Ciudad: CDMX

Los Espíritus en SALA

El ritual del baile a través del sonido espiritual porteño.

Los integrantes de Los Espíritus salen al escenario con sus guitarras y bajo en la mano, sacan estos instrumentos de los estuches, se conectan, afinan rápidamente, sueltan los dedos, la voz y  comienzan su música que enseguida pone a todos en vuelo. Media hora antes, Felipe el hombre se  presentó con un muestrario rapidísimo de su propuesta, que suena con mucha influencia del indie argentino y chileno. Su tema “Otro día” sorprendió a más de uno en el público, ahí donde varios tuvieron su primer encuentro con la banda hecha en el norte de México.

“La crecida” es el tema de apertura de Los Espíritus, Santi Moraes ya está arriba de energía, baila y busca llevar su voz bien lejos. Se mira con Maxi Prietto pero en verdad hablan con gestos y acordes. Buscan arrimarse al fogón que están creando, para que, desde ahí, sean los chamanes de esa noche. En el cuarto tema, ya bien logrado el calor y el comienzo del ritual, lanzan una canción nueva, como para tentar el recibimiento, que es mucho y es bueno. Una canción de nombre desconocido donde la voz de Moraes se luce junto a las guitarras de Maxi y Miguel Mactas.

Las luces que los acompañan en el escenario son principalmente rojas y anaranjadas, como para recordar la portada de su disco Agua Ardiente, dibujada con estos colores. El uso del hielo seco más de lo habitual, seguramente responde al contexto, pues parece que Los Espíritus vienen de un sueño o de la noche para conducir a su público (durante dos horas) a una atmósfera de paz y alegría. Logran ser chamanes en el escenario, la gente en la quinta canción ya está entregada, guiada por las percusiones, bajo y voces de la banda porteña. Si tomáramos a una persona del público: con sus bailes como en trance, los ojos cerrados, el pelo largo, un jorongo multicolor; y lo pusiéramos en Woodstock, pasaría desapercibido entre todos tus iguales.

Los Espiritus

Aquí las luces pasan al azul y blanco, pues anuncian otra etapa del trance. “El pibe mira al hombre y le aguanta la mirada” suena “La mirada” que une a todos en un canto que quita el estrés de los días. Aquí, el chamán es Maxi. La banda se luce con largos pasajes instrumentales, algunos de ellos quizá improvisados pero siempre logrados a la perfección. Las percusiones son clave, la unión del sonido del cuero y la madera con las texturas eléctricas de las guitarras se fusionan para abrir otro mundo desde el escenario, al que todos, sin excepción entran bailando.

Llega el turno de “Perdida en el fuego”, una canción con guitarras muy profundas, que despiertan animales, despiertan besos, bailes tranquilos y extiende el ritual. Las luces van al techo, buscan dejar escenario y público en total oscuridad, un dato no menor, una acción que responde a la búsqueda de ese ritual que se logra.

Hacia el último bloque una conjunción de temas viejos como “Negro chico”, de su disco Gratitud, levantan las energías de los seguidores hacia un final que llega muy arriba, como para que la noche se extienda, el trance no termine y la gente siga bailando

Molotov unplugged en el Teatro Metropólitan

Fotos Cortesía OCESA

La bomba se apagó.

Nunca se había visto a Molotov así. Un teatro en silencio, los cuatro sentados sobre el escenario, los miles de asistentes también, atentos y expectantes como quien observa una presentación de ballet, pero en realidad viendo a una de las bandas de rock más icónicas de México escupirles “Amateur”… en acústico.

Cuando las luces se encendieron, la banda y los músicos ya estaban sentados en los bancos de los que casi no se levantarían durante hora y media; y así como ponerle play a un disco, sin decir más, echaron “Here We Kum”. El público no se terminaba de acomodar, y el juego de luces del escenario y la gente que se levantaba para ir a buscar más cerveza era lo único que se movía en el recinto.

Ver a los asistentes levantar el puño y corear el “Oh oh oh” de “Amateur” desde sus asientos, fue la sensación más extraña, pero escuchar “Dance and dense denso” en el lugar con menos empujones del planeta fue casi ridículo. “Gimme the Power” levantó el ambiente un poco, o por lo menos Ayala dejó su asiento durante media canción.

