Ciudad: CDMX

Festival Off Limits 2018

Madrazo puro, música y slam, así el Off Limits 2018.

Punk. Hardcore. Death Metal. Y más punk. Así podría definir el Festival Off Limits, el cual por varias horas se convirtió en una horda de gente danzando, empujando y sudando sin control.

Se llevó a cabo en el 360 Venue, lejos, muy lejos, de las salas habituales para conciertos; sin embargo, fue el recinto ideal. Había espacio para todos, para aquellos que no dejaron de meterse al slam y para los que preferían verlo desde afuera. Sin duda, fue un sitio más adecuado que el del año pasado.

Tuvieron un ligero retraso en los horarios, pero eso no importó, todos, sin excepción gozaron de las bandas, los cambios entre una y otra fueron rápidos, no había que esperar demasiado y los ánimos no tuvieron tiempo de enfriarse.

Sect, bajo una luz roja, Vitamin X dio una cátedra de fuerza y locura. The Dwarves con Nick Oliveri en el bajo demostraron que los años no pasan en vano.

Pronto llegó el turno de Slapshot, una banda originaria de Boston que reventó el lugar con hardcore en estado puro, la gente pidió otra, el tiempo no lo permitió pero, vaya, fue bueno lo que duró.

La gente corría en un círculo gigante y al llegar el guitarrazo no demoraba en chocarse. Unos contra otros y al calmar la canción, chocaban sus manos, se abrazaban y no había rencores. Madrazo tras madrazo y nadie se calentaba, esa es la pureza del punk y el hardcore.

Darkest Hour fue una de las bandas que se llevó la noche, metal core y death metal melódico. El canto gutural de John Henry y la instrumentación no dieron tregua ni un segundo. En este momento del Off Limits la gente ya no sentía el cansancio, el hambre o los golpes del mosh pit, todo era cantar, volar encima de la gente o correr al ritmo de la música.

Youth Brigade bajó un poco los decibeles, pero mantuvo la fuerza y ese es otro punto que hace del Off Limits un gran espacio. Hay cambios entre géneros musicales, hay más riffs de un lado pero más potencia en las baterías, hay voces melódicas y guturales, pero todo el mundo las disfruta y se azota por igual.

La velada estaba culminando, los asistentes descansaban breves minutos entre banda y banda, pero, al primer “clap” de las baquetas volvían a sus formaciones y como si fuera una marcha militar respondían sin reparos.

Cuando llegó el momento de Terrorizer, la banda originaria de Los Ángeles, de death metal y grindcore. Desde el primer tema la gente explotó, las barricadas que separaban el escenario de la gente parecía que iban a vencerse pero resistieron. Canción tras canción demostraron porque siguen vigentes desde su reunión hace casi 10 años.

El momento cumbre se dio con Ratos de Porão, la banda brasileña de hardcore punk que brilló por su energía descomunal sobre el escenario. La agrupación es un referente en su país y para el público mexicano también, coreaban todas y cada uno de los temas y por supuesto, el mosh pit solo tuvo breves respiros.

Y para cerrar con broche de oro, No Fun at All, que desde 1991 han puesto a cantar y a vibrar a multitudes en cientos de escenarios, aún con sus pausas. Este conjunto proveniente de Suecia, fue el encargado de agotar la última reserva de energía de los asistentes y con ello la edición 2018 del Festival Off Limits terminó.

Madrazo puro, música y slam, un festival que debería repetirse una o dos veces al año. Traen bandas que pocas veces se pueden ver en el país, tienen detalles en cuestiones de producción, audio e iluminación, pero quedan en un segundo plano cuando las agrupaciones se entregan de esa manera.

The Vaccines en el Pepsi Center WTC

Nuestra casa es su casa: The Vaccines.

