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Teniendo como contexto histórico los primeros años de la década de los 50, justo en la ápoca en la que parecía que la televisión le quitaría público al séptimo arte y con la amenazante presencia de la Guerra Fría en el mundo, los hermanos Coen presentan una historia tan absurda como interesante, además de original, que tiene como punto de partida la misteriosa desaparición de una gran estrella de cine que se encuentra en medio del rodaje de una mega producción épica, muy al estilo de Ben-Hur.
En este, su filme número 17 como directores, Ethan y Joel Coen toman a un personaje que sí existió en la vida real, Eddie Mannix, para colocarlo como protagonista en una situación ficticia y algo descabellada que sólo podría darse en una cinta a cargo de los responsables de títulos como Barton Fink y The Big Lebowski. En plena filmación de la película Hail Caesar, su actor principal, Baird Whitlock, desaparece y esto genera un caos que sólo puede ser solucionado por el mediador de un importante estudio de Hollywood, quien se encarga de mantener todo en orden en ese impredecible lugar.
Es justo decir que ¡Salve, César! (Hail, Caesar!) es una sincera carta de amor de parte de sus realizadores a esa industria a la que le han aportado tanto hasta ahora con su indudable talento. El guión es redondo de a principio a fin, no deja cabos sueltos y está bien estructurado, además de que el ritmo es el ideal para la historia que se narra y el trabajo hecho en las áreas de diseño de producción, maquillaje, peinado, vestuario y fotografía... Es tan bueno que logra transportarnos a la era dorada del cine en el Estados Unidos de antaño.
Otra cosa que realmente vale la pena destacar es la atinada selección del reparto, ya que sus integrantes logran hacer suyos a los personajes a los que interpretan y los dotan de un realismo que causará la nostalgia de muchos al ver la película. Es una gran experiencia cinematográfica ver a George Clooney como una estrella de cine que se parece a Kirk Douglas, a Alden Ehrenreich como un actor que tiene algo de Kirby Grant, a Scarlett Johansson como una diva que recuerda a Esther Williams y a Channing Tatum en el papel de un actor con un toque de Gene Kelly.
¡Salve, César! es una cinta llena de “coenismos” que muchos seguramente disfrutarán, en especial aquellos cinéfilos que sean fans del trabajo de los Coen.