Los miembros de Molotov son rockstars y lo saben. En este concierto reposaron sus bebidas en una mesa con mantelito y cantaron los himnos de la resistencia recargados en un sillón, con los pies sobre la mesa de centro, como viendo un partido de fútbol en domingo.

Tocaron El desconecte completo y prácticamente en orden. Hay canciones que funcionan muy bien en este formato como “Hit me”, incluso mejor que en cualquier otra versión; mientras otros arreglos exóticos como las gaitas en “Mátate Teté” confunden y cortan el ritmo del público. En ocasiones la energía de los músicos de apoyo vibra más fuerte que la de cualquier miembro de la banda.

Hacia el final tocaron “Frijolero”. El concierto empezó de verdad. El público dejó sus butacas en una oleada que vino de adelante hacia atrás.  La fuerza que despegó los traseros de los asientos provino del chirrido del acordeón y el sentimiento de mexicanidad que no se pudo ignorar, de las luces que se encendieron en verde, blanco y rojo, y de los tiempos que siempre le han jugado tan bien a Molotov; que se ha ganado todo por saber cómo transformar la furia que se siente en la boca del estómago, la impotencia, la injusticia y la agresión, y convertirlos en una canción.

Se siguieron con “Voto latino”, “Cerdo”, “Marciano” y la sabrosa “Rastamandita”. Ya se les había olvidado el unplugged. En “Puto” lograron hacer a la gente brincar, era la última canción. Se fueron entre coros e insultos por no regresar a tocar una más. El desconcete suena bien como para ponerlo en una reunión de adultos contemporáneos con cubitas y cacahuates, pero… ¿funciona en vivo?

Carlos Sadness en el Teatro Metropólitan

Fotos Cortesía OCESA

Hasta las estatuas del Metropólitan bailaron al ritmo de Carlos Sadness.

Después de dos años de su primera visita a México, llenando el Lunario del Auditorio Nacional, posteriormente presentándose en el Vive Latino, el festival Catrina y logrando sold out, en tan solo unas horas, en El Plaza Condesa, el cantante español Carlos Sadness abarrotó el Teatro Metropólitan con su Insólito Espectáculo de DesilusionismoPehuenche y Pedrina fueron los encargados de abrir el show, preparando los ánimos de los asistentes para el tan esperado encuentro con Diferentes tipos de luz.

Carlos Sadness pisó el escenario puntualmente y –al igual que sus músicos– portaba un traje y pelucas haciendo alusión a su canción "Sebastian Bach". Con los primeros acordes el público enloquece, y cantan en una sola voz. "Parece que hayas nacido en el siglo XVI, que nunca hayas salido de Versailles. Me cogías de la mano para llevarme a ver la república independiente de tus lunares".

"Perseide" logró que los pocos que aún continuaban sentados, se levantaran y comenzarán a bailar. Pero, sin duda un momento que sorprendió gratamente fue escuchar "Poli", de la banda mexicana Zoé, en la voz del español, ya con la emoción a flor de piel, llegó "Volcanes dormidos" seguido de "El gran momento".

Uno de los invitados más esperados fue Caloncho, quien cantó "Amor papaya", canción que obtuvo gran éxito desde su lanzamiento. Cuando vieron salir al mexicano detrás de bambalinas los gritos inundaron el recinto, las voces de los asistentes retumbaron cuando coreaban "eres mi fruta favorita, te rompes en mi boca, me llenas de pepitas"Caloncho salió, pero para darle paso a Pedrina y su original interpretación de "Semitransparente", la cantante colombiana logró transformar la canción introduciendo su propio estilo, y danzando al son de las melodías de Carlos Sadness.

Justo a mitad del show, cuando la gente más cantaba, cuando los invitados comenzaban a hacer gala de su presencia, sonaron los acordes de "Miss Honolulu", el ambiente estaba más prendido que nunca, el cantautor saltaba por todo el escenario con sus músicos, el público bailaba frenético cuando escuchaba "y si al final te vas, veremos tus hombritos a través de una postal de Hawaii", pero los ánimos llegaron al máximo con la transición a "Celeste".

Días antes del concierto, a través de redes sociales, algunos fanáticos le pidieron que tocara "El día que hizo más viento que nunca", pues es una canción que casi no interpreta en vivo, Sadness sabía que en esta importante fecha debía complacerlos, así que, detrás de él, se proyectó la imagen de la portada de Ciencias Celestes, algunos no podían creerlo y gritaban "gracias por volver a tocar esta canción, te amo".

