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No es como que el universo de Star Wars haya alguna vez perdido seguidores o haya quedado en el olvido. Cuando se anunció que llegarían a la pantalla grande más episodios de la saga, el público entró en debate. Siempre habrá quien diga que no se necesita más, pero la mayoría dirán que lo contrario es mucho mejor.
Así llegó el año pasado Star Wars: The Force Awakens con nuevos actores, nueva historia, y lo más impactante, nueva producción: Disney se alió con Lucasfilm para llevar más allá a la franquicia, anunciando que llegaría una trilogía de spin-offs que nos contarán las historias de personajes interesantes.
La primera será Rogue One: A Star Wars Story, desarrollada entre los episodios III y IV. La historia sigue a Jyn Erso -Felicity Jones- y a un equipo de rebeldes que roba los planos de la Estrella de La Muerte. Hace unos meses, pudimos ver el primer trailer lleno de acción, audacia y stormtroopers. Desde entonces se han develado más detalles, como que Darth Vader podría aparecer y el dato curioso de que Rogue One termina 10 minutos antes de que el episodio IV comience.
La verdad es que se presentó como una entrega bastante prometedora. Sin embargo, el miedo de aquellos que temían que Disney metiera la mano demasiado puede que se haya materializado. A principios de esta semana, la productora pidió al director Gareth Edwards regrabar 40% de la película, pues no estaban contentos con el primer corte. Alegaron que se veía como un filme de guerra y que no estaba en sintonía con el universo de Star Wars. El reshoot se realizará en ocho semanas, según ha informado el equipo de producción.
Esto es preocupante para los fans por obvios motivos: no quieren que la película pierda su esencia. Y es preocupante en general, ya que el estreno se tiene programado para el 16 de diciembre de este año, lo cual los pone en serios aprietos de tiempo. No podemos decir que esta petición sea el fin de Star Wars como la conocemos, pero lo que sí es posible es que tome un giro completamente diferente en términos de tono.