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Como parte de la tercera edición del Festival Internacional de Cine de Los Cabos se presentó un proyecto con causa: Thuletuvalu, documental de producción suiza que ejemplifica las desgracias humanas causadas por el calentamiento global.
Mientras que muchas personas siguen desmintiendo el fenómeno ecológico con base en que sintieron mucho calor este año, incluidos los destacados republicanos norteamericanos Donald Trump y su palomilla, la comunidad científica sigue manteniendo que si se derrite el hielo que se encuentra en ambos polos de la tierra, sufriríamos graves consecuencias.
Tal es el caso de Tulevalu, conjunto de islas polinesias cerca de Australia; y Thule, una legendaria comunidad de esquimales, representada por la población de Qaanaaq, que, por cierto, es aquella localizada más al norte que cualquier otra en el mundo. El director Matthias von Gunten contrapone dos escenarios distintos para mostrarnos que la inactividad de nuestra parte por frenar este latente peligro puede afectar al planeta y a nosotros mismos en maneras que quizás no habíamos imaginado.
En el caso de Tulevalu, el hielo que se derrite cerca de los polos ha causado que poco a poco vaya subiendo el nivel de los océanos, provocando que muchos residentes hayan evacuado las islas para encontrar un refugio en zonas más altas. Desafortunadamente, aún quedan miles de familias que no poseen los recursos para huir del lugar.
Von Gunten no escatima en su talento para retratar las escenas de la isla como bellos territorios paradisíacos, mientras que las escenas en Nueva Zelanda son grises y frías, como si la vida se hubiera quedado en Tulevalu; ésto con todo respeto para Nueva Zelanda, me imagino que habrá pensado el director.
Mientras tanto, del otro lado del planeta, en Qaanaaq, Groenlandia, la única población del planeta que aún subsiste gracias a la caza, se ve amenazada por el hielo que se derrite y resquebraja a un paso aterrador, causando nuevos patrones de migración en los animales y ballenas (sus alimentos), lo que significará en pocos años lo mismo para ellos: el exilio a… quién sabe dónde.
Vemos a los inuit persiguiendo y luego matando brutalmente a un narval, con arpones y luego un rifle de alto calibre, como dando a entender que von Gunten entiende la naturaleza de este planeta y que puede ser fea e injusta por momentos; por lo tanto, deducimos que el calentamiento global no es un fenómeno natural (¿estás leyendo, Trump?).
Filmada de una manera muy atractiva, con historias personales que le dan ganas a uno de hacer más por este desastre que se avecina, Thuletuvalu es un buen punto para comenzar.
Texto por Iván Lechuga @ilechuga.