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¿Y tú sientes The Get Down?

¿Y tú sientes The Get Down?

12/Sep/2016

The Get Down y cómo Netflix tira la casa por la ventana.

“El flujo del tiempo del hip hop puede ser interpretado como una respuesta al flujo dominante, una nueva forma de ser del mundo”, afirma el investigador y especialista sobre hip hop, Murray Forman. Ellos, los protagonistas de esta historia, no saben lo anterior. No son conscientes de lo que está por suceder. Pero toman el escenario, la aguja apunta desde la tornamesa y lanza un aguijonazo sobre el vinilo, el spray deja una marca en la pared –una firma–, los tenis pulcros golpean el piso en un baile acrobático imposible y un micrófono dirige al público palabras llenas de furia, de ímpetu, una autoproclamación. Faltan tres años para que termine la década de los setenta, Nueva York está ardiendo literalmente, la crisis social (político-económica) empuja a la comunidad negra y latina al límite; sin futuro y, aún peor, sin presente, estos cinco chicos tienen ganas de canalizar sus emociones y lo hacen en un crisol de expresiones que convergen en un solo punto. Pero ellos no tienen idea de que está ocurriendo. Organizan fiestas callejeras en el Bronx, pelean su territorio, y vandalizan una ciudad en ruinas. Cantan, rayan y bailan.

En The Get Down, el nuevo serial musical de Baz Luhrmann –concepto que desarrolló durante diez – y Netflix, predomina la sobredosis de colores, movimientos de cámara y cuerpos sudorosos bailando sin parar en un escenario decadente, sucio y deslavado. Son los Estados Unidos de los setenta. Los negros y latinos intentan obtener oportunidades de donde sea. Mientras Mylene intenta convertirse en estrella del Disco,  Ezekiel “Books”, Dizzie, Ra-Ra, Boo Boo y Shaolin Fantastic quieren aprender el arte del DJ, porque la parte del MC, del break dancing y del grafiti ya lo tienen más o menos dominado, pero aún no lo combinan en un sonido potente. Guiados por Grandmaster Flash, el grupo de negros con raíces puertorriqueñas comienza por “descomponer” la música disco, el rock, el R&B, el gospel, y el funk. Marcan los acetatos y provocan un sonido proveniente del choque de la aguja con el vinilo… es el beat.

En el nacimiento de este sonido Murray Forman destaca dos puntos: las tecnologías y las sensibilidades culturales que derriban barreras que antes parecían formidables y que ahora se han vuelto traslúcidas y permeables, ofreciendo un patio de recreo lo mismo a la expresión creativa que a la fanfarronería. Pero este alarde en la lírica es producto de la condición social, de una pugna por sentirse superior en el campo de guerra callejera, en un Bronx inundado con el olor a muerte en cada esquina.

La serie en la que participan NAS, Grandmaster Flash –quién mejor que uno de los detonadores del hip hop para contar cómo surgió este sonido–, DJ Kool Herc –padre de dicho sonido, por no decir más–, Stephen Adly Guirgis (Premio Pulitzer), Catherine Martin (cuatro veces ganadora del Óscar), Nelson George (crítico musical y cultural), además de Luhrmann, no es un documental, sino una ficción que propone drama amoroso en medio de una violencia y decadencia social como escenario para que la historia musical de la humanidad se transforme, para siempre.

En 1981 Kool & The Gang publicó "Get Down On It" , el título de este tema funk aborda un slang que comenzó a usarse hacia esos años y cuyo significado podríamos traducir como “tocar música y contagiar a la gente”, el Get Down es el acto, que incluye pasar un tiempo agradable en una fiesta. De ahí el nombre de la serie que entre otras cosas pone de manifiesto lo que Forman explica a continuación: en el hip hop el trabajo del DJ y los modos de producción del sampleo digital son prácticas que juegan, desde hace tiempo, con la arqueología del sonido, dragando la historia en pequeños tesoros. La exploración de música vieja y marginal (…) “en busca del beat perfecto” en piezas tan oportunas como intemporales. Lejos de “hacer algo de la nada” como a menudo se ha afirmado, el hip hop temprano aprovechó una rica cantera musical que estaba lista para ser explotada por las comunidades negras y latinas del Bronx y de Harlem, Nueva York.

The Get Down es otro de los beats efectivos de la nueva televisión, Netflix –por no decir poco– está cambiando la historia acercándonos a ella, si el cine es un animal moribundo que sobrevive no por la industria millonaria que cocina palomitas, sino por los directores de vanguardia que mantienen un lenguaje poderoso y arriesgado, entonces esta televisión es un animal en toda su vitalidad que lleva el entretenimiento a un nuevo nivel y que más allá de modificar los patrones de consumo –todo un tema posmodernista por tratar más adelante–, está transformando el panorama de narrativas audiovisuales.

El musical mantiene un ritmo trepidante con clímax continuos, un diseño de audio y mezcla de sonido pulidos, trabajado a detalle, un montaje soberbio y efectivo, y una deslumbrante dirección. No obstante, la velocidad no es garantía de logro acertado, porque si hay algo de lo que abusa esta serie es de su velocidad y sus puntos climáticos. Son demasiados, muy rápidos y terminan por cansar y agobiar. Quizás le sobran escenas a algunos episodios o quizá le hace falta más pausas. O ambos. Aunque los momentos mágicos, en donde el chispazo cobra vida en un sonido potente, que cambiará la historia y que pondrá a vibrar a la multitud, son maravillosos. Los ojos se asombran con esos momentos en los cuales algo acaba de surgir y durará para siempre…porque el hip hop es “una colisión de músicas asociadas a distintas eras y escenas, en un collage deslumbrante y efectivo”.

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