Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Ya han pasado 38 años desde que George Lucas tomó por sorpresa al mundo entero con una película de ciencia ficción que marcó el inicio de una de las franquicias cinematográficas más populares de la historia y tuvieron que pasar 10 años desde el estreno de su última entrega, Star Wars: Episode III - Revenge of the Sith, para que pasara lo que muchos creíamos imposible: poder ver una vez más en un cine otra cinta de Star Wars, con la cual además comienza una nueva trilogía.
Han sido muchas y muy diversas las reacciones que se han dado desde que hace unos años se confirmó la realización de Star Wars: The Force Awakens con J. J. Abrams -considerado ya por varios cinéfilos y la crítica especializada como el digno heredero de Steven Spielberg- en la dirección y con un elenco encabezado por una combinación efectiva de actores jóvenes con otros más experimentados que son emblemáticos en la franquicia por su participación en la trilogía original.
Pasaron los meses y poco a poco fueron apareciendo algunos avances de la tan esperada película en forma de imágenes, videos y uno que otro tráiler oficial que funcionaban para emocionar a los warsies –nombre con el que se identifica a los fans de Star Wars- y generar diferentes expectativas sin mostrar realmente mucho sobre la nueva historia, misma que fue conocida hasta el momento en el que The Force Awakens por fin se estrenó.
Desde que las luces se apagan en la sala de cine, dando pie al inicio de Star Wars: The Force Awakens con la ya conocida frase "Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...", seguida por la mítica música compuesta por el gran John Williams, todas las expectativas y dudas quedan a un lado para que dé comienzo una experiencia cinematográfica llena de nostalgia que desde un principio nos remite a la primera entrega de la franquicia galáctica debido a la presencia de elementos muy similares en la trama y al buen manejo del mismo estilo visual.
La historia comienza tres décadas después de lo sucedido en Star Wars: Episode VI - Return of the Jedi con un Luke Skywalker que está desaparecido y es buscado desesperadamente por toda la galaxia, un piloto y un androide con una importante misión, la inminente amenaza de una imponente arma más poderosa que la Estrella de la Muerte y un nuevo conflicto galáctico que es planteado rápidamente, esta vez representado por la Resistencia, una nueva versión de la Alianza Rebelde, y la Primera Orden, que ha surgido a partir de los restos de lo que alguna vez fue el Imperio.
Mientras comienza a desarrollarse la trama, Abrams nos presenta a los nuevos protagonistas de la franquicia reinventada: un piloto temerario con madera de líder, un pequeño androide que representa para una nueva generación lo que en algún momento representó R2-D2 para los fans de la primera trilogía, un Stormtrooper desertor que decide hacer lo correcto e intenta buscar al héroe que vive en su interior, una joven recolectora de chatarra que en realidad es mucho más de lo que parece y un villano que se deja llevar por el Lado Oscuro para convertirse en el heredero de Darth Vader.
Star Wars: The Force Awakens es una película que está bien hecha y en la que cada uno de sus detalles han sido cuidados para cumplir con los fans que han estado esperándola por mucho tiempo, sin duda es mejor que la segunda trilogía de la franquicia y consigue quitar la sensación de decepción con la que varios se quedaron luego de ver los innecesarios episodios I, II y III; lo único que tal vez se le puede criticar es que no se arriesga tanto y se va a la segura al ofrecer una historia que repite una fórmula ya probada en la primera cinta en lugar de buscar algo distinto, así que al final se puede sentir que hay cierta falta de originalidad.
Al final, el séptimo episodio de Star Wars es justo lo que la mayoría esperaba, logra darle una nueva vida a una franquicia que siempre ha estado presente y representa un nuevo fenómeno cinematográfico del cual vale la pena ser parte.