Cuando "Longitud de onda" estaba a punto de saltar de su boca al vació, para ser rescatada por la voz de los seguidores, Sadness dijo "ustedes al principio odiaban esta canción porque pensaban que era reggaetón, arrepiéntanse; aunque en el estribillo sí que tiene un poco de perreo".

Haciendo honor a su nombre, el momento sad de la noche llegó en voz de Melissa Robles, "Quiero que conozcas la verdad sobre los días impares. Tus pequeñas dudas, podrían volverse gigantes, menos mal que existes y no tengo que imaginarte", entonó al lado del español; pero sin lugar a dudas "Pompeia" hizo llorar a más de uno, la historia de amor de dos personas que están destinas a estar juntas, pero no pueden y se encontraran así sea en otra vida, "Intenta encontrarme cuando ya no esté aquí. Yo te buscaré, pase lo que pase".

El último invitado que faltaba era Siddhartha, todos se encontraban expectantes pues los escuchaban juntos por primera vez, "Hale Bopp" fue la elegida para acompañarlos y no pudieron escoger mejor, escuchar "los testigos oculares de tu órbita saben el día exacto en el que volverás, lo llevo calculando desde el 96. Te espero en la ventana veinte años después", en voz del tapatío fue una experiencia casi mágica y el mejor momento de la noche.

Después de un cambio rápido de vestuario, Sadness regresó para interpretar "Chihuahua" seguido por su propia versión de "Llorona", dar una muestra de que aún conserva su don para rapear y culminar la gran noche con tres consentidas por el público mexicano "Hoy es el día", "Qué electricidad", la que nunca puede faltar, y "Monteperdido".

Indudablemente el Insólito Espectáculo de Desilusionismo será un recuerdo que Carlos Sadness  atesorará, pues fue la primera vez que le cantó a las estatuas que resguardan el Teatro Metropólitan, junto con sus fieles seguidores, que hicieron de la noche algo mágico, logrando que Diferentes tipos de luz vibrara en el recinto y sus corazones.

Cults en el Foro Indie Rocks!

Una noche mágica con la suavidad y dulzura de Cults.

Las buenas presentaciones de música siguen aferrándose a este 2018. Como ya es costumbre, tuvimos una vez más en el Foro Indie Rocks! a una banda que pese a tener una trayectoria modesta, emana en cada nota pasión y amor por lo que hacen. Cults, formada por Brian Oblivion y Madeline Follin, que con casi 10 años en activo, han publicado dos discos de larga duración de excelente calidad. La última vez que los vimos en la CDMX, fue en aquel Corona Capital del 2014 que destacó por un sensacional lineup así como por la lluvia.

Con un excelente aforo, nos reunimos a disfrutar de este dúo californiano que tiene una característica mezcla de synth pop con una pizca de estética retro, que va desde la década de los años 60 hasta los 80. Algo que cabe destacar, que además es un sello del Foro Indie Rocks!, es el encontrarse al talento nacional o regional de la escena indie. En esta ocasión, pudimos ver a músicos como Renee Mooi y Algodón Egipcio, entre los presentes.

Para la velada contamos como telonero a La Chica, proyecto concebido por la cantante Sophie Fustec de origen franco-venezolano, que nos deleitó por casi una hora con un live act repleto de buenas vibras. Una mezcla de ritmos latinos con world music, cautivó a los presentes, que prefirieron no despegarse del escenario y disfrutar de la buena música. Al terminar su presentación, salió alabada por todos.

Después de unos minutos de espera, empezaron a salir entre aplausos los integrantes de la banda cuando tocan en vivo, hasta que apareció Madeline que hizo que explotara el venue en gritos. Casi de inmediato, empezaron a tocar “Offering”, pieza homónima de su más reciente disco publicado el año pasado, que logra mover fibras en nosotros tanto de felicidad como tristeza. Siguió la delicada “I Took Your Picture”, que dio paso a la acelerada “Abducted”, para llegar a una de las piezas más queridas de la banda: “Always Forever”, romántica y tierna, que nos arrulla con la dulce voz de la cantante

Hasta el momento, entre las canciones, gran parte de los presentes había querido propiamente cantarle las mañanitas a Madeline debido a era su cumpleaños. Sin embargo, no lo habían podido lograr ya que eran interrumpidos. Pero no hay intento en vano, y por fin las voces de todo el foro se sumaron al unísono con las mañanitas en inglés. Esto causó un gran momento que seguro será recordado para siempre por la banda.

