Ciudad: CDMX

Descartes a Kant regresa al Foro Indie Rocks!

La agrupación tapatía está de vuelta en México y realizará un show que hará que explote nuestra cabeza.

Luego de una gira internacional que abarcó países como Estados Unidos, España e Islandia, Descartes a Kant ha anunciado un show en la Ciudad de México. El escenario es el Foro Indie Rocks! que será testigo de la promoción de Victims of Love Propaganda, material producido por Steve Albini.

La cita será el próximo 14 de diciembre a partir de las 19:00 H. y será un evento exclusivamente para mayores de edad. Los boletos ya están disponibles en el sistema Boletia y los costos serán los siguientes:

Preventa: $150 MXN
Día del evento: $200 MXN
M&G (VIP)
Preventa: $250 MXN
Día del evento: $350 MXN

Previo al acto de Descartes a Kant habrá dos bandas mexas invitadas que calentarán los ánimos en el venue de la Colonia Roma, se trata de Joliette y Hong Kong Blood Opera quienes presentarán sus propuestas llenas de potentes guitarras.

Así que y lo sabes, prepárate para una noche llena de poder y un show que hará explotar tus sentidos.

Arctic Monkeys se presentará en CDMX

Conoce todos los detalles del esperado regreso de Arctic Monkeys a la Ciudad de México.

¡Adiós a los rumores! Tras una serie de especulaciones la noticia finalmente ha sido confirmada, Arctic Monkeys regresará a la capital mexicana en 2019.

La cita para este esperado encuentro será el próximo 24 de marzo en el Foro Sol. Por si esto fuera poco el cuarteto conformado por Alex Turner, Matt HeldersJamie Cook y Nick O'Malley estará acompañado por la banda sueca, The Hives, además de un viejo conocido de Turner, Miles Kane.

Los boletos ya están disponibles en el sistema Ticketmaster y aquí están los precios:

Pista A (general): $1,580

Pista B (general): $680

Verde A: $1,900

Naranja A: $1,250

Verde B: $980

Naranja B: $800

Verde C: $500

Naranja C: $350

*Los precios aquí mostrados NO INCLUYEN los cargos por servicio de Ticketmaster*

La noticia fue confirmada por la propia banda tras una ola de rumores generados por la filtración de una supuesta captura de pantalla que mostraba algunas fechas de su gira por Latinoamérica, incluida su participación en la próxima edición del festival Pal’ Norte, celebrado en Monterrey.

Arctic Monkeys regresará a la Ciudad de México tras su última visita en 2013, como parte del Corona Capital. En esta ocasión, la agrupación llega con la promoción de su más reciente placa, Tranquility Base Hotel & Casino, estrenada el pasado mes de mayo.

La venta general de boletos dará inicio el 28 de noviembre a través del sistema Ticketmaster y también podrán ser adquiridos en preventa los días 26 y 27 de noviembre.

Indie Market Day Vol. 4

El bazar de merch de bandas independientes regresa con su 4ª edición.

Los CDs ya no se consumen, la largas giras no dejan tanto al bolsillo de los músicos que dedican su vida a esta chamba del rock. La independencia es un camino difícil más no imposible de llevar. Hoy en día, la mercancía que las bandas han diseñado con cariño, inspiración y sobre todo, calidad, ha sido una nueva fuente de ingresos para ellos y para nosotros sus fans un gran recuerdo para portar con orgullo.

Mooi Collective
Renee Mooi
Todd Clouser
Descartes a Kant
Midnight Generation
Timothy Brownie
Orestes Gómez
Indoor Project
Ricardo Santos
Lngsht + Pizzatánicos
Toga Records
The Bunyans
The Risin Sun
Flamingo Sunset
Los Caquis
Sadfields
El Shirota
Holbox
CERO 6 Agencia
Andrómeda
Weichafe
Carlos Ann
Kisspanic
Hipnosis
Islas
De Nalgas
Discodromo
HUMO
Arial
Molinette Cinema
San Tomé
Aurum
Los Mesoneros
Sicario Music
Quemasucabeza
Vaya Futuro
Gepe
Pedro Piedra
Niños del Cerro
Watchavato
Arts and Crafts
Rey Pila
DRIMS
Broken Social Scene
Metric
Chicano Batman
Moby
Violencia River
Point Decster
Los Sustos
Los Discorde
The Freak Rockers
Pronto más info sobre los showcases que se presentarán durante el día.

#IndieMarketDay

Confirma tu asistencia en el evento en Facebook.