Jueves 27, de esos días raros donde sale el sol, y decides no cargar chamarra, llega la tarde y una nube gris cubre toda la ciudad, en seguida la lluvia comienza a alterar la movilidad y en fin, algo a lo que ya estamos acostumbrados, de pronto se hace de noche y es hora de partir al Pepsi Center WTC, un pequeño gran escenario que para muchas bandas representa un peldaño imponente, rumbo al ascenso a las grandes ligas, y para bandas extranjeras es como un “la estás armando en un país que los quiere”. Para los londinenses este escenario significa “México también es su casa”. Luego de su participación como headliner en el festival Pulso GNP en Queretaro, The Vaccines llega a la ciudad de México para seguir dándonos el placer de escuchar Combat Sports  el que para mí gusto, es un álbum nuevo con raíces viejas, aquí podemos recordar bastante de lo que fue What Did You Expect from The Vaccines?.

Los Blenders se encargó de empezar a calentar el escenario, mismo que lució un letrero bastante peculiar, papel brillante al estilo de los años 80 cubría la palabra The Vaccines, y la multitud empezaba a crecer justo para presenciar otro acto de los londinenses. Tras dar las gracias, Los Blenders dejó al público para dar paso a The Vaccines, fue cuando una luz morada acompañada de una melodía tétrica, atrajo la atención de todos los asistentes, gritos y caras de expectativa llenaron el Pepsi Center WTC, sin esperarlo, toda la escena se convirtió en una pista de baile cuando sonó "Dancing Queen" –really?– tarareando el coro que todos nos sabemos por nuestros papás, tíos etc, la multitud bailaba y por un segundo nos remontamos un tonto a películas tipo Saturday Night Fever, ¿era eso lo que quería lograr la banda? en fin, cuando el humo se hizo más espeso, Justin Young, Freddie Cowan, Árni Hjörvar, Timothy Lanham y Yoann Intonti dieron inicio a lo que fue, un concierto enérgico y por demás bailado por el público. "Nightclub" fue la pieza con la que comenzó todo este espectáculo, bastante bien elegida para apropiarse de cada uno de los espectadores, y no soltarnos hasta el final.

Era bien sabido, para todos los asistentes, que temas como “Wreckin’ Bar”, “Teenage Icon” y “No Hope” son sinónimo de euforia, saltos hasta el techo y pulmones cansados de cantar, mientras algunos escapábamos del slam que los más entusiastas armaron mientras el ímpetu de Young se desbordaba por la orilla del escenario aumentando la adrenalina traducida en saltos y empujones descontrolados. Para la primera media hora del concierto, el calor ya empapaba la ropa, entonces otro tipo de calor, no sofocante, sino embelesador vino con "Wetsuit", donde más de uno cerró los ojos para enredarse en la voz de Justin que acariciaba a su público y nos remontaba a sus inicios en 2011.

Lanzando miradas sugerentes, cantando a cada parte, de extremo a extremo del escenario, Justin Young fue, una vez más el frontman entregado al momento, modulando su voz con cuidado y a su gusto, mientras simpatizaba con los espectadores. Varias fueron sus palabras para el público mexicano, pero justo antes de presentar “Your Love Is My Favorite Band”, Young nos declaró su amor y los gritos recorrieron todo el recinto.

Esta noche, poco distaba de la potencia con que se presentaron hace en tres años en El Plaza Condesa, a lo largo de la hora con treinta minutos, la agrupación inglesa desmenuzó lo mejor de su repertorio, “Post Break- Up Sex”, “I Always New” e “If You Wanna” fueron piezas que no podían faltar en su setlist, pero claramente, Combat Sport era la estrella de la noche, de este material resaltaron “Surfing in the Sky”, “Put It On a T-shirt"“Take It Easy” y claro, “I Can’t Quit”, siendo esta la que dio paso al encore, donde los últimos temas bajaron el ritmo agitado que todos (al menos yo si) los admiradores cargamos durante todo el concierto.

Volviendo al escenario, sin bandera de México –no sé porqué– The Vaccines nos regaló sus últimos momentos con nosotros. Uno de los temas finales, como no podía faltar, “A Lack Of Understanding”.

En esos últimos minutos de la presentación, empezaba a extrañar bastante “All In White”, para cerrar la noche, Young dio las gracias, y cantando la primera línea "Break me on the thirty-seventh hour…" sabía de cual se trataba, así, el gran final de la noche se tornó melancólico, y uno de los temas más sensibles llegó a cada fibra de mi cuerpo y no pude más que corear con todo el público a mi alrededor esa última canción.

