentaría a cientos de almas con el repertorio sonoro de la banda estadounidense: The Neighbourhood.

Domingo, el primer día de los dos conciertos que la banda ofrece en la ciudad de México. Estable y cauteloso, El Plaza Condesa calentó la espera con temas de The Smiths, luces ultravioleta y algunos avisos de seguridad. Es admirable la inmortalidad del sitio.

Finalmente, a las 19:10 H, las luces blancas bañaron el lugar y un micrófono sostenido por una cadena que se balanceaba del techo fue el protagonista de la noche Zachary, Michael, Jeremy, Bryan y claro, Jesse Rutherford hicieron suyo el escenario.

“Afraid” fue uno de los temas que inauguró la noche, mientras que “24/7” llevó al límite las gargantas. El Plaza Condesa retumbaba el nombre de “Jesse”, el vocalista, cuando con saltos de pantera devoraba el escenario salvajemente. De pronto, sacó una bandera de México y dignamente pronunció un “cómo están” en español.

“Daddy Issues” convulsionó la energía y los coros más grandes. Su sensualidad mimetizó el sentimiento y la pareja alado mío se re enamoró. Entonces “Wiped Out!” nos regaló un climax sonoro revestido de un inigualable performance de la banda.

“Prey” fue el tema que neutralizó el ambiente. Las luces rojas envolvieron la noche y Jesse se contorneó por el escenario, escalando las bocinas y adoptándolas como el trono más digno de cualquier músico. Fue así como dio pie a su ansiada pregunta "¿Who has la mota?” y con ella, a uno de sus temas más recientes “You Get Me So High”, todos la coreaban.

Los minutos corrían y la gente se aferraba a cada una de las estrofas como queriéndolas perpetuar bajo aquel escenario de luces blancas para siempre. Su épico “Sweater Weather” redondeaba la noche y balanceaba los brazos de la multitud. La lava sonora de The Neighbourhood tocó a cada uno de los asistentes pidiendo la clásica “otra” cuando la banda se despidió. Sin embargo, eso nunca sucedió. Las luces volvieron, pero el sublime momento se impregnó para siempre.

Obituary en el Foro Indie Rocks!

Manteniendo brutal el death metal del que son pieza clave.

Obituary regresó a México y dejó claro por qué es una leyenda indiscutible del metal. Como parte de la promoción de su disco homónimo que vio luz en marzo de este año, la banda de Florida cerró su gira por Centro y Sudamérica con un muy potente concierto.

La banda encargada de abrir el show fue el duo mexicano de Los Viejos y la recepción del público —que abarrotó el recinto con playeras y chalecos de mezclilla que dejaban ver un sin fin de logos— fue cálida. Viejo Jacobo (Jordi Alacont) y Viejo Eustaquio (Leo Padua)—usando sus máscaras de ancianos— nos dejaron un muy buen sabor de boca con su skate, punk, trash y grind tocado a un volumen altísimo.

Después, mientras se preparaba el escenario —con los asistentes coreando y pidiendo al grupo—, algunos miembros de Obituary se dejaron ver al afinar detalles técnicos. En punto de las 20:30 H las luces se apagaron y los músicos tomaron sus instrumentos. La distorsión y el feedback inundaron el foro y acompañaron los gritos del público que desde el primer acorde no pararon. "Redneck Stomp" —track instrumental que da apertura a Frozen in Time (2005); LP que marcó el regreso del grupo tras su separación en 1997— comenzó el show. Después, John Tardy subió a la tarima y tomó el micrófono para seguir con "Sentence Day", de su última placa.

Para entonces, mientras se escuchaba "Turned Inside Out", el lugar ya era un caos; slam, crowd surfing y personas que volaban por momentos y se presionaban cada vez más. La energía era enorme y dejó notablemente impresionados a los músicos que solo aplaudían y agradecían.

Así, con un lleno total y con temas como "A Lesson in Vengeance", "'Till Death" y "I Don't Care" —cuyo final marcó un encore en donde Trevor Peres dejó escuchar un "Muchas gracias"— Obituary dio cátedra de la vieja escuela del metal y ofreció un concierto corto y conciso (no pasó de una hora) que ratificó su puesto como leyendas del death metal.