 

SOLD OUT: The Chemical Brothers regresa a México

Luego de su explosivo acto en el Corona Capital 2018, la dupla de música electrónica anuncia una fecha en México para 2019.

ACTUALIZACIÓN: La agrupación ha anunciado que el show oficialmente está agotado.

The Chemical Brothers fue uno de los actos que más sorprendió en la pasada edición del Corona Capital 2018, pero no basta con una sola presentación. Es por eso que –con motivo de su próximo material discográfico No Geography, cuya fecha de estreno está prevista para la primavera de 2019– se presentará en la Ciudad de México el 12 de mayo.

El venue que albergará su show será el Pepsi Center WTC y los boletos estarán a la venta de la siguiente manera: Los accesos para el club de fans iniciará el 4 de diciembre, 5 y 6 de diciembre en preventa bancaria y el 7 de diciembre al público en general.

Precios:

Don Ramón VIP $1,600
Box Superior $1,100
General $980
Sección C $720
Zona Discapacitados $980

Su nueva gira abarcará países como Estados Unidos —con la participación especial de The Black Madonna— y Reino Unido, sitio en el que Tom y Ed se presentarán en algunas arenas en noviembre próximo.

Mira el video del anuncio:

MUTEK 2018: A/Visions 1

Despegue con un poco de mareo.

Tras anunciarse por varios meses con bombo y platillo, el pasado martes arrancaron las actividades de la 15º edición del MUTEK México en el Papalote Museo del Niño, lugar en el que, antecedido por un pequeño cocktail improvisado en el que se dieron cita personalidades como Tony Dalton y León Larregui, se llevó a cabo la primera entrega del A/Visions 1 con Nonotak Studio y Synichi Yamamoto & Intercity-Express como invitados especiales.

Una vez dentro del domo, Damián Romero, director del festival, tomó el micrófono para agradecer a los patrocinadores y a quienes han asistido incansablemente a todas sus ediciones, sin importar los horarios o alejadas locaciones, aprovechando el espacio para felicitar también a otras ediciones de MUTEK en el mundo que, al igual que México, están por celebrar algún importante aniversario.

La primera pieza en proyectarse fue Noesis del productor y artista visual Tetsuji Ohno, conocido como Intercity-Express; y Synichi Yamamoto, la cual se compone de ocho temas inspirados por fenómenos naturales en los que combinan animaciones en 2D sincronizadas tanto con secuencias electrónicas, como con sonidos más orgánicos como la caída de gotas de lluvia.

Sin descanso alguno llegó el turno de la dupla Nonotak Studio, que si bien nos visitó en abril pasado para la primera edición del CNTRL FEST, en esta ocasión presentó una pieza audiovisual inmersiva llamada VERSUS, cuyas hipnotizantes secuencias de líneas y círculos provocó mareos y que más de uno abandonara la sala, haciéndonos pensar que tal vez no fue buena idea dejar los tragos al principio y no al final de la función.

Tras casi una hora, el domo volvió a adoptar su color azul y la gente salió hacia los baños o en busca de sus coches sin hacer mucha plática y sin necesidad de despedirse, ¿para qué hacerlo si MUTEK apenas comienza? ¿Qué otras sorpresas nos deparará en esta ocasión?

Nike #BattleForceMX

Nike hace que la ciudad vibre de energía con competencias de freestyle.

Verdaderas batallas se dieron desde temprano en las canchas de los Viveros de Coyoacán. Luego de una extensa y emocionante contienda de basquetbol, se dio paso al certamen de rap que muchos estaban esperando.

En punto del medio día, asistentes e incluso equipos se acercaron al escenario para los combates. Fueron diferentes participantes, raperos de toda la república, desde Guadalajara hasta Chiapas, lo mejor de lo mejor sin ninguna duda.

Cada uno de los competidores fue bien recibido y todos tuvieron la oportunidad de presentarse antes del fuego cruzado para dar muestra de su talento, ganarse al público e intimidar a los rivales. Desde el comienzo vimos un derroche de talento que dejó impactado a más de uno. La facilidad con la que las rimas salían era algo que dejaba con la boca abierta; ahora solo necesitábamos ponerlos a competir entre ellos.

Si un freestyle es impresionante por sí solo, una lucha entre cuatro MCs era un espectáculo. La contienda fue intensa y cualquier error te podía destrozar, pero eso no afectó a estos raperos, que arremetieron de principio a fin.

