Ciudad: CDMX

The Offspring ofrecerá concierto en el Pepsi Center WTC

Conoce todos los detalles sobre la presentación de The Offspring en la Ciudad de México.

La banda liderada por Dexter Holland regresará una vez más a nuestro país, para ofrecer una serie de presentaciones a lo largo de la República Mexicana. Esta vez, los estadounidenses, llegarán para regalar a sus fanáticos un show que asegura estar lleno de sorpresas. 

The Offspring promete, con su basta discografía, preparar un setlist digno de sus fanáticos mexicanos para deleitarlos con una presentación larga e inolvidable. Aquí seguramente podrás escuchar temas como:  "You're Gonna Go Far, Kid", "The Kids Aren't Alright", "Pretty Fly (For A White Guy)", "Why Don't You Get A Job", "Self Esteem", entre otros de sus grandes éxitos.

Este evento se llevará a cabo el próximo 13 de octubre en las instalaciones del Pepsi Center WTC. Los boletos estarán disponibles a partir del lunes 17 junio a las 11:00 H. a través del sistema Ticketmaster, y en las taquillas del inmueble. A continuación te compartimos el costo de las entradas:

Don Ramon VIP: $1200

Box Superior $980

General: $700

Zona para discapacitados $700

Sección C $600

Recuerda que The Offspring se estará presentando en el  Tecate Comuna (Puebla), y en el Tecate Live Out, (Monterrey). No te puedes quedar sin verlos. Para más información, puedes consultar el sitio web de la banda.

San Cisco en SALA

Música sin distancias; sentimientos sin fronteras.

La música transporta, congrega multitudes y recorta distancias. La noche de ayer, nos brindó un ejemplo perfecto. Más de 14 mil kilómetros separan a México y Australia del globo terráqueo, pero ni siquiera esta brecha fue suficiente para evitar que San Cisco regresara a la capital mexicana para ofrecer un viaje musical sin fronteras, a través de nuestras propias emociones.

El cambio de venue no fue pretexto para que los seguidores de Jordi Davieson, Scarlett Stevens, Josh Biondillo y Jennifer Aslett aguardaran con emoción al exterior de SALA desde horas previas al concierto, mientras que el rostro de los asistentes más tardíos repetía el mismo gesto de sorpresa al observar la distancia de la fila al otro lado de la calle Puebla.

Una vez en el interior, tocó el turno de dar la bienvenida a Pequeño Fenix. Pese a ser una agrupación joven, recién mudada a la capital, el quinteto regiomontano cumplió de forma positiva su tarea de amenizar la noche durante los últimos momentos de espera con una breve dosis de sintetizadores, riffs distorsionados y letras melancólicas.

Tras su participación, el escenario estaba listo para recibir al acto principal de la noche. Las luces se extinguieron y las pantallas de los asistentes se suspendían en el aire para dar la bienvenida a San Cisco. Vistiendo pantalón, gorra y camiseta blanca, con la leyenda “Mexico City”, Jordi Davieson tomó su característica Gibson SG para borrar cualquier distancia al ritmo de “The Distance”.

Los primeros acordes de “Beach” bastaron para desatar la euforia de un público que desde el primer momento de la noche se mostró participativo, ansioso y lleno de energía. Tras el primer par de temas, llegó el turno de cambiar guitarra eléctrica por acústica y continuar la velada al ritmo de “SloMo” y “About You”.

La audiencia coreaba el nombre de la banda y Scarlett Stevens robaba suspiros con la interpretación de “Magic”. Sin darnos cuenta, la noche había llegado a la mitad del set y en esta ocasión, Davieson sustituía las cuerdas con el pandero para consentir a los asistentes con su tema insignia: “Awkward”.

El nombre de San Cisco fue coreado por segunda ocasión y el público fue recompensado con la interpretación de “Snow” y “Did You Get What You Came For”. Para este punto, el momento del encore estaba a punto llegar, pero la banda aún tenía preparada una sorpresa para compartir. “Estamos preparando un nuevo álbum, quizá salga en algún momento del próximo año”, aseguró el vocalista antes de despedirse del escenario con “Run".

Ante los aplausos y coros de la gente, Davieson regresó al entarimado, acompañado de su guitarra acústica, para estrenar un tema de su siguiente álbum. El público permaneció en silencio y observó con atención la interpretación de “Flaws”. Tras la ejecución del tema, el resto de la banda se sumaría al escenario para llevarnos de viaje con “Fred Astaire” y despedirse del público con “Too Much Time Together”.