"Slowly We Rot", canción que da nombre al LP debut de la banda, dio cierre a esta noche digna del recuerdo y a una gira en la que los hermanos John y Donald Tardy y Trevor Peres, (únicos miembros originales) junto a Terry Butler y Kenny Andrews siguen manteniendo el death metal —subgénero del que son cofundadores— tan sincero y duro como en la época en que nació.

Stereophonics en El Plaza Condesa

Las mejores noches comienzan con un concierto.

“Caught By The Wind”, la baja temperatura que nos abrazaba a las afueras de El Plaza Condesa se disipa con el primer acorde de Stereophonics y destellos azules, “C’est la Vie”, tuvimos que esperar demasiado tiempo para presenciarlos de forma estelar en la intimidad del mejor lugar para disfrutar un concierto en la ciudad, la estructura que resistió el embate de la naturaleza, la guarida perfecta para escuchar con fidelidad los mensajes subliminales: “I Wanna Get Lost With You”, el chico que no dejó de abrazar a su novia durante todo el concierto, el whisky necesario, las emociones discretas que se convirtieron en catarsis. “Madame Helga” ofreciéndonos un té earl gray mientras observamos el gélido panorama de Cynon Valley al sur de Gales, Kelly Jones nos transporta con su voz a su lugar de origen, sonríe y señala su bandera entre el público, a partir de ese momento no dejaría de decirnos que éramos un público increíble.

“Have a Nice Day”, el deseo de que conciertos como este nunca terminen, “Maybe Tomorrow” como el primer gran estallido de gargantas en un inmueble a gran capacidad que se volcó en amor y aplausos ante una de esas bandas que tal vez conoces por una o dos canciones, pero que al observar en el escenario te sorprenden con su obra discográfica, con su historia musical, haciendo lo que más aman en la vida, demostrando que “Superman” más allá de ser un concepto existencial o un súper héroe de historietas es nuestra ansiedad por ser siempre los mejores. Ellos tocaban y nosotros brindábamos por los acordes, la energía, los momentos que vendrán, las personas que se han ido.

“White Lies” y el baile discreto en pareja o en soledad, “Sunny” y su perfecto toque festivo, como musicalizar el andar de Garrett Bale frente a la portería, “All In One Night”, demasiadas emociones en tan poco tiempo, el relato de una relación extraña nos funciona para redimir y recordar, para entender que en una noche pueden suceder demasiadas cosas, y que Stereophonics y su impecable accionar en escena es tan solo el principio. “Chances Are” y tres galeses a mi lado que brindan, bailan y dicen sentirse en casa, “Catacomb” y su furiosa y delicada tónica, “Mr. Writer” como perfecto preludio a uno de los momentos musicales más gloriosos de la velada con “Graffiti on the Train”, de la tranquilidad al desato sonoro, Kelly Jones desmembrando las seis cuerdas, el final dramático, el piano como réquiem por lo que nos depara. “The Bartender and the Thief” y su energía y el estribillo que recuerda a Motörhead y “Ace Of Spades”, el perfecto entendimiento de que la banda flota entre la fuerza y la delicadeza en un perfecto equilibrio.

“You make me feel like the one” se escucha en los altavoces emanando de la voz al mando y todos respondimos al acorde de la guitarra acústica, comienza la secuencia de inicio y El Plaza Condesa vivió el zenit al compás de “Dakota”: el canto esperado, el sentimiento que estalla, las frases que esperaban ansiosas su fuga de nuestra garganta y del corazón: “I don’t  know where we are going now”, dónde terminaremos, por qué nos alejamos, cuándo recapacitaremos, cómo sobreviviremos. Las odiosas luces que anuncian el fin nos disiparon, pero felices emprendimos el camino a nuevas experiencias complacidos y felices, a tal grado que de camino a la fiesta, al despertar con resaca, y al relatar esta experiencia, siguen sonando los Stereophonics.

