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Pozoamargo #FICUNAM6

Pozoamargo #FICUNAM6

Directo del Festival Internacional de Cine de la UNAM 2016, vimos Pozoamargo, una película de culpas y autoexilios.

Mientras sostiene relaciones sexuales con su pareja, Jesús (un personaje taciturno y parco), se percata de que le han salido unas horribles ulceraciones en el pene. Decide hacerse unos análisis y le es diagnosticada una enfermedad venérea, por lo que se le sugiere someterse inmediatamente a tratamiento médico y abstenerse de tener contacto íntimo con otras personas. Sin embargo el sabe que el daño ya esta hecho, porque no solo es muy probable que haya contagiado a su esposa, sino que ella además está embarazada.

No sabiendo como enfrentar estos funestos hechos, huye a una región rural y apartada de su cuidad (y de su vida tal y como la conoce) y decide asentarse en el poblado que da título al filme. Allí consigue trabajo en un viñedo, renta una pequeña habitación y decide convalecer en solitario y aislarse del mundo lo más posible, pasando sus tardes encerrado en su cuarto viendo telenovelas, masturbándose y saliendo de cuando en cuando por un trago al bar local, e inclusive asiste en una ocasión a escuchar misa.

Poco a poco, de forma muy natural comienza a crear sutiles lazos amistosos con los lugareños, particularmente con Esther (a quien un día Jesús sorprende accidentalmente teniendo sexo con un hombre) y con Gloria (una seductora jovencita que abiertamente se le insinúa). Es con esta última que cae en tentación nuevamente, y como resultado, repite el mismo patrón: vuelve a tratar de escapar (¿de su responsabilidad?, ¿de su enfermedad?, ¿de la muerte?) e intenta tomar medidas desesperadas para ponerle punto final a su sufrimiento. Es gracias a un encuentro inesperado que se abre ante él la posibilidad de encontrar el sosiego y la paz que anhela.

El realizador mexicano Enrique Rivero construye su relato en base a abundantes tomas abiertas y en exteriores, que contrastan con escasos diálogos, especialmente por parte del protagonista principal. Una manera clara de simbolizar el exilio interno al que Jesús se somete a consecuencia de su situación. Un autoexilio con el que no solo se evade, sino que se castiga a sí mismo, pero al mismo tiempo intenta culpar a alguien más, o a Dios o a la vida por hallarse en tan precario aprieto.

Su culpa es el motor de sus acciones (y de la trama en general) y la búsqueda por alguna forma de redención es lo que conduce a este individuo (irónicamente llamando Jesús) a vivir un silencioso calvario y tratar de escapar de su ahora angustiosa vida, e intenta recluirse de modo casi monástico en espera de una solución o por lo menos de que se le otorgue alguna forma de perdón. Pero como le menciona un personaje en una escena del filme, “No se mata al diablo tan fácil”, y entenderá que su huída se ha convertido es un compás de espera sinsentido que no puede durar para siempre. Y que tarde o temprano, las consecuencias de sus actos, la muerte y la vida (o todos ellos a un tiempo), le encontrarán y no tendrá mas remedio que verles cara a cara.

Checa aquí más detalles de la sexta edición del FICUNAM.