La noche continuó sin muchas interrupciones, con algunos comentarios por parte de Madeline o Brian, como cuando éste comentó que su pieza favorita de Offering (2017), era "Gilded Lily", después de tocarla. El show fue acompañado por agradables visuales que eran proyectados en unas mamparas y sobre la pared del escenario.

El setlist se compuso de piezas de sus dos discos, disfrutando de nuevas canciones como la hipnótica “Talk in Circles” o la agridulce “Right Words”. Así, como de clásicos del álbum Static (2013), como la psicodélica “High Road”, “Keep Your Head Up” con sus hermosas distorsiones y la divertida “I Can Hardly Make You Mine” con su coro pegajoso. En cierto momento, Brian comentó que este era el setlist más largo que habían tocado y no mentía, ya que incluso agregaron dos piezas de su más reciente EP, Motels (2018): el cover “Total Control” de la banda The Motels y la oscura pero encantadora “Celia”.

El clásico encore estuvo compuesto de dos piezas, que, si bien son clásicas, a lo mejor podría encontrarse en otra parte del setlist ya que no despliegan la suficiente energía: la positiva “Good Days” y la encantadora “Go Outside”. Al terminar, todos fueron despedidos entre gritos y recuerdos que perdurarán por mucho tiempo.

Así fue esta increíble presentación de Cults en el Foro Indie Rocks!, a la que les auguramos una larga carrera y que solo nos queda esperar volverlos a disfrutar una vez más en nuestro país.

Public Image Ltd. en el Pepsi Center WTC

Fotos Cynthia Flores

Entre berrinches y patadas.

Apenas a dos años del tan esperado debut de Public Image Ltd. en la CDMX, John Lydon y compañía volvieron a México de la mano de Euritmia para celebrar 40 años llenos de controversia, alegrías, grandes canciones y, sobre todo, muchas ganas de patear al prójimo.

Que los boletos se agotaran semanas antes del show en el 2016 auguraban que en esta ocasión el aforo sería mucho mayor; sin embargo, a pesar del 2x1, no se logró que el Pepsi Center WTC alcanzara siquiera la mitad de su capacidad.

Sin banda telonera, hecho que agradecemos quienes tenemos que pararnos temprano al día siguiente, PiL salió al escenario apenas unos minutos después de las 21 H. mientras muchos aún estaban en el baño o esperaban su turno en la fila de las cervezas.

El audio, no impecable pero decente, nos hizo pensar que después de tantos años los ingenieros por fin hallaron la fórmula mágica para evitar que los conciertos se escuchen como si estuviéramos dentro de una cacerola. Gracias a eso pudimos disfrutar en todo su esplendor canciones clásicas como “The Body”, “Memories” y “Disappointed” entre treintañeros y cincuentones que, con trago en mano, cantaban y se contoneaban al compás de la música.

Quienes han tenido oportunidad de ver a PiL más de una vez saben que no hay pierde, pero que tampoco hay espacio para las sorpresas. La banda sube y hace suyo el escenario, acompañando a John Lydon que, sin tener que pararse de cabeza o hacer gran cosa, impone respeto y hasta miedo.

Tras una versión extendida de “Death Disco”, Lydon le regaló al público mexicano una rabieta en la que atacó a uno de los camarógrafos del recinto, pidiéndole que dejara de grabar e incluso amenazando a los organizadores que observaban desde uno de los balcones con cara de no entender lo que estaba pasando.

Afortunadamente, el berrinche no pasó a mayores y el show continuó su curso. Como era de esperarse, cuando llegó el turno de “This Is Not a Love Song” y “Rise” más de una docena de personas se conglomeró al centro de la pista para participar en una suerte de slam en el que más que repartir golpes, la gente entró a embarrarse en el sudor y la mugre de los demás.

Tras salir unos minutos, la banda volvió al escenario para un pequeño encore compuesto por “Public Image” y su redención a “Open Up” de Leftfield, cuya voz original siempre ha estado a cargo de John Lydon. Sin mayores palabras, PiL se despidió, se encendieron las luces y algunos aprovecharon para tomarse una selfie con su playera de Sex Pistols y el escenario de fondo.