Mención especial merece Scarlett Stevens, quien permaneció en el escenario hasta el último momento para saludar a los fans que se encontraban en la zona más cercana al escenario y entregarles el setlist de una presentación en la que el quinteto nos recordó que para el corazón y los oídos no existen distancias; la música es suficiente para derribar cualquier frontera.

Semana IR! 2019: Cuco + Wet Baes

El final ideal de la Semana IR! 2019.

Lo primero que uno puede notar cuando Cuco sube al escenario es que es alguien muy querido. Más allá de la música que le ha regalado al mundo, es alguien en quien la audiencia confía plenamente, un tipo que no titubea sobre el escenario y que recibe cada muestra de cariño con los brazos abiertos sin pestañear. Una semana dedicada a la música en vivo solo podía terminar con algo así: con una demostración de perfecta sincronía entre multitud y artista.

El día estaba diseñado para todo aquello. Antes de Cuco se presentó Wet Baes dentro del Foro Indie Rocks! solo para reafirmar un par de cosas que ya se sabían muy bien: es uno de los proyectos mexicanos más interesantes actualmente y han sabido hacerse de un séquito de fanáticos que parecen seguirlos a donde quiera que vayan. Con una nada modesta ejecución fueron los encargados perfectos para abrir una noche que solo podía terminar en éxito.

Después de que Wet Baes hiciera lo suyo, las personas respiraron aire fresco en un concierto especial. No solo la Semana IR! cerró con Cuco sobre el escenario, sino que lo hizo en el patio del foro, abierto a todas las edades y con un claro sentimiento de hermandad. La buena onda se respiraba por todos lados y cuando Cuco subió al escenario se creó una postal ideal de lo que esta semana representa: una pasión por la música que une personas.

Pero las sorpresas estaban por venir. En uno de los sets menos complacientes que se le hayan visto, Cuco y su grupo arrojaron muchas pistas de su primer disco que está próximo a salir. En sus manos la música nueva fue la mejor arma para un set que osciló entre la incertidumbre de la experimentación y la tradición de la familiaridad. Por cada éxito que el foro entero coreaba, había un par de canciones nuevas que se asomaban para sorprender. Si el disco es algo parecido a aquellas piezas, entonces poco hay que preocuparse por él.

Entre los momentos más icónicos del concierto estuvieron “DameLove” con todo y una Girl Ultra siempre infalible acompañándolo en el escenario, “Lover is a Day” con una nostalgia impulsada a niveles épicos por su banda, su nuevo éxito “Bossa No Sé” y una “Amor de Siempre” que retumbó en las paredes del lugar con fuerza, cantada al unísono por un público que la conoce a la perfección.

A final la tarde fue una perfecta resolución. Una Semana IR! más se agrega al historial de ediciones exitosas con un día que tuvo todo para ser recordado como se debe. Viene un Recovery Sunday para procesarlo todo y empezar a contar los días para la semana de 2020. Ahí nos vemos.

Ed Maverick en el Lunario del Auditorio Nacional

Nace una estrella.

Hace unos meses, la mayoría de aquellos que nos acercamos a los 30 años de edad, no teníamos ni idea de la existencia de Ed Maverick. Cuando se anunció que se presentaría en el Lunario, nos sorprendimos aunque no tanto como cuando nos enteramos que en cuestión de horas se habían agotado los boletos, repitiendo la hazaña con una segunda fecha. Desde ese momento, me propuse asistir a esos conciertos y responder la pregunta que muchos nos hemos hecho a lo largo de estos meses: ¿cómo un chico de 18 años logró tanto en tan poco tiempo?

Llegué media hora antes de lo pactado en el boleto, sin embargo el Lunario ya se encontraba lleno. La mayoría de los asistentes o eran menores de edad o a penas rebasaban los 18 años, eran chavitos pues; una nueva generación con un nuevo ídolo.

Pasando las 20:00 H, Ed Maverick y sus amigos (porque más que banda se trataba de un grupo de amigos) subieron al escenario acompañados de un grito ensordecedor. Tardó un minuto en empezar, afinó su guitarra, dijo hola y empezó. No había dicho ni media palabra cuando el público reconoció la canción y cubrió con su canto la voz del chico de chihuahua parado frente a ellos, armado con una guitarra y un micrófono.

De inmediato reconocí a los músicos que lo acompañaban y destaqué al bajista: Diego Puerta aka Dromedarios Mágicos, otro chico folk, alguien que en cualquier otra escena debería de estar dedicándose a morir de envidia porque un novato estaba logrando lo que él no había podido conseguir, sin embargo ahí estaba, ayudándole en los coros, con el bajo y con los chistes, haciéndolo sentir respaldado en la que probablemente era la noche más importante de su vida hasta ahora y quizás el momento en el que más nervioso podría estar.