Siddhartha en el Teatro Metropólitan

“El Chico” ha crecido mucho en 10 años: Siddhartha.

Anoche, luego de 10 años desde la salida de su álbum debut Why You?, Siddhartha abarrotó la primera de dos fechas que ofrecería en el Teatro Metropólitan, con motivo de promocionar su nueva placa grabada en vivo Al Aire. Previamente en una entrevista, nos platicó que estas dos fechas no serían una reproducción idéntica al disco en directo, por lo que la expectativa sobre qué canciones tocaría me emocionaba. Finalmente, luego de la tercera llamada y sin acto telonero de por medio, se abre el telón del teatro y se inaugura el recital con “Cámara”, canción perteneciente a Únicos.

Vino la luz, proveniente de “El deshielo” mientras observamos la escenografía: una media esfera de gran tamaño al centro, por detrás de los músicos, misma en la que se proyectaron visuales psicodélicos y coloridos, muy similares a los que le vimos en sus pasados shows que dio en el Auditorio BlackBerry y El Plaza. Un conjunto de luces de colores y estroboscópicas se distribuían a lo largo y ancho del escenario, sin embargo, su brillo intenso opacaba en ocasiones las imágenes proyectadas al fondo, cosa que le restó vistosidad al show.

La lista de canciones se vio reinventada, pasando a “Ser parte” importante de la esencia de cada concierto del cantautor mexicano. “Imán”, atrae a esas marcas que duelen en el fondo de nuestro corazón, pero luego, todo alrededor se vuelve risa, pues “Tus pupilas” nos pone a todos a bailar.

Un naufragio nos brindó una ráfaga de temas, con lo bello y atractivo de estas presentaciones que añadieron arreglos a las versiones de estudio del segundo disco: “Domingo”, “Humo”, “Extraños” y “El poema y la caja”, donde varios dimos un grito desgarrador al escuchar la primera estrofa. “Mi castillo de blanca arena” sacó mis pasos más ridículos de baile, así como “Naúfrago” sacó a flote nuestros recuerdos más melancólicos.

SIDDHARTHA

Sin importar qué dejaba atrás, Jorge Siddhartha Gonzalez Ibarra, proveniente de Guadalajara, realizó su equipaje para salir de su zona de confort, aquella donde tenía el éxito casi asegurado al pertenecer a una de las bandas mexicanas más exitosa de los últimos años, Zoé. El destino no era claro, pues el comenzar su proyecto en solitario conlleva un gran riesgo. Esto nos lo relata, previo a la canción que habla de esta transición: “Camuflaje”. Vaya que valió la pena el riesgo tomado, pues el jalisciense ha consolidado su éxito y ha impactado a propios y extraños a través de cuatro discos de estudio y Al Aire, grabado en su pasado concierto en el Auditorio BlackBerry, en la CDMX.

La atmósfera que se sentía alrededor era increíble, pues además del escalofrío que sentí al escuchar “Ecos de miel”, “Bacalar” o “A la distancia”, me di oportunidad de observar el entusiasmo con el que la gente a mi alrededor disfruta el concierto, con sonrisas en el rostro, con gargantas unidas que no paraban de sonar y con los constantes aplausos que el público daba en agradecimiento.

El cierre fue bastante contundente, “Tarde”, “Loco” y “Únicos”, pero lo que le dio el toque fino fue “Fin”, canción que cierra el primer disco, misma que no había escuchado desde su concierto gratuito en el CENART en 2012 y que al parecer pocos nos sabíamos.

¿Fin? No, aún no terminaba esto, pues a la par que los visuales vintage al fondo nos cautivaban, no me percaté que una batería tamaño infantil había sido colocada en escena, mientras que al fondo se proyecta la imagen de “El Chico”, un niño que caminaba mirando a la cámara que proyectaba su imagen. De pronto, el niño aparece en escena junto con el resto de los músicos. El fin era obvio, una clausura digna con “El Chico”, siendo interpretada en la pequeña batería por el niño, mientras que los fans, previamente organizados, colocaron Post-it en sus linternas del celular, iluminando de color azul el interior del teatro.  ¡Qué pinche bonito!