Radio Moscow en SALA Corona

Noche lisérgica con música psicodélica.

Quien diga que el rock esta muerto es porque no lo ha escuchado evolucionar y no fue al concierto de los virtuosos de Radio Moscow, Earthless, Alpine Fuzz Society y Motor SALA Corona que con visuales aceitosos (liquid light show), al estilo de los años sesenta nos remontaron a un concierto lleno de rock & roll psicodélico, pero duro contra el muro durante cuatro horas en las que nos deleitamos con música de calidad y en gran cantidad.

Motor fue la banda elegida para representar a nuestro país y lo hizo con mucha energía y en conexión con el público demostrando que sí rockean. Por casi una hora prendieron a sus fans con canciones como: “Súper héroes”, “Guillotina” y “Forastero”. Sin duda nos dejaron listos para lo que venía y es que prácticamente nos llevamos una sobredosis de rock & roll y psicodelia digna de recordar.

Los siguientes en subir al escenario fueron Alpine Fuzz Society, quienes decidieron presentarse por primera vez aquí en la Ciudad de México con un rock psicodélico que no le pide nada musicalmente a Radio Moscow o Earthless, pero que se diferenció por las letras de sus canciones. Fue con ellos que se encendió el proyector con tintas psicodélicas, la música sesentera comenzó a sonar y nos acordamos de Blue Cheer, Woodstock y de lo bueno que es disfrutar de una gran dosis de rock duro por horas.

Para cuando Radio Moscow subió al escenario el público ya estaba bien colocado, listo para volar. La noche de rock psicodélico estaba a la mitad y los ánimos se dejaban escuchar en forma de gritos y movimientos de cabezas con la mata larga; los tintes de blues y las bases de hard rock que maneja la banda en canciones como “New Beginning”, “Driftin'” o “No One Knows Where They've Been” nos dejaron atónitos, atentos a lo que seguía, satisfechos por el ambiente que se estaba recreando con la presentación del disco New Beginnings, en el que todas las canciones tuvieron su versión extendida gracias a los solos y distorsiones instrumentales.

La noche seguía junto a Radio Moscow, su música nos sumergió en lo que podría ser un viaje ácido comandado por música psicodélica. Sin duda esta fue una procesión de sonidos e imágenes lisérgicas levantadas a través de solos, pedales y en ocasiones la voz que exclamaba con furia cada frase en canciones como: “Last to Know”, “Dreams” o “Pacing”, con las que en algunos momentos se comentó que sonaba igual a Jimi Hendrix.

Para terminar la noche de rock psicodélico sesentero Earthless, nos deleitó con canciones como: “Mount Swan” que dura 19 minutos o “Acid Crusher” de 15 minutos; ambas del disco Acid Crusher/Mount Swan Split (2016). También pudimos escuchar canciones como “Uluru Rock” o “Violence of the Red Sea” con las que quedamos satisfechos. La sobredosis de rock psicodélico fue bajando hasta que llegó el fin de los cuatro rounds en las que estas bandotas nos mantuvieron boquiabiertos.

The Garden en Bajo Circuito

Los mejores conciertos son en venues no muy grandes.

Ya era hora de que la agrupación conformada por los gemelos Wyatt y Fletcher Shears se dieran una vuelta por la CDMX, y por fin lo hicieron para presentarse en un lugar que me pareció adecuado para la experiencia que The Garden puede brindar.

A mi parecer, los mejores conciertos no se originan en festivales con millones de asistentes en donde disfrutas de una variada selección de artistas en el transcurso de dos días. Sí, puede llegar a ser extremadamente divertido, y definitivamente yo mismo he tenido grandiosas experiencias en ese formato de música en vivo. Sin embargo, para mí, la verdadera magia sucede dentro de un foro que no calificaría como gigantesco, repleto de vigorizantes personas que evidentemente son fanáticas el acto que específicamente fueron a presenciar. Toda esa energía encerrada resulta en una experiencia inigualable y al final todas estas variables coincidieron en Bajo Circuito durante la noche del 2 de diciembre.