Mientras el público se encaminaba hacia la salida se podía ver por todos lados cómo viejos amigos se encontraban y se tomaban fotos como si de una reunión generacional se tratara. Si bien a prácticamente a todos los que en algún momento se dijeron punks se los ha comido el capitalismo y el sistema, la vida les regala espacios como este para recordar cuando usaban botas, traían los pelos de colores, tomaban mezcal barato y dormían en las escaleras de metro Pantitlán.

Ramona en el Foro Indie Rocks!

Fotos Paola Baltazar

Colores y sonidos hasta por los párpados.

Hemos sido testigos del crecimiento y quizá el primer paso hacia la consolidación de una de las más grandes promesas en la escena musical mexicana. Parecía increíble, en el papel, que Ramona fuera algo así como un headliner de un mini cartel. Que Ramona, con su joven carrera aún, fuese vitrina para un par de nombres que igual, se encuentran labrando su éxito, pero todavía no gozan de un puñado de canciones que sustenten toda una presentación, y que por consecuente se den el lujo de tocar un nuevo álbum completo redondeando con un viaje en el tiempo para corroborar que las canciones antiguas, se han convertido en clásicos para el público de la capital.

Pues así fue. La noche en que Ramona presentó en formalidad su tercer placa de estudio, fue una que inauguro Islas, un colectivo proveniente de Yucatán con una propuesta un tanto esquiva para lo que el acto estelar depararía, pero no por ello les fue difícil arrebatar algunos aplausos. Excelentes en congestionar el ruido a base de synths, de atronadoras guitarras y desquicio en la batería para dar por momentos pintas de shoegaze con tintes oscuros; una combinación que hizo que más de uno se interesara.

Las cosas tomaron un giro con el dúo Daniel, Me Estás Matando, innegable que las más eufóricas eran las mujeres gritando toda clase de consignas eróticas al vocalista/tecladista/batería Daniel Zepeda quien ya, al calor del ambiente no perdía oportunidad para seguir el juego con intervenciones cómicas dignas de un comediante, o bailar de manera sexy-ridícula cuando la ejecución de la canción se lo permitía.

Por momentos parecía que este par se robaría la noche, pues los gritos y el volumen de canto de los fans eran más que los de una banda a la que se le diría "telonera", pero Daniel, Me Estás Matando supo aprovechar por demás sus minutos sobre el escenario pese a que fallas de audio, ecualización y problemas técnicos con los instrumentos hubo y muchos. Pero bueno, nada que no se solucione hasta con un popurrí de canciones religiosas (cantó fragmentos de un par) y clásicos del pop de los años 90 y cumbias dentro de un mini jam "guapachoso" que traían entre manos.

Tiempo para que los estelares hicieran aparición. Los cinco integrantes de Ramona saltaron al escenario de manera elegante, fresca y hasta inocente. Todos con una misma camisa, sorprendidos por el casi lleno del foro pero muy motivados a presumir sus nuevas canciones. El primer bloque fue para develar en vivo todas las pistas de su nueva producción Párpados. Mismas que ejecutaron de manera impecable y que se ayudaron para una mayor inmersión, de un juego de luces totalmente ad hoc e hipnótico.

"Fuego" y "Es difícil volar" con todo el potencial de ser nuevos hits de su catálogo. "Gaia" e "Iris" alucinaciones technicolor por sus instrumentales y uso de sintetizadores. Sobra decir que "Párpados" fue el clímax de esta primera parte con su embriagador viaje desde lo romántico hasta sus explosiones de guitarras y teclados que desbordaron la locura.

El encore marcó una división entre un segundo set que usó canciones de su antecesor Cérès. La subida en el ánimo fue palpable porque todas las canciones de este bloque fueron replicadas por los fans con gran emoción. La más pedida durante toda la noche y que se llevó todos los aplausos así como gritos de absoluta emoción DESCONTROLADA fue "Colores". Algunos decían que era la primera vez que la escucharían en vivo y su dopamina parecía no poder contenerse. Fue además para enmarcar el acto de Ramona en el escenario, todos conectados a su instrumento, dándole vida a cada nota con movimientos, sacudidas y todo eso que provoca la música en quienes le dan vida.

La banda salió una vez más despidiéndose, pero el público pedía más, llamaba al grupo de vuelta con aplausos y ovaciones, y por tercera vez subieron a escena. Esta vez para cerrar por fin la noche con dos de sus piezas que cimentaron sus primeros éxitos como Ramona, por ello es que todos en la sala cantaron la letra y compartieron con la banda los últimos minutos de la noche que fueron llevados por "Tristes ojos" y "Vete con él".