Me fui sonriente, lleno de nostalgia por el recorrido a través de la trayectoria musical de Siddhartha gracias a la galante curaduría del setlist. Ahora toca seguir adelante mi camino, donde aún falta una estrella para quien girar por una eternidad completa.

El festival Los de Avándaro llega al Pepsi Center WTC

Por Raquel Prior

El legendario festival de Avándaro revive y trae de vuelta a grandes leyendas de la escena musical mexicana.

El festival Los de Avándaro es organizado por Oldtimers Entertainment, y regresa para reunir a algunas leyendas del rock mexicano que participaron en El Festival Rock y Ruedas de Avándaro, que se llevó a cabo el 11 y 12 de septiembre de 1971 en Valle de Bravo, inicialmente este evento fue programado para realizar una carrera de autos, pero debido a la gran congregación de asistentes se decidió hacer simplemente un festival musical.

En este legendario festival se presentaron 18 grupos, sin embargo los protagonistas fueron El Ritual, Dug Dug's, Enigma, Peace & Love, Tinta Blanca y Three Souls in my Mind. Es importante recalcar que este festival fue un parteaguas en la historia de la escena musical mexicana.

El 11 de noviembre Oldtimers Entertainment, revive para nosotros el festival, aunque en esta ocasión se llevará a cabo en el Pepsi Center WTC, los artistas y bandas invitadas son Javier Batiz, Alex Lora Baby Batiz, Nahuatl, Dug Dugs, Nuevo México, Toncho Pilatos, Three soulds in my mind, Chac Mool, Ciruela, Peace & Love. ¡Todos reunidos como la primera vez!

¡No pierdas más tiempo y corre por tus boletos, disponibles en Ticketmaster!

Los Espíritus se presentará en SALA

Por: Erick Chávez

La banda de rock argentina Los Espíritus regresa a México como parte de su gira por el país.

Los Espíritus, banda proveniente de Buenos Aires, Argentina y conformada por Maxi Prietto (voz), Santiago Moraes (guitarra acústica y voz), Martín Fernández (bajo), Pipe Correa (batería), Miguel Mactas (guitarra eléctrica) y Fer Barrey (percusión), regresa para deleitar a sus fans el próximo 10 de noviembre en SALA.

Los boletos ya los puedes encontrar en el sistema Ticketmaster con un precio de:

Sección Pista: $377

Su reciente disco Agua Ardiente celebra desinteresadamente la libertad del cuerpo y la mente que transmite el calor de su música. “Me parece que nuestra música es más sonora que otra cosa. Las canciones fueron saliendo de cada uno de nosotros, lo que decidimos en conjunto fue trabajar bien en el sonido e ir a retratarlo en un estudio. Los discos anteriores los grabamos por nosotros mismos en nuestra sala de ensayo. Tratamos de retratar el sonido en grupo y lo fuimos puliendo, digamos tanto con los discos anteriores como en las giras y los recitales se armó un sonido de grupo dentro del cada cual tenía un rol y decidimos que eso retrataba el sonido de Los Espíritus”, mencionó Maxi Prietto en entrevista para Indie Rocks!, da clic aquí para leerla completa.

 

 

Alex Anwandter se presenta en SALA

Por: Erick Chávez

El cantautor chileno Alex Anwandter llega para deleitar el corazón de la CDMX con su nuevo proyecto musical Latinoamericana.

Después de su reciente aparición por México en los festivales NRMAL 2012 en la ciudad de Monterrey, y Vive Latino 2013, Alex Anwandter regresa al corazón capitalino para darnos una probadita de su excéntrico electropop, el próximo 1 de noviembre en SALA.