Una vez que el jurado, conformado por Danger, Gino y Feli Dávalos, eligió a los cabezas de serie, era hora de sacar las pruebas de alto nivel. La dinámica del Nike #BattleForceMX fue interesante, con duelos de parejas y dos rounds por batalla. En el primer round tenían un tema en común, todos relacionados con el basquetbol pero también con la cultura pop, lo que hizo de la competencia algo más ameno.

Para el segundo round se daban imágenes al azar y los raperos tenían que responder con velocidad, pero vimos a muchos recuperarse y dar la vuelta en esta parte del evento.

Al final, tras varias sorpresas, conocimos a los finalistas de la #BattleForceMX: Lobo Estepario, Zticma, Yoiker y Potencia. Pero también, nacieron varios fans del freestyle mexicano y creció el interés por la cultura urbana en nuestro país.

No te pierdas la última competencia que será el próximo sábado 24 de noviembre, un evento donde el breakdance y el básquetbol serán los protagonistas.

Si quieres asistir a la Gran Final de las competencias de éstas cuatro disciplinas, en un evento donde celebraremos con varias actividades el aniversario de Air Force 1, reserva tu lugar aquí.

#BATTLEFORCEMX #AF1

Chvrches showcase acústico

El lado íntimo de Chvrches.

Detrás de los sintetizadores, de las melodías repetitivas y de los coros pegajosos en la música de ​Chvrches​​, se esconde un discurso mucho más profundo de lo que parece. Además de ser compositores, los escoceses utilizan su popularidad para compartir mensajes sociales, políticos y de su vida personal. En 2015, ​Lauren Mayberry publicó un ensayo a través de ​The Guardian en donde confrontó a todos aquellos que se comportan de manera abusiva en las redes sociales. Posteriormente, expuso su lado más vulnerable al compartir una ​carta para el portal ​Lenny​​, en donde habló sobre la relación tóxica en la que estuvo durante años y cómo logró salirse de ella.

Con este contexto, ​Chvrches demuestra que es capaz de comunicar algo que va más allá de algunos versos bailables. Y es que si quitamos todas las capas que endulzan la música del trío, se expone un lado sentimental que recae únicamente en las letras. Previo a su presentación en el ​Corona Capital​​, los escoceses lanzaron un EP con cinco canciones de su más reciente material ​Love is Dead e​n versión acústica. Acompañada de guitarra, piano y algunos arreglos orquestales, la voz de ​Mayberry le da la seriedad merecida a sus canciones y nos deja claro por qué piensa que el amor está muerto.

Es difícil imaginar una versión minimalista de ​Chvrches​​. Afortunadamente, el lunes pasado, la banda dio un ​showcase ​íntimo para sus seguidores mexicanos en donde, a través de tan solo cuatro canciones, mostraron esta parte “desnuda” de su música. Sin toda la parafernalia que caracteriza sus shows masivos, los escoceses se notaban nerviosos, bromeaban con el público y no estuvieron en el escenario más de 30 minutos. Pero ese tiempo bastó para poder escuchar realmente lo que la banda tiene que decir, sin ​Auto-Tune, sin sintetizadores, sin atuendos llamativos.

Lo más cerca que tendrán de experimentar esta intimidad aquellos que no pudieron asistir a su ​showcase, e​s escuchar su nuevo EP ​​Hansa Session.​​ P​arece que era necesario un cambio en los arreglos musicales de ​Chvrches para poder empatizar realmente con ellos. Fue un concierto sumamente sentimental en donde quizá todos los espectadores experimentamos un poco de desamparo, miedo a crecer y la inevitable decepción de un amor que llega a su fin.

Nine Inch Nails en El Plaza Condesa

Clavos en nuestra psique.

“Branches / Bones”, nociones, aseveraciones, expectativas, de ninguna forma estábamos preparados para lo que nos deparaba.

“Wish”, ¿qué deseas?, ¿que el mundo sea perfecto?, ¿que mañana será un día normal en el que no tengas que preocuparte por nada?, al demonio, la pulsión instrumental te está lacerando, lo más real que tendrás en un buen fin de idiotas atascando las calles y los centros comerciales ávidos de cosas que no necesitan. La música que va a atacarte.

“Letting You”, déjate llevar, estás presenciando uno de los mejores conciertos acontecidos en la historia de El Plaza Condesa y es apenas el comienzo. Repleto como pocas veces, en un lunes en espera de volver a la normalidad, esa que te da cierta tranquilidad, get away, que todo se disipe, que las inyecciones de la enfermiza electrónica que antes que alegrarte te hipnotiza, te sofoque, te provoque, te mande al demonio. Somos cerdos en una marcha ávidos de atascarnos de todo lo que nos complace, ¿eso te hace sentir mejor?, entonces arráncate el cabello, delira, dispara, figura al opresor ante en ti y sorpréndelo con un golpe contuso a la quijada.