Y a todo esto ¿qué tocó? Sonaron canciones de sus dos materiales, tanto de aquel primero que escribió mientras asistía a la prepa en Chihuahua y le ganó la fama, como de Transiciones el disco que describe perfectamente el momento en el que se encuentra hoy, mudándose a la Ciudad de México con tan solo 18 y tener que ser independiente de la noche a la mañana, teniendo que “aprender a hacerme un huevo, una maruchan o un huevo con maruchan” según sus palabras.

No hubo más que una invitada, Braty, con la cual interpretó “Ropa de bazar” en la poco más de una hora que duró el show, breve para muchos pero con un par de materiales no había forma de que durara más.

A las afueras solo se veían caras sonrientes de una generación nacida y criada por completo en el nuevo milenio que acaban de vivir el nacimiento de un nuevo ídolo, porque eso es a lo que Ed Maverick apunta, quiera o no, a convertirse en el ídolo de una nueva generación a la cual pertenece y da voz.

Semana IR! 2019: TR/ST (Late Show)

TR/ST extinguió nuestras almas en una noche de baile y euforia.

Cuando se trata de TR/ST se puede pensar en un ambiente oscuro lleno de baile, una liberación de energía donde la euforia y la pasión se pueden observar en los rostros y movimientos de Robert Alfons y compañía. Sin embargo, la segunda presentación que ofreció el artista en el Foro Indie Rocks! trascendió las barreras físicas, creando una una conexión única de cariño con sus fans y entregándose en cada canción, principalmente éxitos de su reciente disco The Destroyer — 1.

Los primeros sonidos alcanzaron nuestros oídos y ya se podían observar las cabezas de Esther Munits (sintetizadores) y Lia Braswell (batería) moviéndose de un lado a otro como un ejercicio de calentamiento, hasta que Robert Alfons apareció en el escenario para comenzar con “Bicep” e inaugurar una noche de destrucción. Alfons se observa libre brincando de un lado a otro sobre el escenario, sin temor, como si no existieran límites, controlando todo a partir de su mente. Después de un silencio, las luces apuntaron hacia su figura que se sujetaba con fuerza sobre el micrófono para dar paso a “Gone”.

La potencia con la que sonaba cada golpe en la batería se hizo evidente en “Bulbform”, mientras la velocidad del palpitar de unas luces rojas desaparecía con la silueta de Robert que emergía en diferentes lugares como si se tratara de un acto de magia. Uno de los momentos más intensos fue “Poorly Coward”, donde cada nota sonó como un estruendo que nos llevó a un delirio total, alucinación que se extendió con una de las más aplaudidas “Bloom”.

“Control Me” y “Are We Arc?” nos llevaron por un viaje de sonidos ambientales y espaciales, que sedujeron junto con la voz distorsionada de Alfons. Placer que se fue transformando en sombras que se retorcían mientras sonaba “Gloryhole”, en una sesión desenfrenada de baile y cuerpos desvaneciéndose entre el humo y sudor. Mientras que “Grouch” y “Unbleached” detonaron ese sonido electro goth que produce escenarios nebulosos de perdición.

La locura se desató en “Dressed for Space”, la materia de los cuerpos se transformó en diferentes formas, que tomaban su estructura original y volvían a sufrir cambios al compás de las voces que corearon cada verso de la canción. En este momento Robert Alfons agradeció la asistencia de su público, aunque ya lo había hecho repetidas veces. Después de la demencia vino un momento más tranquilo con “Destroyer”, sencillo que será incluido en The Destroyer — 2, un teclado relajado y una batería punzante resonaron mientras el cantante permaneció en el centro del escenario iluminado por una serie de luces blancas que erradicaron el misterio por unos momentos. “Sulk” fulminó con nuestros cuerpos entre vibraciones intensas y aplausos que se fueron difuminando en la lobreguez del recinto.

El encore constó de tres canciones: “Colossal”, “Wake With” y “Peer Pressure”. Los visuales dibujaban un contorno de fuego sobre Robert Alfons, eran las puertas de ese mundo infernal rodeado de colores sombríos y formas brumosas, donde eres arrastrado por sonidos densos y voces deformadas. Era el anuncio de que ‘el destructor’ tenía que regresar después de extinguir nuestras almas.

Sébastien Tellier en el Teatro Ángela Peralta

Rain or shine, una noche nublada con Sébastien Tellier

¿Qué podemos decir que es la buena vida? ¿Dinero? ¿Fama? ¿Poder ir a muchos conciertos? La respuesta es subjetiva. Pero en lo personal, la buena vida suena como un concierto de Sébastien Tellier a la luz de la luna.