Los boletos ya están a la venta en el sistema Ticketmaster y los precios son los siguientes:

Sección General: $547

Sección VIP: $665

Recientemente el chileno lanzó su primer sencillo “Locura”, con un lyric video que ya puedes encontrar en YouTube y que forma parte del álbum Latinoamericana, el cual tiene como fecha de lanzamiento el próximo 12 de octubre y está bajo el sello discográfico Nacional Records.

A continuación te dejamos el nuevo sencillo de Alex Anwandter.

 

Iniciando su trayectoria musical con la banda Teleradio Donoso hasta el 2010, para que posteriormente comenzara su carrera como solista. Alex Anwandter destacó por sus dos discos Odisea (2010) y Rebeldes (2011), teniendo una aceptación positiva por parte del público, e incursionando en el arte cinematográfico, con su largometraje Nunca vas a estar solo (2016), el cual se presentó en el Festival de Cine de Guadalajara.

 

Molotov llega al Teatro Metropólitan con su unplugged

Por Raquel Prior

Los más grandes éxitos de Molotov en el Teatro Metropólitan.

ACTUALIZACIÓN: Gracias al sold out que logró la banda en las primeras fechas han anunciado tres más para enero de 2019. Estos shows serán los días 17, 18 y 19.  Puedes checar más detalles aquí.

La banda de rock alternativo formada en 1995 sorprende con una nueva versión de sus canciones más famosas. El unplugged de Molotov fue grabado en mayo de este año, en la Ciudad de México, y fue lanzado en agosto con gran aceptación del público.

El disco MTV Unplugged: El Desconecte está formado por 15 canciones, entre ellas nuevas versiones de sus más grandes éxitos como “Frijolero”, “Gimme Tha Power”, “Mátate teté”, “Marciano”, “Hit Me”, “Oleré y Oleré y Oleré el UHU”, “Parásito”, “DDT”, “Dance and dense denso”, “Cerdo”, “Puto”, Here We Kum”, “Amateur” y “Voto latino”, así como por dos canciones nuevas: Dreamers” y “Muerte”.

Los conciertos que Molotov dará los días 9, 10 y 11 de noviembre continuarán con el concepto de lo acústico, pues la agrupación busca volver a sus orígenes y recrear su concierto unplugged, para los fans que no pudieron asistir, pues era un show íntimo.

Preferente A $1,566

Preferente AA $1,184

Preferente B $830

Balcón C $719

Preferente BB $606

Balcón D $492

Balcón E $337

Este material contó con la dirección de la productora Sylvia Massy y colabores de la talla de Money Mark (Beastie Boys) y la rapera latina Anita Tijoux. Djordje Stijepovic (Tiger Army) como contrabajistas, Nahoko Kobayashi en los tambores Tiko, Jacobo Liberman en el serrucho, Alex Feida en la guitarra, Melchor Magaña en teclados y Alejandro Méndez.

No pierdas tiempo y corre a comprar tus boletos, porque ¡se están agotando!

Alex Ferreira en el Lunario

Una noche para románticos en el Lunario.

El concierto de Alex Ferreira llenó el Lunario del Auditorio Nacional de románticos.El evento sold out fue un punto de reunión para que todos los fans del cantautor dominicano pudieran bailar y cantar con todas sus fuerzas sus éxitos y los temas de su último proyecto: Canapé.

Antes de que saliera Ferreira, Silvana Estrada fue la encargada de abrir el espectáculo. A las 21 H. salió al escenario armada con su cuatro venezolano y su repertorio dedicado al desamor. Interpretó, vestida de corona de flores, sus temas “Te guardo”, “Sabré olvidar” y “Marchita” acompañada del multiinstrumentista: Iván de la Rioja tocando la guitarra, las teclas y haciendo segundas voces.

El público estaba en su punto. Se veían muchas parejas, pero sobre todo muchos grupos de amigos, de esas amistades que se tienen la confianza de cantar juntos a todo pulmón.

Para cuando acabó su set, la gente ya estaba en trance y pedía más. Después de 10 minutos de descanso entre artistas, comenzó a salir humo del escenario: era la entrada de Ferreira. Entre sombras se apreciaba su figura mientras se oía su guitarra hacer una introducción muy atmosférica. La gente se calló y comenzó a escuchar.

