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El patio central del Museo de la Ciudad fue el escenario donde inició una locura cinéfila que durará hasta finales de este mes. Como en ediciones pasadas, el encargado de conducir el acto fue Remi Jackson. También conocido como el “Reverendo del Blues”, Remi apareció por un pasillo situado enmedio de los asistentes, y se dirigió al frente de la pantalla, para dirigirse al público y anunciar que más adelante celebraría un exorcismo.
Inmediatamente invitó a Edna Campos a pasar al frente para dar inicio a las actividades del Festival. Sentándose en una silla eléctrica de madera situada allí, Campos agradeció a los asistentes por su presencia, así como al Gobierno Capitalino por las facilidades para llevar a cabo la inauguración en el recinto del Museo, y también aprovecho para darle gracias especiales a los patrocinadores del festival, y a los aliados del mismo entre los que mencionó a Indie-Rocks!.
Una vez terminado el discurso de Edna, Jackson regresó al escenario para proceder a realizar el exorcismo que había prometido, y con asistencia de algunos voluntarios del festival, le fue llevada en una silla de ruedas una mujer que gruñía, se movía frenéticamente y se encontraba enfundada en una bata de hospital que parecía estar completamente manchada de sangre y suciedad.
Remi procedió a hacer el ritual, y cuando concluyó, la mujer pareció “tranquilizarse” al tiempo que él gritaba: “¡Milagro, es un Milagro!”. Al termino de esta actuación, el carismático Payaso Negro presentó a la audiencia a la posesa, que no era otra sino Gigi Saul Guerrero, “La Muñeca del Terror”; directora de cine fundadora de la productora Luchagore, y quien es una de las invitadas especiales de este año.
Tras este espectáculo se dio paso a la proyección de la película inaugural, que fue Ava’s Possessions, tercer largometraje del cineasta norteamericano Jordan Galland. Como el título indica, se centra en una joven de nombre Ava, quien fue poseída por un demonio y posteriormente liberada de él gracias a un exorcismo. Sin embargo, cuando regresa a su estado normal, tiene que lidiar con todos los actos cometidos y disculparse con la gente que lastimó durante el tiempo que estuvo poseída. Y pronto comienza a ser agobiada tanto por la ausencia de recuerdos sobre lo acontecido, como por el constante acoso de una serie de imágenes y sonidos extraños e inquietantes que le hacen sentir que esto aún no termina.
Tratando de dar un giro distinto al cine sobre posesiones demoníacas que en tiempos recientes parece estar de nuevo en boga, Galland plantea un filme que se mueve entre el Thriller y la comedia, donde Ava tiene que aprender a vivir con lo que le ocurrió y por ello acude a un grupo de apoyo para que le ayuden a superarlo, cual si de una adicción al alcohol o las drogas se tratase. Y mientras tanto, con la ayuda de diversos personajes (un abogado, el dueño de una galería de arte y una prostituta, entre otros); intenta averiguar la verdad sobre lo ocurrido en esos días, y las posibles causas que pudieron desencadenar tal suceso.