Con motivo de su 13 aniversario, Warp llevó a cabo un concierto compuesto por cuatro actos. Donde se presentaron Ana Rizo, Fer Casillas y el dúo alternativo, Love La Femme. Además, claro, de la presentación estelar del músico ymultiinstrumentista, Sébastien Tellier.

Rain or shinees decir, con lluvia o buen tiempo, el evento se lleva a cabo. Esa fue la leyenda que leí antes de dirigirme al evento. Cargué solo con una cazadora esperando a que no se convirtiera en pouring —lluvia torrencial en inglés— or shine. Y me encaminé hacia el Teatro Ángela Peralta, un foro al aire libre. Al llegar, las gotas no cesaban. Comencé a escuchar murmullos de la poca gente que esperaba en las afueras del recinto. Algunos decían que quizás cancelarían el evento, y yo solo podía recordar: “rain or shine”.  

Según el programa, a las 17:30 H, Ana Rizo subiría al escenario para abrir el evento. Pero no fue así. Éramos aproximadamente 30 personas para las 18:00 H, y la lluvia seguía. A los pocos minutos, la cantautora proveniente de Michoacán entró al escenario. Y con solo su guitarra, comenzó a interpretar “118”. La sutileza de la melodía se presentó como la mancuerna indicada para el clima que poco a poco comenzaba a mejorar. “Curiosidad”, “Welcome To My House” y un sencillo inédito, fueron los temas que se encargaron de cerrar su presentación y darle pie al segundo acto.

La, ahora, brizna permitió que más asistentes llegarán al foro. Entusiasmados, le dimos la bienvenida a Fer Casillas. Quien, desde los primeros segundo, llamó la atención del público con su melodiosa voz. Recorrimos algunos sencillos de Imágenes de Olga (2019) —su más reciente material discográfico—. Para terminar con un “Bajo el sol”. Sencillo de su primer EP, Strangers.

A una hora de la presentación estelar, la lluvia cesó por completo. Poco a poco la vista dejó de ser obstruida por coloridos paraguas. Y así llegó el turno de escuchar a Love La Femme. El primero en salir fue Pablo Valero, seguido de Marión Sosa. Con una guitarra y el retumbo de un tambor, el dúo mexicano comenzó su set. “Lipstick Letter” fue el primer tema. Para cuando tocaron “Entre tu piel”, noté que mi pie comenzaba a moverse. La mojada comenzó a valer la pena. Pero al darme cuenta que era de las pocas personas que lo estaba disfrutando, mi ánimo decayó. Quizás fue el público o el momento, o pudo haber sido una mala interpretación. Sin embargo, era notorio que la mayoría no estaba ahí por los tres primeros actos.

El dúo terminó su presentación. Y para este momento, el Teatro Ángela Peralta —que está próximo a cumplir 80 años— tenía más vida. Un hombre salió y la mayoría del público de pie, comenzó a tomar asiento. Sin embargo, no era el cue para el acto estelar. Sino el anuncio de que, nuevamente, Ana Rizo subiría al escenario para tocar su set.

¿Qué habrán pensado las 30 personas que estuvimos desde el inicio? La duda comenzó a invadirme hasta que vi levantarse a una familia que había llegado conmigo. Y ahí encontré la respuesta.

Ya eran las 21:00 H. El foro se divisaba completo. No llovía, y el aire corría. La noche cayó pero la esperanza en mí no. En unos minutos, Sébastien Tellier subiría al escenario y cada gota valdría la pena. Estaba segura que esa familia se arrepentiría por no haberse quedado.

Había velas al ras del escenario, las luces se apagaron y una luz enfocó al músico francés. Él bajó las escaleras y se paró sobre el proscenio para darnos la bienvenida. Segundos después, se sentó frente a su piano y comenzó a hacer lo suyo. Pasamos por clásicos como “Roche", “L'amour et la violence”, “Look” y claro, “La ritournelle”. ¿Era esto la buena vida?

Entre las canciones, Tellier pausaba y aprovechaba para interactuar con el público. Nos contó que de pequeño cometió el mayor error de su vida: escoger estudiar alemán en lugar de español. Reímos con él. Y así la plática se llevó las quejas. Por segundos, la iluminación del foro, la oscuridad de la velada y el sonido del piano se hacían uno. Todos los elementos nos envolvían en un ambiente ajeno al caos citadino que esa noche se llevaba a cabo a nuestro alrededor.