“Cuando toque suelo”, fue la primer canción que tocó. Le siguieron “Corazón de melocotón” y “Maldita mirada”.

El Lunario puede ser un lugar muy íntimo para gente muy fan de los grupos que se presentan ahí. En momentos, todos los presentes se quedan callados y escuchan a los artistas; los ven como si apreciaran una obra de arte en un museo. En otros instantes, cuando los músicos en el escenario hacen alguna faena, el público ruge y estallan los aplausos; el lugar se vuelve un carnaval.

Después de realizar un dueto con Silvana, la sorpresa de la noche que dio Alex Ferreira a todos fue la aparición sorpresa de Natalia Lafourcade durante la canción “Tú me acostumbraste”. El público se volvió loco. Comenzaron a gritar al grado que no se escuchaba la música.

Para muchos fue una noche muy especial en donde la palabra, el amor y el desamor reinaron. Esperemos se repita pronto.

 

 

 

Chingadazo de Kung Fu en el Lunario

La noche que no se le va a olvidar nunca a Chingadazo de Kung Fu.

Los que estuvimos ahí lo desciframos al instante; la noche del 21 de septiembre, Chingadazo de Kung Fu vivió el concierto más especial de su carrera… hasta ahora. No fue por el ambiente, ni por el sold out, ni por ser el venue más grande que han llenado como estelares; este fue el concierto más especial de su carrera porque ellos se lo creyeron y nos hicieron creerlo, porque desde la organización hasta el crowdsurfing, siempre echaron el corazón por delante.

Debajo del escenario había toda clase de historias. Vi a un chico de no más de 14 años a quien acompañaba su mamá, vi a quien le hicieron espacio para que se amarra la agujeta en medio del slam, y vi a un par de desconocidos que se gritaron las canciones en la cara tantas veces, una cada vez más cerca que la anterior, hasta que terminaron fundiendo sus labios en un beso. Abajo todo estaba puesto, todos estábamos ahí por las historias, y ellos estaban listos para contarnos las suyas.

“Hace cuatro años tocamos por primera vez con el Chingadazo enfrente de 40 de nuestros mejores amigos, y hoy tocamos frente a más de mil de nuestros mejores amigos”, comenzó Ale después de abrir el show con “#imape”. En ese momento supimos que los dos lados estaban ahí para entregarlo todo; para empaparse de sudor y cantar con los ojos cerrados.

Comenzaron con las canciones que han hecho a Chingadazo; sonaron “Rehab” y “Azul turquesa” y no les tomó ni una canción construir el ambiente. Fue una elección particular abrir el show con algunas de las canciones más conocidas y dejar hacia el final el nuevo disco que presentaban, pero parecía que el público se las sabía todas igual. Luego vinieron los invitados. Subieron al escenario Lalobilly y Chucho Tormenta de Los Pandilleros a tocar “Intento Fallido No. 7”, y demostraron que el punk rock se les puede dar casi tan bien como el rockabilly.

También tomó el escenario el productor de Me pongo hasta la madre porque estoy hasta la madre, Erik de Allison, para tocar “Tú no me dices qué hacer (Oblígame prro)”, así como Gastón de Lng/SHT, para acompañarlos en el bajo, o “el instrumento de los fracasados”, en “No me importa (¡Oh, oh!)”; pero probablemente la colaboración más significativa fue la de Pepe de Seguimos Perdiendo, una influencia que Marino y Ale siempre han reconocido al punto de “robar a su baterista”, Beto. “Es increíble que personas que una vez admiramos, ahora toquen canciones con nosotros”, les agradeció Marino.

Chingadazo no se guardó nada, no puso ninguna frontera en el escenario; compartieron sus fotos, subieron a sus papás a tocar y Marino trajo a la vida “3 de noviembre (No me agüito)” cuando ahí, frente a más de mil de sus mejores amigos, dejó que las lágrimas le inundaran los ojos al abrazar a su mamá, reconciliarse con ella y dedicarle la canción que escribió a partir del dolor de romper su relación. Todos la cantaron más fuerte que nunca.

