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Dentro de la gran variedad de festivales de cine que se presentan durante el año, encontramos uno recién creado que se refiere a una temática en especial, ecofeminismo y medio ambiente. Puede sonar bastante raro, ¿ecología + feminismo? Podemos encontrar por una parte festivales de terror, de documentales, o que se presentan en diferentes parte de la república y que han llegado a tener renombre internacional, pero muy pocas veces uno que se destaque por un tema en especifico y tan particular. Por lo tanto, este festival tiene una propuesta innovadora que tiene el propósito de quitar los estigmas de igualdad y hacerse notar por pequeñas diferencias pero al mismo tiempo tan grandes como lo puede ser el sexo. “Se trata de sacar los estudios de género a la calle” menciona su director Adán Salinas.
Finalmente el cine es un medio que debería provocar a los espectadores un nudo en el estómago o en la garganta, incluso en el cerebro; es un medio para la reflexión que busca la transformación. Vivimos en mundo bastante caótico. Hay crisis por todas partes, pero a la que más se le pone atención y aterra es a la económica, como si de ésta se derivaran las demás. No nos damos cuenta que sin recursos naturales, agua, plantas, animales, esas cosas que damos por hecho, no podríamos vivir. La plaga más grande y dañina es el mismo ser humano.
Por otra parte, hemos vivido en un mundo dirigido por los hombres. Poco a poco las mujeres van teniendo cierto peso en las decisiones de poder. Aunque es un hecho que a ellas se les reconoce muy poco el papel que ejecutan en la sociedad, incluso devaluándolo frente a otras prioridades como son los trabajos remunerados económicamente que se ejecutan frente a una computadora.
Este festival dentro de sus metas incluye valorizar los aportes de la mujer, incluso de aquellas que se encuentran en la mayor exclusión. Redefinir la participación femenina, integrarlas, porque sin duda, con ellas se puede lograr un cambio sustancial.