“This Isn’t The Place”, gran contradicción, estamos en el lugar correcto, El Plaza Condesa cual capilla de adoración ante un Trent Reznor que hasta el momento no ha dicho nada. Solo se concentra en lo mejor que sabe hacer: ofrecernos la música que nos lleva al delirio. “Sanctified” para arrastrarnos a la adoración primigenia, pequeñas máquinas de odio devaneando entre notas y frases, estamos siendo purificados, absortos miramos a nuestro alrededor, las poses, los rumores, los letargos, la indiferencia, cómo es que observas tu pantalla ante tal maestría sonora, cómo es que te preocupas por lo que pasará mañana sin disfrutar el hoy.

“Reptile”, la maldad avante ante las buenas intenciones, la maquinaria que pocos comprenden, porque es más fácil posar, estar presente, hacer check-in, tomar la foto para la red social favorita, vanagloriar la presencia antes que la esencia, y mientras sucede la selfie de manifiesto de los que están en apariencia, los que están en esencia cierran los ojos y se dejan llevar. El gran pecado de escuchar y apreciar antes que posar: “Sin” y su siniestra euforia, los gritos sinceros que opacan la hipocresía. No fuimos multitud, fuimos bendecidos por los tonos que no sonaron en un festival masivo. La intimidad y la fidelidad antes que el afán de pertenecer.

“Help Me I Am In Hell”, y en las llamas encontramos el confort, en los sonidos la iluminación, el candor que tanto nos falta. “Happiness in Slavery”, no abras los ojos, no quieres ver lo que sucede, solo siente, deja de ser un reo de tus necesidades. “God Break Down The Door”, el delirio, la necedad de moverse, el frenesí, la capacidad que tenemos para apreciar antes que perder el tiempo. Sin gran ardid visual y un saxofón nos arrastra a la locura.

“Gave Up”, y esa necesidad de azotar nuestras cabezas contra la pared que fácilmente nos lleva a la locura, “The Great Destroyer” para calmar el ímpetu pero no la emoción que claramente nos domina, brilla, y pertenece, sobre todo a aquellos pocos que cierran los ojos y disfrutan antes que escribir un texto en su teléfono. “Burning Bright (Field on Fire)”, no están todos los que lo merecen, “Survivalism”, bocanadas de nicotina ante la prohibición, un olor entre hierba ilegal y perfume barato, los tragos que fluyen. “The Hand That Feeds”, ¿morderás la mano de aquel que se entrega en el escenario para tu iluminación mientras te tomas una selfie?, no pertenezcas si no sientes, no aparentes si no hiciste el mínimo esfuerzo. “Head Like a Hole”, nuestras almas oscuras y podridas que saltan, trasfugan, enardecen, no tenemos dinero pero tenemos desgracias, no tenemos que adquirir pero sí qué saquear, tenemos lo que merecemos, no lo que podemos adquirir sin necesidad.

“The Day The World Went Away”, y cual dirección de orquesta los golpes a la guitarra, los ecos de una maldición, la instrumentación que nos guía a la figuración: imagina que todo terminará pronto, que el plástico matará los mares, que las guerras serán los nuevos deportes, que tus necesidades se convertirán en deseos. “Even Deeper”, no ha terminado nuestro descenso, “Over And Out”, y aquellos que se rinden y se van, pobres diablos, aún falta el alta causa, la expiación, el réquiem persistente, la costumbre, el preludio al final que no queremos aceptar.

“Hurt”, el viento orgánico de nuestra agonía, porque nos lastimamos para sentirnos vivos, porque nos golpeamos el pecho para hacer trabajar el corazón, la realidad del dolor punzante, lo que queremos dejar atrás pero nos sigue doliendo. ¿En qué nos hemos convertido?, en seres que en su nostalgia y el dolor se regodean mientras aquellos culpables de nuestra miseria se han olvidado de nosotros. Tronos de mentiras y porquería, cosas de las que nos arrepentimos, palabras que nunca debimos haber dicho, esa extraña cómplice amargura en una zona de confort incompleto. El final anunciado, el último momento para ahogarnos, la esperanza de encontrar un camino. Y las luces que nos guiaron y los sonidos que nos ultimaron de pronto callan, y lo agradecemos, lo saboreamos, después de ser crucificados por clavos en nuestra psique antes que en nuestras manos.

