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Mejor conocido por su trayectoria actoral de corte internacional, el francés de ascendencia marroquí Roschdy Zem también ha desarrollado en paralelo una carrera detrás de las cámaras. Señor Chocolate (Monsieur Chocolat) es su cuarto largometraje y en él, narra la historia verídica de Rafael Padilla, un hijo de esclavos cubanos que se convertiría en una gran estrella en el París de principios del siglo XX.
Basada en el libro Chocolat, clown nègre. L'histoire oubliée du premier artiste noir de la scène française de Gérard Noiriel, esta adaptación cinematográfica se adentra en la historia del singular personaje partiendo desde sus orígenes humildes cuando trabajaba como atracción circense en un circo ambulante -donde se hacía pasar por un africano salvaje-, pasando por su descubrimiento y posterior éxito al lado de George Tudor Hall, mejor conocido como el payaso Footit.
Es precisamente Footit (interpretado por James Thiérrée, nada menos que el nieto de Charles Chaplin) quien lleva inicialmente la batuta de la narración. Así, se muestra cuando el payaso se percata que Padilla tiene lo necesario para renovar sus rutinas cómicas y se acerca a él con el fin de proponerle formar un dúo y poder tener mejores ingresos. Una vez cerrado el trato, empiezan a ensayar y George le comparte a Rafael sus conocimientos sobre el arte del clown, creando al personaje de Señor Chocolate. De ahí se continúa retratando el ascenso del dueto humorístico que primero se convierte en el acto principal de un pequeño circo, para luego ser descubiertos por un promotor que los lleva a trabajar al prestigioso Nouveau Cirque, un lugar situado en el corazón del París de la Belle Epoque, donde su show se vuelve muy popular y se convierten en verdaderas celebridades. Todo parece ir de maravilla, pero en realidad no es así.
En la segunda mitad del relato, el volante del mismo tiene que pasar a manos del Señor Chocolate (encarnado por el actor internacional Omar Sy), justo cuando este se encuentra disfrutando de su fama -y dilapidando su dinero gracias a su adicción al juego-. Una combinación de desafortunadas circunstancias y el encuentro fortuito con el un tanto misterioso intelectual haitiano Victor (un estupendo Alex Descas) le ayudan a comprender una verdad evidente casi desde un principio, pero que el personaje no había podido -o querido- notar: su éxito se debe a que cada noche desempeña el papel del negro tonto, quien es -literalmente- humillado y maltratado por un hombre blanco. Y peor aún, ni su éxito ni ser una celebridad le han conseguido el ser verdaderamente aceptado y reconocido por la comunidad, y por el contrario, sigue siendo víctima del racismo y el desprecio por el color de su piel.
Es así que en su segundo acto, el filme cobra mayor fuerza al justamente enfocarse en una sociedad francesa de doble moral, que presume ser el bastión de la libertad, la fraternidad y el progreso, pero que sigue emponzoñada por la intolerancia y la discriminación y está aún inmersa en el colonialismo, factores contra los cuales Rafael se enfrenta para tratar de abrirse camino no solo como artista (en toda la extensión de la palabra), sino como un ser humano. Y esa lucha lo llevará a confrontar a todos, incluyendo a su socio y amigo, Footit.
Así, Señor Chocolate se vuelve un profundo biopic sobre un artista que innovó el arte del clown al introducir (junto con su comparsa) el formato del Carablanca y el Augusto negro, además de ser uno de los primeros artistas de color en alcanzar un gran prestigio en Francia. Pero sobre todo, es una emotiva narración sobre la lucha de un ser humano por obtener respeto y dignidad en un mundo prejuiciado por el racismo y la intransigencia.
Y para la trivia: Footit y el Señor Chocolate incursionaron fugazmente en el cine, al ser filmados nada menos que por los mismísimos hermanos Lumière. Ese momento es representado dentro de la obra, y los personajes de Louis y Auguste Lumière fueron encarnados por dos famosos actores franceses -y hermanos en la vida real- Denis y Bruno Podalydès. El corto original aparece en la película.
#Uncinediferente