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Dentro de las secciones en competencia de la edición 2016 del Festival Internacional de Cortometrajes de México (mejor conocido como Shorts México) destacó en particular la categoría de cortometrajes de animación, en donde todos los trabajos presentados no solo ostentaron un gran nivel de calidad, sino que las historias y temáticas que abordaron (sin mencionar las técnicas utilizadas) fueron de lo más variado, con perspectivas y enfoques muy originales. A continuación, una revisión de los trabajos que contienden por el primer lugar.
Los Aeronautas (2015, 11 min.) de León Fernández: Se desarrolla en un mundo paralelo, donde sus habitantes tienen que alimentar a una temible bestia de la cual todos quieren librarse, pero a la que temen sobremanera, por lo que se someten a su yugo. Uno de estos seres (quien carece de una extremidad) intentará enfrentarle y derrotarle para acceder a un supuesto paraíso que se halla en las nubes, y que esta criatura resguarda. Una narración de corte fantástico, hecho en stop motion y que goza de una imaginería visual muy atractiva.
Los gatos (2016, 9 min.) de Alejandro Ríos: una historia sobre un gato callejero que llega a casa de un hombre que ama a los felinos… en apariencia, ya que tras su gentil y apacible rostro se oculta una amarga verdad. En una entrevista, el mismo director explica que su corto evidencia “lo que podemos llegar a soportar en una situación de dependencia”. Este trabajo ya fue ganador a Mejor Corto Animado en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, y recientemente también obtuvo La Palmita 2016, galardón otorgado dentro del marco del Tour de Cine Francés. Esto aunado a una narrativa sorprendente, la hacen una fuerte competidora.
El Último Jaguar (2015, 7 min.) de Miguel Anaya Borja: Un poderoso jaguar que habita en la selva, tiene que escapar de unos cazadores que le persiguen. En eso, se topa con un cachorro jaguar, que le acompaña mientras anda por la jungla, mientras eluden a aquellos que quieren atraparles, y entre ambos se desarrolla una estrecha y solidaria relación. Muy bello trabajo en el que el realizador echa mano de juguetes y esculturas –hechos principalmente en madera- tradicionales de México, para construir un relato de amistad y cierta magia con un subtexto sobre la importancia de la conservación de la vida silvestre. Fue nominado al Ariel 2016 en la categoría de cortometraje animado, por lo que también puede dar la sorpresa.
El Jardín de las Delicias (2016, 5 min.) de Alejandro García Caballero: inspirado en un tradicional Árbol de la vida, el director arma una fábula en la que un simpático demonio llega al paraíso e inspirado por lo que allí ve, decide crear su propio jardín lleno de colores y criaturas alucinantes. Esta obra basa gran parte de su efectividad en una exuberante paleta de colores utilizada para recrear un sensual y orgiástico mundo.
Elena y las Sombras (2016, 8 min.) de César Cepeda: este trabajo fue también contendiente por el premio La Palmita 2016, y trata sobre una niña solitaria que vive en una vecindad, donde sus días transcurren entre el hastío y la soledad. Hasta que conoce a un niño aparentemente ciego quien –irónicamente- le enseña a ver el mundo que le rodea desde otra perspectiva. Conmovedora trama que nos habla de cómo el poder de la imaginación puede transformar lo mundano en increíble.
Revoltoso (2016, 29 min.) de Arturo “Vonno” Ambriz y Roy Ambriz: ubicado en tiempos de la revolución, se centra en el enfrentamiento entre Don Gonzalo (un hacendado partidario de Porfirio Díaz) y Rebolledo (un revolucionario que busca derrotar a Don Gonzalo). Entre estos antagonistas, se encuentra Jabalito, un pequeño animalito que se ve atrapado no solo en la trifulca revolucionaria, sino también en el torbellino del veloz progreso, representado aquí por el ferrocarril… y el cinematógrafo. Un deslumbrante trabajo de animación hecho casi de forma artesanal y que llevó varios años en concretarse. Contó además con la asesoría de Guillermo de Toro. Otro fuerte contendiente para alzarse con el primer lugar.
Ceci n’est pas une animation (2015, 5 min.) de Federico Kempke: un divertido corto en el que un grupo de animadores intentan realizar un trabajo colectivo que pretende superar lo hecho en ese ramo hasta la fecha, pero sus egos e inseguridades amenazan con hacer naufragar el proyecto. Haciendo uso de diferentes técnicas de animación, Kempke recrea a cada uno de los personajes y los universos personales en lo que se encuentran imbuidos, y hace una comedia un tanto sarcástica en torno a los avatares del proceso creativo.
Memoria líquida (2016, 5 min.) de Emmanuel Martínez Zamorano: partiendo de un trabajo documental acerca de la tragedia ocurrida en la zona huasteca de Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí durante el año de 1955, cuando tres poderosos huracanes azotaron esos lugares, haciendo que el agua destruyese poblaciones enteras dejando tras de sí incontables pérdidas humanas y materiales; el cineasta recupera una leyenda prehispánica de origen Teenek, sobre la destrucción del mundo por un diluvio, y juguetea con la idea de que dicho mito se volvió una terrible realidad.