 

Corona Capital 2018: Día 2 presentada por AT&T

Se va a segunda vuelta.

Había preocupaciones de que el cielo se estaba tornando espeso y que el frente frío amenazaba con traer cierta humedad, pero afortunadamente los miles que se dieron cita para la segunda vuelta del Corona Capital gozaron de otro día soleado y con un augurio de que sería otro festival de música divertido y memorable. Lo fue por ambas razones, pero mientras el día anterior se percibía una algarabía musical más maleable para todos, este Corona se notó más refinado y rápido, quizás por los músicos y bandas que se presentaron y por lo empalmados que estaban en horarios unos con otros, lo que provocó que uno se quedara a cinco o seis canciones, esperar a que tocaran algún himno de la adolescencia o aquella que no deja de sonar en tu playlist, e irte a correr a ver al siguiente hasta el otro lado de la Curva. Bueno, después de todo el lugar se construyó para las carreras.

Quienes arribaron temprano pudieron deleitarse en el escenario Corona con el set de la cantautora Sasha Sloan, directo desde Boston, Massachusetts, que atrapó la curiosidad de propios y extraños con “Runaway,” “Normal” y “Here.“ Del otro extremo, en el Dorito’s Bunker, el proyecto como solista del baterista Ilan Rubin, The New Regime, daba batalla con su propia mezcla especial de hard rock y electrónica. Tú decidías cómo llegar al festival, ya que ambos actos se encontraban en los escenarios que colindaban con los accesos: con ondita y sofisticado o lleno de energía y adrenalina.

A medida que se iba llenando nuevamente de playeras fosforescentes, lentes de sol, olor a bloqueador, perfume y cebada, máscaras de animales hechos de pelo o plástico e inflables para playa, los neoyorquinos de San Fermin llegaron con violines y trompetas para hacer saltar a todos como conejitos y hacer que retozaran en las áreas verdes con “Bride,” “Emily,” “No Promises” y “Ladies Mary”. K. Flay devolvió lo rasposo y sensual al mood del festival con su híbrido de rock con hip hop y “Make Me Fade,” “Giver,” “Black Wave” y “Mean It.” A pesar de que contó con una ligera falla técnica al principio, la norteamericana lo compensó hablando perfecto español con el público y bailando entre gracioso y sexy.

En la Levi’s Tent, los ingleses de Superorganism hizo uso del escenario para convertirlo en un arcade, con visuales y tipografías ad hoc y sus miembros saltando por todos lados con capas de brillantina metálica y esferas de luz en sus manos. Las manos del público hicieron que un par de ballenas inflables nadaran en las alturas, pero sus bocas corearon cada parte de “SPRORGNSM,” “The Prawn Song,” “Nobody Cares” e “It’s All Good.” Al caer la tarde, los hermanos Brian y Michael D'Addario, mejor conocidos como The Lemon Twigs, dieron un show que tomó por sorpresa a un público limitado, aunque fiel y entregado. Entre duelos de guitarra, falsetes dramáticos e historias sórdidas acerca de Father John Misty, ambos dieron una repasada rápida por su disco conceptual, Go to School, acerca de un chango que va a la escuela. Ya se imaginarán lo absurdo de toda la situación.

La parte de ensueño corrió a cargo de Mercury Rev, quienes tomaron la Levi’s Tent y la convirtieron en su propio planetario, con animaciones espaciales, juegos de luces de todos los colores y la imponente presencia del frontman Jonathan Donahue, quien pretendía conducir una orquesta surreal. Con motivo de los 20 años de su emblemático Deserter’s Songs, sonaron canciones como “The Funny Bird,” “Tonite It Shows,” “Goddess On a Highway” y “Holes”, llenas de mucha melodía y reverberación que fascinaron tal y como en 1998. La cosa se puso más electrónica en el escenario vecino con Digitalism, que realizó un set en vivo donde hizo gala de su manipulación de samplers, vocales energéticas y producción solemne y dinámica. Fue una especie de “precopeo de energía” para que todos entráramos en calor y “Utopia,” “Battlecry,” “Glow” y “Pogo” ayudaron bastante.