En general, fue un evento rebosante de genialidad. ¿Hubo puntualidad? Probablemente sí. La verdad es que me divertí tanto que nunca me molesté por checar los tiempos. ¿Producción? Algunos inconvenientes durante el inicio, pero nada significativo que llegara a representar una molestia. ¿Ambiente? Supongo que esto ya fue deducido con el segundo párrafo. El audio pudo ser mejor para las bandas teloneras, pero al final todo en conjunto resultó en una extraordinaria fiesta.

Desde el momento que comenzó explosiva apertura por parte de El Shirota se empezó a sentir el fervor por parte del público gracias a la intensidad con la que tocaron, en donde fue difícil no comenzar con los brincos y movimientos violentos con la cabeza, lo cual no paró hasta el final del evento.

Nelson y Los Filisteos fue la agrupación que se encargó de darle seguimiento a la velada con un fulminante acto lleno de garage y emoción, en donde tocaron su material más aclamado, al igual que nueva música.

Posteriormente llega la hora de amenizar la atmósfera con el shoegaze de Sadfields y su absorbente sonido otorgando un respiro al público como preámbulo a la agrupación estelar de la noche.

Finalmente llega el momento esperado de la velada. La gente está algo dispersa hasta que se asoma uno de los gemelos por el escenario ocasionando conmoción y que todos se aproximaran al escenario lo más cerca posible. Desde el instante que The Garden inicia su show, la energía se potencializa al máximo por la emoción que transmiten ellos mismos. Entre saltos y el inherente carisma de ambos hermanos, enloquecen al público desde los primeros minutos abriendo con el temaU Want The Scoop?”, cantado por ambos integrantes al igual que todo el público.

De ahí en adelante, todo se tornó lleno de inquietud de la buena. Si Fletcher no estaba surfeando sobre los espectadores, mientras Wyatt cantaba y tocaba unos increíbles riffs en su bajo, él mismo mostraba sus asombrosas habilidades en la batería en donde ni siquiera había necesidad de realizar solos (los cuales si hubo), pues en las canciones se aprecia perfectamente inmensa destreza sin que sienta nada saturado. Durante la noche tocaron desde temas dentro de su material más novedoso como “Clay” y “All Access”, hasta sus canciones de su primer álbum como “Vada Vada” y “I'm a Woman” con las cuales cerraron. Otras piezas sacadas de su álbum haha como “Egg” y “All Smiles Over Here :)” tampoco se quedaron atrás, resultando en un set excesivamente entretenido y disfrutable. Al final me quedó claro que el verdadero atractivo de esta agrupación proviene de sus presentaciones en vivo.

 

 

Carlos Sadness en El Plaza Condesa

La historia de amor que no quiere tener final: Carlos Sadness en El Plaza Condesa.

Mucho se habla de la relación que los mexicanos tenemos con los españoles, que si hay rivalidad o hermandad, eso depende de quién lo diga. Este año, el ibérico Carlos Sadness vino a reconquistar México, de una manera muy positiva pues, tras agotar dos fechas en el Lunario del Auditorio Nacional y presentarse en el Vive Latino 2017, abarrotó anoche El Plaza Condesa, con la promesa de llenar de amor papaya el escenario, así como interpretar las canciones de Ciencias Celestes y una que otra sorpresa para los fans.

Para abrir a Sadness, el músico Pehuenche subió a interpretar “Risueño”, “Camina” y su más reciente sencillo “Sin tu querer”, que puede encontrarse en plataformas digitales. La gente estaba expectante, se probaban las guitarras y no había señal del hombre de cabellera larga y barba masculina; sin más, el músico apareció en escena para dar comienzo con “Fue tan importante”, acompañado de un recibimiento caluroso y emociones a tope, con “Perseide”, de La idea salvaje, la gente comenzó a bailar y se preparaba para la noche llena de ritmo.

