La Ciudad de México frente al experimento Post human: Nex Gen. El fin de la raza humana.
Pensemos en una de las principales dudas que nos vienen a la mente cuando vemos un concierto anunciado en la Explanada del Estadio Azteca ¿Es este un buen lugar para recibir a un headliner de la talla de Bring me the Horizon? La duda se disipa cuando presenciamos un show tan completo como la gira actual de la banda.
Si bien, el álbum Post Human: Nex Gen se adentra en la atmósfera de un futuro post apocalíptico, no es de sorprender que la gira actual tenga esa misma temática.
La experiencia de este concierto fue llevada al siguiente nivel. A las 21:36 H, después de una presentación impecable por parte de la banda canadiense Spiritbox, las pantallas laterales se encendieron como si de un videojuego se tratara y la parte central del escenario nos sitúa en una iglesia. Al más puro estilo del Final Fantasy, iniciamos esta experiencia inmersiva.
El primer personaje que nos acompaña en esta aventura es Eva, un motor de investigación avanzado que nos introduce y nos da las reglas del juego, somos sujetos de un programa de investigación biopsicosocial ¿Su finalidad? Terminar con la raza humana al finalizar el show. Sabiendo esto, nos recomienda disfrutar nuestros últimos minutos de vida.
En un feedback fantástico entre las pantallas, los personajes y la música, Bring me the Horizon ofreció un concierto único en el que no se escatimó en estímulos. Hablando específicamente del setlist fue un recorrido emocional que no dejó fuera ninguna de las facetas de la banda a partir del álbum, Sempiternal.
El lugar retumbó con los breakdowns y los saltos de los asistentes aunque, a pesar de la petición de Oliver Sykes, no pudo abrirse un circle pit más grande, en su lugar hubieron muchos “pequeños” a lo largo y ancho de la cancha.
Sin duda, las canciones más coreadas de la noche fueron: “MANTRA”, “Sleepwalking” y la clásica “Shadow Moses”.
La introducción a “Kingslayer” tuvo como parte de su espectáculo un show de láseres y la aparición de tres robots en la pantalla principal, supliendo la coreografía a cargo de Babymetal.
“Can you Feel my Heart” trajo uno de los momentos de batería más esperados de la noche, anticipando la última parte del concierto, la cual cerró con “Drown” y “Throne”.
En este concierto vemos consolidado algo con lo que Bring me the Horizon ha jugueteado desde hace varios años: experiencias emocionales, místicas y más recientemente futuristas a través de su música. Quizá una fórmula inmersiva que veremos replicada por más artistas en sus presentaciones en vivo.