De pronto, entre sus intervenciones, el músico comentó que a partir de ese momento, comenzaría a improvisar. Volvimos a reír con él. Pidió sugerencias al público y subió a una joven al escenario; su nombre era Mariana. Sébastien le pidió que mencionara a un cantante icónico de México. Quizás para hacer un cover de él. Escuché el nombre de Juan Gabriel, inclusive el artista lo repitió. Pero no pasó a más. Entre el ruido del público, despidió a Mariana y siguió con el show.

Iban a dar las 22:00 H, y el músico nos advirtió que el fin estaba cerca. Estábamos seguros que no. Tras finalizar el tema, Tellier se despidió. Todos nos quedamos en nuestros asientos, gritando al unísono. “Otra, otra”. Pero no regresó. Era el final. Quedé confundida por unos segundos, no entendí en qué momento todo llegó a su fin.

¿Escuchar a Sébastien Tellier a la luz de la luna era la buena vida? En esta ocasión no estuvo ni cerca. Los momentos fueron efímeros, tanto así que pasaban casi sin darse cuenta. El final tan abrupto me hizo poner en perspectiva el evento. Miré hacia arriba y no vi estrellas o siquiera la luna. Era una noche nublada. Analógicamente, me encontraba en un evento nublado por los cambios meteorológico y problemas técnicos. Nubes que no dejaron disfrutar a las grandes estrellas que se presentaron. Pero ese era el riesgo, un evento rain or shine.

Semana IR! 2019: Cloud Nothings + El Shirota

Aquí y en ningún lugar: Cloud Nothings y El Shirota.

Si al día siguiente del jueves 7 de junio del 2019 tuvieron una plática de elevador, seguramente mencionaron la lluvia. Porque la lluvia es un catalizador de conversaciones sin sentido. “Qué fuerte estuvo ayer el agua, ¿no?”. “Híjole, acababa de lavar mi carro y ayer se cayó el cielo”. “Ayer llegué medio tarde a un concierto por la maldita lluvia”. Y sí, la ciudad se convierte en un caos pero hay cosas un poco más relevantes de las que se podría hablar. Porque justo ese jueves, era jueves de Semana IR!.

Poner etiquetas determinantes no es lo mejor siempre, pero si nos viéramos en la necesidad, el jueves era jueves de guitarras. En puerta estaba la presentación de una banda mexicana que goza de la privilegiada recomendación de boca a boca: El Shirota; y también el regreso a la CDMX de un proyecto que parece incansable: Cloud Nothings. Quizá esto sea una reflexión innecesaria, pero es muy reconfortante ver cómo el Foro Indie Rocks! se ha consolidado como uno de los lugares para ver a muchos artistas que, tal vez, en otro recinto no tendrían cabida. Y con las remodelaciones recientes, ha quedado mejor que nunca.

Podrás decir muchas cosas sobre El Shirota, pero nunca que son una banda sateluca. Para los hermanos habitantes de la zona de Tlalnepantla de Baz, hay ciertos códigos. Así como en los suburbios de zonas lluviosas o frías en Estados Unidos, muchos adolescentes se dedicaban exclusivamente a tocar y escuchar música en sus habitaciones para resguardarse de las inclemencias del clima, los muchachos de El Shirota parecen emular las prácticas, aunque yo lo ataño más a que para llegar a cualquier lugar en la CDMX desde allá, se necesitan por lo menos, 50 minutos de auto. De las escuchas, de los ensayos, El Shirota ha logrado consolidar un estilo que es difícil encontrar en las propuestas locales. En una entrevista reciente con Indie Rocks!, Nacho comentaba que sus gustos musicales van evolucionando, que no necesariamente tienes que gritar para ser honesto con tu música. Seguro que hay por ahí un “purista” que diga: “ya no son tan chidos como antes”. Pero también habrá 10 personas más que opinen que deben seguirle la pista. Sobre todo si se les ve en vivo. Son de esas bandas que, sin darte cuenta, has visto sin parpadear por más de cinco minutos. Enérgicos, buenos músicos y con mayor madurez, El Shirota y sus nuevos sencillos, están listos para dar un paso a la élite de la escena local.

Después de una vuelta por el patio buscando cervezas o algo para comer, se escuchó alguna voz dentro del Foro. Ya estaban sobre el escenario. Habían pasado algunos años desde que Cloud Nothings habían venido a México. Dentro de ese periodo, la banda de Ohio había sacado dos discos consagrantes. Tanto Life Without Sound y Last Building Burning, habían sacado lo mejor del proyecto de Dylan Baldi. Lo que comenzó como maquetas hechas en GarageBand, había culminado en Sonic Ranch, uno de los estudios con más reconocimiento a nivel mundial. La mano de productores se nota en canciones como “Modern Act” o “Leave Him Now”, en donde combinan lo mejor de la esencia de la banda. Una crudeza ligera, alboroto calculado, gritos desbordantes pero mesurados. Cloud Nothings es un proyecto que discurre en diferentes estilos y géneros musicales. A veces parecieran hermanos de Real Estate y a veces de Titus Andronicus. Los contrastes son necesarios.