El catalán es un hombre lleno de talento, es ilustrador minimalista y escribe con una particularidad exquisita, su historia en la música comenzó con el rap y eso está en sus canciones. Para “Celeste”, con otro de sus talentos, tocar el ukelele, prendió a todos con un increíble solo energético. El cantante se notaba muy contento por esta presentación, por lo que en medio de “El día que hizo más viento que nunca”, no dudó en sacar su celular del bolsillo y filmar la buena vibra que los fans le estaban entregando. En “El gran momento”, hubo aplausos y vitoreos para recitar esta canción.

Con Carlos Sadness no hay medias tintas, su música establece una ley binaria intrínseca que te hace amar u odiar su trabajo; su producción más reciente “Volcanes dormidos” sonó y fue una de las más esperadas de la noche. El tiempo pasaba rápido y no se daba descanso alguno; por eso, cuando llegó el turno de Melissa Robles de la banda Matisse, para interpretar las románticas “Días impares” y “Amor papaya”, el ritmo bajó y el amor subió. Le siguieron “Amores flacos”, que no se había tocado en las presentaciones anteriores, “Miss Honolulu”, la canción de despedida “Au Revoir” y “Bikini”, con papelitos en color plateado, que crearon una linda postal.

Una despedida que no parecía cierta se dio, pero todos esperaban el encore, que finalmente llegó tras los cantos de “olé, olé, Carlos, Carlos”; un interludio calmo de casi dos minutos lo trajo de vuelta al escenario para cantar “Minuto en la lluvia”, con un cambio de vestuario, usando una camisa blanca a rayas y una chamarra negra de piel con flequillos. La canción para dedicar fue “Siempre esperándote”, que en sus letras asegura que ‘las despedidas nunca se dan y que esa chica que ahora duerme a un lado, nunca sabrá de tu existencia’.

La improvisación y la soltura son los adjetivos que describen esta agradable velada; un momento curioso se dio después de la alegre “Hoy es el día” y de “Groenlandia”, pues se interpretó “Fue tan importante”, canción con la que se abrió este repertorio, por lo cual, Sadness se excusó y explicó que no es afán de hacerlo, pero que tenía ganas de hacerlo. El español agradeció que se hayan vencido los miedos posteriores al sismo, para no cancelar esta fecha y cerró con “Que electricidad” y “Monteperdido”, con la promesa de volver el siguiente año.

Colectivo Diseño Mexicano cuarta edición

No dejes de asistir al Colectivo Diseño Mexicano de fin de año este 2 y 3 de diciembre. Un increíble SALE itinerante de destacadas marcas de diseño independiente, con los mejores precios.

Este 2 y 3 de diciembre regresa el muy recomendable SALE de diseño nacional independiente: Colectivo Diseño Mexicano. Esta es su cuarta edición siendo un espacio creado por Daniel Herranz y Paola Palazón Seguel, que lleva por meta dar a conocer talentos emergentes y con trayectoria de gran propuesta.


50 marcas con sello local se reunirán con descuentos que van desde el 20% y hasta más del 50% en la Colonia Cuauhtémoc, en las instalaciones de Deprisa (Río Neva 18, colonia Cuauhtémoc, CDMX). Una excelente selección de propuestas en moda, objetos para el hogar, productos de belleza, etc para esta temporada navideña.

Dentro del espacio habrá zona de comida, bebida y las siguientes marcas participantes:

1/8 Takamura
Adrian Vazquez
Alberta Noir
Alexia Ulibarri
Arkatha
Básicos de México
Carlos Peralta
Carolina Alatorre
Chekanka
Chicle Menta
Columpio
Dermapoteca
Diosa Mar
Edgar Morales
Eilan Organic Couture
Eileen García
Fábrica Social
Héctor de la Peña
Intrinseco
Iván Ávalos
Jacobo sin A
Jamal Socks
Joaquino
Lo Esencial
Lola Bassó
Luúmpal
Maison Manila
Mambrú Kids
María Rufina
Marika Vera
Mercy
Mezcalinea
Mía García
Mihnk
Minimal
Mío
Ms Lady/ Mr Man
Ocelote
Papardeo
Paulina Luna
Paulo Succar
Pay’s
Perpetua
Pipas Voluta
Prima Volta
RCL
Shinae Park
Stendhal
Tana Tana
Thalatha
Tormenta

El Guincho en el Foro Indie Rocks!