El ambiente en general tenía un dejo de satisfacción, más no llegaba a los niveles de júbilo de la noche anterior; quizás por el bajón de la temperatura o el cansancio que ya se notaba en algunos. Eso no impidió que participaran en los stands de juegos de destreza; comieran hamburguesas, piernas de pavo, churros o tacos de cochinita; disfrutaran de tragos coquetos bajo una cabaña romántica o entraran a una especie de antro improvisado en donde te colocabas unos audífonos y tú mismo podías tener tu propia fiesta alrededor de otros que bailaban a su propio ritmo. De esas ondas europeas que van teniendo apogeo, ya saben. Eso sí, la producción va tomando mucha nota de las necesidades y deseos de los asistentes, y me atrevo a decir que va mejorando con cada edición. Si en una de esas arman un jacuzzi en alguna sección VIP techada, les aseguro que a muchos no les va a doler el codo comprar un boleto con precio jugoso.

Pero de vuelta al show después de ese breve comercial. Uno de los actos más sobresalientes del día fue The War on Drugs, que superó el complicado reto de tocar por primera vez en México ante una multitud considerable en un festival reconocido, y lo hizo airosamente. Pudimos probar una pizca de verano manejando en la carretera con canciones como “In Chains,” “Pain,” “Strangest Thing,” “Under the Pressure” y “Red Eyes” gracias a la voz soñadora de Adam Granduciel y el magnífico trabajo de su ensamble en vivo. Mismo caso de MGMT, que empleó las pantallas e iluminación (y al respetable, ya de paso) para quebrar y distorsionar todo a su antojo, con “Little Dark Age,” “James", “TSLAMP” luciendo los nuevos sonidos y “Time to Pretend,” “Electric Feel” y “Kids” recordando a los de antaño.

Justo por este empalme, Death Cab For Cutie sufrió un poco tanto la asistencia como la potencia de sonido, hechos que su líder, Ben Gibbard reconoció pero logró salvar, diciendo “al menos nosotros tenemos más pinche sentimiento". Dicho y hecho, varias parejas aprovecharon para romancear con “I Dreamt We Spoke Again,”“Your Hurricane,”“Long Division,” “I Will Follow You Into the Dark,”“I Will Possess Your Heart” y “Transatlanticism,” convirtiendo esa parte del campo en una plaza de baile muy adecuada para el entorno carnavalesco. Pero la cursilería se tornó en furia, desolación y… más pinche sentimiento con el devastador show de Nine Inch Nails. Para este punto, muchos ya estaban acostumbrados a las deliciosas locuras del tío Trent Reznor, pero para los no iniciados, fue un deleite oscuro el poder sacudir las penas con “Wish,” “March of the Pigs,” “Reptile,” “Closer,” “The Perfect Drug,” “Burn,” “Copy of A” y, claro, “Hurt.”

Otro pequeño comercial que quisiera hacer aquí es la calidad del sonido, justo hablando de Nine Inch Nails. El tío Trent es quizás infame por su perfeccionismo en las cuestiones sonoras y tiene todo el derecho de serlo - vamos, el señor tiene un Óscar por Mejor Música y tiene mano en uno de los servicios de streaming más grandes. Sin embargo, uno de los aspectos que más fue aplaudido por el público y cuidado por los artistas durante los dos días fue el sonido. A diferencia del año pasado en donde la distorsión se coló varias veces en los escenarios principales, aquí sonaba impecable. Desde la baja fidelidad-convertida-en-HD de The Jesus & Mary Chain y las sirenas y beats ensordecedoras en el buen sentido de The Chemical Brothers el día anterior hasta los sintetizadores chillantes de MGMT, las cuerdas y vientos de San Fermin y prácticamente cada decibel que salía de NIN, el Corona se ganó otro sellito de tortuga en el cuaderno por “suena muy bien.”

Ya que la gente pudo agarrar un respiro, era momento de realizar la titánica tarea de pasar entre las multitudes que dificultaban el paso por quedarse a ver a New Order. Incluso hubo algunas molestias por quienes tiraban la cerveza sin querer, obstruyan neciamente los traslados o simplemente no les importaba que hubiera mujeres, gente con capacidades diferentes o niños pequeños. Pudo parecer que a la gente no le importaba, pero al sonar los primeros acordes de “Singularity” cualquier riña se convirtió en abrazo y los empujones se convirtieron en movidas ochenteras. Bernard Sumner y compañía supieron mezclar eficazmente canciones más modernas como “Crystal" o “Plastic” con algunas de su repertorio clásico como “True Faith,” “The Perfect Kiss,” “Regret,” “Bizarre Love Triangle,” “Blue Monday” y “Temptation.” Incluso por ahí tocaron “Disorder” para no negar la cruz de su parroquia, pero lo que selló el trato fue su encore con “Love Will Tear Us Apart,” en donde proyectaron varias imágenes de su vieja agrupación, Joy Division y culminaron con un bonito tributo a Ian Curtis. Sin duda, uno de los mejores momentos del fin de semana.

