Un amigo como tú

Un amigo como tú. Ida y vuelta en el rumbo de la vida.

Steve Dallas y Ben Baker son amigos desde la infancia. El primero trabaja en un noticiero televisivo como el encargado de dar el clima, es mujeriego y lleva una vida superficial y despreocupada; mientras que el segundo es un vegetariano de recalcitrantes convicciones y muy conflictivo, que continuamente se mete en líos, vive de una forma desordenada y se la pasa fumando droga con su mejor amigo, Steve. La vida de cada uno trascurre sin grandes novedades, hasta que el padre de Ben fallece, y el rumbo de sus vidas ya no será el mismo.

Steve y Ben se ven obligados a embarcarse en un viaje al antiguo hogar, que a su vez es el inicio de un viaje más grande para ambos, ya que no solo se reencontraran con viejos conocidos (no todos muy amigables con ellos) sino también con su pasado, y un legado que los obligará a replantearse su vida, sus prioridades, y hacia donde quieren (o tienen que) ir.

Dirigida por Matthew Weiner (quien estuvo en México hace un par de meses), mente maestra creadora de la serie Mad Men, Un amigo como tú es un drama con algunas pinceladas de comedia, sobre dos personajes que han llevado una vida que parece conducirlos a un callejón sin salida. Cuando tienen que atender los funerales del señor Baker, ambos se ven enfrentados a una serie de decisiones y pugnas que los hace reflexionar sobre el como han vivido sus respectivas vidas, y preguntarse si lo que han hecho ha valido realmente la pena. A partir de ello, lidiarán con estas decisiones y Steve tendrá que averiguar si desea continuar con una existencia cómoda y glamorosa pero en el fondo muy vacía; mientras que Ben se verá obligado a admitir que tiene problemas emocionales muy serios y que necesita ayuda. La resolución para cada personaje llega de forma distinta, y el desenlace al que estas vueltas de timón les conduce no necesariamente es el idóneo.

Un amigo como tú es un agridulce relato que aborda temas como la responsabilidad, la amistad, la libertad y la soledad; y delibera sobre como el pasado puede ser a la vez referencia y lastre, pero también punto de partida y brújula que señale un destino, una dirección que puede llevar o no a un mejor lugar, pero que solo se puede saber encaminándose a ella. Todo esto contado de forma clara, directa e ingeniosa, apoyándose en imágenes que son a un tiempo sutiles pero contundentes, y apelan a que el espectador traté de leer un poco entre líneas. Una cinta inteligente y sensible, con el sello de Matthew Weiner, y con las cualidades que hicieron tan grande a Mad Men.