El Pop Negro salvó mi vida.

Después de un año de su última visita, El Guincho regresó a CDMX para presentar de manera “oficial” HiperAsia, su último material discográfico.

Algo extraño sucedía siempre en sus anteriores visitas, que estuvieron acompañadas de algún detalle en particular. La primera vez ni siquiera se pudo presentar por algunos problemas que se dieron lugar en el recinto. La segunda vez, una gripa monumental casi lo lleva a cancelar minutos antes su presentación en el Vive Latino 2011.  “La venganza de Moctezuma” hizo de las suyas en él y por poco nos quita la dicha de presenciar aquel mítico concierto en el Teatro Fru Fru un año después. Quitando su extraño DJ set que tocó en Nrmal 2015. En House Of Vans, el olor a equino y el horario, no fue lo ideal para disfrutar su set.

Pero la noche de ayer en el Foro Indie Rocks!, quitando algunos pequeños detalles en el audio que por momentos se perdía y al ingeniero de luces que andaba perdido, El Guincho nos regaló una vez parte de su magia y alegría en vivo.

Pero antes, los chicos de Budaya –la banda invitada para abrir el concierto– le dio un toque sensual y cálido la noche. Maya y Tulio cada vez se ven más seguros en el escenario, y pesar de que su base de operaciones sigue siendo León, Guanajuato, la gente los arropa cada vez más, como sucedió en “El Origen”, tema que fue coreado y bailado por su pequeña pero futura grande base de fans.

Esta ocasión fue el pretexto de El Guincho para presentar HiperAsia, que con canciones como “Comix” y “Rotu Seco” –futuristas, plásticas y llenas de auto-tune– ponían un ambiente más cadencioso y de baja intensidad al concierto, Pop Negro fue el invitado especial de la noche. Abriendo con “Ghetto Fácil” y entregando sus hits de manera inmediata, tracks como “Novias”, “FM Tan Sexy” y por supuesto “Bombay”, dieron paso a una fiesta que no daba tregua en ningún momento, misma que nos transportaba a todos los seguidores del originario de las Islas Canarias a la primera vez que nos pintamos de Pop Negro.

También hubo tiempo para mostrar su algo de su mixtape, Michael Dior con “Pegada al White” y de Alegranza, su primer disco que con “Palmitos Park” y “Antillas”, nos hicieron sentir como si estuviéramos en medio de la selva en una fiesta organizada por los personajes de la película Madagascar.

Así como sucede con las personas, hay canciones, discos y artistas que están destinados a llegar a nuestras vidas en momentos específicos de nuestra existencia. En mi caso fue Pop Negro en 2010. Recuerdo la primera vez que escuché por accidente en una estación de radio “Soca del eclipse”, una canción que tenía todos los ingredientes que necesitaba en ese momento para que mi vida diera un giro de 180 grados, escucharla en vivo de nueva cuenta fue con un déjà vu que no quieres que nunca termine.

Aunque todo indica que terminando esta gira El Guincho se encerrará a trabajar y maquilar lo que será su siguiente proyecto. Ojalá llegue muy pronto el día en el que regrese a nuestro país para entregarnos más alegría, baile y ritmo a nuestras vidas.

Arcade Fire en el Auditorio Nacional

Magia hecha realidad: Arcade Fire en México.

Noche de miércoles, mitad de semana, miles de personas llegando a uno de los recintos con mayor capacidad en la Ciudad de México, el Auditorio Nacional, todos unidos con el mismo propósito: disfrutar un concierto de Arcade Fire, un concierto que agotó la totalidad de las localidades en poco tiempo y que abrió una segunda fecha para el día siguiente. La oferta de este espectáculo era prometedora.