En vivo se notan cohesionados. Con visuales de Adult Swim o sin ellos, con los monitores bajos para el baterista o hablando con una sola persona del público, no tienen muchos más aspavientos pero las canciones hablan por sí mismas. A veces pareciera que es la banda de tus amigos de la prepa evolucionada. Como si esa tocada en la que por fin pudiste besar a tu persona favorita después de aguas adulteradas se proyectara a un escenario profesional. Y eso es una virtud que a veces se pierde entre el creerse estrella de rock. Es obvio que Cloud Nothings no son Tame Impala o Muse, pero tampoco quiere serlo. La intimidad parece irle de maravilla. “On an Edge”, “The Echo of the World” o “Stay Useless” sonaron como deben sonar. Dijeron que les gustaba venir a México y a nosotros nos gusta que vengan. Son una banda que encumbra tiempos turbulentos pero disfrutables. Tiempos de cambios, de amigos que se van, de amores que no duran lo que se quisiera. Tiempos de descubrimientos, de decepciones, de gritos por las noches y aprendizajes que forjarán una personalidad.

Con lluvia o sin ella, la Semana IR! 2019 tuvo otra noche que en algunos años se recordará con una sonrisa y no solo como una plática de elevador. También, dentro de esos años quizá haya nuevos discos y canciones de dos bandas que, sin lugar a dudas, valen las reproducciones que se les dediquen.

Semana IR! 2019: Inner Wave + Boson de Higgs

Inner Wave nos sedujo con introspección y dulces ritmos para bailar.

La Semana IR! no afloja en su velocidad e intensidad, ya que la noche de ayer volvimos a tener una perfecta presentación con talento nacional e internacional. Además de la increíble música, las instalaciones del Foro Indie Rocks! volvieron a ser remodeladas, brindando ahora un espació aún más cómodo y moderno. Cada vez, más y más, el venue se convierte en un espacio sin igual; la mejor sensación para describirlo es como llegar y ser recibido por la calidez de tus amistades con la cerveza más fría del mundo.

Si algo definió la jornada de ayer, fueron las mezclas de géneros. La banda telonera en esta ocasión fue la capitalina Boson de Higgs, con una deliciosa combinación de synth pop con lo-fi. Durante cerca de media hora nos deleitó con canciones como la movida “Géminis”, la tierna “El Observador” y la romántica “Duele y lo sabes”, además de otras canciones de su primera producción discográfica: Años Luz (2019), próxima a salir. Al concluir, fueron increíblemente despedidos por los presentes, mientras aventaban unas playeras para la audiencia.

Todavía esperamos unos minutos para empezar a disfrutar a Inner Wave, banda que ha empezado a tener un ascenso en su carrera gracias a su calidad musical. Además de talentosos, tres de los integrantes: el frontman Pablo Sotelo, el bajista Jean Pierre Narvaez y el guitarrista Elijah Trujillo, se conocen desde secundaría, teniendo una singular conexión que se ve en sus canciones y en el escenario.

Los gritos empezaron desde antes que saliera formalmente Inner Wave, ya que al ser todavía una “banda pequeña”, no tienen roadies o ayudantes para hacer el setup del escenario por lo que los integrantes salieron a hacerlo ellos mismo. Después de unos minutos, oficialmente regresaron y abrieron con la eclética “Why'd You Have To Act Like That Though” y la tranquila “Oof”, ambas de su más reciente EP, wya (2019).

Los fans de la banda, tanto en el primer y segundo piso del foro, se sumieron inmediatamente en una espiral hipnótica por la letra de las canciones, así como suaves melodías. Continuaron algunas piezas de su salvaje disco Underwater Pipe Dreams (2017), que tienen casi 20 canciones. Disfrutamos esta etapa de la banda que mezcla synth wave con beats latinos y hasta R&B, con “Song 3” y sus salvajes riffs en la guitarra, la alegre “Jerry”, y “Bower”, con su coro pegajoso.

Después tuvimos un momento sin igual, ya que tocaron un divertido cover de “La negra Tomasa”, de Guillermo Rodríguez Fiffe, y con esto, se ganaron en definitiva el corazón de todos sus fans. La noche continuó brindando música desde para bailar con emoción hasta para quedarse quieto disfrutando mientras uno cerraba los ojos.