Era el momento de cerrar dos días de música, paz, amor y mucho frío. Una tarea nada fácil. Ya le ha tocado a Green Day, LCD Soundsystem, Calvin Harris, Kings of Leon y Queens of the Stone Age en años anteriores, con resultados mixtos. Los elegidos para este año eran Imagine Dragons, que ya gozan de un reconocimiento global cada vez mayor con su rock alternativo que puede tener algo para cada gusto, justo como el cartel de este año. Tenía sentido y, por lo que atestiguamos miles de melómanos ayer, vimos por qué fueron elegidos. Ya se graduaron de estar en el segundo renglón de actos de un festival (ellos tocaron en el Corona Capital de 2013 abajo de Phoenix y The xx) y ahora vinieron con fuegos artificiales, confetti y un admirable esquema de iluminación.

Si están notando que uso adjetivos muy conservadores es porque así estuvo su show. No estoy negando su poder de convocatoria, y me siento muy orgulloso de ver esta transición que han logrado. Escuchar canciones como “Radioactive,” “It’s Time,” “Machine,” “Zero,” “Demons,” “I’m So Sorry” y “Believer” con 100 veces más testosterona que en el disco ya es algo, o el hecho de cantar “Cielito Lindo,” que fue un gesto sorprendente. Pero desde que tocaron menos tiempo del previsto, la saturación del audio y lo intrascendente de todo el meollo, queda una sensación de que el puesto de headliners les quedó grande.

Si quizás hubieran movido a Robbie Williams a ese día o a Nine Inch Nails o a The Chemical Brothers, quienes realizaron sets sorprendentes, a ese horario, hubiera sentido un Corona Capital más allá de satisfactorio. Pero me quedo más con momentos que con un todo coherente. Momentos que sin duda fueron puntos altos en lo que va de conciertos en 2018 (las bandas que ya mencioné, Sparks y Friendly Fires, por ejemplo), además de los aspectos eco-friendly y de sonido, pero mi temor es que todo solo quede en comentarios más hacia el “vi a tal y tocó poca madre” o “tal banda o cantante cerró pero no estuvo tan chido,” en vez de decir “el Corona Capital de 2018 fue uno de los mejores.” Si contamos con una edición en 2019, sondearé y regresaré con ustedes para verificar si esto fue cierto. Ojalá nos veamos el año entrante.

Deep Purple en la Arena Ciudad de México

Noche fenomenal a cargo de Deep Purple, una de las bandas más icónicas que dice un prolongado adiós con su The Long Goodbye Tour.

Este año que Deep Purple cumple cinco décadas de haberse formado, el grupo del Reino Unido tuvo una cita más con sus fanáticos mexicanos, después de presentarse con éxito en la reciente edición del Hell & Heaven. El pretexto fue la promoción de su álbum de estudio número 20, Infinite, lanzado el año pasado bajo el sello earMUSIC y que le valió su lugar más alto en las listas de popularidad de su nación en más de 30 años.

El recinto que recibió a estos verdaderos artífices del heavy metal fue la Arena Ciudad de México, que no lució lleno pero acogió a un público que vitoreó a los ingleses de principio a fin.

En punto de las 21 H., In Flames, la banda sueca de death melódico cuya última placa, Battles, data del 2016, se encargó de abrir la noche. Desde antes de ingresar, ya se notaban varios seguidores del grupo quienes esperaban el regreso de la agrupación a la CDMX.Colony”,tema homónimo de su LP que está a poco de cumplir una década de haberse lanzado, inauguró el set de los nórdicos. La recepción en general fue calurosa. 

A lo largo de su presentación, In Flames fue poco a poco animando al público con temas como “Delight and Angers” y “Here Until Forever” (previo a éste, una parte importante de la arena coreaba el nombre de la banda). El vocalista Anders Fridén se dijo privilegiado de compartir escenarios con las leyendas a quienes le estaban abriendo, mientras el baterista Tanner Wayne presumía la bandera mexicana en su playera. “The End” dio cierre a ésta potente intervención, un tanto desconcertante para algunos —un hombre detrás de mí, luciendo un traje impecable, gritaba sentado un contundente “¡ya no más, por favor!”—, pero en general muy bien recibida.