Bomba Estéreo fue designada como banda telonera, que sufrió la mala fortuna de que menos de la mitad del recinto estuviera ocupado, seguramente por el complicado tránsito para llegar, lo que disminuyó la energía en el ambiente. Sin embargo, eso no evitó que los colombianos dieran una excelente presentación, ya que con el mensaje de igualdad entre panas “Internacionales”, no importó si “Somos Dos” o miles, ellos prendieron “Fuego” sobre el escenario, iniciando las acciones de esta gran “Fiesta”.

A manera de la pelea estelar, el escenario fue caracterizado como un ring de box, siendo Chumel Torres el presentador del grupo canadiense que estaba a punto de lanzarnos varios hits, un gancho al corazón y noquearnos con su música: Arcade Fire, aunque un problema de producción impidió que se escuchara lo que estaba diciendo, causando la rechifla del público. Uno a uno los integrantes de la banda desfilaron en el pasillo creado entre la zona general y la zona preferente, a la par que saludaban a los fans que emocionados los recibían.

“Everything Now”, “Signs of Life” y “Here Come the Night Time” encabezan el setlist. Win aprovecha una pausa para agradecer a todos por nuestra presencia y comenta estar muy contento por haber asistido. “Chemistry” y “Haïti” nos ponen en mood coqueto, mientras los corazones y la playa se muestran en los visuales. Win toma de nuevo la palabra, lamentando los sucesos del pasado 19 de septiembre y prometiendo hacer un donativo de lo recaudado por las entradas para los damnificados del terremoto, llevándose con ello la ovación del público y engalanando el momento con “No Cars Go”.

“Electric Blue” inunda de azul el ambiente, “Intervention” inunda nuestra mente de nostalgia y “Ocean Of Noise” inunda el nacionalismo en nuestro pecho, pues la canción cerró con música de Mariachi. Luego de continuar con “Neighborhood #1 (Tunnels)”, el líder de la banda dedica “The Suburbs” a todos aquellos que hayan perdido a algún familiar a causa del terremoto, siendo esta canción interpretada en un tempo menor al de estudio, dándole un toque solemne a este bello tema.

“Ready To Start” sonaba en todo lo alto, volteé a mí alrededor solo para observar muchos rostros llenos de felicidad, cantando, emocionados, esas reacciones que te causa ver a tu banda favorita, a una banda que sin duda trascenderá por la manera en que hace música y por la forma tan humilde y agradecida con la que interactúa con el público que los ha llevado a la cima.

Las luces se encienden, apuntando directo a una bola disco colgada sobre el escenario, misma que cubrió con puntos azules y violetas todo a su alrededor, para que “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)” nos pusiera a bailar. “It’s Never Over (Oh Orpheus)” nos mostró a Régine contoneándose sobre el balcón izquierdo del auditorio, “Reflektor” y “Afterlife” fueron de los temas más coreados, donde Win recorrió las butacas y se metió entre el público, mientras que “Rebellion (Lies)" y “Creature Comfort” cerraron la primera parte del concierto.

Luego de una pausa, el escenario se pinta de verde, color del dinero, el cochino dinero. “Put Your Money On Me” devela visuales psicodélicos, mientras que algunos miembros de la banda suben al escenario con la chamarra negra con la leyenda “Mexico is the shit”. Is not enought with that shit?, me pregunto yo.

“We Don’t Deserve Love” convierte el auditorio en un karaoke con 10 mil personas, pues sus letras se proyectaron en las pantallas, Régine interpretó esta canción con profundo sentimiento, tocando varias botellas de vino cual xilófono y llegando al llanto al final de esta canción.

Finalmente, “Wake Up” une muchísimas gargantas en una sola, nos lleva por un vaivén de ritmos y emociones y nos llena de júbilo al concluir el concierto con esta canción acompañados de Mariachi. Los canadienses se despiden, se enfilan y de nuevo desfilan con tarola, saxofón, violines y guitarras a modo de “batucada mexicana” (si es que eso existe), mientras se van despidiendo de sus fans, quienes no dan crédito al maravilloso espectáculo del que fueron testigos esta noche.