Posteriormente, llegó el momento de tocar algunas de las canciones más antiguas, por lo que nos deleitaron con la mágica “Diamond Eyes”, que nos arropa y nos lleva por un viaje interestelar mientras acariciamos el cosmos. O la intensa “American Spirits”, cargada de energía y ritmo acelerado.

Con decenas de canciones a espaldas de la banda, los fans pedían continuamente por sus favoritas. Una chica todo el concierto estuvo gritando por “Blacklight”, que desafortunadamente no la tocaron, y tampoco, el clásico encore. Aún así, el concierto no pudo terminar mejor complaciendo a absolutamente todos con dos piezas que nos revitalizaron.

La primera fue “1 4 2” con su genial armonía que va creciendo con todos los instrumentos en una explosión con toques de psicodelia. Y la segunda, la que posiblemente todos esperábamos: “Eclipse”, con esa melodía en la guitarra que te derrite con las primeras notas mientras entra en contrapunto la voz con ‘Try it's right there for your eyes’. Y así, los integrantes de Inner Wave se despidieron mientras los fans solicitaban a gritos más música.

Con esto terminamos el tercer día de la espectacular Semana IR!, que sigue proporcionando una gran curaduría de música para todos los gustos y proporcionando un abanico de emociones.

Catfish and the Bottlemen en El Plaza Condesa

Aquí la energía no baja.

A las 20:59 H la música de fondo, destinada a llenar el silencio de un recinto semi lleno, se detiene. Las luces se apagan para dar la señal de que es momento de avanzar un poco más al frente del lugar pues el concierto está por comenzar. Algo tienen los británicos que les encanta subir al escenario con clásicos de la música de los 60 y 70. La elección de Catfish and the Bottlemen es “Ain't That a Kick in the Head” de Dean Martin. El pop ligero marca un contraste interesante al ver salir a Van McCann con sus instrumentos y look rockero.

“Longshot”, sencillo de su más reciente disco, fue creada para ser la manera perfecta de comenzar un concierto. Suena un profundo “Go” seguido de los primeros acordes de guitarra, batería y bajo. Gritos de emoción inundan el recinto y hasta opacan un poco la voz de Van. Al terminar, solo unos segundos pasan para comenzar la siguiente canción: “Kathleen”. “Come on Mexico City!”, parece que ya les contaron del potencial de los mexicanos para crear el mejor ambiente. Literalmente, todos comenzamos a brincar al ritmo de la música.

Apenas llevamos 10 minutos y ya hace calor. En la mirada de Van se nota intriga, la melodía de “Soundcheck” comienza y él nos señala pasándonos el micrófono. Las paredes de El Plaza se llenaron de nuestra voz al unísono. Tal vez no es un sold out, pero es algo mejor que eso. Quienes estamos aquí somos verdaderos fans. No hay relleno. ¿Cómo lo supe? Todos optamos por corear cada palabra de cada canción en lugar de sacar el celular para postear en redes sociales. Y lo mejor es que sí nos las sabemos. Todas aparentemente.

Por ahí dicen que todas las canciones de Catfish and the Bottlemen son iguales. Y, por supuesto que tienen un sonido muy definido, pero en lugar de parecer una misma canción resulta que todas podrían ser sencillos y hits. Todas son crowdpleasers. Por eso, aquí la energía no baja. No hay un momento de respiro, porque cuando ya acabó la canción preferida con la que gritaste más, ya viene la otra que te hace gritar igual o más.

Se nota la emoción de los galeses de visitarnos por primera vez. Lo están dando todo. No solo se nota en el sudor que deja mojadas sus cabezas, sino en la improvisación de solos de batería y guitarra casi al finalizar “Business”.

This i sour first show here. Thank you for this night, for coming to see us. We are Catfish and the Bottlemen and this song is called Tyrants. Siempre terminan con esa canción.

Las luces se prenden. ¿Y el encore? Todos comenzamos a salir, ligeramente decepcionados de que haya terminado. Se pasó muy rápido, pero el setlist fue perfecto. Definitivamente, al TOP 10 de conciertos de más de uno.

Semana IR! 2019: Lee Fields & The Expressions + Orestes Gómez

Cómo incendiar el alma con el poder de una voz.

Si por algo se ha caracterizado la Semana IR! es por ofrecer un abanico de propuestas que no siguen una línea de género o época. Cada año son capaces de complacer quizá al fan que creía que su artista no pisaría tierras mexicanas o también, hay quienes depositan su confianza en la selección y van para disfrutar y conocer.

