Entre retrasos y fallos técnicos, Disclosure movió a la Ciudad de México.
La noche prometía ser épica desde que las taquillas mostraban el cartel de sold out y los fans se aglomeraban ansiosos en el Pepsi Center WTC para ver a Disclosure. Tras una larga espera, los hermanos Guy y Howard Lawrence, conocidos por su distintivo deep house y garage house, finalmente tocarían en la capital mexicana.
El show comenzó con una explosión de energía cortesía de la DJ y actriz Camila Valero, quien inauguró la velada con un set cargado de ritmos vibrantes y un juego de luces hipnótico. Aunque Valero logró prender los motores del público, la expectativa por ver a Disclosure comenzó a generar impaciencia. El DJ Mau Moctezuma tomó el relevo, prolongando aún más la espera. A pesar de que su set fue sólido, con una mezcla de deep house y elementos disco que hicieron vibrar el recinto, la audiencia ya demandaba la presencia del dueto británico.
Finalmente, cerca de las 23:01 H, los chiflidos y el descontento de los asistentes fueron silenciados con la esperada aparición de Disclosure. El dúo arrancó y tras calentar a su público, sonó "F for You", elevando la energía de los fans desde el primer segundo. La noche avanzó con más hits como "Douha (Mali Mali)", donde los asistentes levantaron las manos al ritmo, y "White Noise", que provocó una explosión de baile en el recinto.
Uno de los momentos más memorables fue cuando sonó "Latch", canción que marcó la cúspide de la emoción. No obstante, la presentación sufrió un tropiezo a las 00:34 H, cuando una falla técnica en la consola detuvo el show por más de 10 minutos. Aunque el parón frenó el rush que se había generado, el tema "Omen", con la colaboración de Sam Smith, regresó la intensidad y conectó nuevamente con los asistentes.
A pesar de los problemas técnicos y el retraso, Disclosure logró cerrar la noche con fuerza. Pasada la medianoche, los hermanos tocaron "Holding On", que mantuvo a la audiencia bailando hasta el final. La culminación llegó con "She’s Gone, Dance On", dejando una sensación mixta en el público, entre el éxtasis del cierre y el pequeño sinsabor de los inconvenientes previos. Sin duda, la energía y potencia de la presentación de Disclosure brillaron, pero los retrasos y fallos técnicos restaron puntos a lo que pudo haber sido una noche perfecta.