Así concluyo una gran noche para todos los que hicieron parte en la presentación del 4 de noviembre en el Foro Indie Rocks!. Que sin duda para la banda marcará un punto de control en el alcance y convocatoria que son capaces de lograr. Y para los que estuvimos debajo como espectadores, quizá el principio de la consolidación de una futura banda estelar en recintos y festivales cada vez más grandes. Porque talento y material musical, lo tienen.

Muertos de Día 2018

Fotos Diego Campuzano

Amigos, garage, y mucho punk rock!

Los Blenders, de la mano de la productora Beyond Psicodelia, nos ofrecieron un día lleno de guitarras distorsionadas, y buenos amigos en la segunda edición de Muertos de Día. Un pequeño festival curado con lo más fresco y relevante de la escena garage y punk rock mexa.

El evento fue para todas las edades y se llevó a cabo en el nuevo venue Galera. A partir de las 16:00 H. la gente comenzó a llegar para conseguir el merch de sus bandas favoritas y buscar una foto con los músicos.

Gracias a los votos de sus fans en redes sociales, The Froys fue la banda encargada de abrir el festival. Con guitarras llenas de fuzz y tintes de surf, comenzó a mover las cabezas de los asistentes con temas como "Under a Tie Dye Sky", y "The Wave", pertenecientes a su más reciente EP.

El Tormento fue la siguiente banda en subirse al escenario, quien nos presentó su rock melancólico con ricas secciones rítmicas.

Llego el turno de BRATTY, un girl power trio, originario de Culiacán, Sinaloa. A pesar de presentar nerviosismo por ser su primera presentación en la Ciudad de Mexico, logró conectar con la audiencia con temas como "Charlie", dedicada a los todos fuckboys.

Muerte y Destrucción

El calor aumentaba cuando Los Diabólicos se apoderó del escenario. La banda de garage punk proveniente de Sonora nos voló la cabeza con sus potentes riffs llenos de distorsión, y llevó al publico a un descontrol total. Canciones como "Muerte y destrucción", y "Tío punk" fueron las que detonaron el slam inminente.

Los Diabolicos dio una cátedra musical, y la banda se convirtió en una de las nuevas promesas del punk mexa, definitivamente valdrá la pena estar al pendiente de estos chavos.

La fiesta seguía, y llegaba de los momentos esperados por el publico más joven, el turno de Señor Kino. La agrupación de surf punk proveniente de Hermosillo se entregó por completo a su publico, disfrutando cada momento de su show, recordándonos el propósito de éste genero, los buenos tiempos.

Todos cantaban y bailaban "Verde Pastel", pero finalmente la banda cerró con "Vete ya" un cover del "Gallo de oro", prometiendo que sería la ultima vez que lo tocaría en vivo.

Entre tanto brinco y baile, el calor se hacia más presente, por lo que muchos se acercaron a la barra de alimentos, y área de merch a tomar un pequeño respiro.

Axel Catalán en un formato full band, salió al escenario y bromeo diciendo que era diferente a la banda anterior pero que tal vez a sus tías les podría gustar. Con sus emotivas letras llenas de folk rock, puso a corear al público temas como "Valer verga", y "Perro viejo".

La noche avanzaba y Hawaiian Gremlins inundó Galera con sus textura post acidas. Interpretando desde "Away" hasta "Americana" (su reciente sencillo), la banda nos llevó de la mano en un viaje de distorsión y psicodelia, dejándonos con un buen sabor de boca pero con ganas de más material.

Finalmente llegó el horario estelar, y Los Blenders demostró –una vez más– porque es el estandarte de la escena surf en México. La banda mexicana no se limitó a tocar canciones de su reciente álbum, e interpretó canciones como “Oye”, de su primer EP,  al igual que temas icónicos como "Meta y dinero", "Surf de amor", "TJTQ", hasta "Ha sido", los cuales convirtieron el festival en una verdadera fiesta.

Para los que todavía tenían cuerda y querían más fiesta, Young Tender se encargó de ambientar el after con su DJ set.

En definitiva fue un festival muy divertido, lleno de amigos y con un line up que cumple con todas las expectativas, y nos deja con ganas de la siguiente edición de Muertos de Día.