En la línea del soul y funk, así como en 2018, se lucieron con la noche engalanada por Curtis Harding, esta vez el encargado fue Lee Fields y su banda The Expressions. Una presentación que, teniendo en cuenta todo lo dicho, estuvo colmada de presentes ilusionados con sentir vibras genuinas de esta música que tuvo su auge allá en los 70, y qué mejor que con un personaje que labró sus comienzos en esos mismos años.

Para inaugurar la noche, el productor y percusionista venezolano Orestes Gómez tomó el escenario, ahí, al centro, con su batería, pad y demás herramientas. Aunque no fue la mejor combinación por lo que estaba por venir con el acto principal y que también, Gomez sufría de los primeras señas de las fallas de audio que se avecinaban, resultó interesante tener una propuesta tan diferente como parte de los invitados a la Semana IR!. Dicho sea de paso, que no se acompañara de más músicos y que algunos instrumentos fueran pistas grabadas, le restó espectáculo. A veces no se distinguía bien lo que sonaba; lo bello, virtuoso, ambiental y hasta atmosférico que llega a ser su música en el stream y en las versiones de estudio, difícilmente se pudo igualar la noche del 4 de junio. Nos quedamos con ganas de escuchar en esplendor pistas como “Naua”, “Mala Maña” o “Calma Indefinida”.

Pasadas las 22:00 H y con las ansias a tope, salió la banda para hacer acto e ir moldeando el ambiente entre acordes y golpes de vientos de trompeta y saxofón. Benny Trokan, su guitarrista, presentó de manera estelar a: Mr. Lee Fields quien, con un saco de brillantes, se robaba toda la atención sobre el escenario.

La noche prometía pero... Comenzaron los inconvenientes. Desde la primera canción ("I'm Coming Home") se escucharon algunas fallas en el audio, algunos instrumentos más altos que otros, faltaba algo de claridad en lo que salía de los altavoces y, lo más importante, el micrófono de Lee no transmitía casi nada de sonido, lo cual, fue identificado por todos los presentes que a pesar de la gran y potente voz del nacido en Carolina del Norte, no se escuchaba más allá de los primeros metros del escenario. La banda continuaba con su set, pero las cosas no mejoraban, y eso que el público aplaudía al ver la entrega de Fields al mismo tiempo que reclamaba las fallas.

Después de pasar sin mucha emoción una de las que más se querían escuchar en la noche ("It Rains Love"), el show se tuvo que suspender unos minutos para arreglar los inconvenientes, mismos que afortunadamente después de algunos cambios, fueron mitigados. The Expressions repitió un acto de introducción y de nuevo presentó al mítico hombre del soul a tiempo de "You're What's Needed In My Life". De Inmediato las cosas se fueron al éxtasis, la ardiente voz de Lee erizaba la piel, estremecía las emociones, no perdió más tiempo y entonces soltó algunos de sus más grandes hits; "Ladies", "Will I Get Off Easy", "Wake Up" (este último par de su más reciente álbum) y coronar la primera parte de su set con una versión descomunal de "Faithful Man", que llevó las sensaciones del caos a la calma, de la serenidad a la locura, y todo conducido por la voz más espectacular de toda la noche en la que Lee no se guardó absolutamente nada.

La gente siguió ahí, fiel y esperando por más. Parecía que esto no había durado nada con todo y ese medio tiempo tomado para solucionar los problemas con el sonido. Porras y aplausos no faltaron en el encore y la banda salió de nuevo para lucir una ejecución exquisita y deliciosa de "All I Need", dejando ver que parte de la magia también era causada por sus intachables instrumentos. La joya de la corona fue puesta con "Honey Dove", no la pieza más álgida de su repertorio pero sí una de esas que queman a fuego lento y donde de nuevo, el frontman iba exponer de lleno su voz, y así fue. Por si fuera poco, llevando la pieza de estudio a niveles insospechados para lograr un final más que épico donde Fields prácticamente desgarraba su garganta sin restricción.

Desafortunados aquellos que no tuvieron la paciencia para esperar a la reanudación del show, si ya habíamos esperado por uno de los bastiones del soul más de 20 años, esperar unos minutos más no era nada. Para todos los que aguardaron ahí, fueron totalmente recompensados y más, quizá, en el recuento final Lee Fields quedó a deber algunas canciones de su primera época porque prácticamente todas las canciones de la noche abarcaron sólo sus últimos 10 años de carrera; de My World (2009) a It Rains Love (2019). Quizá al ver la conexión y magnifico recibimiento que tuvo en la Ciudad de México, vuelva pronto para seguir repasando su catálogo con sus fans mexicanos, para hacer que llueva amor (literalmente porque fue parte de los diálogos de la noche), para encender almas con el poder de su voz.