Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Claudia Sainte-Luce
Lisa Owen, Ximena Ayala, Sonia Franco
México, 2013
Canibal Networks
El primer largometraje de la directora Claudia Saint-Luce, simpáticamente traducido a The Amazing Catfish en el mundo anglo, ha recibido una cálida acogida en el mundo festivalero y ahora se prepara para nadar en cartelera comercial.
La historia de Claudia (Ximena Ayala), una antisocial marginada que habita en soledad una cuasi-cueva en alguna parte malandra de Guadalajara, se topa con la convaleciente Martha (Lisa Owen) en un hospital, quien se encuentra en fase terminal. Pronto, la joven se ve involucrada en la vida familiar de Martha y de sus pintorescas tres hijas y un niño. A sabiendas de que se encuentra en una situación delicada, Martha encuentra en Claudia soporte para los tiempos difíciles que se avecinan y Claudia la vida familiar que le hacía falta.
Indie Rocks! tuvo en su momento la oportunidad de platicar con Saint-Luce, quien comentó los paralelos entre ella misma y la protagonista en cuanto a sentimientos de soledad, de querer pertenecer y de finalmente haber encontrado su lugar social entre amigos y familia. No es casualidad que Ayala guarde un fuerte parecido físico con Saint-Luce… uncanny, dirían los gringos. Un tipo de semi-autorretrato hasta que se desprende en el resto de la trama que conforma la película.
El simbolismo en Peces-Gato es fuerte y magistralmente captado por la veterana cinematógrafa Agnès Godard, casi innumerables son las tomas de abrazos, caricias ¿ y zooms a brazos entrelazados en el mar?. El personaje de Claudia, con un ligero toque de autismo (sospecho), carece de habilidad para expresarse verbalmente, pero cuando en el mar se aferra con miedo al salvavidas en el que está subida Martha sabemos que significa ésta familia para ella... igual cuando entre risas y juegos la familia y Claudia entierran a Martha en la arena, cual jocoso ritual.
Y ya entrados en el tema, vale la pena pegarle una segunda repasada al poster que en primera instancia me recordó a Little Miss Sunshine (2006), en el que la familia y Claudia esperan con trapo rojo en mano que alguien pase a rescatarlos de su averío mecánico. Esta escena nunca tuvo lugar en su viaje a la playa, ¿será que quedó en el piso del cuarto de edición o será metáfora de cómo este grupo de personas desean ser rescatados de su presente?
Un filme fuerte y emocional para el cual sinceramente hace falta espacio en esta reseña. Sería pecado no mencionar las excelentes actuaciones de Owen y Ayala además de la ausencia conspicua de hombres que también es un tema que queda pendiente. Peces-Gato es de esos pocos filmes que se quedarán contigo por un tiempo.