Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
En la Cineteca Nacional se exhibió toda una rareza: se trató de Chemical Wedding (Reino Unido, 2008), tercer producción del británico Julian Doyle quien fuese el editor de Life of Brian, la legendaria película protagonizada por el no menos legendario grupo de comediantes conocidos como Monty Python. El guión de esta cinta fue escrito a cuatro manos por el director y Bruce Dickinson (si, el vocalista de Iron Maiden, ni más ni menos) y lleva en el estelar al actor y dramaturgo Simon Callow. El título del filme se inspira en un álbum con ese nombre que Dickinson grabase en solitario en 1998, aunque conceptualmente existe poca relación entre ambos.
La trama gira en torno al Profesor Haddo un tímido y algo tartamudo maestro de letras inglesas de la Universidad de Cambridge, quien tras participar en la prueba de un aparato de realidad virtual experimental; es poseído nada menos que por el espíritu de Aleister Crowley, quien tiene la determinación de encontrar una consorte adecuada para celebrar un rito mágico que le permita acrecentar su poder. Aunque la historia y el desarrollo de la misma no es particularmente memorable, destaca por la interpretación que Callow nos ofrece del afamado ocultista y mago, además de la inclusión de un par de temas de Bruce Dickinson y de Iron Maiden a lo largo de la trama, que harán las delicias de los fans metaleros.
Posteriormente en esa misma sede, se proyectaría Waste Land (Bélgica, 2015) del director Pieter Van Hees y que pertenece la sección en competencia. En ella, un investigador de la policía belga que está a punto de ser padre, acepta trabajar en el caso del asesinato de un joven proveniente del Congo, y que involucra a un poderoso empresario europeo. Conforme avanzan sus pesquisas, se adentra en los bajos fondos de Matongé, un barrio congolés de Bruselas; y descubre que tras el crimen hay una intricada red de corrupción e intrigas que incluyen ritos de magia negra.
Waste Land es un Thriller psicológico en el que el protagonista se sumerge en las profundidades de un mundo enloquecedor lo cual, aunado a un agotamiento mental y una crisis personal por la que atraviesa en esos instantes; lo hunden en un universo lóbrego y de pesadilla, donde la realidad y sus delirios se confunden hasta volverse uno mismo, y terminan por quebrarlo. Una interesante película.
Y el punto culminante de esa noche fue la función de 13 Historias Estranhas, trabajo colectivo proveniente de Brasil que recopila 13 narraciones cortas realizadas por directores provenientes del sur de ese país. Asesinos seriales, seres sobrenaturales o espantosamente deformes, variados demonios, científicos locos y otros personajes similares deambulan a lo largo de estos 13 cuentos sombríos.
Como es de esperarse en este tipo de filmes antológicos, los relatos presentados varían tanto en su calidad técnica como en la efectividad de los mismos. Pero desafortunadamente, la mayoría de los relatos carecen de fuerza y efectividad: mientras algunos de los cortos son francamente de humor involuntario, otros son poco inspirados y un par de plano pecan de pretenciosos. Algunos otros tenían buenas ideas, pero la puesta en escena no fue del todo lograda o simplemente no fue la óptima.
Entre los segmentos rescatables podemos mencionar Larvae de Felipe M. Guerra (en el que un hombre maduro descubre la grotesca razón detrás de su insoportable dolor de oídos); O Deus Neon de Rafael Duarte (que reflexiona acerca del poder que las redes sociales y el Internet nos confieren); Pra Sempre... de Márcio Toson (donde el amor de una madre alcanza niveles espantosamente impredecibles) y Ne Pas Projeter de Cristian Verardi (donde el joven proyeccionista de una sala de cine encuentra una lata con un rollo que no contiene sino su propia muerte). La alta expectativa que se tenía sobre esta antología le jugó en contra, y en un balance final, le quedó debiendo mucho al respetable.