Eso fue lo que hizo este concierto. Escuchar a Ale y a Marino agradecer y reconocer por su nombre a varios de sus seguidores más asiduos entre el público, recordar el nombre de la primera persona que dedicó una canción de Chingadazo cuando era todavía un demo, y poner en las pantallas una compilación de videos de los seguidores que les confiaron la intimidad de sus habitaciones y sus voces coreando las historias de resaca y corazones rotos que ellos han convertido en canciones.

Fue una gran noche para Chingadazo de Kung Fu, nadie lo va a negar. Este trío va a llegar hasta donde quiera siempre que recuerden esta noche; siempre que recuerden que los menores de edad les llenaron el concierto, que no les presumieron sus historias de crystal meth y sexo, sino que se las contaron con la gracia y la confianza con que lo harían frente a un amigo; mientras recuerden esta noche en la que quedó claro que un público entrega tanta pasión y tanto amor como recibe desde el escenario.

Álvaro Díaz en SALA

Lo vamos a querer toda la vida: Álvaro Díaz.

“Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida” suena en los altavoces. Sobre el escenario, unos mariachis interpretando la famosa canción mexicana cuya interpretación más famosa es de Luis Miguel. No es accidente que este tema suene en un concierto de Álvaro Díaz, el puertorriqueño lleva años con el sobrenombre de Young Luis Miguel a manera de tributo. Para ese momento “Alvarito”, como le gritan sus fans mientras hacen volar su ropa interior al escenario, ya era dueño del lugar. Todos cantaban, brincaban, bebían; la noche era suya y supo aprovecharla.

La carrera de Álvaro Díaz está indiscutiblemente ligada a México. Aquí se le abrieron las puertas que en su tierra natal se negaban a abrirle. Es por eso que su concierto más grande en su historia (según sus palabras) tenía que ser en tierras aztecas. Desde el principio era fácil notar que realmente existe un fanatismo hacía el boricua, sobre todo en las generaciones más jóvenes que fueron las que llenaron SALA. Desde la primera canción (“Groupie Love”) el piso cimbró y la voz de Álvaro quedó opacada por los cantos ensordecedores de los asistentes.

La música de Young Luis Miguel puede describirse a grandes rasgos como latin trap, sin embargo no suena a Bad Bunny, su sonido es único, un poco más pop por momentos y más tradicional por otros. Sus letras invitan a dos cosas. Por un lado tiene canciones como “Mantecado de coco” y “Tortura China”, esas logran poner al público a cantar y dedicar, son melosas, tiernas, amorosas. Durante esos temas uno puede a ver a su pareja para recitar versos que logran enamorar a cualquiera, como pasó ayer con las 1000 personas que desgarraron sus gargantas en busca de conquista.

Por otro lado tiene temas como “Ok”, el tema reciente del puertorriqueño, con una lírica callejera, apegada al trap más tradicional, hablando en burla de los gangsters o aquellos que pretenden serlo solo por moda. Durante esta canción, y otras similares, el suelo tiembla debido a los brincos que parecen no tener cansancio, en ese momento todos son calle, traperos de cepa que furiosos recitan versos.

También hay que agregar una nueva faceta, aunque quizás no es tan nueva. Canciones como “Mala” o “Es tarde ya”, no siguen ninguno de los parámetros antes mencionados, más bien son temas bailables, para la fiesta. En ese momento las parejas que previamente se recitaban versos de amor se disponen a bailar y a repegarse los unos a los otros porque, ¿qué es el amor de pareja sin sexo? Este fue quizás el momento más festivo de la noche, con un Álvaro disfrutando del baile y su propia sensualidad.

Al final Álvaro Díaz logró convertir el 21 de septiembre de 2018 en la mejor noche de su vida y seguro la mejor para muchos de los presentes, lo único que se puede criticar es que al final el show daba para más, se sentía que justo en el mejor momento acabó dejando una sensación de incompleto, incluso el mismo boricua no parecía querer irse y se disculpó por no poder tocar más, ya será para otra que podremos escuchar “Piso 13”, la melodía más esperada, misma que nunca llegó.