Como ya se sabía, Eddie Trunk, el hombre al frente de “That Metal Show”, presentó a los íconos ingleses y grabó material para el documental del pequeño tour de 10 fechas que Deep Purple dará en nuestro país. Sumado a esto, Trunk continuó con las transmisiones de la gira en México para su programa de radio Trunk Fest. En punto de las 22:30 H., el conductor apareció en el escenario. “Es mi gran honor presentarles a una de las más grandes bandas de todos los tiempos…”.

Looks variados se dejaron ver en el recinto: metaleros empedernidos, hombres trajeados, mujeres con el cabello morado, motociclistas enfundados en piel e incluso uno que otro vaquero rocanrolero. El inicio del show, inmejorable. Pocos esperábamos un tema tan emblemático, tan pronto. Los primeros acordes de “Highway Star” se distinguieron y el público no dejó su emoción resguardada. Ian Paice, desde un principio, mostró sus dotes en los tambores —tocó un hermoso Pearl Drum Kit Signature que lleva el mismo nombre de la canción mencionada— y dio prueba de su lugar en la élite de los mejores bateristas.

Siguió, ligado, y también del grandioso Machine Head, “Pictures of Home”La parte del solo de Gloveracompañado de sus amplificadores TC Electronics y su bajo Vigier, impecable. Inevitable aquí no recordar al mítico Ritchie BlackmoreInevitable también hablar de Deep Purple y no mencionar a sus distintas alineaciones, mismas que sus fanáticos bautizaron como “Marks” y de las cuales la consentida sigue siendo la conformada por el músico inglés ya referido que también formó parte de Rainbow, otra banda icónica cuya voz fue el gran Dio, el legendario Jon Lord uno de los mejores tecladistas que ha dado el género, Glover en el bajo, la voz inconfundible de Ian Gillan y ese portento de baterista que sigue siendo Ian Paice.

Hoy, la agrupación que incluye a los virtuosos Steve Morse en la guitarra y a Don Airey sustituyendo a Lord en los teclados, se mantiene vigente y representa la alienación más estable que ha tenido el grupo. En total, ocho formaciones distintas con más de 10 músicos; su legado, indiscutible.

Del disco en el que debutaron Glover y Gillan (quien mostró una voz muy cuidada), In Rock, continuó el set “Bloodsucker”Después, otro clásico de la banda: “Demon's Eye”A mi lado, un hombre de sombrero negro y una playera que mostraba el coyote de Ciudad Neza bailaba al más puro estilo urbano. La ejecución de Purple, magnífica.

Tras interpretar “Sometimes I Feel like Screaming” y “Uncommon Man”, llegó el turno de otro de los temas favoritos del público: “Lazy”, no sin antes dedicarla al gran Jon Lordcuya fotografía lucía en las pantallas del lugar. Después, recordando la promoción de su última pieza de estudio, The Surprising” (gran tema), “Time for Bedlam” y “Birds of Prey”.

Llegó aquí el momento pináculo de la noche. Un solo a cargo de Don Airey que incluyó temas emblemáticos para México como su himno nacional o “Bésame Mucho”sumado piezas de jazz, música de cámara y una variedad de recursos técnicos y tecnológicos que dejaron boquiabierto a quien escribe éste texto. Simplemente fabuloso.

El grupo originario de Hetford siguió con canciones simbólicas para su carrera como “Perfect Strangers”homónima del disco de 1984 que marcó el regreso de la banda después de su separación, ocho años antes—, o “Space Truckin'”. Seguido a éste, un hito del hard rock y el heavy metal y uno de los temas fundamentales del rock: “Smoke on The Water”.

Ian Paice sugirió si queríamos una más, y la respuesta fue contundente. El encore nos presentó el cover de Joe South “Hush” y dio cierre a la fecha con otra composición esencial de la carrera de Purple: “Black Night”.

Con esto, quien alguna vez fue considerada la banda más potente del mundo regresó a nuestra ciudad. Aunque el lugar mostraba huecos, los asistentes compensaron la ausencia con mucha energía. A cambio, el grupo dejó muestra de su relevancia y sus dotes individuales que, en conjunto, dejan un espectáculo con pocas cosas que reprochar. Según los mismos miembros de Deep Purplela gira de su adiós pretende prolongarse lo más que se pueda. Mientras llega la despedida, esperamos volver a verlos. De no poder, damos gracias por sus 50 años de música y por dejarnos varias canciones en el soundtrack de nuestras vidas.