Los Mesoneros en el Lunario del Auditorio Nacional

Te lo advirtieron y se cumplió, Los Mesoneros abarrotaron el Lunario.

La banda venezolana Los Mesoneros, demostró que tiene madera para seguir creciendo. Luis, Juanchi y Andrés Sucre, Carlos y Andrés comenzaron su camino en el 2006 y parece que los años de picar piedra empiezan a dar frutos. La noche del 3 de noviembre hicieron retumbar las paredes del Lunario y los corazones de sus seguidores con un set de más de 20 canciones.

Antes de iniciar con los intérpretes de una de los temas del momento “Dime como tú quieras”, Oh’laville salió a calentar los motores. Los colombianos dieron un set corto, pero conciso. Ocho tracks dentro de los que se encontraron “Primitivos”, “Gigantes”, “Magia”, “No ha muerto el sol” y “Cielo” fueron más que suficientes para que los asistentes recibieran a Los Mesoneros con toda la actitud.

Contrario a lo que muchos pensarían, los venezolanos decidieron echar toda la carne al asador desde el minuto uno. “Dime como tú quieras” uno de sus sencillos más recientes y que se mantiene sonando en las estaciones de radio alternativas fue la que dio el banderazo de salida; seguida de “El paraíso”, canción que puedes escuchar en Caiga la Noche, su segunda producción discográfica.

Antes de las primeras palabras de la banda sonó “Ya no estoy”, posteriormente, “Aquí sigo”, “Juntos”, “Algo bueno” y “Caiga la noche”, este primer bloque se escuchó de manera impecable. Los asistentes coreaban y vitoreaban cada palabra y cada tema de una de las agrupaciones que continúa ganando seguidores con cada acorde.

Los Mesoneros, tiene una esencia en el escenario distinta a otras bandas, su sonido y estilo al tocar en vivo se está consolidando. Así que seguramente seguiremos escuchando de ellos y podría ser que en los próximos años, llegaran a venues más grandes. Ya saltaron del Caradura al Lunario, todo podría pasar.

“Un segundo”, “Difícil ser” y “Riesgo” fueron parte central de la noche, donde las casi mil personas que se encontraban dentro del Lunario no pararon de saltar, bailar y cantar. Posteriormente, llegó el turno de “Cicatriz” y “Luna” en compañía de Pepe de Rubytates, lo cual enloqueció a los asistentes.

Ya más entrados en calor y cerca del final se escuchó “Caballo nuevo” en compañía de Alex Ferreira que provocó un grito ensordecedor. Los Mesoneros cerró un Lunario Sold Out con “Te lo advertí”, “Sabana”, “Solo” y “Sol rojo” dejando claro que ya tiene varios éxitos colgados en la mente de sus fans y seguramente seguirán creciendo.

Doom of the Dead en el Foro Indie Rocks!

Fotos Jaime Fernandez

Ayer el diablo caminó entre nosotros y hubo paz.

¿Quieres vivir deliciosamente?

Desde Sinaloa, Chivo Negro, disfrazados como sacerdotes místicos reparte sonidos disonantes y profundos que más que llevarte a la inminente conmoción mental —a la locura— te envuelven en un manto negro y te invitan a vivir deliciosamente, para liberar tu lado oscuro, provocando calma en vez de angustia.

Las sensaciones que Chivo Negro deja escapar desde sus ominosas guitarras son inefables y pueden llevarte a ese punto sin retorno… en el que puedes extraviarte en tu propia conciencia o ir directo al stand de merchandise para comprarte una playera.

La noche inició poderosamente bien, desde los primeros acordes hasta los últimos feedbacks, todo fue nada más que pura satisfacción.

¡Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!

Con sonoridades monstruosas provenientes de antiguos horrores primigenios, el dúo capitalino Terror Cósmico se sube al escenario para liberar la hórrida potencia de sus instrumentos y recordarnos esas insoportables emociones de principio de los tiempos cuando reinaba nada más que oscuridad en el universo.

Sus acordes lentos e hipnóticos que a la vez desesperan por incrementar su ritmo, convierten su presentación en un ritual de invocación perfecto. Cuando por fin logran elevar la velocidad, los que estamos abajo comenzamos a sacudir los cráneos y nos volvemos parte del culto a los viejos dioses.

Aquí, los decibeles aumentan considerablemente en comparación a la primera presentación de la noche.

Terror Cósmico Doom of the Dead Jaime Fernandez

La escalofriante conclusión...

Hablando de decibeles, cuando Thou se apodera del escenario, el alto voltaje de sus acordes empieza a taladrar nuestros sesos y a escarbar en nuestros oídos para contribuir con nuestra sordera por exceso de conciertos. No hay que olvidar que son provenientes de Luisiana, aunque se hayan presentado en un español muy chileno.

Entre oscuridad tocaron “Restless River” y “By Endurance We Conquer”, pero al tratar de rasgar los acordes de una tercera canción tuvieron que gritar que encendieran las luces; porque, aunque su música se escucha aún mejor cuando no ves nada, ellos lucharon demasiado por interpretar sus elaboradas composiciones rítmicas con poca visibilidad.

El concierto de Thou fue rápido y contundente, muy poca plática y mucho sludge. Aunque con muchos silencios entre canciones y desesperación por parte del público, se lograron escuchar con alta nitidez los riffs en guitarras, los motivos del bajo, la potente rítmica en batería y la estridencia de la voz.

A fuera, hubo quienes iban por otra experiencia y no terminaron de conectar con la agresión de Thou, esperando a fuera a que se acabara su cerveza en mano e irse a la siguiente fiesta. El concierto termina poco antes de las 00 H.

Bob Moses en Auditorio BlackBerry

Fotos Jesús Contreras

Bob Moses regresa a la línea de batalla.

24 hours Zombie People, una fiesta de disfraces que tuvo como sede el Auditorio BlackBerry se engalanó con la presencia de Bob Moses, que con motivo al estreno de su segundo álbum, Battle Lines, nos traerían a la CDMX sus nuevos temas montados en su show en vivo.

Previo a que la banda principal se hiciera presente, Wolffer comenzaba a calentar la pista de baile, con un set que conectó rápidamente con los primeros asistentes en tomar su lugar. La pista del Auditorio se veía bastante vacía en ese momento, pues las inclemencias del clima retrasaron a muchísimos de los que ya venían en camino, pero eso no impedía que la fiesta siguiera su curso, ahora con Rocco Desentis en las tornamesas, con un set electrónico industrial que fue bastante bien recibido.

Luego de estos dos breves teloneros, la mayoría del público comenzó a llegar, así que, pese a pensar que la asistencia del público sería algo reducida, de un momento a otro la pista y la barra del auditorio se encontraba bastante concurrida.

La emoción por ver de nuevo a Bob Moses se sentía en el ambiente, pues ante cualquier pausa entre la música que ambientaba la espera, los gritos auguraban su próxima aparición, situación que se repitió varias veces hasta que finalmente, la banda apareció frente a nosotros.

El set comenzó con “Heaven Only Knows”, tema bien ubicado por los fanáticos que inmediatamente comenzaron a cantar. “Battle Lines”, tema homónimo a su nuevo álbum generó una atmósfera densa, que al mezclarse con la penumbra del venue nos puso en un trance suave.

La adrenalina sube cuando suenan los primeros acordes de “Too Much is Never Enough”, donde volvimos a entregarnos a Terpsícore, aquella musa de la danza de la mitología griega que agradecida continuó con nuestro goce al mandarnos “Talk”, uno de los temas que causaron mayor euforia.

El ambiente era de lo mejor, la gente tenía espacio suficiente para bailar libremente, brincar y disfrutar de “Back Down”, “Nothing But You” y bajar un poco las revoluciones con “Enough To Believe” y “Eye for an Eye”, dándole al público capitalino la oportunidad de disfrutar de estos estrenos sus presentaciones en la Ciudad de México.

La conexión que tuvo Bob Moses con nosotros fue increíble, pues la interacción fue constante, entre aplausos a ritmo de “Selling My Sympathy”, las pausas y acentos en “Like It Or Not” y los cantos en “Listen to Me”.

Esta noche cerró de forma agradable, pues su éxito “All I Want” enloqueció a todos en la pista, dejándonos en ascuas tras la pausa que la banda tomó, para que finalmente regresaran al escenario a ofrecernos dos temas más: “Grace” y “Tearing Me Up”, estos temas que fueron los primeros que flecharon nuestro gusto por este proyecto musical.

¡Gran concierto! Una de las cosas más destacables fue el audio, un ambiente grato y una banda entregada en todo momento con su audiencia.